El Clarinete




El clarinete es un instrumento de lengüeta simple. El constructor de flautas alemán Johann Christoph Denner fabricó el primer clarinete a finales del siglo XVIII modificando el chalumeau, un instrumento folclórico. Los clarinetes antiguos que aquí aparecen son más sencillos que las versiones modernas. El fragmento que oímos pertenece al cuarto movimiento del Quinteto para clarinete en la mayor K 581 de Wolfgang Amadeus Mozart.


Clarinete, instrumento de viento-madera formado por un tubo cilíndrico con una sola lengüeta que se fija sobre una abertura en la boquilla en el extremo superior del tubo. Por el inferior termina en un pabellón acampanado. Los clarinetes modernos están fabricados con diversos materiales (plástico y madera, sobre todo), y tienen veinte o más agujeros para producir los diferentes sonidos; algunos están abiertos para taparse con los dedos del intérprete, otros se tapan con llaves.
El ámbito del clarinete más habitual, el soprano en si bemol, es de tres octavas y media; la nota más grave es re3 (escrito mi3). Las notas por encima de la fundamental se consiguen pulsando una llave y soplando con más fuerza. Esto produce que la columna de aire dentro del instrumento vibre a frecuencia más alta. Al terminar el tubo cilíndrico, el clarinete sube una duodécima sobre el sonido fundamental (a diferencia de flautas y oboes que sólo suben una octava). Otros tipos de clarinete soprano menos comunes son el soprano en la, el contralto en mi bemol, el bajo (una octava más grave que el soprano) y el contrabajo, (una octava más grave que el bajo). El corno di bassetto de finales del siglo XVIII es un precursor del clarinete contralto. La música para los clarinetes se escribe como si estuvieran afinados en do; en el soprano en si bemol se emite esta nota cuando está escrito do. Los intérpretes pueden tocar diferentes instrumentos sin aprender nuevas digitaciones. El término 'clarinete en si bemol' hace referencia a la notación, no a la nota fundamental del instrumento.
El clarinete se inventó hacia 1700 por el constructor alemán de flautas Johann Christoph Denner de Nuremberg, como modificación del chalumeau, instrumento folclórico de lengüeta. En torno a 1840 se habían desarrollado dos complejos sistemas de llaves: el sistema Böhm, utilizado en la mayoría de países, y patentado en 1844 por el francés Auguste Buffet, que adaptó los adelantos para la flauta del alemán Theobald Böhm; y el sistema del constructor belga Eugène Albert, desarrollado hacia 1860, de orificios más estrechos y sonido más oscuro.
Los clarinetes forman parte de la orquesta desde 1780 aproximadamente aunque la primera mención del clarinete en una partitura aparece en una misa de J.A.J. Faber, organista de Amberes, en 1720. Entre las obras antiguas en las que se incluya el clarinete destacan la Obertura para dos clarinetes y trompa (1748) de Georg Friedrich Händel y el Concierto para clarinete en la mayor, K.622 (1791) de Wolfgang Amadeus Mozart que también usó clarinetes en su sinfonía denominada Paris. Después del clasicismo el clarinete se convierte en característica indispensable de toda orquesta.


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