El invento de los Cronistas de Indias




Bartolomé de Las Casas
Este retrato, que se conserva en la Biblioteca Colombina de Sevilla (España), muestra a fray Bartolomé de Las Casas escribiendo, posiblemente alguna de las muchas crónicas legadas por su pluma. La vida y obra de este religioso dominico español supusieron un punto de inflexión en la historia de la conquista de las Indias por los españoles, en tanto que consagró su actividad a denunciar los abusos que durante dicho proceso se estaban cometiendo, por parte de los colonizadores, sobre la población indígena.

Cronistas de Indias, autores encargados oficialmente de escribir la historia del descubrimiento y conquista de América, y el desarrollo histórico de los virreinatos. Estos textos son una fuente de conocimiento no sólo del periodo que tratan, sino también del mundo prehispánico.
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PRINCIPALES CRONISTAS
El Diario de a bordo de Cristóbal Colón, en el que describe de una manera pormenorizada sus primeras impresiones sobre las Antillas, inició una larga serie de crónicas dedicadas a la descripción de múltiples aspectos de la naturaleza y de las culturas americanas, entrelazados con los propios hechos de los españoles en el largo proceso de colonización de los reinos de Indias.
Desde el primer momento, los autores de estos escritos pertenecieron a dos grupos claramente diferenciados: los que habían estado en América y transmitían vivencias personales o noticias adquiridas en el entorno americano, y los que elaboraron sus propias obras reuniendo la información a través de las noticias de otros, por medio de narraciones directas o indirectas y lecturas de escritos oficiales o privados, sin haber estado nunca en el continente americano.
Al primer grupo pertenecen los descubridores, soldados, religiosos y funcionarios que desempeñaron algún papel en este proceso, junto con los indígenas y mestizos que se incorporaron a él. El segundo está formado por la mayoría de los representantes de la historia oficial, que escribieron desde sus despachos con un caudal inmenso de información a su disposición, acumulado por los centros de la administración indiana, como el Consejo de Indias, que creó la figura del cronista mayor de Indias.
En 1526, fray Antonio de Guevara, cronista de Castilla, recibió el encargo de continuar el trabajo realizado hasta ese momento por Pedro Mártir de Anglería y hacerse cargo de todos sus papeles. Años después, las ordenanzas reales dieron origen al Libro de las Descripciones, en el que el escribano de cámara tenía que incluir todo lo que llegaba sobre América y facilitar al cronista cosmógrafo esta información. Juan López de Velasco sumó en su persona los cargos de cosmógrafo y cronista, y reunió los papeles del cosmógrafo mayor Alonso de Santa Cruz, comenzando a trabajar con las respuestas a los cuestionarios de Luis de Velasco y con los originales de fray Bartolomé de Las Casas y Pedro Cieza de León. El cronista mayor de Indias por excelencia es Antonio de Herrera, nombrado en 1596. Ya en 1601 comenzó a publicar la primera parte de Historia general de los hechos de los castellanos en las islas y Tierra Firme del mar Océano, conocida como Décadas, y publicó la segunda en 1615.
En 1658 fue nombrado Antonio de León Pinelo, limeño, que había realizado una labor muy importante con la Recopilación de leyes de las Indias y el primer repertorio bibliográfico sobre América. En 1660 ocupó el puesto Antonio de Solís, autor de la Historia de la conquista de México, de la que se hicieron repetidas ediciones a lo largo del siglo XVIII. En 1667, Pedro Fernández del Pulgar se incorporó al cargo y acometió la tarea de continuar las Décadas de Herrera.
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ÚLTIMOS CRONISTAS
Aunque Felipe V había decidido en 1744 que el cargo de cronista mayor debía pasar a la Real Academia de la Historia, se sucedieron algunos nombramientos más al margen de esta institución. La figura más destacada de finales del siglo XVIII fue Juan Bautista Muñoz, cosmógrafo mayor, que recibió el encargo en 1779 de escribir la Historia del Nuevo Mundo, de la que sólo consiguió publicar el primer volumen. Realizó un minucioso estudio de la documentación relacionada con América guardada en los archivos oficiales, privados y eclesiásticos, que concluyó con la creación del Archivo General de Indias, instalado en Sevilla.
La publicación de las crónicas fue muy desigual. La mayoría de los autores no alcanzaron a ver sus obras impresas, ya que aparecieron muchos años después de su muerte. En la actualidad se siguen publicando originales inéditos cuyo contenido sólo se difundió en círculos muy reducidos antes de pasar al olvido o ser utilizados por cronistas posteriores.


1 comentario:

  1. Hola. ¡Qué importante es guardar fiel memoria!.Un abrazo.

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