El invento de la Iluminación en el teatro





Iluminación (teatro), componente esencial del arte escénico moderno. Durante siglos, los dramaturgos evocaban la luz sólo con la palabra, pero desde el renacimiento y los tiempos de las velas y lámparas de aceite, la iluminación escénica no ha dejado de evolucionar. Desde la llegada de la luz eléctrica, hace unos 100 años, el foco y el regulador de voltaje permitieron, por primera vez, iluminar el espacio escénico de diferentes maneras.
Los objetivos de la iluminación escénica son iluminar al intérprete, revelar correctamente la forma de todo lo que está en escena, ofrecer la imagen del escenario con una composición de luz que pueda cambiar tanto la percepción del espacio como la del tiempo, inventar espacios y apoyar el desarrollo de la historia proporcionando información y creando una cierta atmósfera.
La iluminación moderna se logra con la ayuda de múltiples grupos de instrumentos (principalmente focos) orientados de modo que formen un mosaico de iluminación que rellene el espacio de forma tridimensional. Estos instrumentos están conectados a un control central de reguladores que modula el brillo. La computarización de este control permite un movimiento sofisticado de las niveles de los reguladores a través de cientos de canales. Recientemente, se ha extendido el uso del ordenador para controlar los instrumentos de enfoque de modo que se puede programar no sólo el brillo, sino también la posición, el color y el movimiento.
La creciente sofisticación, junto a las exigencias de directores y diseñadores, ha propiciado la aparición de una profesión especializada de diseñador de iluminación escénica que trabaja junto al director y la dirección escénica.

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