Lengua vasca




Lengua vasca, idioma cooficial con el castellano en el País Vasco español desde el año 1980; también hablan esta lengua en Navarra y en el departamento francés de los Pirineos Occidentales. Desde 1863 el príncipe Luis Bonaparte clasificó los dialectos vascos en dos grandes grupos, los hablados en España: vizcaíno, guipuzcoano, altonavarro septentrional y altonavarro meridional, y los hablados en Francia: suletino, labortano, bajonavarro oriental y bajonavarro occidental. Hoy la Academia de la Lengua Vasca revisa esta clasificación, porque considera que se trata de un solo idioma perteneciente a un pueblo que a lo largo de la historia no ha convivido como comunidad política en un único Estado. Ha habido tantas variedades como pequeñas comunidades se asentasen en los valles que constituyen su territorio. Así, al sur de los Pirineos se reconocen hasta veinte variedades.
De su origen puede afirmarse que se trata de una lengua afincada desde la época prerromana en los mismos confines físicos donde hoy se emplea. Claramente diferenciada de las lenguas indoeuropeas colindantes, posee características aglutinantes como las lenguas laponas, caucásicas y bereberes; además, como otras lenguas del mundo, cuenta con el caso ergativo, que expresa el agente de la acción verbal, lo que contribuyó a elaborar todo tipo de teorías sobre la familia lingüística a la que pertenece. Lo más verosímil es que llegara a la península traída por pueblos invasores en el periodo paleolítico como ya sugirió Miguel de Unamuno por los términos aitz, aitzur, aizkora, que significan 'roca', 'azada' y 'hacha', respectivamente. Su asentamiento en el País Vasco es tan ancestral que puede afirmarse sin exageraciones su carácter de lengua indígena. Convivió con el ibero y tomó muchos préstamos léxicos del latín. Sirvió como sustrato a la configuración del castellano y durante siglos permaneció intacta y reducida al ámbito de la comunicación local y familiar.
El vasco posee cinco vocales, que se corresponden básicamente con las del español. Las vocales e y o presentan grandes diferencias según su entorno fonético; es muy frecuente que en el caso de la e cambie de timbre, desde el fonema /i/ hasta el /a/. En el sistema consonántico la consonante f parece con claridad un préstamo. Posee una sibilante sorda s, otra sonora z, y otra palatal fricativa x, como la francesa, que corresponde al fonema /š/. Otra característica de su sistema consonántico es la articulación africada de los tres fonemas sibilantes bajo las grafías ts, tz, tx. Este último (tx) puede escribirse también como ch en los préstamos entre vasco y castellano ya que tiene el mismo sonido; buena muestra de ello es el apellido Echevarría, que procede de etxe, que significa 'casa', y berri, que significa 'nuevo'. El acento varía su posición en función de la oración, de la frase y de la palabra, de ahí la gran vacilación que se observa en la transcripción de los nombres al castellano. Morfológicamente es una lengua muy rica en partículas y pertenece al tipo aglutinante. Posee un sistema de casos y una compleja conjugación verbal, y sintácticamente mantiene el orden nombre-adjetivo-artículo como en aita gurea (literalmente 'padre nuestro el', donde el sufijo a corresponde al artículo). Su léxico moderno ha tomado numerosas raíces procedentes del castellano y del francés.
La lengua vasca, en otros tiempos llamada vascuence y hoy eusquera, euskera o euskara, como el pueblo que la habló, no sufrió romanización ni el dominio visigodo. Pudo haberse perdido como otras lenguas peninsulares de Galia e Hispania, pero fue precisamente su aislamiento y el hecho de que los imperios invasores se propusieran la conquista de estos territorios en momentos de franca decadencia lo que permitió que sobreviviera. En el siglo IX estaba ya consolidada aunque como lengua de carácter familiar sin apenas expresión escrita, a pesar de ser uno de los idiomas con documentación más antigua, como lo testimonian las glosas en vasco de San Millán de la Cogolla. El primer texto impreso en lengua vasca pertenece al poeta Bernard Dechepare (1545). En el siglo XIX surge un movimiento de afirmación nacional conocido como Fuerismo, muy ligado a la lengua y a la literatura, las cuales experimentaron un extraordinario desarrollo.
La creación de Euskaltzaindia (Real Academia de la Lengua Vasca), en 1919, supone un paso importante en la búsqueda de una norma unificadora, que no pudo desarrollarse porque después de la Guerra Civil española la lengua vasca sufrió una dura represión. Sin embargo, a partir de 1968 Gabriel Aresti bajo la dirección de Koldo Mitxelena y otros estudiosos inician la normalización de la ortografía, el léxico, la declinación y el verbo. Con la llegada de la democracia, fue reconocida como lengua cooficial en el País Vasco, y en 1984 el congreso de Euskaltzaindia sentó las bases para la normalización de los diferentes dialectos vascos en un idioma, que es el llamado euskera batua. Esto ha dado lugar a una producción literaria y científica, a publicaciones periódicas, emisoras de radio y canales de televisión que normalizan y difunden la lengua. Su enseñanza en el ámbito del País Vasco es obligatoria en los niveles de enseñanza primaria y secundaria, lo que asegura ya definitivamente su pervivencia.


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