El invento de la Casa de Alba




Casa de Alba

Casa de Alba, familia de la nobleza española, cabeza del linaje de los Álvarez de Toledo, cuyos principales miembros han desempeñado un papel destacado en la historia de España desde la edad media, tras su vinculación original al devenir de la Corona de Castilla.
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CONSOLIDACIÓN DEL LINAJE
Los principios de la estirpe son oscuros hasta García Álvarez de Toledo, maestre de la Orden de Santiago (1359-1370). Antes de él, la familia debió de pertenecer a la nobleza urbana de la ciudad de Toledo. Como otros tantos linajes, el de los Toledo participó en la guerra civil castellana y se vio recompensado tras el triunfo de la Casa de Trastámara en 1369, que supuso el inicio del reinado de Enrique II de Castilla. A la muerte del maestre, su hermano Fernán heredó el señorío de Valdecorneja, y su hijo, también llamado Fernán, el de Oropesa, constituyendo las dos ramas que más adelante dieron lugar al ducado de Alba y al condado de Oropesa.
El verdadero engrandecimiento de la rama principal se produjo en la siguiente generación, cuando Gutierre Álvarez de Toledo, arzobispo de Sevilla y luego titular de la sede toledana, recibió de Juan II el señorío de la villa de Alba de Tormes (1429). A este eclesiástico le heredó su sobrino Fernando, cuya habilidad en las luchas mantenidas durante el reinado de Juan II fue recompensada con el condado de Alba de Tormes (1438), aunque luego fuera encarcelado hasta la muerte del monarca (1454). Su hijo García —conde de Alba desde 1464— vio cómo los dominios de la Casa se extendían desde la sierra de Gredos y el norte de Extremadura hasta la frontera con Portugal. Enrique IV, en un intento por atraerle a su causa en la crisis dinástica, le concedió el título de primer duque de Alba (1470), junto con la mayor parte de las cuantiosas rentas de la feria de Medina del Campo. Pero en junio de 1475, en medio de la guerra de Sucesión de Castilla, García de Toledo se unió a Isabel y Fernando (los futuros Reyes Católicos, soberanos de Castilla desde un año antes), con lo que se ligó el destino del linaje al de la nueva monarquía.
Su hijo y sucesor, Fadrique, segundo duque, combatió en la guerra de Granada (1481-1492) y en la anexión del reino de Navarra (1515) por parte de Castilla, acción tras la cual recibió el ducado de Huéscar, título que quedó ligado a los herederos de la Casa de Alba. Su fidelidad a la realeza se renovó con el monarca Carlos I (emperador Carlos V y primer soberano hispano de la Casa de Habsburgo), quien le nombró miembro de su Consejo de Estado en 1526. La combinación estratégica de las mercedes recibidas de los reyes —obtuvieron la grandeza en 1520— con la política matrimonial consolidó a los Toledo entre la elite nobiliaria de la época de la que se dio en llamar Monarquía Hispánica.
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PLENITUD DE LA CASA

Duque de Alba
Fernando Álvarez de Toledo, tercer duque de Alba, aparece aquí retratado por el magistral pintor veneciano Tiziano (Colección de la Casa de Alba, Madrid, España). Conocido como el Gran Duque de Alba, dirigió a los ejércitos que, encabezados por el propio emperador Carlos V (Carlos I de España), derrotaron a las tropas luteranas, en Mülhberg (a orillas del río Elba, en Alemania), el 24 de abril de 1547.

Heredó el título Fernando (1507-1582), nieto del segundo duque y conocido como el Gran Duque de Alba, uno de los militares y políticos de más prestigio del siglo XVI español, que sirvió al emperador Carlos V y a su hijo Felipe II. El cuarto duque, Fadrique (1537-1585), participó con su padre en la guerra de los Países Bajos durante la toma de Malinas (1572) y la de Haarlem (1573). Como no tuvo descendencia de sus dos matrimonios, la Casa de Alba pasó a su sobrino Diego Álvarez de Toledo y Beaumont, que aportó los títulos navarros maternos —conde de Lerín y condestable de Navarra—. En 1711, al fallecer el noveno duque sin sucesión, el título recayó en su tío Francisco Álvarez de Toledo, gran canciller de las Indias, quien casó con Catalina de Haro y Guzmán, tercera duquesa de Montoro, cuyos títulos engrosaron el ya rico patrimonio de la Casa. Su hija María Teresa, undécima duquesa, casó en 1714 con el conde de Galve, Manuel de Silva y Haro. A partir de este momento, la Casa pasó a la familia de Silva.
El duodécimo duque, Fernando de Silva y Álvarez de Toledo, respondió al modelo de su tiempo: era culto, amante de la filosofía y de las ciencias; frecuentó los círculos ilustrados parisienses y fue amigo de Jean-Jacques Rousseau cuando desempeñó el puesto de embajador de España en París. Su nieta María del Pilar Teresa Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo, decimotercera duquesa (1762-1802), recibió una refinada educación en la residencia familiar bajo la tutela del undécimo duque. Casó con su primo José Álvarez de Toledo, marqués de Villafranca y duque de Fernandina, con la intención de que la Casa de Alba volviese a la rama masculina de los Toledo. La duquesa convirtió los salones de su palacete de la Moncloa en centro de la vida social y cultural madrileña. Fue famosa su relación con Francisco de Goya, quien la inmortalizó en algunos de sus mejores retratos —y que durante algún tiempo se especuló sirvió de modelo para La maja vestida y La maja desnuda—. Falleció Cayetana sin descendencia, con lo que sus estados y títulos fueron conferidos a su sobrino Carlos Fitz James Stuart, duque de Berwick (título inglés), de Liria y Jérica. En posteriores enlaces matrimoniales se sumaron a la Casa, entre otros, los ducados de Peñaranda, de Híjar, de Aliaga, de Sotomayor y el condado de Siruela, lo que la convirtió en la segunda casa nobiliaria española en acumulación de títulos y grandezas.

El invento de la Casa Blanca




Casa Blanca

La Casa Blanca en la ciudad de Washington
La Casa Blanca es la residencia oficial de los presidentes de Estados Unidos y sus principales estancias están abiertas al público.





Fachada sur de la Casa Blanca
Este edificio que data de finales del siglo XVIII, fue proyectado por el arquitecto estadounidense de origen irlandés James Hoban.



Casa Blanca, residencia oficial del presidente de Estados Unidos, construida entre los años 1792 y 1800, situada en el número 1600 de la Avenida de Pennsylvania, en Washington D.C. La Casa Blanca ha sido la vivienda de todos los presidentes de Estados Unidos con la excepción de George Washington, que firmó la ley para promover su construcción. Aunque ha sido reformada y ampliada en numerosas ocasiones, mantiene su simplicidad clasicista original.
Fue proyectada por el arquitecto estadounidense de origen irlandés James Hoban. El edificio principal, construido en piedra arenisca de Virginia, es una obra emblemática de color blanco inspirada en el estilo renacentista del italiano Andrea Palladio. En el piso bajo se sitúan los guardarropas, una habitación que contiene el servicio de porcelana, la cocina y la biblioteca. En el primer piso están las salas oficiales, abiertas al público. Las estancias privadas del presidente ocupan el segundo piso y en el tercero se disponen las habitaciones de invitados y del servicio.
En 1814, durante la guerra Anglo-estadounidense, los soldados británicos incendiaron el edificio, cuya reconstrucción dirigió el propio Hoban, incorporando el pórtico sur. La Casa Blanca se reformó sustancialmente entre 1948 y 1952, durante el mandato de Harry S. Truman, y una década más tarde, en el periodo de John F. Kennedy, se renovó el mobiliario. 

El invento de la Casas de Borbón




Casas de Borbón

Casas de Borbón, dinastía ligada a varios tronos europeos, principalmente al español y al francés, originaria de la localidad francesa de Bourbon-l’Archambault, donde la familia tuvo su primer solar.
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LOS BORBONES EN FRANCIA

Palacio de Versalles
Uno de los más bellos ejemplos de arquitectura francesa, el palacio de Versalles, fue construido en la década de 1600 por el rey Luis XIV. Hoy es un museo de 1.300 habitaciones.

Ligados primero por vasallaje a los condes de Bourges, en el siglo X pasaron a depender directamente de la Corona francesa. Durante los siglos siguientes, la familia extendió su dominio sobre Autunois y Niverais (Auvernia), Combraille y Berry. Al mismo tiempo, el tronco común se dividió en tres grandes ramas: Borbón-Busset, que perdió la primogenitura al no reconocer Luis XI el matrimonio de Luis de Borbón (1438-1482) con Catalina de Egmont; Borbón-Montpensier, extinguida en el siglo XVII; y Borbón-La Marche, uno de cuyas subdivisiones, la de La Marche-Vendôme, recibió en la persona de Carlos, duque de Vendôme (1489-1537), el título ducal de Borbón de manos de Francisco I.

Luis XVI
Luis XVI, nieto de Luis XV y miembro de la Casa de Borbón, fue considerado un monarca bienintencionado pero débil. La gravosa carga fiscal y las extravagancias de la corte terminaron por provocar la Revolución Francesa. Murió en la guillotina por orden del régimen revolucionario.

En 1548, el matrimonio de Antonio de Borbón con Juana de Albret permitió a la familia acceder al trono de Navarra. En las postrimerías del siglo XVI, durante las guerras de Religión que asolaron Francia, el tercer hijo de aquel matrimonio, Enrique III de Navarra (1553-1610), casado con Margarita de Valois (1572), se convirtió en Enrique IV de Francia (1589) por ser el pariente varón más cercano —como descendiente directo del séptimo hijo de Luis IX— de Enrique III de Francia, que murió sin hijos. Superado por el momento el conflicto religioso con el Edicto de Nantes (1598), a Enrique IV y sus sucesores les ocupó la tarea de consolidar la dinastía. Luis XIV (1643-1715) fortaleció la unión entre Estado y familia real y llevó a Francia a la hegemonía continental, aunque fracasó en su intento de reformar la Ley Sálica, que imponía una sucesión lineal masculina excluyente para las mujeres en todos los casos.

Familia de Luis XVIII
Este grabado de 1807 muestra al futuro rey francés Luis XVIII (sentado, el segundo, de izquierda a derecha) y a su familia, en una representación de los principales componentes del grupo de los émigrés. Junto al conde de Provenza (título de Luis antes de llegar al trono), aparece, de pie, su hermano y futuro sucesor (como Carlos X), el conde de Artois.

Un bisnieto de Luis XIV ascendió al trono francés en 1715 como Luis XV. Su reinado, que duró hasta su fallecimiento, ocurrido en 1774, marcó el inicio de la crisis de la monarquía Borbónica francesa. Crisis que se acentuó y manifestó de forma definitiva durante el reinado de su nieto, Luis XVI, quien le sucedió en ese último año. El inicio de la Revolución Francesa, en 1789, marcó el principio del fin de la monarquía francesa. El propio Luis XVI murió ejecutado por los revolucionarios en 1792, y su hijo (Luis XVII), fallecido en 1795, tan sólo fue reconocido por los monárquicos.
La restauración de la monarquía francesa tuvo lugar en 1814, cuando un hermano de Luis XVI ascendió al trono con el nombre de Luis XVIII, tras la caída de Napoleón I Bonaparte. El propio Napoleón interrumpió el reinado de Luis XVIII cuando, un año después, volvió brevemente al poder en el llamado gobierno de los Cien Días. Carlos X, hermano de Luis XVIII, sucedió a éste en 1824 y hubo de abdicar con motivo de la Revolución de julio de 1830.
Una nueva rama de la Casa francesa de Borbón volvió a reinar ese mismo año de 1830, cuando un descendiente de Felipe I (duque de Orleans y hermano de Luis XIV), fue proclamado rey por la Asamblea Nacional tras la abdicación de Carlos X: Luis Felipe I de Orleans, hijo de Luis Felipe José de Orleans (Felipe Igualdad), fue el primer y único rey francés de la rama Borbón-Orleans. Resultó derrocado durante los acontecimientos revolucionarios de 1848. Los actuales pretendientes al trono francés, encabezados por el conde de París, pertenecen al linaje Borbón-orleanista.
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LOS BORBONES EN ESPAÑA
Fernando VI
El último rey español de la Casa de Habsburgo (o de Austria), Carlos II, falleció sin descendencia, lo que permitió que el siglo XVIII se iniciara con un miembro de la Casa de Borbón en el trono: Felipe V. La imagen representa a su hijo Fernando de Borbón —que reinaría como Fernando VI de España (1746-1759)—, cuando ya había recibido el título de príncipe de Asturias y, por tanto, el derecho sucesorio. El retrato fue pintado por el artista italiano Giovanni Antonio Pellegrini (Museo Naval, Madrid).

En 1700, el testamento de Carlos II de España —sin descendencia— permitió el acceso al trono de Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV y de la infanta española María Teresa de Austria (hija del rey Felipe IV). Sin embargo, el temor a que los Borbones extendieran su dominio sobre la herencia de los Habsburgo españoles movió a Gran Bretaña, las Provincias Unidas y al Sacro Imperio a impugnar el testamento y declarar la guerra. La llamada guerra de Sucesión española finalizó con el reconocimiento general de Felipe V, a cambio de la renuncia de éste a sus derechos al trono de Francia y de la pérdida de los territorios italianos y flamencos.

Isabel II
Destronada en 1868, la reina española Isabel II abdicó dos años después en su hijo, el futuro Alfonso XII, favoreciendo el retorno al trono de la monarquía Borbónica, que se produciría en 1875. Isabel falleció, en 1904, en el exilio que le había llevado, 36 años antes, a París (Francia).

Los Borbones españoles del siglo XVIII —Felipe V (1700-1724 y 1724-1746), Luis I (1724), Fernando VI (1746-1759), Carlos III (1759-1788) y Carlos IV (1788-1808)— se dedicaron a una política de profundas reformas en todos los campos con la intención de devolver España a un lugar destacado entre las potencias europeas. Felipe V fue ayudado primero por consejeros franceses, relevados pronto por españoles pertenecientes a la primera generación de ilustrados. La política dinástica sostenida por Felipe V y su segunda esposa, Isabel de Farnesio, otorgó tronos en Italia a los hijos del matrimonio, dando origen a la rama Borbón-Sicilia. Los reinados de Fernando VI y Carlos III significaron la plenitud del reformismo, al mismo tiempo que se hicieron patentes los límites de la acción de gobierno. El desarrollo de la América española, cuyas posibilidades económicas aún estaban por explotar en su mayor parte, fue una de las tareas que recibieron más atención. El reinado de Carlos IV, que coincidió con el estallido revolucionario en Francia, se vio determinado por las tensiones interiores y la evolución de los acontecimientos exteriores. El agotamiento de los hombres y los programas ilustrados reformistas y la implicación de España en los sucesos internacionales ocasionaron una profunda crisis del Estado y de la dinastía, que llegó a su punto álgido en el enfrentamiento entre el rey Carlos IV y su hijo, el príncipe de Asturias y futuro Fernando VII. La conjura de El Escorial (1807) y el motín de Aranjuez (1808), promovidos por el círculo de don Fernando contra el favorito de los reyes, Manuel Godoy, provocaron el derrocamiento de Carlos IV y la proclamación de Fernando VII. Estas alarmantes muestras de la descomposición de la dinastía sucedían en una España ocupada por las tropas de Napoleón I Bonaparte, en cuyos planes figuraba ya el destronamiento de los Borbones y la inserción de España en la órbita imperial. El desprestigio de la familia real alcanzó su cima en las abdicaciones de Bayona, por las que Carlos IV y Fernando VII entregaron a Bonaparte sus derechos a la Corona de España, quien a su vez los transfirió a su hermano José (1808).

Alfonso XIII
El reinado de Alfonso XIII supuso una nueva etapa dentro del periodo de la historia de España que recibió el nombre de Restauración. En la grabación podemos escuchar al soberano de la Casa de Borbón, en 1921, alabando a las tropas españolas que combatían en Marruecos. La imagen reproduce un óleo de Fernando Álvarez de Sotomayor, pintado hacia 1920 y conservado en el Museo Naval de Madrid, en el que aparece el monarca vestido de almirante.

Con Felipe V se había introducido en España la Ley Sálica, establecida formalmente por Auto Acordado (10 de mayo de 1713). En una reunión de Cortes de 1789 fue derogada y se volvió al orden sucesorio tradicional de Castilla, regido por las Partidas (2,15,2). Pero como la ley no fue publicada, planteó graves problemas a Fernando VII (que verdaderamente reinó en España en 1808 y desde 1814 hasta 1833), quien sólo contaba con descendencia femenina.
Durante el siglo XIX y el XX todos los reyes y reinas de España han pertenecido a la dinastía Borbónica, excepto Amadeo I (1870-1873): Fernando VII (1808-1833), Isabel II (1833-1868), Alfonso XII (1875-1885), Alfonso XIII (1886-1931) y el nieto de éste, Juan Carlos I, que en 1975 comenzó su reinado y fue uno de los artífices de la transición española a la democracia, posterior al régimen dictatorial del general Francisco Franco.

El invento del Castillo de Windsor




Castillo de Windsor

Castillo de Windsor
El castillo de Windsor, situado en una colina sobre el río Támesis, es una de las residencias de la familia real inglesa. Su construcción data del año 1070, pero su aspecto actual procede principalmente del siglo XIX.






Castillo de Windsor, Inglaterra
Esta propiedad de la familia real se encuentra en la ciudad de Windsor, en Berkshire, al sur de Inglaterra. El castillo actual se compone de la Round Tower (torre circular) flanqueada por dos conjuntos en torno a patios.





Windsor, Inglaterra
En Windsor, al sur de Inglaterra, se encuentra el conocido castillo de Windsor, propiedad de la familia real británica, que, precisamente, tomó su nombre, en 1917, de esta ciudad. Gracias a él, el turismo es el principal pilar de la economía de esta villa.



Castillo de Windsor, residencia real situada sobre una colina que domina el río Támesis en la villa de Windsor (Berkshire), unos 35 km al oeste de Londres.
En este lugar ya existía una residencia real desde los tiempos sajones. Hacia 1070, en una fecha cercana a la edificación de la torre de Londres, Guillermo I el Conquistador construyó una mota y dos bastidas en Windsor, sustituidas por la torre circular en tiempos de Enrique II. Hacia el año 1344 Eduardo III reconstruyó virtualmente el castillo, y desde entonces el palacio ha sufrido numerosas transformaciones de manos de diferentes monarcas, hasta llegar a la última importante, acometida por Jorge IV a principios del siglo XIX.
El castillo actual se compone de la Round Tower (torre circular) flanqueada por dos conjuntos en torno a patios —el pabellón superior al este y el pabellón inferior al oeste—. El pabellón inferior contiene la St George's Chapel, comenzada en 1474 durante el reinado de Eduardo IV y finalizada en 1528 por Enrique VIII. Esta capilla, magnífico ejemplo del estilo perpendicular tardío, es el mausoleo de los reyes Enrique VI, Eduardo VI, Enrique VIII, Juana Seymour, Carlos I, Eduardo VII y Jorge V. La anexa Albert Memorial Chapel, construida en un principio por Enrique III como monumento a Eduardo el Confesor, fue reformada por la reina Victoria para recordar la figura de su marido, el príncipe consorte Alberto de Sajonia.
Las habitaciones oficiales del pabellón superior incluyen la St Georges Hall, la Waterloo Chamber y una capilla privada. Esta parte del castillo sufrió daños irreparables en el incendio de 1992. El pabellón superior también contiene la biblioteca real (donde se guarda una importante colección de dibujos de los grandes maestros). Por su parte, el salón del trono y las salas de Rubens y Van Dyck cuentan con valiosas colecciones de pintura, escultura y otras obras de arte.
Home Park es el nombre del parque de 200 hectáreas que rodea al castillo por los lados sur, este y norte. Ubicado en él se encuentra un mausoleo, Frogmore, destinado a los restos de la reina Victoria y el príncipe Alberto. Una avenida arbolada de más de 5 km une Home Park con el gran parque de Windsor y con el lago artificial conocido como Virginia Water.


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