El invento de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL)





Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL), institución ecuatoriana de enseñanza superior ubicada en Guayaquil (Guayas), ciudad que pertenece a la región de la Costa. La ESPOL surgió para dar respuesta a las demandas de educación científica y técnica de los jóvenes estudiantes de esta región.
Fundada en 1958, tuvo en sus inicios dos especializaciones: Ingeniería Naval e Ingeniería de Minas y Petróleo. Con posterioridad se crearon nuevas carreras y especialidades, hasta que, en 1982, inició sus programas de posgrado y, en 1993, sus diplomaturas. En la actualidad cuenta con cinco campus universitarios (Las Peñas, La Prosperina, Daule, Santa Elena y CENAIM), que albergan a más de 7.000 alumnos y 300 profesores, y ofrece un total de 23 carreras profesionales. En el nivel de tecnología oferta 8 especialidades: Tecnología en Alimentos, Tecnología en Computación, Tecnología en Electricidad y Electrónica, Tecnología en Mecánica, Tecnología en Pesquería, Tecnología Industrial en la Madera, Tecnología en Agricultura y en Investigaciones Marinas. En el nivel de ingeniería ofrece 14 especializaciones en las facultades de Ingeniería en Ciencias de la Tierra, Ingeniería Marítima y Ciencias del Mar, Ingeniería en Electricidad y Computación, e Ingeniería en Mecánica; en los institutos de Ciencias Humanísticas y Económicas, Ciencias Físicas, Ciencias Químicas y Ciencias Matemáticas, y en la Escuela de Posgrado en Administración de Empresas. Oferta además sendas maestrías en Sistemas de Información Gerencial y en Sistemas de Potencia.
Adscrito a la ESPOL se encuentra el Centro de Investigación Científica y Tecnológica (CICYT), creado en 1983 para orientar, apoyar y difundir todas aquellas actividades relacionadas con este ámbito.

El invento de la Escuela Politécnica de Francia





Escuela Politécnica (Francia) (en francés, École Polytechnique), liceo francés dedicado a la enseñanza de la ingeniería, que se encuentra bajo la dirección del ministerio de Defensa. Fue fundada en 1794 con el fin de formar administradores civiles y militares, y convertida por Napoleón I Bonaparte en academia militar en 1804. En principio, la mayoría de los graduados se convertían en asesores técnicos de las Fuerzas Armadas, pero en la actualidad casi todos ingresan en la administración o se dedican al mundo de los negocios. En 1976, la Escuela fue trasladada desde su emplazamiento inicial en el centro de París a Palaiseau, en las afueras de la capital gala. Tanto la Escuela como sus graduados son conocidos por el nombre de ‘X’ debido a los cañones cruzados que aparecen en la insignia de la Escuela.
Cuenta con nueve departamentos: Matemáticas, Matemáticas Aplicadas, Física, Mecánica, Biología, Química, Ciencias Sociales y Humanas, Economía y Lenguas Extranjeras. Su centro de investigación cuenta con 25 laboratorios dotados de más de un centenar de investigadores y docentes.
La Escuela Politécnica es la más prestigiosa de las grandes écoles (grandes escuelas) francesas. La admisión está condicionada a la superación de un examen competitivo en extremo que se realiza, tras una preparación específica, dos años después de superar el baccalauréat (prueba de ingreso a la universidad). Los 800 estudiantes (de los que un 10% son mujeres) tienen un año de preparación militar, al que siguen dos años de estudio en la universidad. Durante este periodo se les considera oficiales en reserva y reciben una aportación económica. Tras la graduación prosiguen su formación en escuelas de ingeniería o dedicados a la investigación. Conforme a la tradición del centro, los graduados más destacados son seleccionados para formar parte de la administración o de organismos públicos (aviación civil, telecomunicaciones, ingeniería civil...).

El invento de la Escuela de traductores de Toledo





Alfonso X el Sabio
En esta miniatura del Tumbo (Códice) de Tojos Outos (siglo XIII), que se conserva en el Archivo Histórico Nacional (Madrid, España), se representan (de izquierda a derecha) al rey castellano-leonés Alfonso X el Sabio; su esposa, Violante de Aragón (hija del rey aragonés Jaime I el Conquistador), y al hijo de ambos, el infante Fernando de la Cerda. El rey sabio fue uno de los motores de la Escuela de traductores de Toledo.


Escuela de traductores de Toledo, grupo de estudiosos cristianos, judíos y musulmanes que desarrolló una importantísima labor científica y cultural en Toledo, especialmente durante el reinado de Alfonso X el Sabio (1252-1284). Sus trabajos de investigación y traducción permitieron que obras fundamentales de la antigua cultura griega fueran rescatadas del olvido y transmitidas a la Europa medieval a través de España. A partir de estas versiones, y gracias a las mismas, España transmitió a Europa todos aquellos saberes que cubrían campos como la geografía, la astronomía, la cartografía, la filosofía, la teología, la medicina, la aritmética, la astrología o la botánica, entre otros. Esta escuela fue el origen y la base del renacer científico y filosófico de las famosas escuelas de Chartres y, más tarde, de la Sorbona.
Las grandes obras científicas y filosóficas griegas, conservadas y acrecentadas en Alejandría (verdadera encrucijada entre Oriente y Occidente), fueron salvadas del olvido gracias a los científicos musulmanes, cuyo florecimiento más acusado se dio en Bagdad a partir de la segunda mitad del siglo VIII. Los eruditos y traductores árabes lograron aglutinar las antiguas culturas griega, persa e india con las de los nuevos pueblos incorporados al gran imperio árabe.
Todo este acervo multicultural fue transmitido a la España musulmana y, de ella, a los reinos cristianos medievales. En la Córdoba califal de Abd al-Rahman III, de Al-Hakam II —cuya biblioteca llegó a contener 400.000 volúmenes— y de sus sucesores, el espíritu cultural importado de Oriente fue recreado, transformado, acrecentado y traducido en el seno de florecientes círculos culturales integrados por musulmanes, judíos y cristianos, de modo que Córdoba pasaría a ser la heredera científica y cultural de Bagdad.
Dentro de este ambiente cultural, la escuela de traductores de Toledo se inició en la primera mitad del siglo XII gracias al impulso del arzobispo don Raimundo, quien desarrolló su labor en Toledo entre 1130 y 1150. Su esfuerzo no hizo sino aglutinar la tradición que llevaba produciendo frutos muy valiosos desde tiempos anteriores con nombres como Pedro Alfonso (Mosé Sefardí), Abraham bar Hiyya o Abraham ibn Ezra, verdaderos iniciadores de la escuela. Ésta, llevó a su zenit toda esta tradición y Toledo se convirtió en el centro cultural más desarrollado de la Europa del momento. Entre sus nombres más preclaros pueden citarse los de dos personas que hicieron florecer la filosofía neoplatónica: Dominico Gundisalvo (arcediano de Segovia) y Juan Hispalense (judío converso de Sevilla), quienes, en equipo, tradujeron importantes obras de Avicena, Algazel, Ibn Gabirol o Averroes.
Por otro lado, importantes personalidades de la cultura y la ciencia europeas viajaron a Toledo para trabajar allí e integrarse en el ambiente cultural que floreció en esos años. Entre otros pueden citarse los nombres de Gerardo de Cremona (que tradujo más de ochenta obras); Adelardo de Bath, traductor junto a Pedro Alfonso de las Tablas astronómicas de Al-Jwārīzmī; Roberto de Retines; Rodolfo de Brujas; Alfredo de Sareschel; Miguel Scoto o Hermann el Alemán.


El invento de la Escuela salmantina





Universidad de Salamanca
A la sombra del poeta fray Luis de León, surgió un grupo de poetas líricos en la ciudad de Salamanca, preocupados tanto por las formas métricas como por contenidos poéticos de corte filosófico y moral. En la foto, la plaza de la Universidad de Salamanca de la que fueron asiduos visitantes.


Escuela salmantina, grupo de poetas españoles del siglo XVI, cultivadores de una lírica en la que el sujeto expresa su intimidad ligada a cuestiones de índole religiosa, moral y filosófica. El modelo que los vincula es fray Luis de León. Entre ellos sobresalen Francisco Sánchez de las Brozas (El Brocense), fray Basilio Ponce de León, Malón de Chaide, Francisco de la Torre, Francisco de Figueroa, Francisco de Medrano. Se identifican por su búsqueda de un lenguaje ajustado, por la tendencia a las combinaciones estróficas breves (como la lira) y la alternancia de rimas consonantes y asonantes (véase Versificación). También se llama escuela salmantina la que prosperó a finales del siglo XVIII y que, presidida por José Cadalso y, en una segunda etapa, por Juan Meléndez Valdés, se guiaba por los principios de la poesía filosófica e ilustrada expuestos en la Epístola de Jovellanos. Además de su gusto por los temas mitológicos y la poesía de Anacreonte y Horacio, sus autores españoles predilectos eran Garcilaso de la Vega, fray Luis de León y Esteban Manuel de Villegas. 

El invento de la Escuela sevillana





La Giralda
En Sevilla se dio la escuela poética sevillana, caracterizada por el artificio y el brillo verbal. Esa brillantez y exuberancia se puede ver en otras manifestaciones artísticas de la ciudad del Guadalquivir. En la ilustración aparece la Giralda, un alminar árabe construido entre 1188 y 1198, y al que en el siglo XVI se le añadió el rico y personalísimo remate del que proviene su nombre.


Escuela sevillana, grupo de poetas coetáneos de los que constituían la escuela salmantina, cuya estética se basaba en las Anotaciones de Fernando Herrera a la poesía de Garcilaso de la Vega. Literariamente buscan el artificio y el brillo verbal, acudiendo a neologismos y cultismos y valiéndose de estrofas largas, en las que se manifiesta un cuidado riguroso de la rima. El espacio que los vincula es la Academia de Gramática y Humanidades, dirigida por el maestro Mal Lara, en la que coinciden Argote de Molina, Juan de la Cueva, Diego Girón, Francisco Pacheco y el mismo Herrera. La escuela se extiende a lo largo de un siglo dividido en dos etapas: la primera, hasta principios del siglo XVII; la segunda, hasta mediados de este siglo, representada por poetas como Jáuregui, Rioja, R. Caro y Quirós. También en el siglo XVIII se crea una escuela sevillana, representada por dos academias: la Horaciana y la Particular de Letras Humanas. Su poeta preferido es también Fernando Herrera. Entre sus miembros figuran Alberto Lista, Manuel María del Mármol, José María Blanco White, autor de un ensayo llamado Sobre el placer de las imaginaciones inverosímiles. Aunque la estética dominante es la neoclásica, los dos últimos autores citados tienen contactos con el romanticismo inglés y alemán.

El invento de la Escuela eleática





Escuela eleática, corriente griega de filosofía que tuvo su apogeo en los siglos VI y V a.C. El pensamiento eleático se opone tanto a la filosofía materialista de la escuela jónica como a la teoría del flujo universal formulada por el filósofo griego Heráclito. Según los eleáticos, el universo es en esencia una unidad inmutable, que, siendo infinita en tiempo y espacio, está más allá de la cognición proporcionada por los sentidos humanos. Sólo a través de la reflexión filosófica, afirmaban, se puede alcanzar la verdad última. Las observaciones sensoriales ofrecen tan solo una visión limitada y distorsionada de la realidad. El nombre de eleática viene de la ciudad griega de Elea, al sur de Italia, el hogar de Parménides y Zenón, máximos exponentes de la misma escuela. Los eruditos difieren en si la escuela fue fundada por Jenófanes o Parménides. Muchas de las doctrinas eleáticas se basaron en las enseñanzas de Jenófanes, mientras que Parménides desarrolló sus doctrinas dentro de un sistema de metafísica. La filosofía eleática sirvió como base para el sistema metafísico de Platón.

El invento de la Escuela de Marburgo





Escuela de Marburgo, escuela filosófica alemana, iniciada por Hermann Cohen (profesor de la Universidad de Marburgo), que pretendía renovar el estudio de la filosofía de Immanuel Kant. Tuvo una especial influencia en la filosofía europea durante la primera década del siglo XX. La denominada Escuela de Marburgo reunió a pensadores diferentes, que compartían el interés por el análisis de la filosofía kantiana y su renovación; de ahí que se encuentre en el núcleo del llamado neokantismo. Debe señalarse que los filósofos españoles Manuel García Morente y José Ortega y Gasset estudiaron en Alemania bajo la influencia de los filósofos de Marburgo. La peculiaridad de esta escuela radicó en la valoración de los aspectos formales del pensamiento kantiano, el análisis de su teoría del conocimiento y su aplicación al mundo de las ciencias empíricas. En este sentido, se opone a otra escuela neokantiana que tuvo su centro en la universidad alemana de Baden y que criticaba el excesivo racionalismo de la Escuela de Marburgo. Para los pensadores de ésta, la filosofía debe estudiar las condiciones formales de la posibilidad del conocimiento y de la acción, destacando el papel constructivo que posee la razón humana; y, como ya hizo Kant, debe tener siempre en cuenta los datos que aportan las matemáticas y la física para el conocimiento de la realidad. Entre los miembros más significativos de esta escuela se encuentran los filósofos alemanes Paul Natorp, Karl Vorländer, Nicolai Hartmann y Ernst Cassirer.

El invento de la Escuela de gramática





Escuela de gramática, originalmente una escuela en la que se enseñaba la gramática griega y latina y temas relacionados con ambas.
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ESCUELAS DE GRAMÁTICA LATINA
Durante la alta edad media, la gramática latina era el principal tema de enseñanza en la escuelas de los monasterios, las principales instituciones educativas europeas de aquel tiempo. Cuando se desarrollaron las universidades y la educación se hizo más laica, la escuela de gramática latina pasó a ser una escuela preparatoria para acceder a dicha institución.
Gradualmente el estudio de la gramática llegó a incluir todos los temas relacionados con el lenguaje escrito, como el estilo. La gramática griega se añadió al currículo durante el renacimiento en los siglos XV y XVI, pero tuvo una incidencia secundaria. Estas disciplinas llegaron a ser las áreas de mayor relevancia en las escuelas de secundaria en Europa, que eran generalmente llamadas escuelas de gramática, o de gramática latina.
Como consecuencia de la Reforma muchas escuelas eclesiásticas fueron reemplazadas por instituciones seculares, especialmente en los países protestantes. El Gymnasium alemán y los internados británicos fueron esencialmente escuelas de gramática latina. El liceo francés también otorgaba una educación clásica. Este tipo de escuelas también se establecieron en la América colonial durante el siglo XVII.

El invento de la Escuela de Glasgow





Escuela de Arte de Glasgow
La Escuela de Arte de Glasgow (Glasgow School of Art), proyectada por Charles Rennie Mackintosh y concluida en 1909, es uno de los mejores ejemplos de arquitectura Art Nouveau. Entre sus innovaciones más destacadas están las cancelas de hierro forjado, los grandes ventanales y la biblioteca de doble altura.

Escuela de Glasgow, grupo de arquitectos y diseñadores vanguardistas vinculados a la Escuela de Arte de Glasgow (Glasgow School of Art), cuyas obras representaron un paso decisivo en la evolución escocesa de Art Nouveau. La figura más emblemática fue Charles Rennie Mackintosh, y entre el resto de sus miembros destacaron Francis Newbery, director de la Escuela desde 1885, su esposa Jessie, Margaret y Frances MacDonald, Herbert MacNair, George Walton y Talwin Morris.
Mackintosh y MacNair trabaron amistad en el estudio de arquitectura de Honeyman & Keppie, donde ambos trabajaban, y conocieron a las hermanas MacDonald a través de Francis y Jessie Newbery. Los Cuatro (como se llamó más tarde al grupo formado por Mackintosh, MacNair y las hermanas MacDonald) colaboraron en la realización de carteles, metalistería, bordados, ilustraciones, vidrio estampado, estuco y otras artes decorativas. Frances MacDonald contrajo matrimonio con Herbert MacNair en 1899 (fecha en la que se trasladaron a Liverpool) y Margaret se casó en 1900 con Mackintosh, en cuyo estudio colaboró como decoradora.
Talwin Morris, aunque también arquitecto de carrera, se dedicó en exclusiva al grafismo y la decoración, y llegó a ser director artístico de la editorial escocesa Blackie & Co. Además de las cubiertas de libros, en estilo Art Nouveau, también diseñó vidrieras, muebles y objetos metálicos. George Walton compaginó su trabajo como cajero de un banco con los estudios nocturnos en la Escuela, donde en 1888 se especializó como decorador. Más tarde diseñó y amuebló el interior de varios salones de té de la cadena de Miss Cranston, en Glasgow, en dos ocasiones en colaboración con Mackintosh.
Las obras de Charles Rennie Mackintosh, con su perfecta integración de todos los elementos decorativos, hasta los mínimos detalles, ejemplifican el espíritu de este grupo de artistas. Una buena muestra es el mobiliario que diseñó para la Escuela de Arte de Glasgow o los salones de té de Miss Cranston: hincapié de las líneas verticales, especialmente en los elevados respaldos de las sillas; cornisas salientes y finas en los armarios; acabados de laca blanca con incrustaciones de vidrio coloreado, metal y nácar; y estilizados motivos florales, como las rosas entrelazadas en cestos de reminiscencias célticas.

El invento de la Escuela de Fontainebleau





Francisco I
Las pautas del retrato oficial en Francia durante el renacimiento quedaron sentadas con esta magnífica pintura de Jean Clouet, una de las principales figuras de la escuela de Fontainebleau, corriente artística surgida bajo el reinado de Francisco I. Actualmente se conserva en el Museo del Louvre (París), la pinacoteca que se comenzó a construir en los últimos años de gobierno de este monarca.


Escuela de Fontainebleau, estilo pictórico francés aparecido en la corte de Fontainebleau bajo el reinado de Francisco I en el siglo XVI, que transformó el manierismo italiano en un estilo más elegante, propio de la estética cortesana.
Durante el reinado de Francisco I, la corte acogió a numerosos artistas italianos, como Leonardo da Vinci o Benvenuto Cellini. La pintura conoció un nuevo esplendor en las grandes decoraciones (frescos, estucos y artesonados) realizados bajo la dirección de Rosso Fiorentino, de Primaticcio y, más tarde, de Niccolò dell'Abbate en el castillo de Fontainebleau, a partir de 1530. Se conocen algunos artistas franceses de ese periodo, como Jean Cousin el Viejo, pero la mayoría de las obras son anónimas. Esta pintura, que bebía en las fuentes de la mitología, está muy ligada a la perfección técnica y a la exactitud de la reproducción respecto del original. En este sentido, se pueden señalar el Nacimiento de Cupido (Museo Metropolitano, Nueva York) y Diana cazadora (c. 1550, Museo del Louvre, París).
Con Carlos IX y Enrique III, Antoine Caron y Jean Cousin el Joven dominaron la escena artística. En el Juicio Final (Louvre, París), este último intentó una nueva transcripción de los desnudos de Miguel Ángel de la capilla Sixtina. El retrato de Francisco I, de Jean Clouet (c. 1525, Louvre) estableció los criterios del retrato oficial francés del renacimiento. La originalidad de Clouet se pone de manifiesto, especialmente, en los numerosos dibujos que le son atribuidos. Realizó así mismo pinturas de historia, como El baño de Diana (Museo de Bellas Artes, Ruán). A partir del reinado de Enrique II, el retrato, género de acceso fácil, gozó de una importante popularidad entre la aristocracia.
Bajo el reinado de Enrique IV se desarrolló el estilo a veces calificado de Segunda Escuela de Fontainebleau. Los temas novelescos y literarios, surgidos de las canciones de Tasso y Ariosto, conocieron un importante éxito. Toussaint Dubreuil, Martin Fréminet y Ambroise Dubois realizaron numerosas decoraciones para las residencias reales.

El invento de la Escuela de Frankfurt





Herbert Marcuse
Ligado de forma muy íntima a la Escuela de Frankfurt, Herbert Marcuse fue uno de los principales renovadores del pensamiento marxista durante el siglo XX.

Escuela de Frankfurt, movimiento filosófico y sociológico fundado en 1923 y asociado al Instituto de Investigación Social de la Universidad de Frankfurt.
Su portavoz fue en un principio Max Horkheimer, quien sería nombrado director del Instituto en 1930 y que expuso la ‘teoría crítica’ de esta escuela en su periódico Zeitschrift für Sozialforschung (artículos recopilados en la obra publicada en 1968 Teoría crítica). La escuela era de inspiración marxista aunque también admitía otras formas de liberación como el psicoanálisis.
Sostenían que el marxismo, al igual que cualquier otra doctrina, debía someterse a la crítica. Argumentaban que la sociedad moderna está aquejada de enfermedades que sólo pueden ‘curarse’ con una transformación radical de la teoría y la práctica, y que la tecnología constituye una de esas enfermedades y no es una solución, como había supuesto Marx. Asimismo, mantenían que la revolución proletaria que habría de liberar a la humanidad no es inevitable y que el pensamiento teórico no es del todo independiente de las fuerzas sociales y económicas.
La función de la ‘teoría crítica’ era analizar detalladamente los orígenes de las teorías en los procesos sociales, sin aceptarlas de inmediato como hacían los empiristas y positivistas, ya que ello sería aceptar implícitamente procesos y condiciones de los que el hombre ha de emanciparse. Afirmaban que las ciencias no están libres de valores, sino que conllevan supuestos implícitos cuya condición de valor está oculta por su evidente obviedad. Estos juicios de valor, como la conveniencia de dominar la naturaleza mediante la tecnología, deben ‘desenmascararse’ y exponerse a la crítica.
En 1930 Theodor Adorno se asoció al Instituto. Era un hombre de inteligencia excepcional y muy versátil, experto en música, así como en filosofía y sociología. Su amigo Walter Benjamin también colaboró y en 1933 se asoció Herbert Marcuse, discípulo de Martin Heidegger. Al año siguiente los nazis cerraron el Instituto por sus tendencias comunistas y la ascendencia judía de la mayoría de sus miembros, muchos de los cuales se exiliaron, entre ellos Horkheimer, Adorno y Marcuse.
El Instituto volvió a abrir sus puertas en Nueva York con el nombre de Nueva Escuela de Investigación Social. En esa época aparecieron publicadas diversas obras: Razón y revolución (1941), interpretación hegeliana de Karl Marx escrita por Marcuse, La dialéctica de las Luces (1947) de Adorno y Horkheimer, Minima Moralia (1951) de Adorno y La personalidad autoritaria, obra sobre psicología empírica de Adorno y otros autores. El Instituto retornó a Frankfurt a comienzos de la década de 1950 junto con Horkheimer y Adorno, que fue su director entre 1958 y 1969. Marcuse y los demás miembros permanecieron en Estados Unidos.
El miembro más destacado de la escuela en los últimos años ha sido Jürgen Habermas. En su Teoría y práctica (1963) y Conocimiento e interés (1968) apoya los puntos de vista de Adorno y Horkheimer de que las ciencias engloban presupuestos e intereses ideológicos y que la razón del progresismo ha pasado a ser un medio de opresión. En su Teoría de la acción comunicativa (1981) aboga por un ideal de comunicación que englobe a todos los seres racionales y que esté totalmente libre de la dominación y el interés.

El invento de la Escuela de Chicago





Almacenes Carson Pirie Scott
Esta imagen muestra la fachada de los almacenes Carson Pirie Scott (1899-1904) en Chicago. Diseñados por el arquitecto Louis Sullivan siguiendo la influencia del Art Nouveau, el elaborado estilo a base de hierro fundido es característico de este gran amante del detalle. En relación a las dos primeras plantas, las doce siguientes se destacan por su simplicidad, con ventanas geométricas bien distribuidas dentro de la estructura de acero.


Escuela de Chicago, movimiento arquitectónico estadounidense, que surgió a finales del siglo XIX en Chicago, cuyos seguidores proyectaron rascacielos, una de las primeras tipologías específicas de la arquitectura moderna. En 1885 el arquitecto e ingeniero William Le Baron Jenney construyó el Home Insurance Building (demolido en 1927), un edificio de diez pisos en el que por primera vez se empleó un esqueleto completamente metálico, compuesto por columnas de hierro colado y vigas de acero, que sustentaba las superficies de albañilería de suelos y paredes, creando así el arquetipo constructivo del rascacielos.
Cuatro jóvenes arquitectos —Louis Sullivan, Daniel Burnham, William Holabird y Martin Roche —que trabajaron en el estudio de Jenney, se convirtieron en los líderes del movimiento. Holabird y Roche se asociaron para proyectar algunas estructuras emblemáticas, como el Tacoma Building (1889, demolido en 1925). Burnham formó equipo con John Wellborn Root, con el que edificó innumerables edificios de oficinas tan representativos como el Roockery (1886), el Monadnock Building (1891) o el Reliance Building (1895). Otro proyecto de Burnham fue el famoso rascacielos triangular de Nueva York conocido como Flatiron (1902, originalmente el Fuller Building). Sullivan, que está considerado como el más importante del grupo, se asoció con Dankmar Adler y construyó con su ayuda algunas de las obras maestras del siglo XIX, entre las que destacan el Auditorium Building (Chicago, 1890) —que combina un hotel, una torre de oficinas y un teatro acústicamente perfecto (restaurado en 1968)— y el Wainwright Building de Saint Louis (1891), el epítome de un estilo que combinó de forma admirable la precisión estructural con una hermosa decoración escultórica de terracota y metal. Sin embargo, Sullivan proyectó en solitario su obra conservada más representativa, los grandes almacenes de Carson, Pirie y Scott (en un principio Schlesinger&Meyer), un edificio de muros lisos de acero y cristal completados por paneles de bajorrelieves metálicos que adornan la fachada del piso de entrada. Los principios de la escuela de Chicago sobre claridad funcional y empleo de materiales modernos se transmitieron a través de Frank Lloyd Wright, discípulo de Sullivan, que se convirtió en uno de los principales maestros de la arquitectura del siglo XX.

El invento de la Escuela de Cambridge





Escuela de Cambridge, escuela de filósofos cristianos ingleses de finales del siglo XVII, centrada en torno a la Universidad de Cambridge. Procedían de un grupo denominado los latitudinarios; se significaban contra el calvinismo, basaban sus doctrinas en las enseñanzas de Platón, y en el fondo eran los teólogos liberales de su tiempo. Primaban más la moralidad que el dogma y trataban de reconciliar lo fundamental de la ética cristiana con la nueva racionalidad filosófíca, científica y humanista del renacimiento. Aunque su sustrato ideológico era el puritanismo, rechazaban la puritana separación estricta entre teología y moral. La escuela fue en esencia contraria a las doctrinas del filósofo inglés Thomas Hobbes, que basaba su doctrina en los sentidos ignorando los postulados morales y religiosos de la naturaleza humana. La amplitud de su liberalismo acarreó problemas a los Platónicos de Cambridge, que fueron acusados de ateísmo y de vivir en el límite de la ley. Los dos representantes más conocidos de la escuela fueron los filósofos ingleses Ralph Cudworth y Henry More.

El invento de la Escuela activa





Escuela activa, concepción del aprendizaje como un proceso de adquisición individual de conocimientos, de acuerdo con las condiciones personales de cada alumno, en el que interviene el principio del activismo. Supone la práctica del aprendizaje a través de la observación, la investigación, el trabajo y la resolución de problemas, en un ambiente de objetos y acciones prácticas.
El ideal de la escuela activa, según el educador suizo Adolphe Ferrière, en quien confluyen las ideas del pragmatismo, el pensamiento del filósofo Henri Bergson y la influencia de la escuela del trabajo, es 'la actividad espontánea, personal y productiva. La finalidad del acto didáctico está en poner en marcha las energías interiores del educando, respondiendo así a sus predisposiciones e intereses, en un ambiente de respeto, libertad y actividad'.
Se concibe el mundo como un laboratorio en el que el niño desarrolla activamente su propia educación. A partir de 1917 la escuela activa se presenta como sinónimo de “escuela nueva”, ya que ésta encontraba en el activismo su fundamento más distintivo.

El invento de la educación




Educación. (Del lat. educatĭo, -ōnis). f. Acción y efecto de educar. || 2. Crianza, enseñanza y doctrina que se da a los niños y a los jóvenes. || 3. Instrucción por medio de la acción docente. || 4. Cortesía, urbanidad. || ~ especial. f. La que se imparte a personas afectadas de alguna anomalía mental o física que dificulta su adaptación a la enseñanza ordinaria. || ~ física. f. Conjunto de disciplinas y ejercicios encaminados a lograr el desarrollo y perfección corporales. || ~ inicial. f. Perú. Nivel educativo previo al primer grado, para niños de entre tres y cinco años de edad.



Historia de la educación, teorías, métodos, sistema de administración y situación de las escuelas desde la antigüedad hasta el presente en todo el mundo. El concepto 'educación' denota los métodos por los que una sociedad mantiene sus conocimientos, cultura y valores y afecta a los aspectos físicos, mentales, emocionales, morales y sociales de la persona. El trabajo educativo se desarrolla por un profesor individual, la familia, la Iglesia o cualquier otro grupo social. La educación formal es la que se imparte por lo general en una escuela o institución que utiliza hombres y mujeres que están profesionalmente preparados para esta tarea.
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LOS PRIMEROS SISTEMAS DE EDUCACIÓN

Las enseñanzas de Confucio
Hace unos 2.500 años el filósofo Confucio propagaba los principios morales y éticos que rigen la conducta individual y las relaciones sociales, mientras la China feudal estaba sumida en la inmoralidad y la conspiración. La sabiduría y las enseñanzas de Confucio fueron la base de la educación para los funcionarios públicos que administraban todo el país. En China permanece la tradición confucionista, que incluye sabiduría, educación y ética.

Los sistemas de educación más antiguos conocidos tenían dos características comunes; enseñaban religión y mantenían las tradiciones del pueblo. En el antiguo Egipto, las escuelas del templo enseñaban no sólo religión, sino también los principios de la escritura, ciencias, matemáticas y arquitectura. De forma semejante, en la India la mayor parte de la educación estaba en manos de sacerdotes. La India fue la fuente del budismo, doctrina que se enseñaba en sus instituciones a los escolares chinos, y que se extendió por los países del Lejano Oriente. La educación en la antigua China se centraba en la filosofía, la poesía y la religión, de acuerdo con las enseñanzas de Confucio, Lao-tsé y otros filósofos. El sistema chino de un examen civil, iniciado en ese país hace más de 2.000 años, se ha mantenido hasta nuestros días, pues, en teoría, permite la selección de los mejores estudiantes para puestos importantes en el gobierno.
Los métodos de entrenamiento físico que predominaron en Persia y fueron muy ensalzados por varios escritores griegos, llegaron a convertirse en el modelo de los sistemas de educación de la antigua Grecia, que valoraban tanto la gimnasia como las matemáticas y la música.
La Biblia y el Talmud son las fuentes básicas de la educación entre los judíos antiguos. Así, el Talmud animaba a los padres judíos a enseñar a sus hijos conocimientos profesionales específicos, natación y una lengua extranjera. En la actualidad, la religión sienta aún las bases educativas en la casa, la sinagoga y la escuela. La Torá sigue siendo la base de la educación judía.
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TRADICIONES BÁSICAS DEL MUNDO OCCIDENTAL
Escuela de Atenas
El fresco La Escuela de Atenas del pintor renacentista italiano Rafael, representa la filosofía clásica con las dos figuras más importantes de la antigua Grecia: Platón y Aristóteles (en el centro), que aparecen rodeados de otros célebres eruditos de la época.

Los sistemas de educación en los países occidentales se basaban en la tradición religiosa de los judíos y del cristianismo. Una segunda tradición derivaba de la educación de la antigua Grecia, donde Sócrates, Platón, Aristóteles e Isócratesfueron los pensadores que influyeron en su concepción educativa. El objetivo griego era preparar a los jóvenes intelectualmente para asumir posiciones de liderazgo en las tareas del Estado y la sociedad. En siglos posteriores, los conceptos griegos sirvieron para el desarrollo de las artes, la enseñanza de todas las ramas de la filosofía, el cultivo de la estética ideal y la promoción del entrenamiento gimnástico.
En el periodo helenístico, las influencias griegas en la educación se transmitieron en primer lugar por medio de los escritos de pensadores como Plutarco, para quien el protagonismo de los padres en la educación de sus hijos era el más esencial punto de referencia.
La educación romana, después de un periodo inicial en el que se siguieron las viejas tradiciones religiosas y culturales, se decantó por el uso de profesores griegos para la juventud, tanto en Roma como en Atenas. Los romanos consideraban la enseñanza de la retórica y la oratoria como aspectos fundamentales. Según el educador del siglo I Quintiliano, el adecuado entrenamiento del orador debía desarrollarse desde el estudio de la lengua, la literatura, la filosofía y las ciencias, con particular atención al desarrollo del carácter. La educación romana transmitió al mundo occidental el estudio de la lengua latina, la literatura clásica, la ingeniería, el derecho, la administración y la organización del gobierno.
Muchas escuelas monásticas así como municipales y catedralicias se fundaron durante los primeros siglos de influencia cristiana. La base de conocimientos se centraba en las siete artes liberales que se dividían en el trivium (formado por gramática, retórica y lógica) y el quadrivium (aritmética, geometría, astronomía y música). San Isidoro de Sevilla aportó materiales básicos con su Etimologías para el trivium y el quadrivium y su posterior polémica curricular. Desde el siglo V al VII estos compendios fueron preparados en forma de libros de texto para los escolares por autores como el escritor latino del norte de África Martiniano Capella, el historiador romano Casiodoro y el eclesiástico español san Isidoro de Sevilla. Por lo general, tales trabajos expandían el conocimiento existente más que introducir nuevos conocimientos.
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LA EDAD MEDIA
La enseñanza medieval
En la edad media, los defensores del escolasticismo intentaron comprender la teología cristiana a través de los conceptos racionales de los filósofos griegos. Profesores y preceptores se sirvieron de los conceptos razón y revelación para enseñar a sus alumnos. Esta pintura del siglo XV muestra a padres e hijos ante el maestro de gramática.

En el Occidente europeo, durante el siglo IX ocurrieron dos hechos importantes en el ámbito educativo, uno en el continente, en la época de Carlomagno, y otro en Inglaterra, bajo el rey Alfredo. Carlomagno, reconociendo el valor de la educación, trajo de York (Inglaterra) al clérigo y educador Alcuino para desarrollar una escuela en el palacio de Aquisgrán. El rey Alfredo promovió instituciones educativas en Inglaterra que eran controladas por monasterios. Irlanda tuvo centros de aprendizaje desde los que muchos monjes fueron enviados a enseñar a países del continente. Entre el siglo VIII y el XI la presencia de los musulmanes en la península Ibérica (al-Andalus) hizo de Córdoba, la capital del califato omeya, un destacado centro para el estudio de la filosofía, la cultura clásica de Grecia y Roma, las ciencias y las matemáticas.
También Babilonia había tenido academias judías durante muchos siglos. Persia y Arabia desde el siglo VI al IX tuvieron instituciones de investigación y para el estudio de las ciencias y el lenguaje; otros centros de cultura musulmana se establecieron en la Universidad de Al-Qarawiyin, en Fez (Marruecos) en el 859 y la Universidad al-Azhar, en El Cairo (970).
Durante la edad media las ideas del escolasticismo se impusieron en el ámbito educativo de Europa occidental. El escolasticismo utilizaba la lógica para reconciliar la teología cristiana con los conceptos filosóficos de Aristóteles. Un profesor relevante del escolasticismo fue el eclesiástico Anselmo de Canterbury, quien, como Platón, defendía que sólo las ideas eran reales. Otro clérigo, Roscelino de Compiègne, en la línea de Aristóteles, enseñaba el nominalismo, doctrina según la cual las ideas universales son flatus vocis y sólo las cosas concretas son reales.

Universidad al-Azhar
La universidad islámica al-Azhar fue fundada en la ciudad egipcia de El Cairo en el 970. Es la institución académica religiosa más antigua del mundo.

Otros grandes maestros escolásticos fueron el teólogo francés Pedro Abelardo, discípulo de Roscelino, y el filósofo y teólogo italiano Tomás de Aquino. El reconocimiento de estos profesores atrajo a muchos estudiantes y tuvo una enorme incidencia en el establecimiento de las universidades en el norte de Europa desde el siglo XII. A lo largo de este periodo los principales lugares para aprender eran los monasterios, que mantenían en sus bibliotecas muchos manuscritos de la cultura clásica anterior.
Por este tiempo se abrieron varias universidades en Italia, España y otros países, con estudiantes que viajaban libremente de una institución a otra. Las universidades del norte, como las de París, Oxford, y Cambridge, eran administradas por los profesores; mientras que las del sur, como la de Bolonia (Italia) o Palencia y Alcalá en España, lo eran por los estudiantes. La educación medieval también desarrolló la forma de aprendizaje a través del trabajo o servicio propio. Sin embargo, la educación era un privilegio de las clases superiores y la mayor parte de los miembros de las clases bajas no tenían acceso a la misma.
En el desarrollo de la educación superior durante la edad media los musulmanes y los judíos desempeñaron un papel crucial, pues no sólo promovieron la educación dentro de sus propias comunidades, sino que actuaron también como intermediarios del pensamiento y la ciencia de la antigua Grecia a los estudiosos europeos. Los centros de Toledo y Córdoba en España atrajeron a estudiantes de todo el mundo civilizado en la época.
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HUMANISMO Y RENACIMIENTO
El renacimiento fue un periodo en el que el estudio de las matemáticas y los clásicos llegó a extenderse, como consecuencia del interés por la cultura clásica griega y romana que aumentó con el descubrimiento de manuscritos guardados en los monasterios. Muchos profesores de la lengua y literatura griegas emigraron desde Constantinopla a Italia, caso del estudioso de la cultura griega Manuel Chrysoloras en 1397. Entre los interesados en sacar a la luz los manuscritos clásicos destacaron los humanistas italianos Francisco Petrarca y Poggio Bracciolini.
El espíritu de la educación durante el renacimiento está muy bien ejemplificado en las escuelas establecidas por los educadores italianos Vittorino da Feltre y Guarino Veronese en Mantua (1425); en sus escuelas introdujeron temas como las ciencias, la historia, la geografía, la música y la formación física. El éxito de estas iniciativas influyó en el trabajo de otros educadores y sirvió como modelo para los educadores durante más de 400 años. Entre otras personalidades del renacimiento que contribuyeron a la teoría educativa sobresalió el humanista alemán Erasmo de Rotterdam, el educador alemán Johannes Sturm, el ensayista francés Michel de Montaigne y el humanista y filósofo español Luis Vives. Durante este periodo se dio una gran importancia a la cultura clásica griega y romana enseñada en las escuelas de gramática latina, que, originadas en la edad media, llegaron a ser el modelo de la enseñanza secundaria en Europa hasta el inicio del siglo XX. De esta época datan las primeras universidades americanas fundadas en Santo Domingo (1538), en México y en Lima (1551).
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LA INFLUENCIA DEL PROTESTANTISMO
Las iglesias protestantes surgidas de la Reforma promovida por Martín Lutero en el inicio del siglo XVI establecieron escuelas en las que se enseñaba a leer, escribir, nociones básicas de aritmética, el catecismo en un grado elemental, y cultura clásica, hebreo, matemáticas y ciencias, en lo que podríamos denominar enseñanza secundaria. En Suiza, otra rama del protestantismo fue creada por el teólogo y reformador francés Juan Calvino, cuya academia en Ginebra, establecida en 1559, fue un importante centro educativo. La moderna práctica del control de la educación por parte del gobierno fue diseñada por Lutero, Calvino y otros líderes religiosos y educadores de la Reforma.
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LA INFLUENCIA DE LA IGLESIA CATÓLICA
Los católicos también siguieron las ideas educativas del renacimiento en las escuelas que ya dirigían o que promocionaron como respuesta a la creciente influencia del protestantismo, dentro del espíritu de la Contrarreforma. Esa síntesis se realizaba en los centros de la Compañía de Jesús, fundada por el religioso español san Ignacio de Loyola en 1540, con la aprobación del papa Pablo III. Los jesuitas, como se conoce a los miembros de la congregación, promovieron un sistema de escuelas que ha tenido un papel preponderante en el desarrollo de la educación católica en muchos países desde el siglo XVI: la llamada Ratio Studioron, que después cambiarían las Escuelas Pías de san José de Calasanz.
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DESARROLLO DE LA CIENCIA EN EL SIGLO XVII
John Locke
Frente a los racionalistas Descartes, Leibniz y Spinoza, quienes opinaban que para llegar al conocimiento había que emplear la razón, John Locke propuso que el conocimiento individual del mundo se conseguía mediante la experiencia cotidiana, la observación científica y el sentido común. Su obra Ensayo sobre el entendimiento humano concibe a cada persona como si fuera una hoja en blanco. Las experiencias personales son como las anotaciones que se hacen en la hoja y distinguen a cada persona. Locke divulgó su teoría filosófica a los educadores del XVII, momento en el que científicos y educadores empezaban a plantearse el interés por una ciencia sobre la educación. Aconsejó que los alumnos aprendieran sólo sobre lo que experimentaran. Pero después los pedagogos encontraron lento este método y propusieron para reforzar las facultades mentales que se realizaran ejercicios de lógica y razonamiento.

El siglo XVII fue un periodo de rápido progreso de muchas ciencias y de creación de instituciones que apoyaban el desarrollo del conocimiento científico. La creación de estas y otras organizaciones facilitó el intercambio de ideas y de información científica y cultural entre los estudiosos de los diferentes países de Europa. Nuevos temas científicos se incorporaron en los estudios de las universidades y de las escuelas secundarias. El Hospital de Cristo de Londres fue probablemente la primera escuela de secundaria en enseñar ciencia con cierto grado de competencia. En el inicio del siglo XVIII la Escuela de Moscú de Navegación y Matemáticas sirvió como modelo para el establecimiento de la primera escuela secundaria en Rusia. La importancia de la ciencia se manifestó en los escritos del filósofo inglés del siglo XVI Francis Bacon, quien fundamentó los procesos del aprendizaje en el método inductivo que anima a los estudiantes a observar y examinar de forma empírica objetos y situaciones antes de llegar a conclusiones acerca de lo observado.
Durante el siglo XVII, muchos educadores ejercieron una amplia influencia. El educador alemán Wolfgang Ratke inició el uso de nuevos métodos para enseñar más rápidamente la lengua vernácula, las lenguas clásicas y el hebreo. René Descartes, el filósofo francés, subrayó el papel de la lógica como el principio fundamental del pensamiento racional, postulado que se ha mantenido hasta la actualidad como base de la educación en Francia. El poeta inglés John Milton propuso un programa enciclopédico de educación secundaria, apoyando el aprendizaje de la cultura clásica como medio para potenciar la moralidad y completar la educación intelectual de las personas. El filósofo inglés John Locke recomendaba un currículo y un método de educación (que contemplaba la educación física) basado en el examen empírico de los hechos demostrables antes de llegar a conclusiones. En Algunos pensamientos referidos a la educación (1693), Locke defendía un abanico de reformas, y ponía énfasis en el análisis y estudio de las cosas en lugar de los libros, defendiendo los viajes y apoyando las experiencias empíricas como medio de aprendizaje. Así, animaba a estudiar un árbol más que un libro de árboles o ir a Francia en lugar de leer un libro sobre Francia. La doctrina de la disciplina mental, es decir, la habilidad para desarrollar las facultades del pensamiento ejercitándolas en el uso de la lógica y de la refutación de falacias, propuesta a menudo atribuida a Locke, tuvo una muy fuerte influencia en los educadores de los siglos XVII y XVIII. El educador francés san Juan Bautista de la Salle, fundador del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas en 1684, estableció un seminario para profesores en 1685 y fue pionero en su educación sistemática.
Tal vez, el más destacado educador del siglo XVII fuera Jan Komensky, obispo protestante de Moravia, más conocido por el nombre latino de Comenio. Su labor en el campo de la educación motivó que recibiera invitaciones para enseñar por toda Europa. Escribió un libro ilustrado, muy leído, para la enseñanza del latín, titulado El mundo invisible (1658). En su Didáctica magna (1628-1632) subrayó el valor de estimular el interés del alumno en los procesos educativos y enseñar con múltiples referencias a las cosas concretas más que a sus descripciones verbales. Su objetivo educativo podía resumirse en una frase de la página inicial de Didáctica magna 'enseñar a través de todas las cosas a todos los hombres', postura que se conoce como pansofía. Los esfuerzos de Comenio por el desarrollo de la educación universal le valieron el título de 'maestro de naciones'.
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EL SIGLO XVIII: ROUSSEAU Y OTROS
Durante el siglo XVIII se estableció el sistema escolar en Prusia; en Rusia empezó la educación formal bajo Pedro el Grande y sus sucesores; también se desarrollaron escuelas y colegios universitarios en la América colonial y se implantaron reformas educativas derivadas de la Revolución Francesa. Al final del siglo se fundaron en Inglaterra las escuelas del domingo por el filántropo y periodista Robert Ralkes para beneficio de los muchachos pobres y las clases trabajadoras. Durante el mismo periodo se introdujo el método monitorial de enseñanza, por el que cientos de muchachos podían aprender con un profesor y la ayuda de alumnos monitores o asistentes. Los dos planes abrieron la posibilidad de la educación de masas.
El teórico educativo más relevante del siglo XVIII fue Jean-Jacques Rousseau, nacido en Ginebra. Su influencia fue considerable tanto en Europa como en otros continentes. En Emilio (1762) insistió en que los alumnos debían ser tratados como adolescentes más que como adultos en miniatura y que se debe atender la personalidad individual. Entre sus propuestas concretas estaba la de enseñar a leer a una edad posterior y el estudio de la naturaleza y de la sociedad por observación directa. Sus propuestas radicales sólo eran aplicables a los niños; las niñas debían recibir una educación convencional.
Las contribuciones educativas de Rousseau se dieron en gran parte en el campo de la teoría; correspondió a muchos de sus seguidores poner sus ideas en práctica. El educador alemán Johann Basedow y otros abrieron escuelas en Alemania y en diferentes partes basándose en la idea de 'todo según la naturaleza'.
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EL SIGLO XIX Y LA APARICIÓN DE LOS SISTEMAS NACIONALES DE ESCOLARIZACIÓN
Pestalozzi rodeado de sus alumnos
Pintura de Karl Grob, fechada en 1819, que muestra al pedagogo suizo Johann Pestalozzi rodeado de sus alumnos. Probablemente corresponda a la época en que Pestalozzi dirigió el internado de Yverdon (Suiza), escuela que sería célebre en toda Europa y en la que aplicó sus métodos de educación.

El más influyente de todos los seguidores de Rousseau fue el educador suizo Johann Pestalozzi, cuyas ideas y prácticas ejercieron gran influencia en las escuelas de todo el continente. El principal objetivo de Pestalozzi fue adaptar el método de enseñanza al desarrollo natural del niño. Para lograr este objetivo, consideraba el desarrollo armonioso de todas las facultades del educando (cabeza, corazón y manos). Otros influyentes educadores del siglo XIX fueron el alemán Friedrich Fröbel, que introdujo los principios de la psicología y la filosofía en las ciencias de la educación; Horace Mann y Henry Barnard, los educadores estadounidenses más famosos, que llevaron a su país las doctrinas de Pestalozzi y de otros educadores europeos; el filósofo inglés Herbert Spencer, que defendía el conocimiento científico como el tema más importante a enseñar en la escuela; el español Francisco Giner de los Ríos, y el obispo danés Nikolai Grundtvig, que estableció unas ideas pedagógicas que fueron la base para la ampliación de la educación secundaria a toda la población.
El siglo XIX fue el periodo en que los sistemas nacionales de escolarización se organizaron en el Reino Unido, en Francia, en Alemania, en Italia, en España (Ley Moyano, de 1858) y en otros países europeos. Las nuevas naciones independientes de América Latina, especialmente Argentina y Uruguay, miraron a Europa y a Estados Unidos buscando modelos para sus escuelas. Japón, que había abandonado su tradicional aislamiento e intentaba occidentalizar sus instituciones, tomó las experiencias de varios países europeos y de Estados Unidos como modelo para el establecimiento del sistema escolar y universitario moderno.
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EL SIGLO XX: LA EDUCACIÓN CENTRADA EN LA INFANCIA
Maria Montessori rodeada de alumnos
En 1907 María Montessori presentó un método para la educación preescolar que defendía el desarrollo de la iniciativa y de la autoconfianza en el niño. En todo el mundo hay escuelas que siguen sus técnicas de enseñanza.

A comienzos del siglo XX la actividad educativa se vio muy influida por los escritos de la feminista y educadora sueca Ellen Key. Su libro El siglo de los niños (1900) fue traducido a varias lenguas e inspiró a los educadores progresistas en muchos países. La educación progresista era un sistema de enseñanza basado en las necesidades y en las potencialidades del niño más que en las necesidades de la sociedad o en los preceptos de la religión. Esta idea había existido bajo otros nombres a lo largo de la historia y había aparecido de diferentes formas en diversas partes del mundo. Un ejemplo es la Institución Libre de Enseñanza en España. Entre los educadores de mayor influencia cabe señalar a los alemanes Hermann Lietz y Georg Kerschensteiner, al británico Bertrand Russell y a la italiana Maria Montessori. En Estados Unidos tuvo una enorme influencia, luego extendida a todo el mundo, el filósofo y educador John Dewey. El programa de actividad que se derivaba de sus teorías fortalecía el desarrollo educativo del alumno fomentando sus necesidades e intereses. Llegó a ser el método principal de instrucción durante muchos años en las escuelas de Estados Unidos y de otros países, ejerciendo amplia influencia en los sistemas educativos de los países de América Latina.
Después de la Revolución Rusa (1917) la Unión Soviética desarrolló una experiencia interesante en el campo educativo, particularmente desde 1957, cuando fue lanzado al espacio el Sputnik, el primer satélite que mostraba el avanzado estado del saber tecnológico soviético. Esto hizo que numerosos visitantes extranjeros, especialmente personas procedentes de los países desarrollados, quisieran conocer el sistema imperante en las escuelas soviéticas. Contribuyeron al interés internacional por la educación soviética las teorías y prácticas pedagógicas que procedían de la ideología marxista-leninista, tan bien expresadas en el trabajo de Anton S. Makarenko, un exponente de la rehabilitación de los delincuentes juveniles y de la educación colectiva durante los primeros años de la Revolución.
El siglo XX estuvo marcado por la expansión de los sistemas educativos de las naciones industrializadas, así como por la aparición de los sistemas escolares entre las naciones más recientemente industrializadas de Asia y África. La educación básica obligatoria es hoy prácticamente universal, pero la realidad indica que un amplio número de niños (quizá el 50% de los que están en edad escolar en todo el mundo) no acuden a la escuela. En orden a promover la educación en todos los niveles, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) realiza campañas de alfabetización y otros proyectos educativos orientados a que ningún niño en edad escolar deje de acudir a la escuela por no existir ésta, pretendiendo así acabar con el analfabetismo. Se han constatado algunos progresos, pero es obvio que se necesitan más esfuerzos y más tiempo para conseguir la alfabetización universal.
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EL SIGLO XXI
El gran reto en el mundo de la enseñanza de hoy, es contar con nuevos planteamientos y con profesores competentes para los mismos.
Se está poniendo en evidencia una situación de crisis en los modelos que sustentan tanto la formación como la proyección profesional de los formadores. Las variaciones de conocimiento científico y de las estructuras sociales y culturales se están produciendo a un ritmo tan acelerado, que no están dando tiempo a la búsqueda y asentamiento de nuevos modelos y concepciones del entramado educativo. Este ritmo acelerado hace poco viables los planteamientos analíticos y prospectivos, por tanto lo que se necesita actualmente son modelos dinámicos, susceptibles de servir en un sistema en constante movimiento, contemplando los cambios, siempre, de una manera total. Nos enfrentamos a un nuevo marco teleológico que exige nuevos modelos pedagógicos.
Uno de los grandes retos para la educación del siglo XXI, son las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación (NTIC), las cuales representan nuevos modos de expresión, y por tanto, nuevos modelos de participación y recreación cultural sobre la base de un nuevo concepto de alfabetización. La clave está en establecer su sentido y aportación en el proceso de enseñanza-aprendizaje.


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