El invento del Convento de Huejotzingo





Capilla posa del convento de Huejotzingo
La capilla posa es una tipología arquitectónica originaria de América Latina y que alcanza su máximo esplendor durante el siglo XVI en México. Tradicionalmente se construían en las esquinas de los atrios y entre las más hermosas están las cuatro del convento de Huejotzingo, en el estado mexicano de Puebla. En esta imagen podemos contemplar una de ellas.

Convento de Huejotzingo, convento franciscano situado en Huejotzingo (estado de Puebla, México), uno de los ejemplos mejor conservados de arquitectura religiosa de transición entre el gótico y el renacimiento.
Las trazas del conjunto son obra de fray Juan de Alameda. El edificio se empezó a construir en 1550 y se remató en 1570. Las esquinas del atrio están ocupadas por cuatro capillas posas de planta cuadrada rematadas por una cubierta piramidal y falsa bóveda. Están decoradas con elementos renacentistas, como las arquivoltas de los arcos de entrada, y góticos, como los haces de columnas de las jambas o el cordón franciscano a modo de alfiz.
La iglesia está dividida en cinco tramos cubiertos por bóvedas de crucería góticas. En la fachada principal, rematada por una espadaña, se abre un arco conopial ligeramente rehundido de influencia gótica. En los extremos, dos esbeltas columnas la recorren hasta el nivel de la cornisa. Como elemento decorativo vuelve a aparecer el cordón franciscano y unos medallones con los monogramas de la Virgen María y Cristo.
De gran interés ornamental es la fachada de la Porciúncula. En ella se dan cita multitud de estilos e influencias, desde la decoración floral del arco y del alfiz, de influencia manuelina, hasta las proporciones poco estilizadas de los balaustres de entrada que recuerdan modelos románicos o prehispánicos.
De las pinturas al fresco que recubrían el claustro, sólo se conservan vestigios. Mención aparte merecen las pinturas de la sala De Profundis, en las que están representadas diferentes escenas de la vida de San Francisco. También es de gran belleza el retablo principal de estilo renacentista y plateresco que narra la historia de la Iglesia. En lo alto, presidiendo el conjunto, se encuentra la imagen de Dios Padre. Data de 1586 y es obra del escultor Pedro de Requena y del pintor Simón Pereyns.

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