El invento del Castillo de Chambord




Castillo de Chambord

Castillo de Chambord
El castillo de Chambord, uno de los más famosos de Francia, tiene 440 habitaciones. Su construcción se dio por finalizada en 1559.












Vista aérea del castillo de Chambord
Este impresionante castillo, ubicado en el valle del Loira, fue mandado construir por Francisco I en 1519. Los trabajos duraron hasta la muerte de Enrique II en 1559, con una interrupción de dos años en 1524.



Castillo de Chambord, importante pabellón de caza construido por Francisco I en el valle del Loira (Loir-et-Cher) y cuyo trazado inicial está tradicionalmente atribuido a Leonardo da Vinci.
El primer proyecto del castillo se conoce a través de una maqueta de madera, hoy perdida, realizada por el arquitecto Le Boccador. Su construcción duró desde el año 1519, cuando Francisco I inicia los trabajos, hasta la muerte de Enrique II en 1559, con una interrupción de dos años en 1524. Las intervenciones posteriores al siglo XVII no han modificado la esencia del edificio.
Existen algunos problemas para identificar al autor del proyecto de 1519. Parece ser que el creador de las maquetas fue Domenico da Cortona, uno de los artistas italianos traídos a Francia por Carlos VIII. Pero seguramente fuera Leonardo da Vinci el autor del proyecto, pues ya en 1516 entregó otro para un gigantesco castillo en Romorantin. En efecto, Francisco I había instalado al humanista, desde 1516, en la casa solariega del Clos-Lucé en Amboise, pero para cuando se iniciaron las obras de Chambord, en 1519, Leonardo acababa de morir.
Esta maqueta presentaba, por otra parte, analogías con proyectos de villas de planta centralizada realizados por Leonardo. Se caracterizaba por el uso de un módulo cuadrado, torres redondas, patio central cerrado, la instalación de ocho apartamentos independientes en cada planta y finalmente una escalera de caracol que lleva a cada una de las torres. Chambord tiene el aspecto de un castillo medieval con una gran torre del homenaje cuadrada, flanqueada por cuatro torres circulares, a la que se ha añadido una escalera central de doble revolución, en sentido helicoidal, que transforma la torre en una especie de hélice, muy similar por cierto a las máquinas y otros mecanismos que estudiaba Leonardo. Alrededor de esta torre se alzan construcciones más bajas, igualmente flanqueadas por torres circulares. Los tejados están animados por múltiples chimeneas, torretas y tragaluces de dibujos y dimensiones muy variados.
El romanticismo, sobre todo a través de la pluma de Chateaubriand y Vigny, ha hecho a menudo de Chambord el arquetipo de castillo de la dinastía de los Valois-Angulema, un monumento ni gótico ni moderno. Pese a todo, desde el siglo XVI se convirtió en un objeto de fascinación. Andrea Palladio cita y comenta la sorprendente escalera de cuatro caracoles concéntricos, y los escritores del siglo XVI, empezando por Rabelais, hacen de él un lugar de ensueño. 

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