Música afroamericana




Música afroamericana, música de los nativos africanos vendidos como esclavos en Estados Unidos, así como de sus descendientes. La música afroamericana antigua supo conciliar las prácticas musicales africanas con el vocabulario y las estructuras de la música occidental. Eran canciones de trabajo, de llamada, lamentos, gritos, versos y espirituales. Esta música dio a los esclavos un medio para expresarse mediante melodías de alabanza y oración que les permitía evadirse de la realidad que los rodeaba. Gran parte de las canciones de trabajo usaban el patrón de llamada y respuesta: el solista cantaba la línea melódica y el coro el estribillo. Este patrón, así como muchas melodías africanas actuales, también fueron determinantes en el espiritual. Tanto éste como posteriormente el blues constituyeron una forma de canción folclórica profana que incorporó la libertad en la improvisación de variaciones en la línea melódica, procedente de la herencia africana de la polifonía en los tambores, además de la combinación de varios patrones rítmicos diferentes en compases distintos. El juego de contraste de los ritmos con el tiempo originó un estilo musical afroamericano posterior, el jazz.
Si bien la música sacra —el espiritual— fue la forma más difundida de música afroamericana a principios del siglo XIX, también existía una música profana. Al igual que con los espirituales, los cantos de trabajo, de llamada y los gritos se realizaban a capella (sin acompañamiento instrumental). Las otras canciones profanas sí disfrutaban de acompañamiento. Entre los primeros instrumentos de los esclavos estaban los tambores y uno procedente de África, el banjo; más tarde se añadieron la flauta, el violín y la guitarra. La guitarra, el violín y el banjo solían constituir bandas de instrumentos de cuerda que acompañaban las danzas de salón del siglo XIX —giga, reel, buck and wing, cotillón y cuadrillas—. Esas bandas de cuerda también empleaban instrumentos de fabricación casera (como los contrabajos hechos con palanganas y jarros).
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EL JAZZ Y SUS PREDECESORES
Billie Holiday
La cantante Billie Holiday fue una figura de la escena internacional del jazz y del blues en los años cuarenta y cincuenta. Colaboraron con ella músicos tan importantes como Benny Goodman, Count Basie o Lester Young.

Después de la Guerra Civil estadounidense, se hicieron populares las canciones y las baladas, mientras que el blues comenzó a adquirir su forma actual. La música de los minstrel shows negros, las bandas de cuerdas, las de metales y las pianolas comenzaron a establecerse y, gradualmente, surgieron géneros como el cakewalk y el ragtime. Con orígenes en el sur y el medio oeste de Estados Unidos, el ragtime alcanzó su forma clásica en la década de 1890 en Saint Louis, estado de Missouri. Así se creó una escuela de pianistas liderados por Scott Joplin. Durante la primera década del siglo XX, las prácticas musicales de la comunidad negra estadounidense quedaron sintetizadas en una forma de música llamada jazz. En principio floreció en Nueva Orleans (Luisiana) para luego extenderse a todas las ciudades del país. Entre los más importantes innovadores del jazz de la primera mitad del siglo destacan Louis Armstrong, Fletcher Henderson, Billie Holiday, Duke Ellington y Dizzy Gillespie.
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MEDIADOS DEL SIGLO XX
En la década de 1940, el rhythm and blues surgió como una combinación del blues rural y la música de swing de orientación afroamericana para big band, que interpretaban pequeños conjuntos con un líder vocalista o instrumentista y con secciones rítmicas y de repetición. Los pioneros (y quienes popularizaron el rhythm and blues) fueron, entre otros: T-Bone Walker, Little Walter, Louis Jordan, Fats Domino, James Brown, Ray Charles y Ruth Brown. Desde la década de 1950, el rhythm and blues ha sido la fuente de inspiración tanto para la música afroamericana como para el rock y el pop estadounidenses.

Otis Redding
La carrera de Otis Redding, considerado el ‘monarca del soul’, se vio truncada en 1967 por un accidente de aviación. Esta grabación es una interpretación de "Respect" inspirada en la música gospel y fue posteriormente grabada por la cantante de soul Aretha Franklin.

La música soul supuso una etapa posterior del rhythm and blues. En esencia, combinaba el sonido de éste de la década de 1950 con las técnicas, efectos y la forma de estar en el escenario de la música de gospel. Poseía dos subestilos: el pulcro y sofisticado estilo Detroit, asociado con el sello discográfico Motown, con figuras como Stevie Wonder, The Supremes y The Temptations; y el más terrenal y orientado al gospel estilo de Memphis (Tennessee), cuyos mejores ejemplos son Otis Redding y Booker T. and the MGs. El movimiento negro de gospel tiene sus comienzos en las primeras prácticas interpretativas de las iglesias afroamericanas y en las canciones editadas por el reverendo de Filadelfia Charles A. Tindley. Utilizando los recursos de las canciones de trabajo, los cantos de llamada, los gritos, los espirituales, el blues y el jazz, la música de gospel fue, finalmente, llevada a su máximo desarrollo por el compositor de himnos religiosos Thomas Dorsey y la cantante Roberta Martin. Famosos intérpretes de música de gospel fueron Mahalia Jackson, los Clouds of Joy, James Cleveland y Andrae Crouch y The Disciples.

James Brown
James Brown, cantante de soul estadounidense, destaca por sus conciertos dinámicos. Fue uno de los vocalistas de color de mayor éxito en los años sesenta y setenta en Estados Unidos.

En la década de 1970 una nueva forma musical llamada rap surgió en las calles de Nueva York. “Rapper's delight” (1979), de Sugar Hill Gang, fue su primer éxito discográfico. Usando partes de discos de funk y rock duro, además de una miscelánea de sonidos como trasfondo, los intérpretes cantan coplas rimadas de forma a menudo compleja, que en general tratan sobre la vida en el gueto. En la década de 1980, la música se extendió por todo Estados Unidos.
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LA INFLUENCIA LATINOAMERICANA
La influencia de la música latinoamericana en la música afroamericana de Estados Unidos es más evidente en los acentos sincopados comunes a ambas. Entre 1900 y 1940, se introdujeron en Estados Unidos bailes latinoamericanos, como el tango de Argentina, el merengue de la República Dominicana y la rumba de Cuba. En la década de 1940 comenzó una fusión de elementos latinos y del jazz, que fue estimulada por el mambo afrocubano y la bossa-nova brasileña. A finales de la década de 1960, intérpretes como Mongo Santamaría y Willie Bobo mezclaron la música latina con el soul. Invirtiendo la dirección de las influencias, la música afroamericana de Estados Unidos también afectó a la música del Caribe, Latinoamérica y África, dando lugar a la aparición del reggae en Jamaica, así como del ska, el rocksteady y el highlife africano.


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