El invento de la Iglesia de San Francisco de Quito





Iglesia de San Francisco, Quito
La iglesia de San Francisco es uno de los templos más interesantes de la ciudad de Quito, capital de Ecuador, comenzada en 1536 y terminada en 1580. Como muchos de los ejemplos arquitectónicos religiosos de esta época, muestra elementos de influencia italiana en el exterior y mudéjares en el interior, que se combinan con otros propiamente indígenas. Por este motivo, contrasta la sobriedad exterior del edificio, con una fachada clásica de reminiscencias herrerianas, con la riqueza ornamental del interior, que presenta un llamativo artesonado mudéjar en las bóvedas del coro y del crucero, realizado con láminas de oro, y un hermoso claustro de doble arquería.


Iglesia de San Francisco (Quito), iglesia consagrada a san Francisco situada en la ciudad de Quito. Es el ejemplo más representativo, tanto por su importancia histórica como por su belleza, de la arquitectura del siglo XVI en la capital de Ecuador.
El templo presenta una sola nave con capillas laterales, y en el tramo del crucero aparecen cuatro arcos apuntados que sostienen un artesonado de planta octogonal. La rica techumbre de la nave se destruyó en el terremoto de 1755, pero se conservan la del crucero y el coro alto como dos magníficos ejemplos de carpintería mudéjar, enraizada con la tradición española. El artesonado del crucero se alza sobre un arrocabe con imágenes de media talla, mientras los faldones están decorados por dos fajas de dibujos de formas enlazadas, con un remate en casetón central a base de piñas de mocárabes.
El claustro principal (1573-1581) muestra arcos de medio punto levemente peraltados en las galerías bajas y carpaneles en las altas, con roscas rehundidas y encuadradas por alfices. La fachada puede considerarse como la obra maestra del bajo renacimiento en el mundo hispano, y oculta con su fisonomía italianizante el conjunto mudéjar de la iglesia y el claustro.
Ocupa el frente de una plaza, elevándose sobre un atrio al que se asciende a través de una gran escalinata monumental de planta circular, con dos tramos cóncavo-convexos a la manera de Bramante. Los dos cuerpos originales de la fachada (el remate superior está reconstruido y muy desvirtuado) ofrecen un aspecto robusto, acentuado por las fajas de almohadillado, que se ciñe incluso a las columnas toscanas laterales. La articulación del alzado se marca con una potente cornisa con pináculos piramidales sobre el entablamento. El almohadillado es más fino en la faja central, acentuando así el juego de claroscuro en el cuerpo superior, compuesto por sillares en punta de diamante.


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