El Cid
Rodrigo Díaz de Vivar fue el guerrero castellano medieval que pasó a ser conocido por la historiografía, la literatura y la leyenda como El Cid, o también como El Cid Campeador. Sirvió a los reyes cristianos Sancho II y Alfonso VI, pero también al rey taifa musulmán de Zaragoza. Impidió la expansión almorávide hacia Aragón y Cataluña conquistando y dominando Valencia. El Cantar de Mio Cid, del que es su protagonista, escrito probablemente hacia 1207, es el paradigma de la épica castellana medieval.
Cantar de Mio Cid, poema épico castellano, de autor anónimo, cuya datación por el filólogo español Ramón Menéndez Pidal, alrededor de 1140 ha sido motivo de polémica y de conjeturas que postergan su creación hasta el siglo XIII. La opinión generalizada es que el poema conservado proviene de un manuscrito del siglo XIV, copia a su vez de otro transcrito por Per Abbat en 1207. Cantar de gesta y no crónica, narra los hechos finales de la vida de Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador (1043-1099), caballero de la corte de Sancho II de Castilla y Alfonso VI de Castilla y León, recurriendo en ocasiones a la ficción para resaltar ciertos aspectos del carácter heroico del protagonista: su lealtad al rey, a pesar de que éste lo condena al destierro; su fe en Dios; su piedad; su amor por la familia y por la justicia, su valor en la batalla. La mesura en la representación del héroe, evitando cualquier desborde fantástico en sus acciones, ha llevado a destacar tal rasgo como distintivo de la épica castellana frente a, por ejemplo, la francesa. En palabras del poeta y crítico español Dámaso Alonso, el poema tiene un estilo 'tierno, frágil, vívido, humanísimo y matizado'.
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