Minas de Potosí
Entrada del virrey en Potosí
El descubrimiento de plata en un cerro próximo a la ciudad de Potosí en 1545 convirtió esta ciudad boliviana en un punto clave de las posesiones españolas en América. En torno a la extracción de mineral argentífero en los yacimientos cercanos, Potosí creció hasta alcanzar los 150.000 habitantes en 1611. La obra que muestra la imagen, Entrada del virrey en Potosí, del pintor boliviano Melchor Pérez de Holguín (1660-1732), refleja el auge de la ciudad en esta época. El virrey protagonista del cuadro es Diego Morcillo Rubio de Auñón, quien ocupó ese cargo a principios del siglo XVIII en dos ocasiones, así como los arzobispados de Charcas y de Lima.
Minas de Potosí, centro minero americano, situado en el cerro de Potosí (Alto Perú, actual Bolivia), al sur de la ciudad del mismo nombre, fue el principal productor de plata de toda América durante el periodo colonial. La existencia del mineral de plata en el cerro de Potosí fue descubierta accidentalmente en 1545 por un indio llamado Huallpa o Gualca, y en ese mismo año se registró la primera mina, a la que el español Juan de Villarroel puso el nombre de Descubierta. A finales del siglo XVIII contaba con 5.000 bocaminas, produciendo cada año de 250.000 a 300.000 marcos de plata. Su explotación a gran escala se vio favorecida por el descubrimiento en 1563 de las minas de azogue de Huancavelica, lo que evitó la dependencia permanente de Potosí respecto de las minas españolas de mercurio de Almadén (Ciudad Real) o de las europeas de Idrija (actual Eslovenia).
La plata fue el producto americano más apreciado por la metrópoli, que obtenía extraordinarios beneficios fiscales con su extracción, a pesar de que una gran parte de su producción, probablemente un tercio, circuló al margen de los controles oficiales. Lamberto de Sierra, contador mayor del Tribunal de Cuentas de Buenos Aires y ministro tesorero de las Reales Cajas de Potosí, calculó, tras estudiar los documentos oficiales de la Tesorería entre 1556 y 1800, que el valor de la plata extraída alcanzó los 823.950.504 pesos y 7 reales, lo que daría un peso superior a las veinte mil toneladas. A mediados del siglo XVII la producción había entrado en un claro declive, registrando cantidades muy inferiores a las de los años precedentes.
El sistema de explotación minera estuvo basado en el trabajo indígena, sobre todo a través de la implantación de la mita, como aportación forzosa de mano de obra durante un periodo determinado de tiempo. A los indios mitayos, que realizaban las tareas más pesadas y peor pagadas, se sumaron los mingados o alquilados, que recibían un salario superior. Durante la guerra de la Independencia (o de Emancipación) sudamericana de comienzos del siglo XIX, las instalaciones mineras de Potosí quedaron destruidas, después de que los filones argentíferos hubieran acabado prácticamente agotados ya a finales del siglo anterior. En la actualidad, no obstante, se siguen explotando en el yacimiento minerales tales como el estaño.
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