Arte gótico
Catedral de Notre Dame de París
La catedral de Notre Dame está situada en la Île de
la Cité, en el centro de París. Comenzada en 1160 y concluida hacia 1225,
incorporó el novedoso sistema gótico de arbotantes y contrafuertes, el único
capaz de descargar los empujes de la elevada nave central. La aguja sobre el
crucero se añadió en el siglo XIX.
Arte gótico, estilo artístico europeo
con unos límites cronológicos que oscilan entre aproximadamente el año 1140 y
las primeras décadas del siglo XVI, según las áreas geográficas. Se desarrolló
en el campo de la arquitectura civil y religiosa, la escultura, las vidrieras,
la pintura mural y sobre tabla, los manuscritos miniados y las diversas artes
decorativas. El término gótico fue empleado por primera vez por los tratadistas
del renacimiento, en sentido peyorativo, para referirse al arte de la edad
media, al que ellos consideraban inferior y bárbaro (godo, de ahí el término
gótico) comparado con el arte clásico. En el siglo XIX se produjo una
revalorización de este periodo debido a movimientos historicistas y románticos.
El gótico apareció a continuación del románico, a lo largo de la baja edad
media, y hoy día se considera uno de los momentos más importantes desde el
punto de vista artístico en Europa.
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ARQUITECTURA
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Portadas románica y gótica
En esta ilustración se pueden observar las
diferencias entre los estilos románico y gótico a partir de los elementos que
componen las portadas.
El estilo gótico encontró su gran
medio de expresión en la arquitectura. Surgió en la primera mitad del siglo XII
a partir de la evolución de precedentes románicos y otros condicionantes
teológicos, tecnológicos y sociales. La arquitectura gótica perduró hasta bien
entrado el siglo XVI en diversos países europeos como Inglaterra, mucho después
de que el estilo renacentista hubiera penetrado en otros campos artísticos. Las
mayores realizaciones del gótico se manifestaron en el terreno de la
arquitectura religiosa.
En contraste con la arquitectura
del románico, cuyas características esenciales son los arcos de medio punto,
las estructuras macizas con escasos vanos y las bóvedas de cañón o arista, la
arquitectura gótica empleó el arco apuntado, agujas, chapiteles y gabletes,
reforzando el sentido ascensional que pretende transmitir el edificio, amplios
vanos con tracerías caladas para conseguir la máxima luminosidad y estructuras
reducidas al mínimo. Todas estas cualidades estilísticas fueron posibles
gracias a las innovaciones constructivas, especialmente a la aparición de la
bóveda de crucería. Las iglesias medievales poseían bóvedas muy pesadas, que
obligaban a disponer muros gruesos y con pocos ventanales para soportar sus
empujes. A principios del siglo XII los constructores inventaron la bóveda de
crucería, que consiste en el cruce de dos arcos o nervios apuntados, que
conforman una estructura resistente sobre la que se colocan los ligeros
plementos o elementos de relleno que configuran la bóveda. Este sistema además
de ligero y versátil, permite cubrir espacios de diversa configuración formal,
con lo que posibilita un gran número de combinaciones arquitectónicas.
Aunque las primeras iglesias góticas
adoptaron una gran variedad de formas, la construcción de las grandes
catedrales del norte de Francia en la segunda mitad del siglo XII se benefició
de las ventajas de las bóvedas de crucería. Con ellas se podían concentrar los
empujes en los cuatro puntos del vértice y posteriormente apearlos por medio de
los elementos sustentantes, que podían ser los pilares o columnas pero también
el sistema de estribo y arbotante, un arco que transmite los esfuerzos
tangenciales hacia un contrafuerte situado en el exterior del edificio coronado
por un pináculo. Como consecuencia, los gruesos muros de la arquitectura
románica pudieron ser reemplazados por ligeros cerramientos con ventanales que
permitieron la aparición de la vidriera y facilitaron que el edificio alcanzase
alturas insospechadas. Así se produjo una revolución en las técnicas
constructivas.
Catedral de Salisbury
La catedral de Salisbury es uno de los mejores
ejemplos del gótico inglés. Se construyó entre 1220 y 1260, aunque la aguja
sobre el crucero y los arbotantes se añadieron en el siglo XIV.
Con la bóveda gótica los
edificios pudieron adoptar formas variadas. Sin embargo, la planta común de las
catedrales góticas consistió en tres o cinco naves longitudinales, un
transepto, un coro y un presbiterio, es decir, una composición similar a la de
las iglesias románicas. Las catedrales góticas también mantuvieron y
perfeccionaron la creación más genuina de la arquitectura románica: la girola,
una estructura compleja que aparece en la cabecera del templo, generalmente de
forma semicircular con un deambulatorio alrededor y al que se abren capillas
radiales de planta semicircular o poligonal. La organización de los alzados en
el interior de las naves y en el coro también mantuvo los precedentes
románicos. Por otro lado, los esbeltos pilares compuestos que separan las
naves, con sus finos fustes elevándose a través del triforio hasta las
nervaduras de las bóvedas, y el uso del arco apuntado en todo el edificio,
contribuyen a crear efectos de verticalidad que constituye la expresión más
intrínseca de la arquitectura gótica.
Arquitectura gótica
El extremado crecimiento vertical de la arquitectura
gótica origina y explica las particularidades estructurales y ornamentales de
este estilo. Los luminosos ventanales cubiertos de vidrieras que ilustran la
historia sagrada y los grandes rosetones que decoran la fachada, las paredes y
el ábside, se abren en unos muros que han dejado de cumplir funciones
portantes. La estabilidad del edificio se fundamenta en un esqueleto de altos
pilares compuestos y un sistema de compensación de empujes laterales en el que
los arbotantes y los contrafuertes desempeñan un papel fundamental.
El objetivo prioritario de la organización
exterior de la catedral gótica, con sus arbotantes y pináculos, fue
contrarrestar el peso de las bóvedas. La fachada occidental o de los pies de la
iglesia, por otro lado, intentaba producir un efecto de desmaterialización del
muro a través de ricos recursos plásticos. La típica fachada principal gótica
se divide en tres cuerpos horizontales y tres secciones verticales o calles,
donde se abren las tres portadas que se corresponden con las naves del
interior. Las dos torres laterales forman parte del cuerpo de la fachada y se
rematan frecuentemente por agujas o chapiteles. Por último, el gran rosetón
sobre la portada central supone un magnífico centro para la totalidad del
conjunto.
2.1
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Gótico temprano
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Abadía de Saint-Denis
La iglesia abacial de Saint-Denis, en las cercanías
de París, está considerada como la primera obra de la arquitectura gótica. Fue
ideada por el abad Suger, que reformó por completo el antiguo templo. Uno de
los fundamentos del nuevo estilo es la luminosidad, conseguida gracias a la
desmaterialización de los muros perimetrales.
En Francia, durante la primera mitad
del siglo XII, la bóveda de crucería apareció esporádicamente en cierto número
de iglesias. Sin embargo, la fase que iba a conducir a la construcción de las
grandes catedrales francesas comenzó en 1137, con motivo de la construcción de
la girola de la iglesia abacial de Saint-Denis, panteón real en las afueras de
París. En el deambulatorio de Saint-Denis, las finas columnas que sustentan las
bóvedas de crucería y la ausencia de muros divisorios entre las distintas
capillas radiales proporcionó un nuevo sentido de espacio continuo, fluido, que
anticipaba las creaciones posteriores.
Saint-Denis fue el modelo para la
primera de las grandes catedrales, Notre Dame de París (comenzada en 1163), así
como para un periodo de experimentación orientado a la desmaterialización del
muro por medio de la apertura de grandes ventanales traslúcidos. El añadido de
un cuarto piso en los alzados interiores incrementó la altura de forma
vertiginosa. Este piso adicional, denominado triforio, consiste en un estrecho
pasadizo con arquerías situado entre la tribuna que se halla sobre las naves
laterales y el nivel de los ventanales superiores (claristorio). Las catedrales
francesas de Laon y Noyon también corresponden a esta primera etapa.
2.2
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Gótico clásico
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Planta de la catedral de Amiens
La catedral de Amiens, construida en el siglo XIII,
es uno de los principales templos góticos de Francia. En planta presenta tres
naves longitudinales (la del centro es tres veces más alta que ancha), un
amplio transepto y un presbiterio rodeado de un deambulatorio al que se abren
siete capillas radiales. La magnificencia del conjunto se debe a sus esbeltas
proporciones, tratadas, según Viollet-le-Duc, según un complejo sistema de
proporciones geométricas.
La fase experimental del gótico
temprano se resolvió finalmente en la catedral de Chartres (comenzada en 1194).
Eliminando la tribuna del segundo piso heredada del románico, pero manteniendo
el triforio, recupera la sección longitudinal de tres pisos o niveles. En su
defecto geminada, dividido por un parteluz y decorado con motivos de tracería
como tréboles, óculos o cuadrifolios. La catedral de Chartres sirvió de modelo
para las siguientes catedrales góticas.
Fachada de la catedral de Reims
El principal monumento de Reims es la catedral
(siglo XIII, restaurada tras sufrir graves daños durante la II Guerra Mundial),
uno de los más imponentes edificios góticos de Francia. Fue declarada, junto a
otras construcciones de la ciudad, Patrimonio de la Humanidad en 1991.
Este periodo del gótico clásico
culminó en la catedral de Reims (comenzada en 1210). Con sus equilibradas
proporciones, Reims representa el momento clásico de serenidad y reposo en la
evolución de las catedrales góticas. La tracería calada, característica de la
arquitectura gótica tardía, fue utilizada por el primer arquitecto de Reims. En
las placas primitivas de tracería, como en los ventanales de Chartres, el muro
de mampostería esta perforado por una serie de aberturas. Por el contrario, en
la tracería calada cada ventana se subdivide en dos o más arcos apuntados por
medio de finas columnillas de piedra llamadas parteluces, y en la parte
superior aparece un diseño que produce el efecto de un recortable. Reims sigue
el esquema general de Chartres, pero otra solución del gótico apareció en la
gran catedral de cinco naves de Bourges (comenzada en 1195): en lugar de un
crecido cuerpo de ventanas como en Chartres, el arquitecto de Bourges redujo el
claristorio en favor del cuerpo de arquerías y del triforio. En torno a 1220,
la nave de la catedral de Amiens retomó el sentido clásico y ascensional de
Chartres y Reims, enfatizando la verticalidad y la estilización de los pilares.
De este modo, Amiens supuso una transición hacia la más elevada de las
catedrales góticas francesas, la catedral de Beauvais. En ella aparece un
gigantesco piso de arquerías (derivado de Bourges) bajo un piso de ventanales
del mismo tamaño, que permite alcanzar la altura sin precedentes de 48 metros.
2.3
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Gótico radiante o rayonnant
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Rosetón de la catedral de Notre Dame
El rosetón septentrional de la catedral de Notre
Dame de París (1240-1250) es obra de Jean de Chelles. El círculo central
representa la Virgen con el Niño rodeada de los profetas. El segundo anillo
representa los 32 reyes del Antiguo Testamento, y el tercero los 32 sumos
sacerdotes y patriarcas.
La catedral de Beauvais se comenzó en
1225, un año antes de que Luis IX de Francia ascendiese al trono. Durante su
largo reinado, de 1226 a 1270, la arquitectura gótica entró en una nueva fase
denominada radiante o rayonnant. El término rayonnant deriva de los elementos
radiales, como los de una rueda, que conforman los enormes rosetones
característicos de este estilo. La altura dejó de ser el principal objetivo, y
en su lugar se extremó la desmaterialización del muro reduciendo el espesor de
la mampostería, extendiendo los ventanales y reemplazando el muro exterior del
triforio por vanos de tracería. Los muros de este periodo radiante asumieron el
carácter de membranas traslúcidas.
Todas estas características del gótico radiante
fueron incorporadas en la primera empresa importante llevada a cabo durante
esta nueva fase, la reconstrucción (comenzada en 1232) de la iglesia abacial de
Saint-Denis. De la primitiva estructura sólo se preservaron el deambulatorio y
la fachada principal. Sin embargo, el espíritu rayonnant está mejor
representado por la Sainte-Chapelle, la espaciosa capilla Palatina construida
para Luis IX entre 1242 y 1248, en la Île-de-la-Cité, en el centro de París.
Los inmensos ventanales, que se elevan casi desde el nivel del suelo hasta el
arranque de las bóvedas, ocupan la totalidad del espacio entre los haces de
columnas, transformando de este modo la capilla en una robusta armadura pétrea
recubierta por superficies acristaladas por donde se filtra la luz a través de
vidrieras multicolores.
En la evolución de la
arquitectura gótica, el progresivo aumento de los vanos hizo posible la
creación de un ambiente interior sacralizado y simbólico a través de la luz
coloreada que pasaba a través de las vidrieras. Los colores dominantes fueron
el azul oscuro y el rojo rubí brillante. En las ventanas de las capillas
subsidiarias y de las naves laterales se dispusieron pequeñas vidrieras en
forma de medallones, que ilustraban episodios bíblicos y de la vida de los
santos. Su proximidad con respecto al observador permitía la contemplación de
sus detalles. Cada una de las ventanas del claristorio, por otro lado, estaba
ocupada por enormes vidrieras con imágenes monumentales, perceptibles desde el
suelo. A partir del último tercio del siglo XIII la mística oscuridad se fue
disipando, a medida que la técnica de la grisalla —cristal blanco decorado con
dibujos en gris— se fue combinando con los paneles de colores, cada vez más
vivos y luminosos.
2.4
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Expansión de la arquitectura gótica
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Logia del palacio papal de Viterbo
Construido entre 1225 y 1267, el palacio papal de
Viterbo representa uno de los más notables ejemplos de la arquitectura gótica
conservada en esa ciudad italiana, capital de la provincia homónima y situada
en el norte de la región del Lacio. Viterbo fue a menudo residencia papal
durante la edad media. La logia palaciega (en la imagen), erigida en 1267, está
sostenida por una amplia arcada y cuenta con una serie de estilizadas columnas
sobre las que vuela una cornisa ornamentada con bajorrelieves.
La influencia de la arquitectura
gótica francesa en el resto de Europa fue enorme. En España, este estilo
también está representado por las grandes catedrales urbanas, si bien en el
siglo XV la obra civil adquirió mayor importancia. Durante la etapa del gótico
clásico, la implantación de las influencias francesas a través de la corte de
Fernando III se refleja en las catedrales de Burgos, Toledo y León. A pesar de
ello, las catedrales españolas no fueron copias provincianas de los modelos
franceses, y en ellas se perciben características arquitectónicas y decorativas
propias de la cultura hispana, como la introducción de elementos mudéjares. La
más próxima a los prototipos franceses es la catedral de León, terminada hacia
1280, que responde a los ideales clásicos de altura y amplias superficies
acristaladas con magníficas vidrieras. En el siglo XIV el mayor desarrollo
arquitectónico tuvo lugar en Cataluña y Levante, con ejemplos destacados como
las catedrales de Barcelona, Palma de Mallorca y Gerona. El modelo de catedral
en este área se adecuó a los postulados del sur de Francia, por lo que se ha
denominado gótico mediterráneo. Este estilo se caracteriza por el predominio de
la planta de salón —consistente en la disposición de naves a la misma altura—,
la diafanidad espacial, el aprovechamiento de los vacíos entre contrafuertes
para alojar capillas, la escasa iluminación y la supresión de los arbotantes,
lo que se traduce en exteriores macizos y sin esa tendencia a la verticalidad
propia del gótico francés más ortodoxo.
En Alemania (que entonces formaba
parte del Sacro Imperio Romano Germánico junto a otros territorios de Europa
central) el gótico también apareció a lo largo del siglo XIII, aunque en una
primera fase convivió con los esquemas románicos autóctonos. En 1248 se inició
la catedral de Colonia, que excedía en su altura interior a la catedral de
Beauvais y cuyo coro se inspiró en el estilo radiante de la catedral de Amiens.
Poco después se inicia la de Estrasburgo, en el siglo XIV la de San Esteban de Viena
y las catedrales de Praga, Friburgo y Ulm, que destacan por sus esbeltas
torres. También en Alemania se materializó el modelo de iglesia-salón
característica del gótico mediterráneo, como se observa en San Lorenzo de
Nuremberg (siglo XV).
En Italia y Gran Bretaña la
aceptación de los esquemas franceses se encontró con mayores reticencias, de
modo que su influencia fue escasa. Las iglesias florentinas y las
reminiscencias superficiales del gótico francés en las fachadas de las
catedrales de Siena y Orvieto son simples fases transitorias en la evolución
que condujo en Italia del románico clasicista a los inicios de la arquitectura
renacentista en la obra de Filippo Brunelleschi.
En Gran Bretaña, la influencia
de la arquitectura gótica francesa tan sólo se manifiesta en dos ocasiones, una
en torno a 1170 con la ampliación oriental de la catedral de Canterbury y otra,
a mediados del siglo XIII, en la abadía de Westminster (comenzada en 1245),
basada en el esquema general de Reims. Por lo demás, los arquitectos ingleses
desarrollaron su propio lenguaje gótico que enfatizó la longitud y la
horizontalidad. La girola poligonal o semicircular francesa se sustituyó por
una cabecera cuadrada, prolongada en ocasiones por una rectangular Lady chapel
o capilla de la Virgen. Este acusado alargamiento de la planta, a menudo
determinó el uso de dos transeptos y la multiplicación de nervios en las
bóvedas, algunos de los cuales fueron puramente ornamentales.
El primer gótico inglés (Early style)
está representado por la catedral de Salisbury (comenzada en 1220; la torre y
la aguja del siglo XV). La introducción de tracería calada en la abadía de
Westminster produjo una espectacular evolución de estos elementos. El periodo
decorativo siguiente (Decorated style), con su profusa ornamentación, cuenta
con ejemplos como el coro de la catedral de Lincoln (comenzado en 1256), el
crucero de la catedral de Wells y la torre octogonal de la catedral de Ely,
entre otros.
3
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ESCULTURA
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Estatuas-columna de la catedral de Chartres
Estas estatuas de santos aparecen adosadas a los
pilares del transepto de la catedral de Chartres, y se esculpieron entre 1132 y
1240. Aunque todavía presentan características románicas, ya se aprecian rasgos
y posturas naturalistas, típicas del nuevo estilo gótico.
La escultura siguió el precedente
románico, con una amplia difusión de imágenes cuyo fin era adoctrinar a los
fieles en los dogmas de la fe religiosa y decorar las fachadas de las
catedrales. La escultura de los siglos XII y principios del XIII tuvo un
carácter predominantemente arquitectónico. Las figuras más destacadas son las
estatuas colosales de las jambas (pilastras laterales) de las portadas y las de
los parteluces de los vanos de entrada. Reciben el nombre de estatuas-columna
por estar adosadas a estos soportes. A veces, la estatua-columna tiende a
liberarse del marco arquitectónico, como si fuera una escultura exenta o de
bulto redondo.
En el estilo considerado protogótico
destacan las estatuas-columna del famoso pórtico de la Gloria (fachada
occidental) de la catedral de Santiago de Compostela (España, último tercio del
siglo XII), donde apóstoles y profetas se hacen eco del nuevo sentido
naturalista idealizado, a la vez que expresan sus sentimientos y empiezan a
entablar lo que se denomina sacra conversazione, es decir, la comunicación
entre los personajes sagrados. En Francia cabe reseñar las estatuas-columna de
la fachada occidental de la catedral de Chartres, que datan aproximadamente de
1155. Las estatuas del pórtico Real de Chartres poseen unas proporciones y un
sentido del volumen que revelan un naturalismo ajeno al mundo románico. Durante
las décadas siguientes las figuras de Chartres inspiraron a un gran número de
artífices franceses. Sin embargo, las estatuas-columna no eran las únicas
manifestaciones escultóricas figurativas de las portadas, que seguían un rico y
elaborado programa iconográfico centrado en los altorrelieves del tímpano,
arquivoltas y en menor medida, en los dinteles de las puertas. En los
parteluces, solían aparecer estatuas de la Virgen, Cristo o algún santo
relacionado con la iglesia catedralicia.
Sin embargo, las manifestaciones
protogóticas todavía conservaban un cierto carácter románico. En torno a 1180
la estilización románica evolucionó hacia un periodo de transición en el que
las estatuas comenzaron a asumir una serie de rasgos naturalistas como la
gracia, elegancia, solemnidad, sinuosidad y libertad de movimientos. Este
estilo ‘clasicista’ culminó en la primera década del siglo XIII en las series
de esculturas de las portadas de los transeptos norte y sur de la catedral de
Chartres.
De todos modos el término
clasicista debe ser matizado, debido a la diferencia esencial que existe entre
las figuras góticas y las del auténtico estilo clásico antiguo. En la figura
clásica, sea estatua o relieve, puede apreciarse un cuerpo completamente
articulado debajo y por separado de sus ropajes, mientras que en la gótica no
existe tal diferenciación. Lo que puede apreciarse del cuerpo es inseparable de
los pliegues de la vestimenta: incluso cuando se trata de desnudos, como en las
estatuas de Adán y Eva (anteriores a 1237) de la catedral de Bamberg (Alemania)
la anatomía se subordina a un proceso de abstracción.
3.1
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Aparición del naturalismo
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Los convencionalismos en el tratamiento de los
pliegues fueron reemplazados por volúmenes más sólidos y naturales en un
proceso que comienza en torno a 1210 con la portada de la Coronación de la
catedral de París, y que continúa después de 1225 en las portadas de la
catedral de Amiens. A partir de 1240 ya se aprecian en la fachada occidental de
la catedral de Reims y en las estatuas de los apóstoles de la Sainte-Chapelle
de París los pliegues pesados y angulosos, profundamente esculpidos en forma
tubular, característicos de la escultura gótica posterior. Al mismo tiempo las
estatuas se liberaron del soporte arquitectónico.
En las estatuas de Reims y en
las del interior de la Sainte-Chapelle se consolidó el típico rostro de las
figuras góticas: forma triangular, mentón destacado, ojos almendrados y una
marcada sonrisa. Al mismo tiempo se inició la representación de posturas y
gestos amanerados, que resultan de una síntesis entre las formas naturalistas,
la elegancia cortesana y una delicada espiritualidad.
Otros géneros desarrollados por la
escultura gótica fueron las imágenes votivas, esculturas de bulto redondo de
pequeño tamaño con representaciones de la Virgen y el Niño o de Cristo
crucificado, en las que se aprecian los cambios iconográficos que se produjeron
en el mundo gótico, como una mayor humanización y naturalismo. Por otro lado,
el relieve alcanzó gran esplendor en los retablos, las sillerías de coro y los
sepulcros de grandes personajes.
En relación con las tendencias
naturalistas, aparecieron interpretaciones más humanizadas de la Virgen con el
Niño, imágenes que muestran una relación amorosa en la que la Virgen mira a su
hijo dulcemente o juega con él mientras le ofrece una flor o una fruta. Un
ejemplo de esta nueva iconografía es la Virgen con el Niño de la portada
inferior de la Sainte-Chapelle, un modelo que siguió vigente en Europa durante
varios siglos.
3.2
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Difusión de la escultura gótica
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Catedral de Siena
Detalle de la fachada de la catedral de Siena. La
decoración en franjas de mármoles policromos hacen de ella uno de los ejemplos
más hermosos de la arquitectura gótica en Italia.
Aunque la génesis de la
escultura gótica se iniciara en el norte de Francia, como sucedió en el caso de
la arquitectura, algunas de las obras más notables se realizaron en Alemania.
La escultura gótica alemana se caracterizó por un fuerte expresionismo, algunas
veces en el límite de la caricatura, y al mismo tiempo por una lírica belleza y
elegancia formal. En el siglo XIII destaca el conjunto de la catedral de
Bamberg, con numerosas esculturas influidas por el estilo de Reims. Entre ellas
sobresalen la del Caballero de Bamberg, la primera estatua ecuestre aparecida
en el arte occidental desde la época carolingia. Aunque la identidad del jinete
no se ha confirmado, algunos apuntan la posibilidad de que se trate de Conrado
II, mientras otros opinan que tan solo plasma el ideal heroico de los monarcas
medievales, en este caso de la dinastía alemana. En este mismo periodo se
realizaron las esculturas de la catedral de Naumburgo, especialmente las
parejas oferentes situadas en el coro, como el famoso grupo de Ekkehard y Uta,
que se han relacionado con la escultura de la catedral de Burgos (España).
En Italia existió, como en el caso de
la arquitectura, una cierta reticencia a aceptar los postulados franceses. En
este caso sería más apropiado hablar de tendencias goticistas dentro de un
clima en el que va apareciendo el protorrenacimiento. El taller más
representativo fue el de Pisa, iniciado por Nicola Pisano, autor del púlpito de
mármol del baptisterio de Pisa. Su hijo Giovanni Pisano fue el primer artista
italiano en adoptar las directrices del gótico francés, combinadas con la
influencia clásica recibida de su padre, como se observa en el púlpito de la
catedral de Siena. En la fachada de la misma catedral, realizada en torno a
1290, labró un grupo de esculturas que representan profetas y filósofos griegos
dotados de una gran intensidad expresiva.
El jinete de Bamberg
El jinete de Bamberg, que aparece junto a un pilar
de la catedral de esta ciudad alemana, es una de las obras culminantes de la
escultura gótica en su país. Esculpido en 1240, es una de las primeras estatuas
de bulto redondo en la Europa medieval, donde la mayoría de las piezas estaban
estrechamente ligadas a los elementos arquitectónicos.
Aunque durante las últimas décadas
del siglo XIV un número creciente de escultores italianos adoptó los principios
del estilo gótico francés, sus obras muestran el conocimiento del desnudo
clásico y la diferenciación entre cuerpo y vestimenta. Esta fase de la
escultura italiana acabó poco después de 1400, con las puertas de bronce para
el baptisterio de la catedral de Florencia realizado por Lorenzo Ghiberti,
precursor de la escultura del renacimiento italiano.
En España, en el segundo cuarto
del siglo XIII se introdujeron las formas de la escultura francesa a través de
las intensas relaciones políticas y culturales que la monarquía española
estableció con la francesa. En el siglo XIII destacaron dos talleres en torno a
las catedrales de Burgos y León. En la primera cabe citar la portada de la
Coronería y la del Sarmental, correspondientes a los transeptos, así como las
esculturas de las fachadas y el claustro. En relación con este taller, destaca
la escultura de la abadía de Las Huelgas, a pocos kilómetros de Burgos, con los
excepcionales sepulcros de Alfonso VIII y Leonor de Plantagenet. En cuanto a la
de León, la escultura española alcanzó altas cotas de calidad, como se aprecia
en la portada de la Virgen Blanca de la fachada occidental. Durante el siglo
XIV en España la escultura exterior de las catedrales se hizo más menuda por la
influencia del arte mudéjar y las obras en marfil. Destacan la puerta del Reloj
de la catedral de Toledo y la puerta Preciosa de la de Pamplona; aunque es en
Cataluña donde se encuentran los conjuntos escultóricos más sobresalientes,
formados por sepulcros y retablos de influencia italiana.
4
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ARTES DECORATIVAS
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En Francia a lo largo del siglo
XIII las artes decorativas estuvieron bajo el dominio de la evocación
religiosa. Los medallones que aparecen en las ilustraciones de las Bibles
moralisées (Biblias moralizadas), en el segundo cuarto del siglo, se inspiraron
sin duda en el diseño de las vidrieras catedralicias. En el salterio de Luis IX
(posterior a 1255), los gabletes con rosetones que enmarcan las miniaturas
imitan los modelos de la Sainte-Chapelle. A partir de 1250 el mismo estilo
cortesano inspira la escultura monumental y las pequeñas tallas elefantinas (de
marfil). La elegante estatuilla de marfil de la Virgen con el Niño (1265, Museo
del Louvre, París) procedente de la Sainte-Chapelle, reproduce la estatua
monumental ubicada en el portal inferior de la capilla. El colosal grupo de
Cristo coronando a la Virgen en el tímpano central de la fachada occidental de
Reims posee la misma gracia íntima que las dos estatuillas con el mismo tema que
también se conservan en el Museo del Louvre. Los diminutos relicarios de
orfebrería realizados a partir del último tercio del siglo XIII tomaron la
forma de las iglesias del gótico radiante, con sus transeptos, rosetones y
gabletes en fachadas. De este siglo, una buena muestra de miniatura gótica
española son los códices de las Cantigas de Alfonso X (El Escorial y
Florencia).
Hacia 1300 las artes decorativas
comenzaron a asumir un papel más independiente. En la región del Rin se
produjeron piezas de un marcado carácter expresivo, que van desde las
estatuillas de la escuela del lago Constanza, como la del joven san Juan
sentado dejando caer su cabeza tiernamente en el hombro de Cristo, hasta la
espantosa evocación del sufrimiento de la pasión de Cristo. Más avanzado el
siglo, los escultores alemanes formalizaron la Piedad, una representación de la
Virgen llorando mientras sostiene el cuerpo muerto de Jesucristo. En el segundo
cuarto del siglo XIV la decoración de los manuscritos miniados parisinos
emprendió un nuevo rumbo de la mano del artífice Jean Pucelle. En su Breviario
Belleville (1325, Biblioteca Nacional, París) las letras, las ilustraciones y
los márgenes ornamentales contribuyen a crear un efecto integrador en la
decoración de la página, estableciendo un precedente para los ilustradores
posteriores. Pucelle había aprendido su técnica de los pintores del
protorrenacimiento italiano, y por ello consiguió plasmar el sentido espacial
en sus ilustraciones a través del uso de una perspectiva rudimentaria.
5
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GÓTICO FINAL O TARDÍO
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París había encabezado el arte y la
cultura europeas desde 1230. Sin embargo, tras los estragos de la peste y el
estallido de la guerra de los Cien Años a mediados del siglo XIV, París perdió
la supremacía y se convirtió en uno más entre los numerosos centros artísticos
que florecieron en este periodo.
5.1
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Pintura
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Anunciación, de Crivelli
La tabla Anunciación (1476, National Gallery,
Londres), obra de Carlo Crivelli, presenta una riqueza ornamental típica del
gótico tardío unida a una preocupación por la perspectiva que anticipa el
renacimiento.
Dentro de la evolución pictórica del
siglo XV se distinguen dos estilos, el estilo gótico internacional y el estilo
flamenco. El primero corresponde a los dos últimos decenios del siglo XIV y
perduró en la mayor parte de Europa durante la primera mitad del siglo XV. El
estilo flamenco surgió en Flandes en el primer tercio del siglo XV,
paralelamente al renacimiento italiano, y se difundió por el resto de Europa
durante la segunda mitad del siglo. El estilo internacional apareció en el
centro del continente como consecuencia de la fusión de elementos y formas del
gótico lineal con las innovaciones técnicas e iconográficas aportadas por los
pintores italianos del trecento (Giotto, Duccio, Simone Martini y los hermanos
Lorenzetti). El estilo se caracteriza por la valoración expresiva de lo
anecdótico, la estilización de las figuras, el predominio de las líneas curvas
tanto en los pliegues como en las posturas corporales, la introducción de
detalles naturalistas con fines simbólicos y el empleo de una técnica
minuciosa. En torno a 1400 en Francia comenzaron a florecer las cortes de los
duques de Berry y Borgoña. En la corte del duque de Berry destacó el importante
taller de ilustración de manuscritos, con ejemplos magníficos de libros de
horas como Las grandes horas y Las muy ricas horas del duque de Berry. El
estilo gótico internacional contó con interesantes artistas en Alemania, como
el pintor Stefan Lochner y el maestro del Jardín del paraíso; y en España, con
destacados miembros de la escuela aragonesa y catalana como Pedro Nicolau,
Lluís Borrassà o Bernardo Martorell.
El estilo flamenco se inició en las
cortes de los duques de Berry y de Borgoña. La principal aportación de esta
escuela es la utilización de la técnica al óleo, que permite una mayor viveza y
enriquecimiento de la gama cromática, la realización de veladuras y la
obtención de colores compuestos. Los rasgos más definitorios del estilo
flamenco fueron el mayor naturalismo, el gusto por el detalle a través de una
técnica minuciosa y, en ocasiones, la codificación simbolista de la gama
cromática y de ciertos objetos. Los iniciadores de la escuela flamenca son los
hermanos Hubert y Jan van Eyck, cuya primera obra célebre fue el retablo de El
cordero místico de la iglesia de San Bavón de Gante. De Jan van Eyck es una de
las mejores obras del arte flamenco, Giovanni Arnolfini y su esposa (1434,
National Gallery, Londres). Otros pintores destacados son el maestro de Flémalle
(Robert Campin), Rogier van der Weyden, Hans Memling, Dirk Bouts y Hugo van der
Goes. Sin embargo, dentro de la escuela destacó una figura excepcional,
avanzada para su época: Hieronymus van Aken, llamado El Bosco, que desarrolló
en sus obras un universo surrealista en clave moralizante. Entre sus obras cabe
citar El jardín de las delicias (Museo del Prado, Madrid).
A lo largo del siglo XV la
influencia flamenca se extendió por toda Europa, considerada como un
renacimiento nórdico ajeno al punto de vista conceptual de la edad media. En
España la pintura flamenca tuvo un especial desarrollo gracias al oficio de
algunos pintores destacados como Luis Dalmau, Jaume Huguet, Jacomart, Bartolomé
Bermejo y Fernando Gallego.
5.2
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Escultura
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Pozo de Moisés
El Pozo de Moisés (1395-1403) era el brocal de
mármol, realizado por Claus Sluter, del claustro del monasterio cartujo de
Champmol en Dijon. Tan sólo se conserva este gran pedestal hexagonal, donde se
aprecian las representaciones naturalistas de seis profetas.
La escultura gótica en el norte de
Europa se mantuvo ajena al protorrenacimiento italiano. La escultura del gótico
final francés se desarrolló en Borgoña. En torno al 1400 en la corte de Felipe
el Atrevido en Dijon destacó la figura de Claus Sluter, que introdujo la
sensibilidad realista de los Países Bajos en Francia. Renunciando a los modelos
estilizados y a las afectaciones del siglo XIV, Sluter envuelve a sus figuras
en voluminosos plegados. En los personajes que acompañan el sepulcro de Felipe
el Atrevido (comenzado en 1385, Museo de Bellas Artes, Dijon), ofrece un amplio
repertorio de expresiones que contribuyen a enfatizar la evocación de tristeza
y dolor. En las estatuas de los profetas que rodean el Pozo de Moisés
(1395-1403, cartuja de Champmol, Dijon) transformó a los personajes del Antiguo
Testamento en patriarcas flamencos, cuya representación naturalista se funde
con un sentimiento de grandeza espiritual.
Tras la muerte de Sluter, en
1406, su influencia se difundió por el sur de Francia, España y posteriormente
Alemania. En torno a 1500, Michel Colombe y los manieristas de la escuela de
Troyes en Francia, Tilman Riemenschneider, Veit Stoss y Adam Kraft en Alemania,
y Guillem Sagrera, Egas Cueman, Rodrigo Alemán y Gil de Siloé en España,
pusieron el broche final al periodo gótico en el campo de la escultura.
5.3
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Arquitectura
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Ayuntamiento de Frankfurt del Oder
Bella vista aérea del edificio del Ayuntamiento de
Frankfurt del Oder, realizado en estilo gótico tardío florido. Se trata de una
importante ciudad del este de Alemania perteneciente al estado de Brandeburgo y
próxima a la frontera con Polonia, cuyo asentamiento original fue fundado por
un grupo de comerciantes francos en el siglo XIII. Adquirió la categoría de
ciudad en 1253 y, entre 1368 y 1450, fue un importante miembro de la Liga
Hanseática.
La última fase de la arquitectura
gótica francesa recibió el nombre de gótico flamígero o flamboyant, nombre
derivado de los paralelismos entre los motivos de la intrincada tracería curvilínea
y la forma de las llamas. La profusa decoración del estilo flamígero se
localiza generalmente alrededor de los vanos exteriores. El interior de las
iglesias emprendió un proceso de simplificación basado en la eliminación de
obstáculos visuales, como los capiteles sobre soportes verticales. El interés
estructural se concentró en las bóvedas, cuyos nervios, terceletes y ligaduras
conformaban una tupida red de complicados diseños.
5.3.1
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Estilo flamígero (flamboyant)
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Lonja de Palma de Mallorca
Vista de la fachada de la Lonja (Llotja) de Palma de
Mallorca, uno de los ejemplos más representativos del gótico flamígero en la
Corona de Aragón, desarrollado en estos territorios durante el siglo XV.
La arquitectura flamígera se origina en la
década de 1380 con la obra del arquitecto cortesano francés Guy de Danmartin.
Sin embargo el estilo no se consolidó hasta la conclusión de la guerra de los
Cien Años en 1453, momento en que tuvo lugar el resurgimiento de la actividad
constructiva en toda Francia. El auge de la arquitectura flamígera se produjo
entre el final del siglo XV y el primer tercio del siglo XVI en la obra de
Martin Chambiges y su hijo Pierre, autores de una serie de portadas entre las
que cabe citar la fachada occidental de la catedral de Troyes y las fachadas de
los transeptos de Senlis y Beauvais.
Difundido por gran parte del
continente, el estilo produjo sus frutos más elaborados en España. En el siglo
XV comenzaron a aparecer formas flamígeras en las obras de la corona de Aragón,
como puede observarse en la lonja de Palma de Mallorca. Al mismo tiempo se
empleó el nuevo estilo en la capilla de San Jorge del palau de la Generalitat
de Barcelona, así como en otros muchos palacios catalanes. Sin embargo lo más
característico del siglo XV español es la creación del denominado estilo
hispano-flamenco, caracterizado por la fusión de formas flamencas y mudéjares.
También recibe el nombre de isabelino por corresponder cronológicamente con el
reinado de Isabel I la Católica. Entre los arquitectos más destacados de este
último gótico cabe reseñar a Hanequin de Bruselas autor de la capilla de don
Álvaro de Luna en la catedral de Toledo; Juan Guas, con el castillo de Manzanares
el Real (Madrid), el palacio del Infantado en Guadalajara y el convento
toledano de San Juan de los Reyes; Antón y Enrique Egas, que trazaron los
hospitales de Santiago, Granada y el de Santa Cruz en Toledo; Juan y Simón de
Colonia, con obras como la capilla del Condestable de la catedral de Burgos; y,
en el área de Salamanca, Juan Gil de Hontañón, que construyó la catedral de
Segovia en pleno siglo XVI, y su hijo Rodrigo Gil de Hontañón.
Catedral de Astorga, León
La catedral de la ciudad española de Astorga, en la
provincia de León, es de estilo gótico flamígero. Se empezó a construir en 1471
y sus obras se prolongaron hasta finales del siglo XVI. El interior está
dividido en tres naves sin crucero y en la cabecera se abren tres ábsides de
planta poligonal. El altar mayor está presidido por un retablo obra de Gaspar
Becerra, en el que se puede apreciar el carácter arquitectónico propio de la
influencia de Miguel Ángel.
En Portugal, durante el reinado de
Manuel I (1495-1521), apareció un gótico nacional conocido como estilo
manuelino, marcado por la profusión ornamental de motivos exóticos y marineros.
5.3.2
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Estilo perpendicular (Perpendicular style)
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Interior de la capilla del King’s College de
Cambridge
La capilla del King’s College en Cambridge es uno de
los ejemplos más notables del estilo perpendicular, un tipo de gótico
desarrollado en Inglaterra. La construcción de esta iglesia se concluyó en
1515, y además de sus impresionantes vidrieras destacan las bóvedas de abanico
que componen su cubierta.
Inglaterra también tuvo su propio estilo
gótico tardío, el estilo perpendicular, que triunfó en el siglo XV. Se
caracteriza por el uso de molduras verticales en los muros y las tracerías y
por las bóvedas de abanico.
Son ejemplos de este periodo la
capilla de la Virgen en Gloucester, la de San Jorge en Windsor, la de Enrique
VII en Westminster y la del King’s College en Cambridge (comenzado en 1443),
donde se consigue una majestuosa homogeneidad espacial gracias al empleo de las
bóvedas de abanico, que prolongan de manera continua los paños rectangulares de
los muros y las vidrieras.
5.3.3
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Arquitectura civil
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Ayuntamiento de Lovaina
Vista del majestuoso edificio del Ayuntamiento de
Lovaina, construido entre 1448 y 1463 y considerado como una de las mejores
muestras del estilo gótico flamígero en Europa.
Durante el periodo gótico tardío se
construyeron un gran número de edificios civiles. En Bélgica se encuentran
ejemplos tempranos de estos edificios, algunos con torres-campanario como la
gran lonja de Ypres (1380 y destruida en 1915), y otros tan destacados como los
ayuntamientos de Lovaina (1448-1463) y Oudenaarde (1526-1530). En Inglaterra y
Francia los austeros castillos de los siglos XII y XIII muestran escasa
influencia de la arquitectura religiosa, pero en el último cuarto del siglo XIV
estas severas fortalezas comenzaron a sustituirse por elegantes châteaux, una
tipología residencial con barreras militares que incorporaba interesantes
innovaciones arquitectónicas. Un ejemplo temprano del estilo flamígero, la gran
pantalla (1388) con gabletes de tracería que corona la chimenea del antiguo
palacio de los condes de Poitiers, preludia la decoración de los templos
flamígeros. En torno a 1380 se añadió al palacio de Westminster (Londres) una
techumbre de vigas vistas de roble que se convirtió en el prototipo para
numerosas iglesias parroquiales inglesas.
En Francia, desde finales del siglo
XV hasta las primeras décadas del siglo XVI, se construyeron numerosos châteaux
en estilo flamígero, como el de Josselin (principios del siglo XVI) en Bretaña,
o los de Amboise y Blois en el valle del Loira (Véase también Castillos del
Loira). Se caracterizan exteriormente por sus tragaluces y buhardillas. Algunas
veces, como en el caso de la fachada añadida al palacio de justicia de Ruán,
cada uno de los tragaluces está flanqueado por diminutos contrafuertes. Otros ejemplos
destacables en el campo de la arquitectura civil son el gótico veneciano del
palacio del Dux (comenzado hacia 1345) y la Ca’ d’Oro (1430); el gótico tudor
inglés del palacio de Hampton Court y los espléndidos edificios administrativos
españoles, entre los que destacan las lonjas de Barcelona, Valencia y Palma de
Mallorca.
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