La guitarra




Guitarra clásica


La guitarra clásica de seis cuerdas tiene ambos lados planos. Sus características han cambiado poco desde que apareció a mediados del siglo XVI. Las cuerdas, que antes se fabricaban con tripa, hoy son de nailon.



Paco de Lucía
El guitarrista español Paco de Lucía se ha aproximado a otros ritmos, como el jazz o la salsa, en una búsqueda incesante de nuevos elementos que sirvieran para enriquecer el flamenco. Su extraordinario sentido del ritmo y de la armonía le sitúan en un lugar prominente en la historia de este instrumento.

Guitarra, instrumento musical de la familia de los cordófonos. Tiene un cuerpo plano y entallado, con un agujero redondo y un mástil con trastes, a lo largo del cual hay seis cuerdas, número no obstante que puede variar según el tipo de instrumento, sujetas por un extremo con clavijas de tornillo y por el otro a un puente pegado a la caja del instrumento. Las tres cuerdas agudas son normalmente de tripa o nailon; las otras de metal. Se afinan mi2, la2, re3, sol3, si3 y mi4, con una extensión de tres octavas y una quinta según un acorde tipo. Los dedos de la mano izquierda del intérprete presionan las cuerdas en el traste adecuado para producir las notas deseadas, los de la derecha pulsan las cuerdas. Algunas guitarras con cuerdas metálicas, como sucede con las eléctricas, se pueden puntear con un plectro o púa.
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HISTORIA
Instrumentos como la guitarra existen desde tiempos antiguos, de hecho algunas teorías sostienen que su antepasado fue el laúd caldeo-asirio y otras que provienen de la cítara griega. Etimológicamente el término proviene de kithara (egipcio) o de kezarah (asirio). La primera referencia escrita data del siglo XIII y se encuentra en las Cantigas de Santa María del rey Alfonso X el Sabio. En su forma antigua tenía tres pares de cuerdas más una sencilla (la más aguda). Se desarrolló probablemente en España, donde en el siglo XVI fue el equivalente en las clases bajas y medias de la aristocrática vihuela, instrumento de similar forma y origen, con seis cuerdas dobles.
La guitarra se popularizó en otros países europeos en los siglos XVI y XVII. A finales de este siglo se le añadió un quinto par de cuerdas debajo de los otros cuatro. A mediados del siglo XVIII la guitarra adopta su forma moderna, cuando las cuerdas se hacen sencillas y se añade una sexta por encima de las otras. Los guitarreros del siglo XIX ensancharon el cuerpo, aumentaron las escotaduras laterales, engrosaron la caja y cambiaron la barra armónica. Las viejas clavijas de madera fueron reemplazadas por tornillos metálicos.
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LA GUITARRA ELÉCTRICA
La guitarra eléctrica, utilizada en la música moderna de todo el mundo, tiene normalmente un cuerpo macizo no resonador. El sonido de sus cuerdas es amplificado y manipulado electrónicamente por el intérprete. Básicamente, las únicas similitudes entre la guitarra clásica y la eléctrica radican en la digitación sobre los trastes y en la afinación de las cuerdas. El músico e inventor estadounidense Les Paul popularizó el instrumento a partir de la década de 1940 tras desarrollar varios prototipos para el cuerpo de este tipo de guitarra.
También se ha popularizado la que comúnmente se denomina guitarra acústica, que a pesar de poseer un cuerpo acústico similar al de la guitarra clásica, tiene la posibilidad de poderse conectar mediante un jack a un amplificador de forma parecida a una eléctrica.
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LA GUITARRA CLÁSICA
Partes de la guitarra clásica
La guitarra clásica es un instrumento de cuerda pulsada compuesto por una caja de resonancia plana, fabricada normalmente en madera de picea o cedro, y un mástil de caoba, nogal o arce. Alrededor del oído lleva un rosetón decorativo realizado en taracea. A finales del siglo XVI alcanzó su forma actual y a partir de entonces pocos han sido los cambios operados en su construcción. En esta ilustración se señalan las distintas partes de este instrumento.

Como instrumento de música clásica, la guitarra adquirió importancia gracias a la obra del compositor español Fernando Sor, a quien François Fétis llamaba el ‘Beethoven de la guitarra’, así como del también español Francesc Tárrega, a veces apodado el ‘Chopin de la guitarra’. El excepcional guitarrista Andrés Segovia llevó su música por todo el mundo. Han escrito obras para este instrumento compositores como Manuel de Falla, Joaquín Turina, Joaquín Rodrigo (autor del famoso Concierto de Aranjuez), Albert Roussel, Alexander Tausman, Mario Castelnuovo-Tedesco y los latinoamericanos Manuel María Ponce, Heitor Villa-Lobos y Leo Brouwer. Destacadísimo intérprete del instrumento, este compositor cubano ha escrito numerosas obras para guitarra, sola y con acompañamiento de orquesta.


Andrés Segovia interpreta a Albéniz
El músico español Andrés Segovia desarrolló una nueva técnica para la guitarra que ha ejercido una influencia decisiva en las nuevas generaciones de intérpretes. También es una de las figuras que más contribuyó al renacimiento de la guitarra como instrumento de concierto.

El magnífico desarrollo de la técnica guitarrística y el virtuosismo alcanzado por algunos de los grandes intérpretes de hoy día, como A. Lagoya, Narciso Yepes, Alirio Díaz, John Williams, A. Ponce u O. Ghiglia, han favorecido la producción de obras destinas a este instrumento por parte de compositores de vanguardia del siglo XX, como Pierre Boulez, Hans Werner Henze, Cristóbal Halffter o Georges Migot, entre muchos otros. De esta manera, el instrumento ha recobrado una importancia que durante el siglo XIX fue poco reconocida por parte de los grandes compositores.


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