Iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane
La iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane (1634-1641), proyectada por Francesco Borromini, es uno de los edificios más representativos del barroco romano. La fachada, comenzada en 1665, se completó en 1667, después de la muerte de su autor.
Iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane, iglesia, convento y claustro construido en Roma por Francesco Borromini entre 1634 y 1641, llamada también San Carlino. La obra fue encargada por la orden española de los trinitarios descalzos de San Juan de Mata y financiada por el marqués de Castel Rodrigo (véase Barroco: arte y arquitectura).
El convento fue construido entre 1634 y 1637 usando la técnica del agrimalado para el ladrillo estucado y pintado. En la puerta aparece el frontón curvado que introdujera Giacomo della Porta en la fachada de la iglesia del Gesù de Roma, y que el propio Borromini había ya usado en el palacio Barberini y en las obras del Vaticano.
El claustro es de planta oblonga, y se divide en dos pisos: en el piso inferior, muy estrecho, las columnas pareadas sujetan arcos y entablamentos, con ritmos distintos; en el superior se encuentra la balaustrada y se usa la cubierta adintelada.
La iglesia fue realizada entre los años 1638 y 1641, a excepción de la fachada, que se concluyó en 1667. La planta, que tuvo que adaptarse a la reducida superficie de que se disponía, es un rombo equilátero sobre el que se generan otros espacios curvos laterales. Este tipo de planta centralizada compite en el barroco con la planta longitudinal, que marcó iglesias como la del Gesù.
La iglesia está cubierta con una cúpula oval que Borromini usó para crear una perspectiva ilusionista: los casetones que la cubren, que proceden de la tradición clásica griega y romana, decrecen de tamaño hasta el vértice, de tal manera que se tiene la sensación de una profundidad mayor. En esos casetones aparecen cruces griegas, emblema de la orden de los Trinitarios, que también los hacen más pequeños.
El templo se ilumina a través de tragaluces situados en el tambor de la cúpula, tamizados por cresterías formadas por hojas de acanto.
La fachada se realizó entre los años 1665 y 1667. La ondulación que presenta fue un motivo recurrente durante todo el barroco, especialmente en Roma: compuesta por tres calles con columnas de orden colosal adosadas al muro, presenta la central convexa y las dos laterales cóncavas. La escultura queda supeditada a la arquitectura: las figuras son confinadas en sus nichos, como la de san Carlos Borromeo que aparece sobre la puerta, flanqueado por otras dos estatuas. En 1667 Borromini se suicidó, dejando inacabada esta fachada, que pretendía rematar con un frontón que finalmente no se llevó a cabo.
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