Drenaje |
El invento del Drenaje
Las aguas subterráneas
Drenaje, extracción del agua superficial o subterránea de una zona determinada por medios naturales o artificiales. El término drenaje suele aplicarse a la eliminación del exceso de agua con canales, desagües, zanjas, alcantarillas y otros tipos de sistemas para recoger y transportar agua con ayuda de bombas o por la fuerza de la gravedad. Los proyectos de drenaje llegan a suponer operaciones a gran escala de recuperación y protección de pantanos, tierras sumergidas o expuestas a inundaciones frecuentes. Estos proyectos suelen consistir en sistemas de zanjas y diques de drenaje, y a menudo se emplean bombas para elevar el agua hasta la red de drenaje.
En drenajes a gran escala, en los que resulta esencial el buen funcionamiento de las salidas de agua para proteger las propiedades cercanas, es frecuente ampliar los canales naturales de la corriente para conseguir una capacidad de desagüe suficiente, y excavar drenajes principales y laterales, como zanjas o canales abiertos, para conducir el agua drenada por los sistemas de desagüe de los campos a estos canales ampliados. En este sistema, los drenajes conectados siguen las vías naturales de desagüe de la superficie de la zona, interceptando la escorrentía superficial que tiene lugar en periodos de grandes lluvias.
Los granjeros y agricultores suelen practicar drenajes a pequeña escala para extraer el agua de la superficie de sus campos de labranza o para aumentar la cantidad de agua en el suelo. Un buen sistema de drenaje puede ser eficaz para prevenir la erosión y la acción del agua sobre las laderas, deteniendo el agua superficial antes de que alcance las zonas en desnivel. Otro objetivo de los drenajes es evitar una acumulación excesiva de sales solubles en la tierra, que pueden perjudicar el crecimiento normal de las plantas.
2 | TIPOS DE DRENAJE |
La base de todo drenaje es la construcción de un canal adecuado y accesible por el que pueda correr el agua de la superficie o del subsuelo. Para ello se pueden utilizar zanjas abiertas, pero no siempre son aconsejables ya que se atascan a menudo con sedimentos y vegetación. Más frecuentes son los drenajes subterráneos, sobre todo en tierras de labranza, siendo el más eficaz el llamado drenaje de tejas, que consiste en una cañería hecha de secciones huecas de tejas de barro o cemento, enterrada a uno o dos metros de profundidad. El exceso de agua en la tierra se filtra en la cañería a través de agujeros en las tejas.
En drenajes de tierras más o menos llanas lo más frecuente es practicar un desagüe principal en un extremo lateral del terreno, y diversos desagües transversales conectados al principal. Los desagües laterales pueden ir en sentido paralelo al principal, confluyendo al final de la parte baja del terreno. Las características especiales de cada suelo condicionan la distancia entre los drenajes laterales y su profundidad. Los drenajes laterales pueden ubicarse a una distancia de 5 a 100 m entre sí y a una profundidad no mayor de un metro.
Para evitar que el agua procedente de tierras más altas alcance zonas más bajas, se suelen construir drenajes de interceptación o contención. Consisten en diques o drenajes subterráneos que atraviesan las pendientes, para interceptar el agua y desviarla antes de que alcance las tierras bajas.
Los drenajes suelen funcionar por la fuerza de la gravedad, pero en zonas bajas no siempre se pueden tener los desagües lo bastante bajos para que el agua discurra de forma natural. Cuando no se puede utilizar la fuerza de la gravedad se emplean bombas para llevar el agua de los sistemas de drenaje a canales que a menudo están situados a un nivel superior que las tierras drenadas. Éstas suelen hundirse al disminuir su contenido de humedad, aumentando la dificultad del drenaje de las zonas bajas. Cuando el suelo descansa en basamentos portadores de aguas subterráneas, como la grava, el drenaje subterráneo se efectúa bombeando el agua desde los manantiales para disminuir el nivel de agua del suelo.
3 | DRENAJES FAMOSOS |
Las tierras pantanosas de diversos lugares del mundo, como la extensa región del este de Inglaterra entre Cambridge y Lincoln, han sido desecadas. Esta recuperación de las tierras, un proceso constante de varios siglos, es el producto de un drenaje extensivo, de la construcción de diques y de la recanalización de los ríos de la región para evitar obstrucciones por sedimentos de lodos.
Los Países Bajos (Holanda) cuentan con los mejores y más grandes sistemas de drenaje y recuperación de tierras de todo el mundo. La mayor parte del país es llana y se localiza bajo el nivel del mar, necesitando la protección de diques para evitar la inundación. El suelo, de origen pantanoso y con numerosos lagos, se ha trasformado en tierras cultivables mediante el drenaje y el bombeo del exceso de agua por medio de molinos. En 1923 los Países Bajos iniciaron su mayor proyecto, la recuperación de 223.000 ha de tierras sumergidas en el IJsselmeer, antiguamente llamado Zuider Zee. Las tierras recuperadas deben ser drenadas de forma constante. Otro proyecto parecido, conocido como el Plan Delta, se inició en la década de 1950 para proteger el sur del país de las invasiones periódicas del mar. Se finalizó en 1986 y tuvo un costo total de 5.000 millones de dólares. Utilizando un método de recuperación denominado poldering se crearon grandes lagos con ayuda de diques y presas. Los lagos fueron desecados bombeando el agua y las tierras se recuperaron para la agricultura.