Los aislantes




Aislante
Aislante, cualquier material que conduce mal el calor o la electricidad y que se emplea para suprimir su flujo.
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AISLANTES ELÉCTRICOS
El aislante perfecto para las aplicaciones eléctricas sería un material absolutamente no conductor, pero ese material no existe. Los materiales empleados como aislantes siempre conducen algo la electricidad, pero presentan una resistencia al paso de corriente eléctrica hasta 2,5 × 1024 veces mayor que la de los buenos conductores eléctricos como la plata o el cobre. Estos materiales conductores tienen un gran número de electrones libres (electrones no estrechamente ligados a los núcleos) que pueden transportar la corriente; los buenos aislantes apenas poseen estos electrones. Algunos materiales, como el silicio o el germanio, que tienen un número limitado de electrones libres, se comportan como semiconductores, y son la materia básica de los transistores.
En los circuitos eléctricos normales suelen usarse plásticos como revestimiento aislante para los cables. Los cables muy finos, como los empleados en las bobinas (por ejemplo, en un transformador), pueden aislarse con una capa delgada de barniz. El aislamiento interno de los equipos eléctricos puede efectuarse con mica o mediante fibras de vidrio con un aglutinador plástico. En los equipos electrónicos y transformadores se emplea en ocasiones un papel especial para aplicaciones eléctricas. Las líneas de alta tensión se aíslan con vidrio, porcelana u otro material cerámico.
La elección del material aislante suele venir determinada por la aplicación. El polietileno y poliestireno se emplean en instalaciones de alta frecuencia, y el mylar se emplea en condensadores eléctricos. También hay que seleccionar los aislantes según la temperatura máxima que deban resistir. El teflón se emplea para temperaturas altas, entre 175 y 230 ºC. Las condiciones mecánicas o químicas adversas pueden exigir otros materiales. El nylon tiene una excelente resistencia a la abrasión, y el neopreno, la goma de silicona, los poliésteres de epoxy y los poliuretanos pueden proteger contra los productos químicos y la humedad.
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AISLANTES TÉRMICOS
Aislante
Aislamiento térmico

El aislante instalado en este edificio está lleno de minúsculas burbujas de aire que impiden el paso de calor. Una capa exterior metálica que refleja la radiación electromagnética, aísla aún más el edificio.

Los materiales de aislamiento térmico se emplean para reducir el flujo de calor entre zonas calientes y frías. Por ejemplo, el revestimiento que se coloca frecuentemente alrededor de las tuberías de vapor o de agua caliente reduce las pérdidas de calor, y el aislamiento de las paredes de una nevera o refrigerador reduce el flujo de calor hacia el aparato y permite que se mantenga frío.
El aislamiento térmico puede cumplir una o más de estas tres funciones: reducir la conducción térmica en el material, que corresponde a la transferencia de calor mediante electrones; reducir las corrientes de convección térmica que pueden establecerse en espacios llenos de aire o de líquido, y reducir la transferencia de calor por radiación, que corresponde al transporte de energía térmica por ondas electromagnéticas. La conducción y la convección no tienen lugar en el vacío, donde el único método de transferir calor es la radiación. Si se emplean superficies de alta reflectividad, también se puede reducir la radiación. Por ejemplo, puede emplearse papel de aluminio en las paredes de los edificios. Igualmente, el uso de metal reflectante en los tejados reduce el calentamiento por el sol. Los termos o frascos Dewar (véase Criogenia) impiden el paso de calor al tener dos paredes separadas por un vacío y recubiertas por una capa reflectante de plata o aluminio. Véase también Transferencia de calor.
El aire presenta unas 15.000 veces más resistencia al flujo de calor que un buen conductor térmico como la plata, y unas 30 veces más que el vidrio. Por eso, los materiales aislantes típicos suelen fabricarse con materiales no metálicos y están llenos de pequeños espacios de aire. Algunos de estos materiales son el carbonato de magnesio, el corcho, el fieltro, la guata, la fibra mineral o de vidrio y la arena de diatomeas. El amianto se empleó mucho como aislante en el pasado, pero se ha comprobado que es peligroso para la salud y ha sido prohibido en los edificios de nueva construcción de muchos países.
En los materiales de construcción, los espacios de aire proporcionan un aislamiento adicional; así ocurre en los ladrillos de vidrio huecos, las ventanas con doble vidrio (formadas por dos o tres paneles de vidrio con una pequeña cámara de aire entre los mismos) y las tejas de hormigón (concreto) parcialmente huecas. Las propiedades aislantes empeoran si el espacio de aire es suficientemente grande para permitir la convección térmica, o si penetra humedad en ellas, ya que las partículas de agua actúan como conductores. Por ejemplo, la propiedad aislante de la ropa seca es el resultado del aire atrapado entre las fibras; esta capacidad aislante puede reducirse significativamente con la humedad.
Los costes de calefacción y aire acondicionado en las viviendas pueden reducirse con un buen aislamiento del edificio. En los climas fríos se recomiendan unos 8 cm de aislamiento en las paredes y entre 15 y 20 cm de aislamiento en el techo.
Recientemente se han desarrollado los llamados superaislantes, sobre todo para su empleo en el espacio, donde se necesita protección frente a unas temperaturas externas cercanas al cero absoluto. Los tejidos superaislantes están formados por capas múltiples de mylar aluminizado, cada una de unos 0,005 cm de espesor, separadas por pequeños espaciadores, de forma que haya entre 20 y 40 capas por centímetro.

Generación y transporte de electricidad




Generación y transporte de electricidad
Red de energía eléctrica
En una central hidroeléctrica, el agua que cae de una presa hace girar turbinas que impulsan generadores eléctricos. La electricidad se transporta a una estación de transmisión, donde un transformador convierte la corriente de baja tensión en una corriente de alta tensión. La electricidad se transporta por cables de alta tensión a las estaciones de distribución, donde se reduce la tensión mediante transformadores hasta niveles adecuados para los usuarios. Las líneas primarias pueden transmitir electricidad con tensiones de hasta 500.000 voltios o más. Las líneas secundarias que van a las viviendas tienen tensiones de 220 o 110 voltios.

Generación y transporte de electricidad, conjunto de instalaciones que se utilizan para transformar otros tipos de energía en electricidad y transportarla hasta los lugares donde se consume. La generación y transporte de energía en forma de electricidad tiene importantes ventajas económicas debido al coste por unidad generada. Las instalaciones eléctricas también permiten utilizar la energía hidroeléctrica a mucha distancia del lugar donde se genera. Estas instalaciones suelen utilizar corriente alterna, ya que es fácil reducir o elevar el voltaje con transformadores. De esta manera, cada parte del sistema puede funcionar con el voltaje apropiado. Las instalaciones eléctricas tienen seis elementos principales: la central eléctrica, los transformadores, que elevan el voltaje de la energía eléctrica generada a las altas tensiones utilizadas en las líneas de transporte, las líneas de transporte, las subestaciones donde la señal baja su voltaje para adecuarse a las líneas de distribución, las líneas de distribución y los transformadores que bajan el voltaje al valor utilizado por los consumidores.
En una instalación normal, los generadores de la central eléctrica suministran voltajes de 26.000 voltios; voltajes superiores no son adecuados por las dificultades que presenta su aislamiento y por el riesgo de cortocircuitos y sus consecuencias. Este voltaje se eleva mediante transformadores a tensiones entre 138.000 y 765.000 voltios para la línea de transporte primaria (cuanto más alta es la tensión en la línea, menor es la corriente y menores son las pérdidas, ya que éstas son proporcionales al cuadrado de la intensidad de corriente). En la subestación, el voltaje se transforma en tensiones entre 69.000 y 138.000 voltios para que sea posible transferir la electricidad al sistema de distribución. La tensión se baja de nuevo con transformadores en cada punto de distribución. La industria pesada suele trabajar a 33.000 voltios (33 kilovoltios), y los trenes eléctricos requieren de 15 a 25 kilovoltios. Para su suministro a los consumidores se baja más la tensión: la industria suele trabajar a tensiones entre 380 y 415 voltios, y las viviendas reciben entre 220 y 240 voltios en algunos países y entre 110 y 125 en otros.
Clavijas del mundo
Una vez que la electricidad llega a los puntos de consumo se puede acceder a ella estableciendo una conexión con la red a través de clavijas (como las que se muestran en la ilustración), que se introducen en los enchufes (tomas de corriente). Existen diversos tipos de clavijas. Las del tipo A se llaman tipo americano y se utilizan en el continente americano y en Asia. Las tres del tipo B se conocen como tipo británico y se emplean en Inglaterra, Asia y África. Las del tipo C y SE se usan en algunas zonas de Europa y Asia, y en áreas de Sudamérica y Centroamérica. Las del tipo O, llamadas tipo Oceanía, se utilizan en Australia y en los países del Pacífico Sur.

El desarrollo actual de los rectificadores de estado sólido para alta tensión hace posible una conversión económica de alta tensión de corriente alterna a alta tensión de corriente continua para la distribución de electricidad (véase Rectificación). Esto evita las pérdidas inductivas y capacitivas que se producen en la transmisión de corriente alterna (véase más abajo).
La estación central de una instalación eléctrica consta de una máquina motriz, como una turbina de combustión, que mueve un generador eléctrico. La mayor parte de la energía eléctrica del mundo se genera en centrales térmicas alimentadas con carbón, aceite, energía nuclear o gas; una pequeña parte se genera en centrales hidroeléctricas, diesel o provistas de otros sistemas de combustión interna.
Esquema de una central térmica
Esquema de una central térmica clásica. El carbón, el fuel o el gas son los combustibles que alimentan este tipo de centrales eléctricas. La energía eléctrica producida llega a los centros de consumo a través de las líneas de transporte.

Las líneas de conducción se pueden diferenciar según su función secundaria en líneas de transporte (altos voltajes) y líneas de distribución (bajos voltajes). Las primeras se identifican a primera vista por el tamaño de las torres o apoyos, la distancia entre conductores, las largas series de platillos de que constan los aisladores y la existencia de una línea superior de cable más fino que es la línea de tierra. Las líneas de distribución, también denominadas terciarias, son las últimas existentes antes de llegar la electricidad al usuario, y reciben aquella denominación por tratarse de las que distribuyen la electricidad al último eslabón de la cadena.
Las líneas de conducción de alta tensión suelen estar formadas por cables de cobre, aluminio o acero recubierto de aluminio o cobre. Estos cables están suspendidos de postes o pilones, altas torres de acero, mediante una sucesión de aislantes de porcelana. Gracias a la utilización de cables de acero recubierto y altas torres, la distancia entre éstas puede ser mayor, lo que reduce el coste del tendido de las líneas de conducción; las más modernas, con tendido en línea recta, se construyen con menos de cuatro torres por kilómetro. En algunas zonas, las líneas de alta tensión se cuelgan de postes de madera; para las líneas de distribución, a menor tensión, suelen ser postes de madera, más adecuados que las torres de acero. En las ciudades y otras áreas donde los cables aéreos son peligrosos se utilizan cables aislados subterráneos. Algunos cables tienen el centro hueco para que circule aceite a baja presión. El aceite proporciona una protección temporal contra el agua, que podría producir fugas en el cable. Se utilizan con frecuencia tubos rellenos con muchos cables y aceite a alta presión (unas 15 atmósferas) para la transmisión de tensiones de hasta 345 kilovoltios.
Cualquier sistema de distribución de electricidad requiere una serie de equipos suplementarios para proteger los generadores, transformadores y las propias líneas de conducción. Suelen incluir dispositivos diseñados para regular la tensión que se proporciona a los usuarios y corregir el factor de potencia del sistema (véase más abajo).
Los cortacircuitos se utilizan para proteger todos los elementos de la instalación contra cortocircuitos y sobrecargas y para realizar las operaciones de conmutación ordinarias. Estos cortacircuitos son grandes interruptores que se activan de modo automático cuando ocurre un cortocircuito o cuando una circunstancia anómala produce una subida repentina de la corriente. En el momento en el que este dispositivo interrumpe la corriente se forma un arco eléctrico entre sus terminales. Para evitar este arco, los grandes cortacircuitos, como los utilizados para proteger los generadores y las secciones de las líneas de conducción primarias, están sumergidos en un líquido aislante, por lo general aceite. También se utilizan campos magnéticos para romper el arco. En tiendas, fábricas y viviendas se utilizan pequeños cortacircuitos diferenciales. Los aparatos eléctricos también incorporan unos cortacircuitos llamados fusibles, consistentes en un alambre de una aleación de bajo punto de fusión; el fusible se introduce en el circuito y se funde si la corriente aumenta por encima de un valor predeterminado.
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FALLOS DEL SISTEMA
Panel de control eléctrico
Un operario vigila el panel de control principal de una compañía eléctrica. Las pantallas muestran las conexiones y rutas de distribución. Desde aquí pueden detectarse rápidamente problemas en el suministro eléctrico.

En muchas zonas del mundo las instalaciones locales o nacionales están conectadas formando una red. Esta red de conexiones permite que la electricidad generada en un área se comparta con otras zonas. Cada empresa aumenta su capacidad de reserva y comparte el riesgo de apagones.
Estas redes son enormes y complejos sistemas compuestos y operados por grupos diversos. Representan una ventaja económica pero aumentan el riesgo de un apagón generalizado, ya que si un pequeño cortocircuito se produce en una zona, por sobrecarga en las zonas cercanas se puede transmitir en cadena a todo el país. Muchos hospitales, edificios públicos, centros comerciales y otras instalaciones que dependen de la energía eléctrica tienen sus propios generadores para eliminar el riesgo de apagones.
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REGULACIÓN DEL VOLTAJE
Las largas líneas de conducción presentan inductancia, capacitancia y resistencia al paso de la corriente eléctrica (véase Circuito eléctrico). El efecto de la inductancia y de la capacitancia de la línea es la variación de la tensión si varía la corriente, por lo que la tensión suministrada varía con la carga acoplada. Se utilizan muchos tipos de dispositivos para regular esta variación no deseada. La regulación de la tensión se consigue con reguladores de la inducción y motores síncronos de tres fases, también llamados condensadores síncronos. Ambos varían los valores eficaces de la inductancia y la capacitancia en el circuito de transmisión. Ya que la inductancia y la capacitancia tienden a anularse entre sí, cuando la carga del circuito tiene mayor reactancia inductiva que capacitiva (lo que suele ocurrir en las grandes instalaciones) la potencia suministrada para una tensión y corriente determinadas es menor que si las dos son iguales. La relación entre esas dos cantidades de potencia se llama factor de potencia. Como las pérdidas en las líneas de conducción son proporcionales a la intensidad de corriente, se aumenta la capacitancia para que el factor de potencia tenga un valor lo más cercano posible a 1. Por esta razón se suelen instalar grandes condensadores en los sistemas de transmisión de electricidad.
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PRODUCCIÓN MUNDIAL DE ENERGÍA ELÉCTRICA
Durante el periodo comprendido entre 1959 y 1990, la producción y consumo anual de electricidad aumentó de poco más de 1 billón de kWh a más de 11,5 billones. También tuvo lugar un cambio en el tipo de generación de energía. En 1950 las dos terceras partes de la energía eléctrica se generaban en centrales térmicas y un tercio en centrales hidroeléctricas. En 1990 las centrales térmicas seguían produciendo alrededor del 60% de la electricidad, pero la producción de las centrales hidroeléctricas descendió hasta poco más del 20% y la energía nuclear generaba el 15% de la producción mundial. Sin embargo, el crecimiento de la energía nuclear descendió en algunos países debido a consideraciones de seguridad. En Estados Unidos las centrales nucleares generaron el 20% de la electricidad en 1990, mientras que en Francia, líder mundial del uso de energía atómica, las centrales nucleares proporcionan el 75% de su producción eléctrica.
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IMPACTO AMBIENTAL DE LAS LÍNEAS DE CONDUCCIÓN
Como toda actividad humana, la generación y transporte de energía eléctrica produce una serie de impactos ambientales. Los impactos producidos en el proceso de generación son altamente específicos de la fuente de energía utilizada: hidráulica, nuclear, térmica… Sin embargo, las líneas de transporte producen unos tipos definidos de impacto, con independencia del origen de la energía eléctrica transportada. Así, cabe destacar el impacto producido sobre la fauna, y en concreto las aves, que sufren electrocución al posarse en los apoyos de los postes, especialmente los de distribución, ya que en estos los conductores están más juntos entre sí y respecto de la estructura de apoyo, y las cadenas de aisladores son más cortas, lo que provoca que sea relativamente fácil que un ave posada en el poste toque un conductor y se produzca la electrocución. En el caso de las líneas de transporte, los accidentes por electrocución son raros, afectando sólo a grandes aves que pueden tocar a un tiempo dos conductores o un conductor y el apoyo. La clase de accidente más común en este tipo de líneas es la colisión con los cables, sobre todo con el de tierra, más fino y situado por encima del resto. El mayor riesgo para la vegetación en una línea en servicio es el de incendio por caída de un cable en caso de accidente, como la caída de un rayo. En cualquier caso, las compañías eléctricas son cada vez más sensibles a estos problemas, por lo que están actuando en zonas especialmente afectadas y considerando estos riesgos en líneas de nueva construcción.

Gafas




Gafas
Gafas o Anteojos, lentes o prismas que se colocan delante de los ojos para compensar diversos defectos de la visión. La forma más común consiste en un par de lentes de vidrio sujetas por una moldura de metal o plástico que se adapta al puente de la nariz y se mantiene en posición mediante dos patillas, o abrazaderas, que se afianzan a la cabeza o alrededor de las orejas. La gafas fabricadas con lentes de plástico duro son más seguras y pesan menos.
Otro tipo de gafas son las que se sujetan mediante presión en la nariz, llamadas pince-nez (en francés, 'pinza de nariz'). Las lentes únicas, denominadas monóculos, que se utilizan para corregir la visión de un ojo, se mantienen encajándolas en la órbita. Las gafas con un mango en lugar de patillas, que se emplean a veces para leer, se denominan impertinentes o monóculos con mango, y hoy han caído en desuso.
Las lentes de las gafas se pulen en forma de lente esférica cóncava para la miopía (cortos de vista), lentes esféricas convexas para la hipermetropía, lentes cilíndricas para el astigmatismo (curvatura no uniforme del cristalino) y prismáticas para defectos de convergencia. Con frecuencia es necesario pulir estas lentes de modo que se combinen estas formas para corregir varias anomalías al mismo tiempo. Las lentes bifocales se utilizan para proporcionar un grado de corrección diferente según si la visión sea próxima o lejana. La zona superior de estas lentes está pulida para la visión de lejos y la parte inferior para la visión de cerca, de modo que el usuario sólo tiene que inclinar los ojos hacia abajo para leer y elevarlos para mirar objetos distantes. Las gafas trifocales son bifocales que en el centro de la lente se han pulido para ver a una distancia intermedia.
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LENTES DE CONTACTO
Lentes de contacto
El primero en proponer el uso de lentes de contacto para corregir los defectos de la visión fue Leonardo da Vinci en 1508. Casi cuatro siglos después, se fabricaban en Alemania las primeras lentes de contacto con un cristal que recubría toda la superficie del ojo. Las lentes de contacto actuales aparecieron en la década de 1940. Hoy, mucha gente las prefiere a las gafas o anteojos, sobre todo por motivos estéticos, aunque estas últimas ofrecen una protección mayor a los ojos.

Los inconvenientes de las gafas convencionales han conducido al desarrollo de lentes correctoras de plástico que se colocan debajo de los párpados directamente sobre el globo ocular. Estas lentes reducen el riesgo de rotura que siempre existe en las gafas convencionales, debido a que al igual que el ojo, las lentes de contacto están protegidas de la lesión por la forma del cráneo. Las lentes de contacto actuales cubren sólo la córnea y un proceso especial de moldeado permite que se adapten con precisión a la curvatura de la córnea para disminuir al máximo la irritación. Las llamadas lentes de contacto blandas, las más frecuentes en la actualidad, están elaboradas de un material plástico blando que se amolda a la forma de la córnea. Las lentes de contacto de uso prolongado sólo se deben usar con el asesoramiento de un oftalmólogo o un técnico optometrista.
Se han llevado a cabo investigaciones con lentes implantadas que remodelan la córnea para corregir defectos focales. Otro tratamiento es la reconfiguración directa de la córnea mediante un proceso quirúrgico denominado queratotomía radial. Aunque esta intervención se utiliza cada vez más, puede originar problemas y ha sido criticada por ciertos médicos.
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GAFAS PROTECTORAS
Soldador con una máscara protectora
Un soldador utiliza una máscara protectora para cubrir sus ojos de los rayos actínicos emitidos en esta actividad. La luz intensa de este tipo puede ser muy dañina para la superficie que recubre el ojo y conducir a una ceguera parcial o permanente. Aunque las gafas o lentes con un ligero tinte son suficientes para proteger los ojos del sol, este tinte debe ser mucho mayor para proteger los ojos durante las operaciones de soldadura.

Al igual que para corregir los defectos de la visión, las gafas se utilizan para proteger los ojos. Un ejemplo conocido son las gafas coloreadas, lentes oscuras, o gafas de sol, usadas para proteger los ojos de los rayos solares. Para evitar la exposición de los ojos a los rayos actínicos de las llamas de las soldaduras, los trabajadores utilizan gafas con una tinción más intensa. Los maquinistas y los trabajadores de otras industrias llevan gafas o anteojos de gran resistencia para resguardar los ojos de posibles partículas de metal, y los aviadores y conductores de coches de carreras las emplean para proteger los ojos del viento. Las gafas de bucear permiten la visión bajo el agua.
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HISTORIA
Óptico realizando un examen ocular
Los ópticos son especialistas que examinan los ojos para detectar defectos de la visión y prescribir el uso de lentes correctoras.

En 1268 el filósofo inglés Roger Bacon formuló la primera afirmación acerca del uso de lentes. Sin embargo, posiblemente ya en el siglo X, los chinos habían utilizado lentes de aumento colocadas en molduras. En Europa, las gafas se utilizaron por primera vez en Italia, y algunos retratos medievales representan personas que portaban gafas. Con la invención de la imprenta en el siglo XV, se incrementó la demanda de gafas, y hacia 1629 era lo bastante grande como para que en Inglaterra se concediesen derechos a una corporación de fabricantes de gafas. Las primeras gafas bifocales fueron construidas para Benjamin Franklin hacia 1760 por indicación suya. Al principio, sólo se fabricaban gafas con lentes que corregían la miopía y la hipermetropía, y sólo a finales del siglo XIX se generalizó el uso de lentes cilíndricas para la corrección del astigmatismo.
En la actualidad, los profesionales de la óptica (técnicos diplomados), que en algunos países reciben el nombre de optometristas u ópticos, examinan los ojos para detectar posibles defectos de la visión y prescribir gafas o lentes de contacto correctoras. En contraste, el oculista u oftalmólogo (médico especialista), tiene a su cargo el tratamiento médico o quirúrgico de las enfermedades y anomalías de los ojos.

La Llave




Llave
Mecanismo de llave y cerradura
Este diagrama muestra cómo una llave abre la cerradura correspondiente. Cuando se inserta una llave en la cerradura, sus dientes empujan unas levas oprimidas por un resorte. Esto permite que la llave haga girar el cilindro móvil y abra la cerradura, aunque sólo una llave cuyos dientes se correspondan exactamente con el tamaño de las levas puede hacer que el cilindro gire dentro del bombín de la cerradura.

Llave, en mecánica, pieza pequeña que encaja en un espacio cortado en dos componentes o piezas adyacentes, y que sirve para unirlas. Se utiliza sobre todo para fijar ruedas o engranajes a sus ejes. Suele estar compuesta por una delgada lámina de metal que encaja con fuerza en una estría transversal cortada en el eje y en una estría paralela cortada en el diámetro interior del cubo de la rueda. Algunas llaves están diseñadas para impedir todo juego entre la rueda y el eje, mientras que otras permiten que la rueda se deslice a lo largo del eje pero no que gire con respecto a él. Sin embargo, cuando es necesario un movimiento deslizante, los ingenieros prefieren el uso de ejes nervados. En lugar de emplear llaves, el nervio o nervios del eje encajan en las correspondientes estrías del cubo de la rueda.
El término llave se emplea también para un dispositivo metálico de cierre que mueve o libera un cerrojo o retenedor de un mecanismo complementario (cerradura).

Sierra




sierra. (Del lat. serra). f. Herramienta para cortar madera u otros objetos duros, que generalmente consiste en una hoja de acero dentada sujeta a una empuñadura. || 2. Lugar donde se sierra. || 3. Herramienta que consiste en una hoja de acero fuerte, larga y estrecha, con borde liso, sujeta a un bastidor, y que sirve para dividir piedras duras con el auxilio de arena y agua. || 4. Parte de una cordillera. || 5. Cordillera de montes o peñascos cortados. || 6. pez sierra. || 7. Ven. Pez marino comestible de la familia de los Escómbridos, de un metro de longitud, sin escamas, que tiene a ambos lados del cuerpo dos líneas de color amarillento pardo y manchas ovaladas del mismo color. || ~ abrazadera. f. La de grandes dimensiones, con la hoja montada en el medio bastidor, y que sirve para dividir grandes maderos sobre caballetes. || ~ de mano. f. La que puede manejar un hombre solo. || ~ de punta. f. La de hoja estrecha y puntiaguda, que sirve para hacer calados y otras labores delicadas. || ~ de trasdós. f. Serrucho de hoja rectangular y muy delgada, reforzada en el lomo con una pieza de hierro o latón, que sirve para hacer hendiduras muy finas. || de ~ a extremo. loc. adv. Dicho del modo de conducir un ganado: Trashumante, pasando desde las sierras de Castilla a las dehesas de Extremadura. V. caballero de la ~, caballero de ~, dientes de ~, madera de ~.

Sierra
Sierra
Las sierras tienen una hoja metálica con pequeños dientes para cortar madera, metal u otros materiales. En la imagen se muestra una sierra manual.

Sierra (herramienta), instrumento dotado de una hoja metálica para cortar madera, plástico, metal u otros materiales. La hoja tiene pequeños dientes metálicos afilados a lo largo del borde cortante. Los dientes están algo inclinados alternativamente a derecha e izquierda de la hoja; esto hace que el corte de la sierra sea algo más ancho que la propia hoja, lo que evita que ésta se atasque en el material que se está cortando. Las sierras se dividen en dos grandes grupos: manuales y mecánicas.
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SIERRAS MANUALES
Entre ellas figuran el tronzador, el serrucho de cortar al hilo, el serrucho de costilla, la segueta para metales y la sierra de calar.
Los tronzadores y los serruchos para cortar al hilo tienen un mango de madera o plástico fijado a una hoja de metal de entre 50 y 60 cm de longitud. La hoja tiene unos 12 cm de anchura junto al mango y va reduciéndose hasta llegar a unos 5 cm en el extremo. Los dientes metálicos del tronzador están diseñados para cortar la madera en dirección perpendicular a la veta, mientras que los del serrucho de cortar al hilo cortan la madera en la dirección de la veta.
Los serruchos de costilla tienen una hoja rectangular de entre 30 y 40 cm de longitud, y se emplean para cortar en la dirección de la veta o en perpendicular a ella. La arista de la hoja opuesta al borde cortante está reforzada con una banda de metal para mantener la hoja recta mientras se sierra. Los serruchos de costilla se usan a menudo junto con una caja de ingletes, un dispositivo que guía la sierra para que los cortes sean rectos y precisos.
Las sierras de calar tienen una hoja fina y flexible de unos 20 cm de longitud que se fija a un bastidor en forma de U, y se emplean para efectuar cortes curvos en madera. Las seguetas para metales son algo más largas que las sierras de calar, aunque su forma es similar. Sin embargo, su hoja es más ancha, más resistente y menos flexible.
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SIERRAS MECÁNICAS
Sierras circulares
Las sierras circulares son, probablemente, las sierras mecánicas más utilizadas. En la imagen, una sierra de este tipo corta un tronco antes de ser transportado a los aserraderos.

Incluyen, entre otras, la sierra circular portátil, la sierra de vaivén y la motosierra. La sierra mecánica más empleada es quizá la sierra circular portátil, dotada de un motor eléctrico que hace girar a gran velocidad una hoja circular. Empleando una hoja adecuada (en cuanto a su dureza y a la forma de sus dientes), una sierra circular portátil puede cortar casi cualquier material. La sierra de vaivén, con forma de U, emplea una hoja fina que, al igual que la hoja de una sierra de calar, permite al usuario efectuar cortes curvos en madera. La madera que va a cortarse se apoya en una plataforma plana que se fija entre los brazos del bastidor en forma de U. La hoja pasa a través de un agujero situado en el centro de la plataforma y va de un extremo de la U a otro. Un motor eléctrico hace moverse la hoja arriba y abajo con rapidez, y el usuario va moviendo la madera sobre la plataforma para efectuar el corte. Las motosierras, empleadas para cortar troncos o talar árboles, son sierras portátiles con un motor eléctrico o de gasolina que mueve una cadena cortante que gira alrededor de un bastidor. Véase Máquina herramienta; Carpintería.

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