Número (gramática), categoría gramatical con la que se opone la singularidad a la pluralidad en las palabras flexivas (véase Flexión).
Dentro del número se distingue el singular, que designa un solo ser u objeto, y el plural, que indica más de uno. En las lenguas sánscrita, griega clásica y algunas eslavas, existe el número dual que engloba dos personas o cosas en los nombres o dos actividades o procesos en los verbos, por lo que la oposición que establecen es tripartita entre singular (un elemento), dual (dos) y plural (más de dos). En otras lenguas, como la de las islas Fiji, existe además un trial (tres elementos), que se opone a los anteriores, dándose una oposición cuatripartita: singular, dual, trial y plural.
Ciertos lingüistas afirman que frente al género, que el hablante lo piensa junto al lexema y está íntimamente ligado a él, la idea de número es secundaria, puesto que hace referencia a una información posterior acerca de la cantidad de unidades de la palabra a la que se une, es decir, su cuantificación.
En español, se distinguen dos números en el sintagma nominal: el singular, término no marcado que se caracteriza por la carencia de morfema, lo que se representa con el signo Ø, y el plural, término marcado, que presenta los morfemas - s o - es. Esta categoría gramatical afecta principalmente al sustantivo y, por la concordancia, a otras palabras flexivas de la oración como determinantes, pronombres y verbos. En los pronombres personales y en los verbos, el número se une a la categoría de persona.
Se puede expresar también la noción de número mediante la utilización de numerales y cuantificadores o a través de los sustantivos colectivos. Véase también Indefinidos.
2 | | EL NÚMERO EN EL SUSTANTIVO |
El singular no presenta ningún morfema, por lo que su ausencia se indica con la marca Ø; el plural se manifiesta con el morfema - s o con su variante - es:
León: león lexema, Ø, morfema gramatical de género, Ø; ausencia de morfema gramatical de número.
Niñas: niñ - lexema, - a morfema gramatical de género femenino, - s morfema gramatical de número plural.
Balones: balon - lexema, Ø, morfema gramatical de género, - es morfema gramatical de número.
Las reglas que rigen la formación del plural en los sustantivos españoles pueden resumirse en las siguientes:
a) Cuando el sustantivo finaliza en vocal átona o en una e tónica, el plural se forma añadiendo una - s al singular: pluma/plumas, café/cafés.
b) Si termina en vocal tónica que no sea e o en consonante que no sea s, el plural se forma añadiendo el morfema - es: tisú/tisúes, bombón/bombones; excepto papá, mamá, sofá y dominó, cuyo plural lo hacen en - s; sin embargo, en el uso cotidiano existen a veces vacilaciones entre los morfemas - s y - es. En América alternan papás, papaes y papases. También forman el plural en - es las palabras que terminan en diptongo cuya última vocal es y: buey/bueyes, ley/leyes, pero en la lengua hablada se dan algunas vacilaciones en palabras tomadas de otros idiomas, como jersey/jerséis, jerseises o jerseyes, aunque lo correcto es jerséis. Los plurales de las vocales forman el plural en - es: aes, íes.
c) Nombres cuyo singular termina en s: Si son nombres llanos o esdrújulos, la forma de marcar en ellos el plural es mediante el artículo: el jueves/los jueves, el miércoles/los miércoles; si son agudos el plural se forma añadiendo - es: país/países.
d) En las palabras latinas como memorandum o referendum, se oscila entre mantener en el plural la misma forma que en el singular: el referendum/ los referendum, o utilizar el plural latino: memoranda, referenda, o terminarlo en - os: referendos, memorandos. La Real Academia Española ha optado por la españolización de alguna de estas palabras en - o: estadio, simposio, currículo, cuyo plural lo forma añadiendo - s: estadios, simposios, currículos, o por mantener en el plural la misma forma que en el singular: ultimátum.
e) Los términos tomados de otros idiomas cuya terminación es en consonante oscilan a veces entre la formación del plural con - s o con - es: complot/complots, gol/goles, líder/líderes, club o clube/clubes ...
f) Los nombres propios de personas y los apellidos generalmente se usan en singular, pero admiten también el plural: Los Antonios, los Garcías, excepto los que terminan en - s, en - z, los esdrújulos que terminan en consonante o aquellos que no proceden del castellano: Los Gómez, los Valdés, los Schmidt. También se puede poner el artículo en plural y mantener la forma del apellido invariable: Los Yagüe.
g) Los nombres propios geográficos se usan generalmente en singular: Brasil, Acapulco, si bien alguno de ellos puede presentar la forma del plural y funcionar como singular: Buenos Aires, Las Vegas. Cuando aluden a islas, archipiélagos o cordilleras toman el plural: Las Antillas, los Andes.
h) Los nombres compuestos suelen formar el plural sobre el último componente: bocacalle/bocacalles; pero si el hablante los concibe como la suma de dos lexemas más que como una sola palabra, pueden tomar el plural los dos o sólo el primero: gentilhombre/gentileshombres, quienquiera/quienesquiera.
Al hablar del número del sustantivo, casi siempre, se piensa en sustantivos contables en los que es fácil distinguir su singularidad o pluralidad, pero existen otros sustantivos no contables, como vino, arena, sopa, que por su misma esencia son incompatibles con cualquier cómputo real, aunque se puedan pesar o medir, al igual que ocurre con los nombres colectivos, como muchedumbre o gente, por lo que si bien pueden adoptar la forma gramatical de plural, éste no será informativo, sino únicamente enfático o ponderativo. Lo mismo se puede decir de los nombres abstractos, como, por ejemplo, perfidia, amistad..., a no ser que el hablante los piense como una suma de individualidades referidas a acciones, hechos o personas, con lo que se transforman en concretos: perfidias (conjunto de acciones desleales), amistades (personas con las que existen lazos de afecto): Sus perfidias le han llevado a un total aislamiento; hemos conseguido muchas amistades en Perú.
Algunos sustantivos, como tez, ecuador, cenit, no admiten más que el singular; por el contrario, otros, como albricias, fastos, gárgaras, o los que designan objetos dobles: gafas, alicates, se usan siempre en plural. El uso ha fijado a veces la marca del plural o la del singular; se dice buenos días o buenas tardes cuando se saluda a alguien, pero se desea un feliz día o unos felices días.
En ocasiones el morfema de número se utiliza para diferenciar significados: el celo/los celos; la víspera/las vísperas; letra/letras, son palabras que en sus orígenes tuvieron alguna relación, que a veces siguen conservando.
Al formarse el plural, las palabras no suelen cambiar el acento de sílaba; no obstante, hay algunas en las cuales éste se desplaza: carácter/caracteres, régimen/regímenes, espécimen/especímenes, sénior/ seniores. Véase Acento.
3 | | EL NÚMERO EN LOS ADJETIVOS CALIFICATIVOS |
El adjetivo acompaña al sustantivo, concordando con él en género y número. Véase Concordancia.
Al igual que en el sustantivo, se establece la oposición entre singular, que carece de morfema y se representa con la marca Ø, y el plural, que presenta los morfemas - s, - es.
Bueno: bue - lexema, - o morfema gramatical de género masculino, Ø, morfema gramatical de número singular.
Los que terminan en vocal átona forman el plural añadiendo al lexema una - s: bueno/buenos; dulce/dulces; los que acaban en vocal tónica o en consonante, añadiendo al lexema el morfema - es: carmesí/carmesíes; cortés/corteses, y si en singular finalizan en una z, ésta se transforma en el plural en una c: veloz/veloces.
4 | | EL NÚMERO EN LOS DETERMINANTES Y EN LOS PRONOMBRES |
Tanto el artículo como los adjetivos determinativos presentan variación en el número debido a la concordancia que establecen con el sustantivo.
El artículo en realidad es un morfema del sustantivo, por lo que indica el género y número de éste cuando no lo manifiesta directamente el sustantivo o simplemente lo manifiesta de forma redundante.
En los demás determinantes y en los pronombres, la oposición que se establece entre singular y plural se manifiesta unas veces mediante Ø/- s o - es y otras cambiando la forma del singular por otra distinta para el plural.
Excepto en las llamadas formas nominales (las no personales o verboides), en todos los tiempos de indicativo, subjuntivo e imperativo, el verbo presenta los números singular y plural.