El invento de las guerras: Guerras
Polaco-turcas
Guerras Polaco-turcas, guerras que
tuvieron lugar durante el siglo XVII entre Polonia (que entonces poseía
Ucrania) y el Imperio otomano, el cual ocupaba en Europa Grecia, los Balcanes,
Hungría y parte de Austria. La primera de las guerras comenzó cuando el sultán
Osmán II, con 16 años, invadió Polonia en 1620, y derrotó a los polacos cerca
de Cecora. Al año siguiente Polonia venció a los turcos en Jotin, esta vez
ayudada por los cosacos ucranianos. Siguió un periodo de paz, pero cincuenta
años más tarde comenzó una nueva guerra, cuando en 1672 el sultán Mehmet IV
capturó la fortaleza de Kamieniec, en Podolia, obligando a los polacos a
entregar no sólo esta provincia sino también el resto de Ucrania. Los polacos
tenían un jefe militar brillante, Juan III Sobieski, biznieto del vencedor de
la primera batalla de Jotin, que les llevó a una segunda victoria, más
decisiva, en el mismo campo de batalla. El éxito de Sobieski fue reconocido en
1674, cuando se convirtió en el rey Juan III de Polonia.
Cuatro años más tarde, Juan formó una liga
cristiana para luchar contra los turcos, cuyo resultado fue la campaña de 1683,
que cambió la historia del sureste europeo. En julio de ese mismo año, un
ejército turco de 138.000 hombres sitió la ciudad de Viena. Cuando el
emperador, Leopoldo I, y el papa Inocencio XI solicitaron ayuda a Juan, éste
movilizó un ejército de 30.000 hombres que trasladó a Austria donde comandó una
fuerza conjunta, a la que contribuyó el príncipe Carlos de Lorena con un
ejército austriaco de 46.000 hombres. Durante la acción decisiva de esta
campaña, la batalla de Kahlenberg, que se libró el 12 de septiembre de 1683, la
caballería polaca atacó desde las colinas de Wienerwald, y derrotó al ejercito
turco, que hacia el anochecer se retiró. El avance turco en Europa se detuvo
definitivamente.