Tubo de Crookes
En la década de 1870 William
Crookes construyó este dispositivo, precursor de los tubos de imagen de los
receptores de televisión, para estudiar los rayos catódicos. Cuando se hace el
vacío en el tubo y se aplica una diferencia de potencial elevada, un extremo
brilla a causa de los rayos catódicos que inciden sobre él. Crookes colocó
pequeños objetos en el tubo y comprobó que formaban sombras en el extremo, por
lo que concluyó que los rayos (electrones, según sabemos hoy) se desplazan en
línea recta.
Tubo de Crookes, dispositivo que genera un haz de
electrones de alta velocidad, inventado por el físico y químico británico sir
William Crookes. Está hecho de vidrio y contiene aire o gas a baja presión
(alrededor de 1/10.000 de la presión atmosférica normal). Cuando se crea una diferencia
de potencial elevada entre los electrodos situados en un extremo del tubo, se
genera una incandescencia verde o dorada en el otro extremo del cristal, donde
se encuentra el ánodo. La incandescencia la producen los haces de electrones al
golpear el cristal, conocidos como rayos catódicos.
Se suele utilizar un tipo de tubo de Crookes provisto
de una placa metálica entre el cátodo y la pantalla para demostrar las
propiedades de los electrones. La placa crea una sombra con su forma en la
incandescencia, lo que indica que los electrones, al igual que la luz, viajan
en línea recta. La forma del cátodo permite dirigir y concentrar los electrones
en el lugar deseado. Los primeros aparatos de rayos X eran tubos de Crookes
donde los electrones se enfocaban a un anticátodo metálico para producir los
rayos.