El invento de la Revolución de 1868





Revolución de 1868

Alegoría de la revolución de 1868
Alegoría de la revolución de 1868
El triunfo del levantamiento revolucionario español de septiembre de 1868 acabó con el reinado de Isabel II y supuso el inicio del Sexenio Democrático. Los generales Juan Prim y Francisco Serrano, duque de la Torre, sus principales protagonistas, consiguieron el destronamiento de la Reina y exigieron una reforma constitucional que daría lugar al año siguiente a una nueva ley magna.


Revolución de 1868, también conocida como “la Gloriosa”, levantamiento revolucionario español que tuvo lugar en septiembre de 1868 y supuso el destronamiento de la reina Isabel II, así como el consiguiente inicio del periodo denominado Sexenio Democrático. Fue provocada por una crisis económica generalizada, la división interna del Partido Moderado (en el poder desde 1844), la discordia entre unionistas y moderados tras la muerte de sus líderes (Leopoldo O’Donnell, en 1867, y Ramón María Narváez, en 1868) e, incluso, por la propia conducta de Isabel II.
La Unión Liberal, dirigida por Francisco Serrano, duque de la Torre, firmó el 30 de junio de 1867 con progresistas y demócratas, en oposición al gobierno y la Corona, el denominado Pacto de Bruselas, que completaba el Pacto de Ostende (signado el 16 de agosto de 1866 por los representantes del Partido Progresista y del Partido Demócrata, con el objeto de derrocar a la Reina). Los generales conspiradores, Francisco Serrano Bedoya entre otros, fueron desterrados a Canarias, así como los duques de Montpensier, para no contribuir a fomentar la conspiración. Esta política de represión agudizó el espíritu de rebeldía. La insurrección armada estalló en Andalucía, preparada por las juntas revolucionarias constituidas por demócratas y progresistas, que actuaban en paralelo a una conspiración militar. Se inició en Cádiz con el pronunciamiento militar del brigadier Juan Bautista Topete. La escuadra sublevada tomó la plaza de acuerdo con los generales Juan Prim y el duque de la Torre. En un manifiesto conjunto, los generales acusaban a Isabel II y exigían una reforma constitucional y el respeto a los derechos individuales. Las juntas revolucionarias, más radicales, exigieron por su parte la soberanía nacional.
Mientras Topete permanecía en Cádiz al frente de la flota sublevada, Prim recorría la costa mediterránea hasta Cataluña. Las tropas del gobierno se mostraron muy lentas a la hora de cortar estos pronunciamientos. Los revolucionarios las derrotaron, el 28 de septiembre, en la batalla de Alcolea. El apoyo de Barcelona y la costa mediterránea a la revolución fue decisivo. En tanto que el duque de la Torre se dirigía hacia Madrid, la Reina dudaba, pero terminó por doblegarse ante los acontecimientos y abandonó el país el 30 de septiembre, sin abdicar de sus derechos. Se constituyó un gobierno provisional bajo el mando del general Serrano, duque de la Torre. A partir de ese momento, se iniciaba una etapa de seis años (Sexenio Democrático), en los que, a través de diferentes ensayos políticos, se intentó crear un sistema democrático que desembocó en la fallida experiencia de la I República.


El invento de la Revolución Cubana





Revolución Cubana
Fidel Castro
Fidel Castro
Fidel Castro tomó el poder en Cuba en 1959 al caer el régimen de Fulgencio Batista. Castro se declaró marxista-leninista en 1961; instituyó reformas agrarias socialistas y nacionalizó propiedades estadounidenses por un valor aproximado de mil millones de dólares. Esta acción provocó tensiones con Estados Unidos, país que aplicó un embargo económico sobre Cuba, intensificado al respaldar la Unión Soviética al régimen castrista.

Revolución Cubana, proceso revolucionario que a partir de 1959 convirtió a Cuba en un país socialista liderado por Fidel Castro, si bien, por extensión, también se considera como tal al conjunto de radicales transformaciones que el gobierno de aquél provocó desde entonces en la isla.
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EL TRIUNFO DE LA REVOLUCIÓN CONTRA BATISTA
Revolución Cubana
Revolución Cubana

El golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, que derribó a Carlos Prío Socarrás (1948-1952) e impuso la dictadura de Fulgencio Batista, fue el germen sobre el que habría de tener lugar la Revolución Cubana. A partir de estos acontecimientos, el descontento del pueblo cubano fue en aumento y no concluyó hasta el triunfo definitivo de los revolucionarios. El 26 de julio de 1953, con el asalto al cuartel de Moncada, comenzó la insurrección contra la dictadura de Batista. El ataque, dirigido por Fidel Castro al mando de unos 200 hombres, fracasó y su jefe fue condenado a 15 años de prisión en la isla de Pinos (renombrada en 1978 como isla de la Juventud). Amnistiado en 1955, Castro se exilió en México, creó el Movimiento 26 de Julio, reorganizó a los insurgentes y entró en contacto con el revolucionario argentino Ernesto Che Guevara.
En diciembre de 1956, a bordo del yate Granma, Castro desembarcó en la playa de las Coloradas, situada en la ensenada del Turquino (en el extremo suroriental de Cuba), y se adentró en sierra Maestra. Allí recibió el apoyo de buena parte del campesinado y comenzó una guerra contra el gobierno que duró dos años. La isla estaba, en este periodo, completamente entregada al capitalismo estadounidense, que controlaba el 90% de las minas y de las haciendas, el 40% de la industria azucarera, el 80% de los servicios públicos y el 50% de los ferrocarriles y de la industria petrolera.
Fulgencio Batista
Aunque durante los años transcurridos entre 1944 y 1952 se mantuvo en un segundo plano, el militar cubano Fulgencio Batista dominó la escena política de su país desde 1933, año en el que derrocó al presidente Carlos Manuel de Céspedes y Quesada, hasta el 1 de enero de 1959, fecha en la cual la Revolución Cubana (liderada por Fidel Castro) puso fin a su dictadura.

A fines de 1958, la guerrilla asentada en su base principal de sierra Maestra, así como el denominado II Frente Oriental, había acabado prácticamente con la resistencia del Ejército de Batista. El 8 de enero de 1959, Castro entró en La Habana, de donde ya había huido el dictador Batista a Santo Domingo, y se designó presidente a Manuel Urrutia Lleó, aunque el poder efectivo estaba en manos del principal dirigente revolucionario, que pronto se convirtió en primer ministro. En julio de 1959, Urrutia, descontento por la negativa de Castro a celebrar elecciones, fue sustituido por Oswaldo Dorticós. El nuevo gobierno adoptó medidas radicales: Ley de Reforma Agraria, que entregaba la tierra a los campesinos, creación de un Ejército nacional y alfabetización de la población.
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LA IMPLANTACIÓN DE UN ESTADO COMUNISTA
Desembarco de bahía de Cochinos
Desembarco de bahía de Cochinos

En 1961, fracasó el desembarco de bahía de Cochinos, un intento de invasión de la isla organizado por la agencia estadounidense CIA, y Cuba pasó a convertirse progresivamente en un Estado socialista cada vez más vinculado con la otra superpotencia: la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). En 1962, los soviéticos instalaron rampas de misiles en la isla, las cuales, ante el bloqueo dictado por el presidente John Fitzgerald Kennedy, fueron finalmente desmanteladas, resolviéndose de este modo la gravísima vicisitud internacional planteada entre Estados Unidos y la URSS que pasó a ser conocida como crisis de los misiles. En 1965, en sustitución del Partido Unido de la Revolución Socialista, se constituyó el Partido Comunista de Cuba, de carácter marxista-leninista, con Castro como secretario general. Como cabeza de la revolución comunista en el Tercer Mundo, Cuba intervino militarmente en diferentes conflictos: Angola, Congo, Guinea-Bissau, Somalia, Etiopía, Mozambique y Yemen del Norte.
Desde diciembre de 1991, y aun desde algunos años antes, la disolución del principal valedor y apoyo internacional del régimen cubano, la URSS, agravó los problemas socioeconómicos de la isla, lo que no impidió que la aplicación de los principios marxistas-leninistas de Castro (quien, desde 1976, no solo encabezaba el gobierno, sino la misma jefatura del Estado), así como su decidida política exterior de signo antiimperialista (entendida ésta como un claro enfrentamiento ante las decisiones boicoteadoras estadounidenses), fuera el comportamiento habitual del gobierno de Cuba.
La estabilidad, cuasi monolítica, de la estructura del poder revolucionario solo se vería alterada como consecuencia del debilitamiento de la salud de Fidel Castro, el cual, en febrero de 2008, fue sustituido como presidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros, y como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas por su hermano Raúl Castro.


El invento de la Revolución






Revolucionarios en sierra Maestra
Revolucionarios en sierra Maestra
Esta imagen fue captada en 1958, durante la Revolución Cubana que, promovida por la guerrilla encabezada por Fidel Castro, estuvo asentada en sierra Maestra y puso fin a la dictadura de Fulgencio Batista.

Revolucionarios mexicanos
Revolucionarios mexicanos
Fotografía de revolucionarios mexicanos tomada en 1912.


Revolución, cambio general, realizado por la fuerza y a menudo con violencia, que experimenta un orden social o político, llevado a cabo por un segmento considerable de la población de un Estado. La revolución es la solución política más extrema que puede adoptar un grupo de disensión, y tiene lugar cuando fallan los intentos legales y más moderados de lograr el reconocimiento o la reforma o cuando la ideología del grupo revolucionario aboga directamente por la modificación radical y traumática de la situación existente.
Aun cuando están fomentadas por una minoría política, las revoluciones suelen reflejar un clima popular de descontento. Ya se produzcan de forma espontánea (lo que suele ser raro) o tras una cuidadosa planificación, las revoluciones basan su éxito en un acusado sentido de la sincronización al movilizar las fuerzas con que cuenta, el aliento y con frecuencia el apoyo popular, y cuando menos el sustrato de una nueva organización dispuesta a gobernar. En la historia moderna, las revoluciones más importantes de este siglo han sido la Revolución Mexicana, la Revolución Cubana y la Revolución Rusa.
Las sociedades modernas deben mucho a levantamientos pasados contra gobiernos represivos, condiciones económicas restrictivas o estancadas, y rígidas divisiones de clases. Por otra parte, las revoluciones han sustituido con frecuencia un mal por otro, al instrumentar medidas de dureza extrema, exaltar un liderazgo egocéntrico o afirmarse sobre la represión del pueblo. En ocasiones, excesos de esta naturaleza desencadenaron el triunfo de contrarrevoluciones, estimuladas por los enemigos del cambio político. Un desafío repentino orientado contra un orden social establecido puede contribuir a que en la sociedad se produzca una respuesta que se signifique en un sentido opuesto por completo al buscado por los partidarios de la revolución.
Una revolución no es lo mismo que un golpe de Estado, que supone la toma repentina del poder estatal por parte de una pequeña facción o un miembro del gobierno y no tiene por qué causar un cambio amplio y profundo del sistema social. Habría también que distinguir entre revolución y revuelta o rebelión, que puede ser un intento revolucionario fallido, una expresión violenta de protestas que aspira a lograr un objetivo prefijado o tan sólo un cambio en el panorama político. El término revolución se aplica de forma más general a cualquier transformación histórica importante.


El invento del Electroimán





Electroimán, dispositivo que consiste en un solenoide (una bobina cilíndrica de alambre recubierta de una capa aislante y arrollado en forma de espiral), en cuyo interior se coloca un núcleo de hierro. Si una corriente eléctrica recorre la bobina, se crea un fuerte campo magnético en su interior, paralelo a su eje. Al colocar el núcleo de hierro en este campo los dominios microscópicos que forman las partículas de hierro, que pueden considerarse pequeños imanes permanentes, se alinean en la dirección del campo, aumentando de forma notable la fuerza del campo magnético generado por el solenoide. La imantación del núcleo alcanza la saturación cuando todos los dominios están alineados, por lo que el aumento de la corriente tiene poco efecto sobre el campo magnético. Si se interrumpe la corriente, los dominios se redistribuyen y sólo se mantiene un débil magnetismo residual.
Los electroimanes se utilizan mucho en tecnología; son los componentes fundamentales de cortacircuitos y relés (véase Generación y transporte de electricidad) y se aplican a frenos y embragues electromagnéticos. En los ciclotrones se utilizan enormes electroimanes con núcleos de varios metros de diámetro (véase Aceleradores de partículas); también se utilizan potentes electroimanes para levantar hierro y chatarra.
electroimán. m. Electr. Imán artificial que consta de un núcleo de hierro dulce rodeado por una bobina por la que pasa una corriente eléctrica.

Worm





Worm, programa informático capaz de autoduplicarse y autopropagarse, también conocido como gusano. Los worms son similares a los virus, aunque se diferencian de ellos en que no necesitan infectar otros ficheros para reproducirse; simplemente, realizan copias de sí mismos a gran velocidad hasta desbordar la RAM y colapsar, por saturación, las redes en las que se infiltran.
Se propagan básicamente a través del correo electrónico y de los canales IRC (Internet Relay Chat). La mayoría se transmiten como archivos adjuntos de correos electrónicos, que se envían de forma automática a todos los destinatarios que aparecen en la libreta de direcciones de la computadora infectada.
El primer worm famoso de Internet apareció en noviembre de 1988 y se propagó rápidamente a más de 6.000 sistemas. Fue creado por Robert T. Morris, un joven estudiante estadounidense, hijo del prestigioso científico del mismo nombre, experto en seguridad y UNIX. Otros worms más recientes, de importantes consecuencias, son los conocidos con los nombres I Love You, Navidad, ExploreZip y Pretty Park; este último tiene la propiedad de capturar información confidencial de las víctimas y enviarla a terceras personas.


Pesca comercial





El invento de la Pesca comercial
Barcos de camarones
Barcos de camarones
La captura de diversas especies de marisco, como camarones, almejas, cangrejos y ostras, constituye una actividad pesquera importante. En la imagen aparece una flotilla de barcos dedicada a la pesca de camarones.

Pesca comercial, término aplicado a las actividades relacionadas con la captura de peces o mariscos con una finalidad económica. La pesca es fundamentalmente marina, pero también se lleva a cabo en los grandes lagos y ríos. Las pesquerías o caladeros más productivos se extienden desde la costa hasta el borde de la plataforma continental, que se sitúa a una distancia de tierra de unos 80 km de promedio. Estas aguas tienen menos de 200 m de profundidad pero, debido a las corrientes y temperaturas favorables y a la abundante vida vegetal, albergan la mayor parte de los peces de los océanos. Las pesquerías son especialmente productivas en zonas de corrientes emergentes, donde suben a la superficie aguas profundas frías y ricas en nutrientes. La captura de ballenas, moluscos y crustáceos y la recolección de algas como la laminaria gigante también se consideran parte de la industria pesquera.
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PRINCIPALES CALADEROS
Existen ricos caladeros en el mar del Norte, en la plataforma continental de Islandia, en los Grand Banks (Grandes Bancos, frente a las costas del este de Canadá), en los Georges Banks (frente a las costas de Nueva Inglaterra), junto a la costa suroccidental de Estados Unidos, frente a las costas de Perú, en el mar de Barents, en el golfo de Alaska y frente a las costas de Japón.
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ESPECIES CAPTURADAS
En los caladeros marinos se pescan dos tipos de peces: los de aguas superficiales y los de aguas profundas. Los primeros suelen migrar con las estaciones y se desplazan en grandes bancos; es el caso del atún, el salmón, la anchoa, la sardina y el arenque. Los de aguas profundas frecuentan los fondos del océano y son menos gregarios; buenos ejemplos son el bacalao, el halibut, el lenguado, el eglefino o la platija. Los invertebrados son muy abundantes en el océano, pero sólo representan un pequeño porcentaje en el peso de las capturas; se pescan fundamentalmente en aguas poco profundas. Las especies de mayor importancia comercial son las ostras, los crustáceos y los moluscos, como las almejas, las langostas, los cangrejos, los camarones y los calamares o pulpos.
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MÉTODOS DE PESCA
Artes de pesca
Artes de pesca
En la ilustración se muestran tres artes de pesca: una red de arrastre, una red de cerco y un palangre.

En la pesca comercial, las redes se echan cerca de la superficie o se arrastran a lo largo del fondo; la red de superficie más eficaz es la red de cerco, una red larga semejante a una cortina colgada de flotadores, que se arrastra en círculo alrededor de un banco de peces y después se cierra por el fondo tirando de un cabo como si fuera una bolsa. La red de enmalle tiene unas mallas con el tamaño justo para dejar pasar la cabeza del pez y enganchar las agallas; generalmente este tipo de redes se deja a la deriva en la superficie, pero en ocasiones se anclan al fondo para pescar especies que habitan a una profundidad mayor. Las redes de arrastre sirven para capturar peces de aguas profundas, como el bacalao, y son las más importantes en la pesca comercial; tienen forma de calcetín y son arrastradas por dos grandes cables.
Red de cerco
Red de cerco
Este barco de pesca emplea una red de cerco, dotada de plomos en un extremo y flotadores en otro. La red de cerco se arrastra en círculo para rodear un banco de peces, y después se cierra por abajo y se iza desde el pesquero.

Los palangres, utilizados para capturar peces de superficie (como el atún) o de profundidad (como el halibut), son cables largos y pesados a los que están unidos sedales auxiliares con anzuelos en los que se coloca un cebo. Pueden tener varios kilómetros y suelen fijarse a una boya anclada o arrastrarse desde el barco. Una vez cargados, los palangres se suben a cubierta mediante cabrestantes. Véase Barcos pesqueros; Arte de pesca.
Los mariscos de aguas profundas, especialmente los bivalvos, como las almejas, se recogen mediante dragas mecánicas. Más cerca de la costa, las ostras también se recogen con dragas o con pinzas de gran longitud. Las almejas intermareales se capturan en marea baja con rastrillos de dientes largos. Los cangrejos se dragan o se atrapan en nasas llamadas cangrejeras. Las langostas y los bogavantes se capturan también con nasas de madera o alambre denominadas langosteras.
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TECNOLOGÍA PESQUERA AVANZADA
Las modernas flotas pesqueras, como las de Rusia o Japón, tienen grandes arrastreros que pueden izar fácilmente cargas netas de hasta 100 toneladas de pescado, que se limpia y se ultracongela en alta mar. Estos barcos pueden pescar en caladeros alejados de la costa durante varios meses.
El sonar se ha convertido en una forma eficaz de localizar y determinar el tamaño de los bancos de peces y la especie a la que pertenecen. Para detectar peces de superficie se suelen utilizar aviones o helicópteros. Los calamares se atraen mediante luces intensas y se succionan con poderosas bombas aspiradoras.
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REGULACIÓN DE LA EXPLOTACIÓN DE LOS RECURSOS MARINOS
Debido a la mejora en las tecnologías, las capturas mundiales de pescado se triplicaron durante las dos décadas posteriores a la II Guerra Mundial, después se estancaron. Aunque existen motivos naturales para ese declive (como los cambios en las corrientes oceánicas), no cabe duda de que las causas de origen humano, como la contaminación y la sobrepesca, también han contribuido. En la actualidad se pescan en exceso el halibut, el arenque, el bacalao, el salmón, la anchoa, la sardina y algunos tipos de atún.
Para controlar la explotación de los caladeros costeros, Chile declaró en 1945 un límite regulador para los barcos de pesca extranjeros de 200 millas marinas (370,4 km). Otros muchos países siguieron su ejemplo y en la actualidad la mayoría de los países reivindica la “zona de exclusión” de 200 millas (véase Aguas internacionales).
La FAO, que hasta finales de la década de 1980 fomentaba la expansión de la pesca industrial, ha decidido recientemente que se debe reducir el ritmo de capturas cuando el entorno marino se vea amenazado.
En la actualidad, el uso de redes de deriva (que pueden llegar a medir hasta 75 km de largo) está prohibido en algunos países porque también capturan especies no aptas para el consumo humano, o en vías de extinción.
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EL FUTURO DE LOS CALADEROS
Resulta difícil obtener datos precisos sobre el tamaño de las poblaciones de peces, porque las especies oceánicas efectúan largas migraciones o viven a demasiada profundidad para realizar un recuento apropiado. Esta falta de información hace que sea difícil llevar a cabo una gestión de la producción sostenible de los caladeros. El rápido aumento de la población humana hace que se imponga una gestión rigurosa de los recursos. Los investigadores están intentando limitar la sobrepesca de las especies más demandadas en los mercados, estudiando métodos de transformación y comercialización de especies menos populares o que hasta ahora sólo se utilizaban para fabricar piensos.
Otro control de la producción pesquera es la cría oceánica, frecuente en muchas zonas y que se puede realizar con las especies que se agrupan para desovar. Los peces son acorralados con encañizadas estacionarias y pueden servir de alimento o utilizarse sus huevas para la reproducción.
La acuicultura proporciona un control total de la producción de pescado. Una vez eclosionados los huevos, los alevines se introducen en tanques donde reciben piensos o en estanques donde comen alimentos naturales. La cría en tanques de salmón atlántico en Noruega o de camarones en Ecuador constituyen dos ejemplos de ello. En muchos países en vías de desarrollo, la cría de especies locales también puede proporcionar proteínas de forma más eficaz y barata que la pesca tradicional. Véase Piscifactoría.
Desgraciadamente la acuicultura no soluciona todos los problemas, ya que se ha desarrollado paralelamente una pesca específica para alimentar a los alevines. Para capturarlos se utilizan redes tan finas que atrapan también alevines de especies amenazadas. En algunas regiones la construcción de los estanques de cría destruye manglares cuyas raíces favorecían la vida de otras especies animales. Además, la acuicultura que se practica en algunos países en vías de desarrollo no produce más que especies de lujo reservadas para la exportación a países ricos, de forma que la población local no tiene otro medio de subsistencia que lo que le da el mar, en constante disminución.
En los lugares en los que se ha llevado a cabo una eficaz protección de los bancos de peces, éstos se han renovado. En 1994, La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha adoptado nuevos acuerdos para la conservación de especies marinas de alta mar, las cuales, reforzadas por los acuerdos regionales de protección del medio ambiente, deberían ayudar a conservar los mares limpios, vivos y productivos.


Acuicultura







Cultivo de ostras
Cultivo de ostras
Ostras cultivadas en un tanque de agua salada lleno de conchas de ostra. Se incorporan larvas de ostra que ocupan las conchas o cubiertas viejas. Los acuicultores las alimentan y las recogen cuando alcanzan el tamaño adecuado.

Acuicultura, cría de organismos acuáticos en entornos de agua dulce o salada, denominada también piscicultura. Sin embargo, en general, por medio de la acuicultura se produce una gran variedad de organismos acuáticos, que incluyen algas y plantas acuáticas como las algas marinas. Las algas se cultivan para la extracción de productos químicos. La acuicultura se considera una actividad agrícola, a pesar de las muchas diferencias que la separan de la agricultura. La acuicultura produce sobre todo cosechas proteínicas, mientras que en la agricultura predominan las grandes cosechas de productos que contienen hidratos de carbono. Además, los residuos de los animales terrestres pueden desecharse lejos del lugar de explotación, en vez de acumularse en el entorno de cultivo, como ocurre en la acuicultura. Así pues, los acuicultores deben gestionar de forma cuidadosa sus unidades de producción para asegurarse de que la calidad del agua no se deteriore, creando problemas a los organismos cultivados.
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MÉTODOS
Cultivo suspendido
Cultivo suspendido
En la imagen se aprecian varios criaderos de mejillones sobre la ría de Pontevedra.

La mayor parte del cultivo de peces y crustáceos tiene lugar en estanques, que disponen, por lo general, de entradas y salidas de agua que permiten controlar de forma independiente su aumento y reducción. Los estanques se pueblan con una concentración conocida de animales acuáticos jóvenes. Los sistemas de alimentación van desde la fertilización de los estanques (en la que la adición de estiércol al agua incrementa la población de pequeños organismos, tales como invertebrados acuáticos y plancton, de los que se alimentan los peces) hasta el empleo de piensos completos que suministran todos los elementos necesarios para el crecimiento. Los animales son recolectados cuando alcanzan el tamaño comercial. En una cosecha completa, se vacía el estanque y se retiran de él todos los animales para su procesamiento. Una cosecha parcial es aquella en la que sólo se retira una parte de los animales por medio de una red barredera. A menudo, tras una cosecha parcial, se añaden más organismos jóvenes y el ciclo de producción continúa. Los siluros criados en Estados Unidos y las gambas y camarones en China, América Central y del Sur suelen criarse en estanques en tierra de entre 5 y 10 hectáreas.
También pueden criarse peces en jaulas y torrenteras, estanques en tierra o cemento largos y estrechos que reciben un flujo constante de agua de un pozo artesiano, arroyo o riachuelo próximos. A menudo se construyen en serie siguiendo la pendiente de una colina. Las jaulas se emplean para criar peces en lagos, bahías o mar abierto, y están hechas de redes flexibles suspendidas de una superestructura que flota en la superficie del agua. Es posible introducir muchos más peces jóvenes en torrenteras y jaulas que en estanques de tierra, pero es necesario proveer a los peces criados con estos sistemas de una alimentación nutricionalmente completa.
Los moluscos se cultivan en las aguas costeras, la acuicultura se realiza bien como cultivo de fondo o en forma de cultivo suspendido. En el cultivo de fondo, los organismos jóvenes se extienden sobre áreas preparadas del fondo oceánico, bien en la zona intermareal o en aguas costeras poco profundas. En el cultivo suspendido de moluscos los organismos jóvenes se adhieren a un sustrato, como en el caso de las crías de ostra sujetas a las conchas de las adultas, o a redes que se suspenden de bateas o flotadores. Las ventajas del cultivo suspendido de moluscos incluyen la protección de los depredadores y el uso de un espacio tridimensional en vez de uno bidimensional. Francia tiene un largo historial en el cultivo del mejillón y la técnica de cultivo del bouchet, que utiliza una cuerda en la que van sujetos los mejillones jóvenes enrollados en espiral en torno a postes de roble clavados en la zona intermareal, esta técnica ha cambiado poco en cientos de años. Las técnicas de cultivo suspendido se emplean también para las algas marinas, en especial en Japón, donde se explotan comercialmente varias especies.

La Ciencia





El invento de la Ciencia
Ciencia (en latín scientia, de scire, ‘conocer’), término que en su sentido más amplio se emplea para referirse al conocimiento sistematizado en cualquier campo, pero que suele aplicarse sobre todo a la organización de la experiencia sensorial objetivamente verificable. La búsqueda de conocimiento en ese contexto se conoce como ‘ciencia pura’, para distinguirla de la ‘ciencia aplicada’ —la búsqueda de usos prácticos del conocimiento científico— y de la tecnología, a través de la cual se llevan a cabo las aplicaciones. (Para más información, véanse los artículos individuales sobre la mayoría de las ciencias mencionadas a lo largo de este artículo.)
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ORÍGENES DE LA CIENCIA
Los esfuerzos para sistematizar el conocimiento se remontan a los tiempos prehistóricos, como atestiguan los dibujos que los pueblos del paleolítico pintaban en las paredes de las cuevas, los datos numéricos grabados en hueso o piedra o los objetos fabricados por las civilizaciones del neolítico. Los testimonios escritos más antiguos de investigaciones protocientíficas proceden de las culturas mesopotámicas, y corresponden a listas de observaciones astronómicas, sustancias químicas o síntomas de enfermedades —además de numerosas tablas matemáticas— inscritas en caracteres cuneiformes sobre tablillas de arcilla. Otras tablillas que datan aproximadamente del 2000 a.C. demuestran que los babilonios conocían el teorema de Pitágoras, resolvían ecuaciones cuadráticas y habían desarrollado un sistema sexagesimal de medidas (basado en el número 60) del que se derivan las unidades modernas para tiempos y ángulos (véase Sistema numérico; Numeración).
En el valle del Nilo se han descubierto papiros de un periodo cronológico próximo al de las culturas mesopotámicas que contienen información sobre el tratamiento de heridas y enfermedades, la distribución de pan y cerveza, y la forma de hallar el volumen de una parte de una pirámide. Algunas de las unidades de longitud actuales proceden del sistema de medidas egipcio y el calendario que empleamos es el resultado indirecto de observaciones astronómicas prehelénicas.
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ORÍGENES DE LA TEORÍA CIENTÍFICA
Pitágoras
Pitágoras
Considerado el primer matemático, Pitágoras fundó un movimiento en el sur de la actual Italia, en el siglo VI a.C., que enfatizó el estudio de las matemáticas con el fin de intentar comprender todas las relaciones del mundo natural.

El conocimiento científico en Egipto y Mesopotamia era sobre todo de naturaleza práctica, sin excesiva sistematización. Uno de los primeros sabios griegos que investigó las causas fundamentales de los fenómenos naturales fue, en el siglo VI a.C., el filósofo Tales de Mileto que introdujo el concepto de que la Tierra era un disco plano que flotaba en el elemento universal, el agua. El matemático y filósofo Pitágoras, de época posterior, estableció una escuela de pensamiento en la que las matemáticas se convirtieron en disciplina fundamental en toda investigación científica. Los eruditos pitagóricos postulaban una Tierra esférica que se movía en una órbita circular alrededor de un fuego central. En Atenas, en el siglo IV a.C., la filosofía natural jónica y la ciencia matemática pitagórica llegaron a una síntesis en la lógica de Platón y Aristóteles. En la Academia de Platón se subrayaba el razonamiento deductivo y la representación matemática; en el Liceo de Aristóteles primaban el razonamiento inductivo y la descripción cualitativa. La interacción entre estos dos enfoques de la ciencia ha llevado a la mayoría de los avances posteriores.

Arquímedes
Arquímedes
Arquímedes realizó grandes contribuciones a la matemática teórica. Además, es famoso por aplicar la ciencia a la vida diaria. Por ejemplo, descubrió el principio que lleva su nombre mientras se bañaba. También desarrolló máquinas sencillas como la palanca o el tornillo, y las aplicó a usos militares y de irrigación.

Durante la llamada época helenística, que siguió a la muerte de Alejandro Magno, el matemático, astrónomo y geógrafo Eratóstenes realizó una medida asombrosamente precisa de las dimensiones de la Tierra. El astrónomo Aristarco de Samos propuso un sistema planetario heliocéntrico (con centro en el Sol), aunque este concepto no halló aceptación en la época antigua. El matemático e inventor Arquímedes sentó las bases de la mecánica y la hidrostática (una rama de la mecánica de fluidos); el filósofo y científico Teofrasto fundó la botánica; el astrónomo Hiparco de Nicea desarrolló la trigonometría, y los anatomistas y médicos Herófilo y Erasístrato basaron la anatomía y la fisiología en la disección.
Sistema de Tolomeo
En el siglo II d.C., Claudio Tolomeo planteó un modelo de Universo con la Tierra en el centro. Cada cuerpo celeste giraba en un pequeño círculo denominado epiciclo, centrado en un punto que giraba a su vez alrededor de la Tierra en un gran círculo denominado deferente. El modelo representaba los movimientos de los cuerpos celestes de una forma bastante precisa, pero no ofrecía una explicación física de ellos. El modelo de Tolomeo fue aceptado durante más de mil años.

Tras la destrucción de Cartago y Corinto por los romanos en el año 146 a.C., la investigación científica perdió impulso hasta que se produjo una breve recuperación en el siglo II d.C. bajo el emperador y filósofo romano Marco Aurelio. El sistema de Tolomeo —una teoría geocéntrica (con centro en la Tierra) del Universo propuesta por el astrónomo Claudio Tolomeo— y las obras médicas del filósofo y médico Galeno se convirtieron en tratados científicos de referencia para las civilizaciones posteriores. Un siglo después surgió la nueva ciencia experimental de la alquimia a partir de la metalurgia. Sin embargo, hacia el año 300, la alquimia fue adquiriendo un tinte de secretismo y simbolismo que redujo los avances que sus experimentos podrían haber proporcionado a la ciencia.
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LA CIENCIA MEDIEVAL Y RENACENTISTA
Brújula china
Los primeros navegantes chinos empleaban brújulas magnéticas como ésta para encontrar su rumbo en mar abierto. Probablemente, las primeras brújulas magnéticas fueron desarrolladas en el siglo X por navegantes chinos y europeos.

Durante la edad media existían seis grupos culturales principales: en lo que respecta a Europa, de un lado el Occidente latino y, de otro, el Oriente griego (o bizantino); en cuanto al continente asiático, China e India, así como la civilización musulmana (también presente en Europa), y, finalmente, en el ignoto continente americano, desligado del resto de los grupos culturales mencionados, la civilización maya. El grupo latino no contribuyó demasiado a la ciencia hasta el siglo XIII; los griegos no elaboraron sino meras paráfrasis de la sabiduría antigua; los mayas, en cambio, descubrieron y emplearon el cero en sus cálculos astronómicos, antes que ningún otro pueblo. En China la ciencia vivió épocas de esplendor, pero no se dio un impulso sostenido. Las matemáticas chinas alcanzaron su apogeo en el siglo XIII con el desarrollo de métodos para resolver ecuaciones algebraicas mediante matrices y con el empleo del triángulo aritmético. Pero lo más importante fue el impacto que tuvieron en Europa varias innovaciones prácticas de origen chino. Entre ellas estaban los procesos de fabricación del papel y la pólvora, el uso de la imprenta y el empleo de la brújula en la navegación. Las principales contribuciones indias a la ciencia fueron la formulación de los numerales denominados indoarábigos, empleados actualmente, y la modernización de la trigonometría. Estos avances se transmitieron en primer lugar a los árabes, que combinaron los mejores elementos de las fuentes babilónicas, griegas, chinas e indias. En el siglo IX Bagdad, situada a orillas del río Tigris, era un centro de traducción de obras científicas y en el siglo XII estos conocimientos se transmitieron a Europa a través de España, Sicilia y Bizancio.
Nicolás Copérnico
El astrónomo polaco Nicolás Copérnico revolucionó la ciencia al postular que la Tierra y los demás planetas giran en torno a un Sol estacionario. Su teoría heliocéntrica (el Sol como centro) fue desarrollada en los primeros años de la década de 1500, pero sólo se publicó años después. Se oponía a la teoría de Tolomeo, entonces en boga, según la cual el Sol y los planetas giraban alrededor de una Tierra fija. Al principio, Copérnico dudó en publicar sus hallazgos porque temía las críticas de la comunidad científica y religiosa. A pesar de la incredulidad y rechazo iniciales, el sistema de Copérnico pasó a ser el modelo del Universo más ampliamente aceptado a finales del siglo XVII.

En el siglo XIII la recuperación de obras científicas de la antigüedad en las universidades europeas llevó a una controversia sobre el método científico. Los llamados realistas apoyaban el enfoque platónico, mientras que los nominalistas preferían la visión de Aristóteles. En las universidades de Oxford y París estas discusiones llevaron a descubrimientos de óptica y cinemática que prepararon el camino para Galileo y para el astrónomo alemán Johannes Kepler.
La gran epidemia de peste y la guerra de los Cien Años interrumpieron el avance científico durante más de un siglo, pero en el siglo XVI la recuperación ya estaba plenamente en marcha. En 1543 el astrónomo polaco Nicolás Copérnico publicó De revolutionibus orbium caelestium (Sobre las revoluciones de los cuerpos celestes), que conmocionó la astronomía. Otra obra publicada ese mismo año, Humani corporis fabrica libri septem (Siete libros sobre la estructura del cuerpo humano), del anatomista belga Andrés Vesalio, corrigió y modernizó las enseñanzas anatómicas de Galeno y llevó al descubrimiento de la circulación de la sangre. Dos años después, el libro Ars magna (Gran arte), del matemático, físico y astrólogo italiano Gerolamo Cardano, inició el periodo moderno en el álgebra con la solución de ecuaciones de tercer y cuarto grado.
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LA CIENCIA MODERNA
Galileo
El físico y astrónomo italiano Galileo marcó el rumbo de la física moderna al insistir en que la Tierra y los astros se regían por un mismo conjunto de leyes. Defendió la antigua idea de que la Tierra giraba en torno al Sol, y puso en duda la creencia igualmente antigua de que la Tierra era el centro del Universo.

Esencialmente, los métodos y resultados científicos modernos aparecieron en el siglo XVII gracias al éxito de Galileo al combinar las funciones de erudito y artesano. A los métodos antiguos de inducción y deducción, Galileo añadió la verificación sistemática a través de experimentos planificados, en los que empleó instrumentos científicos de invención reciente como el telescopio, el microscopio o el termómetro. A finales del siglo XVII se amplió la experimentación: el matemático y físico Evangelista Torricelli empleó el barómetro; el matemático, físico y astrónomo holandés Christiaan Huygens usó el reloj de péndulo; el físico y químico británico Robert Boyle y el físico alemán Otto von Guericke utilizaron la bomba de vacío.
Antoine Laurent de Lavoisier
El químico francés Antoine Laurent de Lavoisier está considerado como el padre de la química moderna. Se interesó sobre todo por los experimentos que permitían medir la materia.

La culminación de esos esfuerzos fue la formulación de la ley de la gravitación universal, expuesta en 1687 por el matemático y físico británico Isaac Newton en su obra Philosophiae naturalis principia mathematica (Principios matemáticos de la filosofía natural). Al mismo tiempo, la invención del cálculo infinitesimal por parte de Newton y del filósofo y matemático alemán Gottfried Wilhelm Leibniz sentó las bases de la ciencia y las matemáticas actuales.
Michael Faraday
Michael Faraday, uno de los científicos más eminentes del siglo XIX, realizó importantes contribuciones a la física y la química. Descubrió el fenómeno conocido como inducción electromagnética al observar que en un cable que se mueve en un campo magnético aparece una corriente. Este descubrimiento contribuyó al desarrollo de las ecuaciones de Maxwell y llevó a la invención del generador eléctrico. Entre los anteriores trabajos de Faraday en química figuran el enunciado de las leyes de la electrólisis y el descubrimiento del benceno.

Los descubrimientos científicos de Newton y el sistema filosófico del matemático y filósofo francés René Descartes dieron paso a la ciencia materialista del siglo XVIII, que trataba de explicar los procesos vitales a partir de su base físico-química. La confianza en la actitud científica influyó también en las ciencias sociales e inspiró el llamado Siglo de las Luces, que culminó en la Revolución Francesa de 1789. El químico francés Antoine Laurent de Lavoisier publicó el Tratado elemental de química en 1789 e inició así la revolución de la química cuantitativa.
Charles Darwin
Darwin estuvo influenciado por el geólogo Adam Sedgwick y el naturalista John Henslow en el desarrollo de su teoría de la selección natural, que habría de convertirse en el concepto básico de la teoría de la evolución. La teoría de Darwin mantiene que los efectos ambientales conducen al éxito reproductivo diferencial en individuos y grupos de organismos. La selección natural tiende a promover la supervivencia de los más aptos. Esta teoría revolucionaria se publicó en 1859 en el famoso tratado El origen de las especies por medio de la selección natural.

Los avances científicos del siglo XVIII prepararon el camino para el siguiente, llamado a veces “siglo de la correlación” por las amplias generalizaciones que tuvieron lugar en la ciencia. Entre ellas figuran la teoría atómica de la materia postulada por el químico y físico británico John Dalton, las teorías electromagnéticas de Michael Faraday y James Clerk Maxwell, también británicos, o la ley de la conservación de la energía, enunciada por el físico británico James Prescott Joule y otros científicos.
Max Planck
Max Planck se alejó radicalmente de las ideas clásicas al proponer la teoría de que la energía se propaga en cantidades discretas llamadas cuantos. Antes del trabajo de Planck sobre la radiación del cuerpo negro, se creía que la energía era continua, pero muchos fenómenos resultaban así inexplicables. Mientras trabajaba en los aspectos matemáticos de los fenómenos de radiación observados, Planck se dio cuenta de que la cuantización de la energía podía explicar el comportamiento de la luz. Sus revolucionarios trabajos sentaron las bases de la teoría cuántica.

La teoría biológica de alcance más global fue la de la evolución, propuesta por Charles Darwin en su libro El origen de las especies, publicado en 1859, que provocó una polémica en la sociedad —no sólo en los ámbitos científicos— tan grande como la obra de Copérnico. Sin embargo, al empezar el siglo XX el concepto de evolución ya se aceptaba de forma generalizada, aunque su mecanismo genético continuó siendo discutido.
Albert Einstein
Albert Einstein, autor de las teorías general y restringida de la relatividad, es considerado uno de los mayores científicos de todos los tiempos. No se conoce tanto su compromiso social. En la grabación, Einstein habla de Gandhi y elogia la no violencia.

Mientras la biología adquiría una base más firme, la física se vio sacudida por las inesperadas consecuencias de la teoría cuántica y la de la relatividad. En 1927 el físico alemán Werner Heisenberg formuló el llamado principio de incertidumbre, que afirma que existen límites a la precisión con que pueden determinarse a escala subatómica las coordenadas de un suceso dado. En otras palabras, el principio afirmaba la imposibilidad de predecir con precisión que una partícula, por ejemplo un electrón, estará en un lugar determinado en un momento determinado y con una velocidad determinada. La mecánica cuántica no opera con datos exactos, sino con deducciones estadísticas relativas a un gran número de sucesos individuales.
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LA CIENCIA EN ESPAÑA Y LATINOAMÉRICA
Carl von Linneo
Aunque era un médico en ejercicio, Carl von Linneo tenía un profundo interés por la botánica y desarrolló un sistema para clasificar las plantas en el que utilizaba un método binomial de nomenclatura científica. Su sistema de clasificación simplificaba mucho la manera en que se nombraban las plantas y los animales, organizándolos en grupos significativos basados en sus similitudes físicas. Linneo también describió y clasificó cierto número de especies animales y sus descripciones y clasificaciones fueron tan precisas que muchas de ellas han permanecido invariables hasta nuestros días.

Los comienzos de la ciencia española se remontan (dejando aparte el primitivo saber de san Isidoro de Sevilla) a la civilización hispanoárabe y sobre todo a la gran escuela astronómica de Toledo del siglo XI encabezada por al-Zarqalluh (conocido por Azarquiel en la España medieval). Después de la conquista de la ciudad de Toledo por el rey Alfonso VI en 1085, comenzó un movimiento de traducción científica del árabe al latín, promovido por el arzobispo Raimundo de Toledo (véase Escuela de traductores de Toledo). Este movimiento continuó bajo el patrocinio de Alfonso X el Sabio y los astrónomos de su corte (entre los que destacó el judío Isaac ibn Cid); su trabajo quedó reflejado en los Libros del saber de astronomía y las Tablas alfonsíes, tablas astronómicas que sustituyeron en los centros científicos de Europa a las renombradas Tablas toledanas de Azarquiel.
En la primera mitad del siglo XVI, España participó en el movimiento de renovación científica europea, en el que intervinieron de forma destacada Juan Valverde de Amusco, seguidor de Andrés Vesalio, y la escuela de los calculatores —promotores de la renovación matemática y física—, a la que pertenecían Pedro Ciruelo, Juan de Celaya y Domingo de Soto. El descubrimiento de América estimuló avances, tanto en historia natural (con José de Acosta y Gonzalo Fernández de Oviedo) como en náutica (con Pedro de Medina, Martín Cortés y Alonso de Santa Cruz).
Después de que Felipe II prohibiera estudiar en el extranjero, la ciencia española entró en una fase de decadencia y neoescolasticismo de la cual no saldría hasta finales del siglo XVII, con el trabajo de los llamados novatores. Este grupo promovía semiclandestinamente las nuevas ideas de Newton y William Harvey, y a él pertenecían, entre otros, Juan Caramuel y Lobkowitz, Juan de Cabriada y Antonio Hugo de Omerique, cuya obra Analysis Geometrica (1698) atrajo el interés de Newton. En la misma época, desde Nueva España, Diego Rodríguez comentó los hallazgos de Galileo.

Santiago Ramón y Cajal
El histólogo español Santiago Ramón y Cajal obtuvo el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1906. Pionero en la investigación de la estructura fina del sistema nervioso, Cajal fue galardonado por haber aislado las células nerviosas próximas a la superficie del cerebro.

El sistema newtoniano, todavía prohibido por la Iglesia, se difundió ampliamente en el mundo hispano del siglo XVIII, a partir de Jorge Juan y Antonio de Ulloa (socios del francés Charles de La Condamine en su expedición geodésica a los Andes) en la península Ibérica, José Celestino Mutis en Nueva Granada y Cosme Bueno en Perú.
El otro pilar de la modernización científica de la Ilustración fue Linneo, cuya nomenclatura binomial fascinó a toda una generación de botánicos europeos, estimulando nuevas exploraciones. En España, Miguel Barnades y más tarde sus discípulos Casimiro Gómez Ortega y Antonio Palau Verdera enseñaron la nueva sistemática botánica. El siglo XVIII fue la época de las expediciones botánicas y científicas al Nuevo Mundo, entre las que destacaron la de Mutis (corresponsal de Linneo) a Nueva Granada, la de Hipólito Ruiz y José Pavón a Perú, la de José Mariano Mociño y Martín de Sessé a Nueva España, y la de Alejandro Malaspina alrededor del globo. También en los territorios americanos la ciencia floreció en instituciones como el Real Seminario de Minería de México, el Observatorio Astronómico de Bogotá o el Anfiteatro Anatómico de Lima.
Severo Ochoa
Severo Ochoa
El bioquímico español Severo Ochoa obtuvo en 1959 el Premio Nobel de Fisiología y Medicina. Fue el primero en sintetizar un ácido nucleico.

Las Guerras Napoleónicas y de Independencia interrumpieron el avance de la ciencia tanto en la península Ibérica como en Latinoamérica. En España la recuperación fue muy lenta; la vida científica se paralizó prácticamente hasta la aparición de nuevas ideas —el darwinismo en primer lugar— como secuela de la revolución de 1868 y la I República. En esta renovación científica desempeñó un papel fundamental el neurólogo Santiago Ramón y Cajal, primer premio Nobel español (en 1906 compartió el Premio Nobel de Fisiología y Medicina con el médico italiano Camillo Golgi por sus descubrimientos sobre la estructura del sistema nervioso); también intervinieron José Rodríguez de Carracido en química, Augusto González de Linares en biología, José Macpherson en geología y Zoel García Galdeano en matemáticas. En América Latina pueden referirse como representativas de la renovación científica del siglo XIX una serie de instituciones positivistas: en México, la Sociedad de Historia Natural (1868), la Comisión Geográfico-Exploradora (1877) o la Comisión Geológica (1886); en Argentina, el Observatorio Astronómico (1882), el Museo de Ciencias Naturales (1884), la Sociedad Científica Argentina (1872), el Observatorio de Córdoba (1870), dirigido por el estadounidense Benjamin Gould, y la Academia de las Ciencias de Córdoba (1874); por último en Brasil, la Escuela de Minas de Ouro Preto, el Servicio Geológico de São Paulo y el Observatorio Nacional de Río de Janeiro.
Gracias al empuje que el Premio Nobel de Ramón y Cajal dio a la ciencia en general, en 1907 el gobierno español estableció la Junta para la Ampliación de Estudios para fomentar el desarrollo de la ciencia, creando becas para el extranjero y, algo más tarde, una serie de laboratorios. Cuando Pío del Río Hortega se instaló en el laboratorio de histología establecido por la Junta en la Residencia de Estudiantes de Madrid, se convirtió en el primer investigador profesional en la historia de la ciencia española. El centro de innovación en ciencias físicas fue el Instituto Nacional de Física y Química de Blas Cabrera, que a finales de la década de 1920 recibió una beca de la Fundación Rockefeller para construir un nuevo y moderno edificio. Allí trabajaron Miguel Ángel Catalán, que realizó importantes investigaciones en espectrografía, y el químico Enrique Moles. En matemáticas el centro innovador fue el Laboratorio Matemático de Julio Rey Pastor, cuyos discípulos ocuparon prácticamente la totalidad de cátedras de matemáticas de España. Muchos de ellos fueron becados en Italia con Tullio Levi-Civita, Vito Volterra, Federigo Enriques y otros miembros de la gran escuela italiana, cuyo manejo del cálculo tensorial les había asociado con la relatividad general de Einstein. Rey Pastor fue un impulsor de la visita que Einstein realizó a España en 1923, en la que el físico alemán fue recibido sobre todo por matemáticos, ya que la física estaba mucho menos desarrollada. En biomedicina, además de la neurohistología, adquirió relevancia la fisiología, dividida en dos grupos: el de Madrid, regido por Juan Negrín, quien formó al futuro premio Nobel Severo Ochoa, y el de Barcelona, dirigido por August Pi i Sunyer. Durante la década de 1920 ambos grupos trabajaron en la acción química de las hormonas, sobre todo de la adrenalina.
En América Latina la fisiología, al igual que en España, ocupaba el liderazgo en las ciencias biomédicas. Los argentinos Bernardo Houssay y Luis Leloir ganaron el Premio Nobel en 1947 y 1970 respectivamente; fueron los primeros otorgados a científicos latinoamericanos por trabajos bioquímicos. En física, distintos países consideraron que la física nuclear era el camino más práctico hacia la modernización científica, debido a la facilidad para obtener aceleradores de partículas de países europeos o de Norteamérica. No obstante, la física nuclear comenzó, por su mínimo coste, con el estudio de los rayos cósmicos. En la década de 1930, los brasileños Marcello Damy de Souza y Paulus Aulus Pompéia descubrieron el componente penetrante o ‘duro’ de los rayos cósmicos; en 1947 César Lattes, investigando en el Laboratorio de Física Cósmica de Chacaltaya (Bolivia), confirmó la existencia de los piones (véase Física: Partículas elementales). También la genética resultó ser un campo de investigación fructífero en América Latina. En 1941 el genetista estadounidense de origen ucraniano Theodosius Dobzhansky emprendió el primero de sus viajes a Brasil donde formó a toda una generación de genetistas brasileños en la genética de poblaciones. Su objetivo era estudiar las poblaciones naturales de Drosophila en climas tropicales para compararlas con las poblaciones de regiones templadas que ya había investigado. Descubrió que las poblaciones tropicales estaban dotadas de mayor diversidad genética que las templadas y, por lo tanto, pudieron ocupar más ‘nichos’ ecológicos que éstas.
Tanto en España como en América Latina la ciencia del siglo XX ha tenido dificultades con los regímenes autoritarios. En la década de 1960 se produjo en Latinoamérica la llamada ‘fuga de cerebros’: en Argentina, por ejemplo, la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires perdió más del 70% del profesorado debido a las imposiciones del gobierno contra las universidades. Bajo la dictadura militar de la década de 1980, los generales expulsaron de este país a los psicoanalistas, y el gobierno apoyó una campaña contra la ‘matemática nueva’ en nombre de una idea mal entendida de la matemática clásica. En Brasil, bajo la dictadura militar de la misma época, un ministro fomentó la dimisión de toda una generación de parasitólogos del Instituto Oswaldo Cruz, dando lugar a lo que se llamó ‘la masacre de Manguinhos’.
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COMUNICACIÓN CIENTÍFICA
A lo largo de la historia, el conocimiento científico se ha transmitido fundamentalmente a través de documentos escritos, algunos de los cuales tienen una antigüedad de más de 4.000 años. Sin embargo, de la antigua Grecia no se conserva ninguna obra científica sustancial del periodo anterior a los Elementos del geómetra Euclides (alrededor del 300 a.C.). De los tratados posteriores escritos por científicos griegos destacados sólo se conservan aproximadamente la mitad. Algunos están en griego, mientras que en otros casos se trata de traducciones realizadas por eruditos árabes en la edad media. Las escuelas y universidades medievales fueron los principales responsables de la conservación de estas obras y del fomento de la actividad científica.
Sin embargo, desde el renacimiento esta labor ha sido compartida por las sociedades científicas; la más antigua de ellas, que todavía existe, es la Accademia nazionale dei Lincei (a la que perteneció Galileo), fundada en 1603 para promover el estudio de las ciencias matemáticas, físicas y naturales. Ese mismo siglo, el apoyo de los gobiernos a la ciencia llevó a la fundación de la Royal Society de Londres (1660) y de la Academia de Ciencias de París (1666). Estas dos organizaciones iniciaron la publicación de revistas científicas, la primera con el título de Philosophical Transactions y la segunda con el de Mémoires.
Durante el siglo XVIII otras naciones crearon academias de ciencias. En Estados Unidos, un club organizado en 1727 por Benjamin Franklin se convirtió en 1769 en la Sociedad Filosófica Americana. En 1780 se constituyó la Academia de las Artes y las Ciencias de América, fundada por John Adams, el segundo presidente estadounidense. En 1831 se reunió por primera vez la Asociación Británica para el Desarrollo de la Ciencia, seguida en 1848 por la Asociación Americana para el Desarrollo de la Ciencia y en 1872 por la Asociación Francesa para el Desarrollo de la Ciencia. Estos organismos nacionales editan respectivamente las publicaciones Nature, Science y Compte-Rendus. El número de publicaciones científicas creció tan rápidamente en los primeros años del siglo XX que el catálogo Lista mundial de publicaciones científicas periódicas editadas en los años 1900-1933 ya incluía unas 36.000 entradas en 18 idiomas. Muchas de estas publicaciones son editadas por sociedades especializadas dedicadas a ciencias concretas.
Desde finales del siglo XIX la comunicación entre los científicos se ha visto facilitada por el establecimiento de organizaciones internacionales, como la Oficina Internacional de Pesas y Medidas (1875) o el Consejo Internacional de Investigación (1919). Este último es una federación científica subdividida en uniones internacionales para cada una de las ciencias. Cada pocos años, las uniones celebran congresos internacionales, cuyos anales suelen publicarse. Además de las organizaciones científicas nacionales e internacionales, muchas grandes empresas industriales tienen departamentos de investigación, de los que algunos publican de forma regular descripciones del trabajo realizado o envían informes a las oficinas estatales de patentes, que a su vez editan resúmenes en boletines de publicación periódica.
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CAMPOS DE LA CIENCIA
Originalmente el conocimiento de la naturaleza era en gran medida la observación e interrelación de todas las experiencias, sin establecer divisiones. Los eruditos pitagóricos sólo distinguían cuatro ciencias: aritmética, geometría, música y astronomía. En la época de Aristóteles, sin embargo, ya se reconocían otros campos: mecánica, óptica, física, meteorología, zoología y botánica. La química permaneció fuera de la corriente principal de la ciencia hasta la época de Robert Boyle, en el siglo XVII, y la geología sólo alcanzó la categoría de ciencia en el siglo XVIII. Para entonces el estudio del calor, el magnetismo y la electricidad se había convertido en una parte de la física. Durante el siglo XIX los científicos reconocieron que las matemáticas puras se distinguían de las otras ciencias por ser una lógica de relaciones cuya estructura no depende de las leyes de la naturaleza. Sin embargo, su aplicación a la elaboración de teorías científicas ha hecho que se las siga clasificando como ciencia.
Las ciencias naturales puras suelen dividirse en ciencias físicas y químicas, y ciencias de la vida y de la Tierra. Las principales ramas del primer grupo son la física, la astronomía y la química, que a su vez se pueden subdividir en campos como la mecánica o la cosmología. Entre las ciencias de la vida se encuentran la botánica y la zoología; algunas subdivisiones de estas ciencias son la fisiología, la anatomía o la microbiología. La geología es una rama de las ciencias de la Tierra.
Sin embargo, todas las clasificaciones de las ciencias puras son arbitrarias. En las formulaciones de leyes científicas generales se reconocen vínculos entre las distintas ciencias. Se considera que estas relaciones son responsables de gran parte del progreso actual en varios campos de investigación especializados, como la biología molecular y la genética. Han surgido varias ciencias interdisciplinares, como la bioquímica, la biofísica, las biomatemáticas o la bioingeniería, en las que se explican los procesos vitales a partir de principios físico-químicos. Los bioquímicos, por ejemplo, sintetizaron el ácido desoxirribonucleico (ADN); la cooperación de biólogos y físicos llevó a la invención del microscopio electrónico, que permite el estudio de estructuras poco mayores que un átomo. Se prevé que la aplicación de estos métodos interdisciplinares produzca también resultados significativos en el terreno de las ciencias sociales y las ciencias de la conducta.
Las ciencias aplicadas incluyen campos como la aeronáutica, la electrónica, la ingeniería y la metalurgia —ciencias físicas aplicadas— o la agronomía y la medicina —ciencias biológicas aplicadas. También en este caso existe un solapamiento entre las ramas. Por ejemplo, la cooperación entre la iatrofísica (una rama de la investigación médica basada en principios de la física) y la bioingeniería llevó al desarrollo de la bomba corazón-pulmón empleada en la cirugía a corazón abierto y al diseño de órganos artificiales como cavidades y válvulas cardiacas, riñones, vasos sanguíneos o la cadena de huesecillos del oído interno. Este tipo de avances suele deberse a las investigaciones de especialistas procedentes de diversas ciencias, tanto puras como aplicadas. La relación entre teoría y práctica es tan importante para el avance de la ciencia en nuestros días como en la época de Galileo. Véase también Filosofía de la ciencia.


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