El invento de la Iglesias pentecostales





Movimiento carismático
El neo-pentecostalismo o movimiento carismático es un moderno grupo cristiano cuyos seguidores creen haber sido "llenados" o "bautizados" por el Espíritu Santo a través de la imposición de manos.


Iglesias pentecostales, amplia y variada categoría de cuerpos religiosos evangélicos caracterizados por su creencia en la experiencia de lo sagrado o de la perfección cristiana. Esta perfección alcanza su clímax con la 'llegada del Espíritu Santo', como lo demuestra el hecho de 'hablar en lenguas' (declaraciones extáticas por lo general ininteligibles para los que escuchan) como lo hicieron los apóstoles (He. 2,1-13) el día de Pentecostés. La teología del pentecostalismo, que se deriva sobre todo del metodismo y la baptista, es fundamentalista. Ningún cuerpo doctrinal es aceptado con carácter universal por todos los grupos. Sin embargo, algunas creencias sí resultan comunes, como el segundo advenimiento de Cristo antes de que termine el milenio y la inminencia de su llegada. Hablar en diversas lenguas acompaña un comportamiento emotivo descontrolado y en muchos grupos se practica la curación divina. El bautismo, por inmersión en la mayoría de los casos, y la eucaristía son dos prácticas bastante comunes; muchas iglesias también practican el lavado de pies. La Conferencia Mundial Pentecostal, una sociedad internacional, ayuda a coordinar las actividades de las iglesias adscritas a este credo en todo el mundo.


El invento de la Iglesia de Santo Domingo de Oaxaca





Iglesia de Santo Domingo, Oaxaca
El exterior de la iglesia de Santo Domingo, en el estado de Oaxaca (México), no trasluce la riqueza de su ornamentación interior. La yesería policromada recubre la totalidad del templo, desde la nave central hasta la capilla del Rosario. Dentro de todo este fantástico universo destaca el árbol genealógico de santo Domingo, situado en el sotocoro.


Iglesia de Santo Domingo (Oaxaca), iglesia consagrada a santo Domingo situada en Oaxaca, una de las obras más importantes del barroco mexicano del siglo XVII. Su principal característica es la profusa decoración de sus yeserías, que colmatan la totalidad de los lienzos interiores del templo.
La nave, cubierta con una bóveda de medio cañón, se divide en recuadros y óvalos, mientras que la bóveda del crucero está decorada por largas cintas doradas que se entrecruzan formando diseños mixtilíneos. En sus intersticios existe una red más pequeña de dibujos que proporcionan una gran riqueza a la superficie, completada por la policromía y el brillo del yeso. Estas yeserías ornamentales se realizaron en 1657. En el exterior, más sobrio, observamos una fachada de proporciones alargadas con dos torres enmarcando la entrada.
El cuerpo central se articula en tres niveles en los que aparecen elementos clásicos (órdenes corintios, entablamentos, pequeños frontones curvos partidos), decorados con motivos heráldicos y religiosos. El cuerpo bajo de las torres, coincidente en altura con el núcleo central de la fachada, contrasta con ésta por su desnudez, apenas mitigada por los pequeños huecos de arcos dobles con columnillas intermedias. En cuanto al cuerpo superior de remate, merece una atención especial la coronación en cúpula con azulejos decorativos, así como las linternas sobre los campanarios, cobijados por pequeños organismos clásicos con arquerías de orden dórico.


El invento de la Iglesia de Santa Prisca de Taxco





Iglesia de Santa Prisca, Taxco
La iglesia de Santa Prisca, en Taxco (México), con su monumental fachada recorrida por estípites, está considerada una de las joyas del barroco hispanoamericano.


Iglesia de Santa Prisca (Taxco), iglesia consagrada a san Sebastián y santa Prisca (1748-1758), situada en la ciudad minera mexicana de Taxco, considerada una de las joyas del barroco hispanoamericano tanto por la esbeltez de sus proporciones como por la riqueza con que se labraron todos sus elementos. Su arquitecto fue probablemente el español Diego Durán Berruecos, un estilo que desarrolló a caballo entre el último renacimiento y el barroco, caracterizado por el empleo sistemático de formas tradicionales que posteriormente se impondrían en el virreinato. De su interior merece destacarse el tratamiento almohadillado de las pilastras de los pies derechos, de sección muy dinámica y recortada, así como la opulencia de los retablos, de estípites recubiertos de oro. La cúpula está decorada con azulejos poblanos. El tratamiento de la fachada merece especial análisis, enmarcada por dos esbeltas torres que acentúan las proporciones verticales. En la portada, las columnas clásicas de orden corintio alternan con estípites, y aparecen columnas salomónicas, de tradición renacentista en el cuerpo superior. El cuerpo bajo de las torres, siguiendo la tipología del virreinato coincide en altura con el núcleo central de la fachada, y su aspecto compacto y macizo, alterna con los vanos barrocos enmarcados por molduras. El nivel superior, articulado en dos alturas por una cornisa barroca, muestra una explosión de alardes decorativos. En los campanarios se observa la curiosa combinación de soportes tradicionales de sección curva con las formas angulosas del estípite. La portada lateral, aunque también de gran riqueza, es más sobria, mientras que las del interior del templo, con elementos de estípite y tableros recortados, corresponden ya al pleno barroco.


El invento de la Iglesia de San Francisco de Quito





Iglesia de San Francisco, Quito
La iglesia de San Francisco es uno de los templos más interesantes de la ciudad de Quito, capital de Ecuador, comenzada en 1536 y terminada en 1580. Como muchos de los ejemplos arquitectónicos religiosos de esta época, muestra elementos de influencia italiana en el exterior y mudéjares en el interior, que se combinan con otros propiamente indígenas. Por este motivo, contrasta la sobriedad exterior del edificio, con una fachada clásica de reminiscencias herrerianas, con la riqueza ornamental del interior, que presenta un llamativo artesonado mudéjar en las bóvedas del coro y del crucero, realizado con láminas de oro, y un hermoso claustro de doble arquería.


Iglesia de San Francisco (Quito), iglesia consagrada a san Francisco situada en la ciudad de Quito. Es el ejemplo más representativo, tanto por su importancia histórica como por su belleza, de la arquitectura del siglo XVI en la capital de Ecuador.
El templo presenta una sola nave con capillas laterales, y en el tramo del crucero aparecen cuatro arcos apuntados que sostienen un artesonado de planta octogonal. La rica techumbre de la nave se destruyó en el terremoto de 1755, pero se conservan la del crucero y el coro alto como dos magníficos ejemplos de carpintería mudéjar, enraizada con la tradición española. El artesonado del crucero se alza sobre un arrocabe con imágenes de media talla, mientras los faldones están decorados por dos fajas de dibujos de formas enlazadas, con un remate en casetón central a base de piñas de mocárabes.
El claustro principal (1573-1581) muestra arcos de medio punto levemente peraltados en las galerías bajas y carpaneles en las altas, con roscas rehundidas y encuadradas por alfices. La fachada puede considerarse como la obra maestra del bajo renacimiento en el mundo hispano, y oculta con su fisonomía italianizante el conjunto mudéjar de la iglesia y el claustro.
Ocupa el frente de una plaza, elevándose sobre un atrio al que se asciende a través de una gran escalinata monumental de planta circular, con dos tramos cóncavo-convexos a la manera de Bramante. Los dos cuerpos originales de la fachada (el remate superior está reconstruido y muy desvirtuado) ofrecen un aspecto robusto, acentuado por las fajas de almohadillado, que se ciñe incluso a las columnas toscanas laterales. La articulación del alzado se marca con una potente cornisa con pináculos piramidales sobre el entablamento. El almohadillado es más fino en la faja central, acentuando así el juego de claroscuro en el cuerpo superior, compuesto por sillares en punta de diamante.


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