Grandes inventos: Textiles
Telares guatemaltecos
Un grupo de artesanas guatemaltecas
elaboran, en telares tradicionales, mantas y tejidos de un brillante colorido
con fibras naturales, en algunos casos previamente teñidas con tintes
naturales.
Textiles, término genérico (derivado
del latín texere, ‘tejer’) aplicado originalmente a las telas tejidas,
pero que hoy se utiliza también para filamentos, hilazas e hilos sintéticos,
así como para los materiales tejidos, hilados, fieltrados, acolchados,
trenzados, adheridos, anudados o bordados que se fabrican a partir de los
mismos. También se usa para referirse a telas no tejidas producidas mediante la
unión mecánica o química de fibras.
2
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FIBRAS TEXTILES
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El término ‘fibras textiles’
se refiere a las que se pueden hilar o utilizar para fabricar telas mediante
operaciones como tejido, trenzado o fieltrado. El tejido, una de las primeras
actividades artesanales, ya se practicaba en el neolítico, como lo demuestran
los fragmentos de fibras de lino hallados en los restos de poblados lacustres
de Suiza. En el antiguo Egipto los primeros textiles se tejían con lino; en la
India, Perú y Camboya con algodón; en Europa meridional con lana y en China con
seda.
2.1
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Lino
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Los primeros en utilizar el
lino fueron los antiguos egipcios (probablemente la palabra lino se
deriva de un vocablo egipcio). Dado que los primeros tejidos de lino por lo
general eran blancos, esta materia se convirtió en un símbolo de pureza, por lo
que los egipcios no sólo lo usaban para la confección de prendas de vestir y
artículos domésticos, sino también para sus prácticas religiosas. En el antiguo
Egipto también se producían textiles con algodón importado de la India.
2.2
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Lana
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La Biblia menciona la gran
calidad de la lana que se vendía en la ciudad de Damasco. Los antiguos pueblos
del Cáucaso vestían mantos de lana denominados shal (de donde deriva la
palabra chal). Las ovejas se criaban por su lana —además de por su carne
y su piel— en toda la zona mediterránea. Sicilia y el sur de Italia
proporcionaban lana a Roma para la confección de prendas de vestir; durante los
primeros siglos de la era cristiana se pusieron de moda los tejidos de seda
importados de China. La mejor lana procedía de las ovejas merinas criadas en
Castilla (España).
Posteriormente los belgas
aprendieron a fabricar textiles de lana de gran calidad y enseñaron esta
artesanía a los sajones de Gran Bretaña, que también fueron famosos por sus
excelentes tejidos.
2.3
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Algodón
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Aunque el algodón es la
fibra textil más común en la actualidad, fue la última fibra natural en
alcanzar importancia comercial. En el siglo V a.C. el historiador griego
Heródoto informaba que uno de los productos valiosos de la India era una planta
silvestre cuyo fruto era el vellón; en el siglo siguiente, Alejandro Magno
introdujo el algodón indio en Grecia. Aunque los antiguos griegos y romanos
utilizaban algodón para toldos, velas y prendas de vestir, en Europa no se
extendió su uso hasta varios siglos después.
En América, los habitantes
del México prehispánico utilizaban algodón para elaborar telas. Durante los
siglos XV y XVI los exploradores europeos encontraron textiles de algodón en
las Antillas y Sudamérica. Los primeros colonos ingleses ya cultivaban algodón;
con la introducción de la desmotadora de algodón, inventada en 1793 por el
estadounidense Eli Whitney, el algodón se convirtió en la fibra más importante
del mundo en cuanto a su cantidad, su bajo costo y su utilidad.
2.4
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Seda
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Según la leyenda china, la
seda empezó a tejerse en el siglo XXVII a.C. durante el reinado del emperador
Huang Ti, cuya esposa desarrolló supuestamente la técnica de devanar el hilo
del gusano de seda para tejerlo. Aunque durante muchos siglos se exportaron
seda en bruto y los tejidos de seda a los países mediterráneos, la fuente de
dicha fibra no fue conocida por los europeos hasta el siglo VI d.C., cuando
unos viajeros que volvían de China trajeron de contrabando a Occidente huevos
del gusano de seda; a partir de ellos empezaron a criarse gusanos en Grecia e
Italia. En el siglo XII, la seda se usaba ya en toda Europa para la confección
de tejidos suntuosos.
En el hemisferio occidental,
los intentos de criar gusanos de seda comenzaron en 1620, cuando el rey Jacobo
I de Inglaterra exhortó a los colonos a producir seda en vez de tabaco. Los
colonos de Georgia lograron un cierto éxito, pero los esfuerzos posteriores en
Connecticut y Nueva Jersey fracasaron debido a la falta de mano de obra eficaz
y barata, necesaria para cultivar las moreras de las que se alimentan los
gusanos y para ocuparse de éstos.
A mediados del siglo XX
sólo Japón y China producían cantidades importantes de seda. Cuando empezó la
II Guerra Mundial, Japón suministraba el 90% de la producción mundial de
seda en bruto. Cuando Occidente quedó privado de esa fuente durante la guerra,
se utilizaron en su lugar fibras sintéticas de nailon, que había sido
desarrollado en la década de 1930.
2.5
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Fibras sintéticas
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La belleza y el precio
de la seda estimularon a muchos de los primeros científicos a desarrollar una
fibra que se pareciera al hilo del gusano de seda. En 1664 el científico
británico Robert Hooke sugirió la posibilidad de sintetizar una sustancia
pegajosa semejante al fluido segregado por el gusano de seda para tejer su
capullo. Sin embargo pasaron más de 200 años hasta que un científico francés
(el conde Hilaire de Chardonnet) inició la producción artificial de fibras,
conocidas al principio como seda artificial. El proceso de Chardonnet, que
seguía el principio sugerido por químicos anteriores, consistía en forzar el
paso de un líquido viscoso a través de pequeñas toberas (denominadas boquillas
de hilatura) y endurecer el fluido para formar hilo coagulándolo en un baño
químico. Este proceso sigue siendo el método básico para producir fibras
textiles sintéticas. En 1924, el término ‘seda artificial’ fue sustituido por
el de rayón.
El nailon se introdujo en
la década de 1930. Esta fibra, más resistente que la seda, se utiliza mucho en
la confección de prendas de vestir, calcetería, tela de paracaídas y cuerdas. A
partir de 1940 muchas otras fibras sintéticas alcanzaron importancia en la
industria textil, como el poliéster (a veces denominado dacrón), el polivinilo,
el polietileno y la olefina (véase Plásticos). En 1968 se introdujo un
nailon parecido a la seda conocido como qiana. Los tejidos fabricados
con qiana no se arrugan, mantienen los plisados y tableados y presentan
colores bien definidos y estables al ser teñidos.
La utilización de fibras
artificiales condujo a numerosos cambios en la economía textil, debido a que
los métodos de producción y características físicas de estas fibras podían
adaptarse para cumplir requisitos específicos. Los países altamente
industrializados, que antes estaban obligados a importar algodón y lana como
materias primas para los textiles, pasaron a fabricar sus propias fibras a
partir de recursos disponibles como el carbón, el petróleo o la celulosa. El
desarrollo de las fibras sintéticas llevó a la producción de nuevos tipos de
tejidos, duraderos y de fácil lavado y planchado.
3
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PRODUCCIÓN TEXTIL
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Planta textil informatizada
En una gran planta textil, numerosas
máquinas convierten la fibra en tela. El proceso está casi completamente
informatizado, y sólo hay un pequeño equipo de directores, supervisores y
técnicos para garantizar la calidad y eficiencia. Las computadoras pueden
realizar tareas complejas de hilado y tejido con gran rapidez y precisión. La
mayoría de las máquinas cuenta con sensores para detener la producción si se
detecta un fallo.
La producción y distribución
de textiles es relativamente complicada. Según el tipo de tela, la materia
prima —tanto las fibras vegetales o animales como los productos químicos— puede
prepararse de forma independiente o como etapa preliminar en la fabricación de
la tela; por tanto, el número de procesos distintos implicados en la producción
varía según cada producto textil.
Producción de seda
La producción mundial de seda cayó en
picado con la aparición de materiales sintéticos como el poliéster o el nailon
(nylon). Sin embargo, la seda se sigue empleando para confeccionar ropa y otros
productos. La técnica de obtener el hilo a partir de los capullos de gusanos de
seda fue un secreto guardado por los chinos durante siglos, después de su
descubrimiento en torno al 2700 a.C. La fabricación de seda se introdujo en
Asia occidental y Europa en el siglo V. El gusano de seda se ha domesticado de
tal forma que en la actualidad ya no existe en estado silvestre.
La primera etapa en la
fabricación de textiles implica la producción de la materia prima, ya sea el
cultivo de algodón, lino u otras plantas, la cría de ovejas o gusanos de seda,
o la producción química de fibras; a continuación, la fibra se hila y
posteriormente se usa el hilo para tejer las telas. Después del teñido y el
acabado, el material puede suministrarse directamente a un fabricante de
productos textiles o a un minorista que lo vende a particulares que
confeccionan prendas de vestir o ropa de casa.
3.1
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Procesado de la fibra
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La fibra de algodón, el
vellón de las ovejas o el lino deben ser procesados antes de hilarlos. El
algodón en bruto se procesa con la desmotadora, que elimina las semillas y
otras impurezas, antes de ser transportado en balas a la hilatura. Para obtener
a partir del lino una fibra susceptible de ser hilada se utilizan diversas
operaciones mecánicas y químicas. La lana debe ser clasificada y lavada antes
de su hilado. La seda se desenrolla de los capullos después de ablandar la goma
natural en agua caliente, lo que permite una separación fácil sin romper las
finas fibras. Los filamentos continuos se agrupan y se tuercen para formar hilos
de varias hebras; los filamentos rotos y el material de desecho se hilan de
forma similar a la empleada para las fibras de algodón, lana o lino.
Las fibras sintéticas se
suministran en forma de filamentos o de fibras cortas; la fibra de filamento
continuo se convierte en hilo igual que la seda. Las fibras sintéticas cortas
se procesan antes del hilado de forma similar al algodón crudo o la lana.
3.2
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Hilado
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Torno de hilar
El torno de hilar, desarrollado en la
India alrededor del año 500 a.C., se empleó hasta hace unos 200 años, cuando
fue sustituido en gran medida por máquinas industriales. El torno produce un
hilo fino y homogéneo al mantener una tensión constante y una velocidad
elevada.
Para obtener hilo a partir
de filamentos continuos basta torcerlos, pero en el caso de las fibras cortas
hay que cardarlas para combinar las fibras en una estructura continua semejante
a la de una cuerda, peinarlas para estirar las fibras largas y torcer las
hebras continuas resultantes. El torcer más o menos los hilos determina algunas
de sus características; una torsión ligera proporciona telas de superficie
suave, mientras que los hilos muy torcidos producen tejidos de superficie dura,
resistentes a la abrasión y menos propensos a ensuciarse y arrugarse; sin
embargo, los tejidos hechos con hilos muy torcidos encogen más.
3.3
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Tejido
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Telar y alfombra
Para crear los complicados dibujos
frecuentes en las alfombras tejidas se necesitan telares especializados de gran
tamaño. El telar entrelaza varios juegos de fibras en ángulo recto para formar
la alfombra. Los telares deben ajustarse con cuidado, porque un solo grupo de
hilos mal colocado puede estropear todo el dibujo. Aquí vemos a un operario
ajustando un telar.
Para tejer se utiliza el
telar y dos conjuntos de hilos, denominados respectivamente urdimbre (o pie) y
trama. Los hilos de la urdimbre van a lo largo del telar, mientras que los de
la trama van en dirección transversal. La urdimbre está arrollada en enormes
bobinas llamadas enjulios o enjullos, situadas a los pies del telar, y se
enhebra en el telar formando una serie de hilos paralelos. La trama se
suministra por los lados del telar desde unas bobinas que se cambian automática
o manualmente cuando se acaba el hilo. La lanzadera del telar hace pasar los
hilos de la trama a través del telar, entrelazándolos perpendicularmente con la
urdimbre. Modificando el número de hilos de la urdimbre y alterando la
secuencia con la que se levantan o se bajan se logran diferentes dibujos y
texturas. Durante el tejido, una capa protectora provisional conocida como
imprimación protege los hilos de la urdimbre para evitar que se dañen.
3.4
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Telas de punto
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El tejido de malla, cuyos
orígenes se remontan al anudado de redes en los pueblos antiguos, consiste en
formar una rejilla entrelazando hilo mediante agujas manuales o automáticas en
una serie de lazadas unidas entre sí. El tejido con agujas fue introducido en
Europa por los árabes en el siglo V y floreció en Inglaterra y Escocia durante
los siglos XIV y XV. Los escoceses han reivindicado tanto su invención como su
introducción en Francia.
Hasta 1589 todas las labores
de punto se hacían a mano. Aquel año el clérigo inglés William Lee inventó una
máquina para tejer medias, pero la reina Isabel I de Inglaterra le negó una
patente, porque consideraba que el nuevo invento era una amenaza para los
tejedores. Sin embargo, la máquina se utilizó en otros países y preparó el
camino para posteriores mejoras. La primera llegó en 1758, cuando un hilandero
de algodón, el británico Jedediah Strutt, inventó un aditamento para el
bastidor de medias que permitía confeccionar tejidos acanalados (canalé). A
principios del siglo XIX, el ingeniero británico Marc Isambard Brunel inventó
un bastidor circular al que denominó tricoteur. El tejido de hilos más
gruesos se hizo posible cuando otro inventor británico, Matthew Townsend,
incorporó una aguja, dotada en uno de sus extremos de un gancho con un cierre y
la patentó en 1858. En 1864, el también británico William Cotton introdujo una
mejora en las máquinas mecánicas que pasó a ser conocida como ‘sistema de
Cotton’. La máquina mejorada podía dar forma a los talones y punteras de medias
y calcetines y sentó las bases para las modernas máquinas de confección
completa. Las tejedoras automáticas se introdujeron por primera vez en 1889. Véase
Máquina de coser.
3.5
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Teñido y estampado
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Estampación por huecograbado
En el proceso de estampación por
huecograbado, la tela pasa por una serie de rodillos de alta velocidad en los
que se ha grabado un dibujo. Como el dibujo está más profundo que la superficie
del rodillo, no recibe color durante el entintado. Esto hace que el
huecograbado produzca una imagen invertida, con el dibujo en blanco y el fondo
coloreado. Cada rodillo emplea pasta de un solo color, por lo que el dibujo
completo sólo se ve al final.
Los textiles pueden teñirse
de distintas formas: las telas pueden colorearse una vez tejidas (tinte en la
pieza), pueden teñirse las fibras sueltas en una cuba (tinte en bruto) y, por
último, puede teñirse el hilo o filamento antes de tejerlo (tinte en el hilo).
Los hilos sintéticos también pueden recibir un tinte previo incorporando
pigmentos coloreados en la solución de hilado antes de extruir los filamentos a
través de las boquillas de hilatura (tinte en masa o solución).
El principal método para
estampar dibujos en textiles es el huecograbado mediante rodillos; en este
proceso el dibujo se graba en rodillos de cobre (un rodillo para cada color) y
se llenan las depresiones de los rodillos con pasta de estampado; a
continuación se pasa la tela por los rodillos. Otro proceso de estampado es la
impresión en relieve; en este caso, el dibujo está elevado sobre la superficie
del rodillo y las partes altas se cubren con tinta. El estampado con retícula
se realiza trazando el dibujo en una retícula plana o cilíndrica que sirve como
plantilla, la cual se coloca sobre el tejido y se aplica el tinte haciéndolo
pasar por las aberturas de la plantilla. El estampado manual con retícula está
siendo sustituido por máquinas automáticas. Véase Técnicas de impresión.
3.6
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Otros procesos de acabado
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Además del teñido y el
estampado, la tela recibe otros acabados para mejorar su aspecto y cualidades,
como por ejemplo tratamientos para mejorar la resistencia a las arrugas en
textiles como el algodón, el lino o el rayón hilado, que no tienen la
elasticidad de la lana o la seda. Los últimos avances en cuanto a acabados
resistentes a las arrugas son los de planchado duradero o planchado permanente;
además de lograr resistencia a las arrugas, estos acabados proporcionan
pliegues permanentes. Mediante diversos tratamientos químicos también es posible
mejorar la resistencia al encogido, a las manchas y a la suciedad. Otros
procesos de acabado protegen contra el deslizamiento de los hilos o contra los
daños provocados por el moho, las polillas o el fuego.
4
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TIPOS DE TEXTILES
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Variando el método de
tejido es posible producir muchas telas diferentes.
4.1
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Tejido liso o de tafetán (tafeta)
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El método básico de tejido,
en el que cada hilo de la urdimbre se entrelaza con el hilo de la trama, se
denomina tejido liso o de tafetán. (Esta palabra se deriva probablemente del
persa taftha, que quiere decir ‘vuelta’). Algunas telas tejidas con este
método son la batista, la manta, el calicó, el lino, el cambray, el crespón o
crepé, la estopilla o cheesecloth, el chintz, la muselina, el organdí,
el percal, el seersucker, el velo, el cloqué o el tweed. Otras
variaciones del tejido liso son el tejido reticulado o el tejido acanalado (en
canalé); la tela escocesa es un ejemplo del primero y el popelín o popelina, la
bengala o el piqué lo son del segundo.
4.2
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Tejido cruzado
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El tejido cruzado se caracteriza
por las líneas diagonales muy marcadas producidas por el entrelazado de dos
hilos de la urdimbre con un hilo de la trama en filas alternas. Este efecto
puede observarse en tejidos como la espiguilla o palmeado, la sarga, el
cheviot, el foulard, el twill, el surah, la gabardina, el
cutí, la mezclilla, el denim o el dril. El tejido cruzado proporciona a
la tela una gran resistencia, útil para prendas de trabajo.
4.3
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Tejido de satén (satín)
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Los satenes tienen una
textura más densa que los tejidos cruzados, pero su principal característica es
la suavidad que se consigue a expensas de la resistencia. La superficie suave
del tejido de satén se logra pasando los hilos de la urdimbre encima de unos
cuantos hilos de la trama, con un entrelazado mínimo; la reflexión de la luz en
los hilos libres produce su brillo característico. En un satén de trama, los
hilos de la misma se pasan encima de unos cuantos hilos de urdimbre. Como los
hilos de la trama son más débiles que los de la urdimbre, los tejidos de satén
son menos resistentes a la abrasión, pero a pesar de todo son populares por su
belleza. Los más conocidos son el satén de crespón o crepé satín, la piel de
ángel, el raso y el damasco. La palabra satén se deriva del puerto chino
de Chüanchow, antes llamado Zaytun, desde donde comenzó a exportarse este tipo
de telas en la edad media.
4.4
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Tejidos de lizo y de jacquard
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Estos dos sistemas se
utilizan para fabricar telas con dibujo. Los motivos pequeños y repetitivos
usados en telas para camisas o vestidos, como el ojo de perdiz —un pequeño
rombo con un punto en el centro—, se producen mediante tejido de lizo.
Los dibujos más complicados
se fabrican con telares de jacquard, así llamados por su inventor, el
francés Joseph-Marie Jacquard. Los tejidos así producidos se usan mucho en
materiales para tapicerías y cortinas, como brocados y telas enguatadas o
acolchadas, entre otros.
4.5
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Tejidos de pelo o de hilos levantados
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Algunos tejidos de pelo,
como el terciopelo, el peluche, la pana y la felpa se fabrican combinando el
tejido liso con el uso de alambres que sacan de la tela hilos adicionales de la
trama o la urdimbre y forman bucles que constituyen el pelo. En la felpa, los
bucles no están cortados, a diferencia de lo que ocurre con el terciopelo. Las
telas de pelo también pueden fabricarse tejiendo dos telas de pelo frente a
frente y cortando posteriormente los hilos que las unen; este proceso es más
económico que el corte de bucles necesario para fabricar terciopelo. Las
alfombras tejidas también se fabrican con la técnica de tejido de pelo.
4.6
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Elección de las fibras
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Los nombres de los tejidos
indican el método de entrelazar los hilos y no la fibra que contienen.
Cualquier fibra o combinación de fibras puede usarse con cualquier clase de
tejido. Inicialmente algunos tejidos sólo estaban asociados con una fibra
determinada, como ocurría con el tafetán o el satén —hechos de seda—, con la
sarga —un tejido cruzado limitado en el pasado a la lana— o con el denim,
un tejido cruzado que originalmente sólo se hacía con algodón. Hoy se produce
tafetán de nailon, satén de algodón, sarga de seda o denim de fibras
mixtas.
La introducción de fibras
sintéticas ha hecho que se estudie el contenido de fibra más apropiado para las
distintas aplicaciones. Las características deseadas se logran mediante
diversas combinaciones y mezclas de fibras, métodos de tejido y procesos de
tinte y acabado.
4.7
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Textiles no tejidos
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La estructura textil de una
tela no tejida se logra uniendo o entrelazando las fibras con métodos
mecánicos, químicos o térmicos, utilizando disolventes o combinando los métodos
anteriores.
Los principales sistemas son la
unión con resina y la unión de fibras termoplásticas. En el primero de ellos,
la resina se pulveriza o se aplica en forma de espuma directamente sobre el
retículo de fibras que va saliendo de la máquina formadora; a continuación, el
retículo se seca, se polimeriza mediante calor y en algunos casos se plancha.
En la adhesión termoplástica se mezcla con la fibra de base una fibra
termoplástica con menor punto de fusión, formando un retículo, el cual se
prensa entre rodillos calientes que adhieren las fibras termoplásticas a las
fibras de base. El principal método mecánico para producir textiles no tejidos
es el uso de una troqueladora de agujas diseñada básicamente para producir
mantas; esta máquina utiliza pequeñas agujas con ganchos para entrelazar las
fibras.
4.8
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Aplicaciones de los textiles
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Además de prendas de vestir
y objetos domésticos, los textiles se usan en productos industriales como
filtros para acondicionadores de aire, balsas salvavidas, cintas
transportadoras, carpas, neumáticos de automóvil, piscinas, cascos de seguridad
o ventiladores de mina. En muchas aplicaciones los textiles con recubrimientos
protectores de plástico proporcionan mayor flexibilidad, menor peso y mejores
resultados que los metales. Aunque para los productos industriales se utiliza
toda clase de fibras, muchos se fabrican con una combinación de fibras
sintéticas sobre una base de algodón. Las fibras sintéticas hacen que la tela
sea resistente al moho y se seque rápidamente, mientras que el algodón, más
barato, proporciona volumen y estabilidad. En cuanto al uso artístico de los
textiles, véase Vestimenta; Mobiliario; Encaje; Dechado; Tapiz.
5
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NORMATIVAS GUBERNAMENTALES
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En algunos países se han
aprobado leyes para obligar a la identificación del contenido de fibras,
independientemente de la calidad del tejido. En los tejidos de punto hay que
indicar el porcentaje de fibras de lana, y la etiqueta debe indicar si se trata
de lana virgen (aquella que nunca ha sido procesada), reprocesada (lana
recuperada del procesado de lana virgen) o reutilizada (recuperada de productos
de lana usados). Otra exigencia es que los términos mohair y cachemir
se restrinjan a las fibras obtenidas del pelo de la cabra de Angora y la cabra
de Cachemira, respectivamente.
Otras normativas de algunos
países rigen los acabados de los textiles, como la protección contra el
encogido, el ignifugado o el lastrado, que consiste en añadir sales metálicas a
tejidos delicados como la seda para darles más cuerpo. En los textiles
etiquetados como no encogibles, la etiqueta debe indicar el grado máximo de
encogido determinado en pruebas controladas por el gobierno. También se han
establecido de forma legal normas de seguridad con respecto a la inflamabilidad
de los tejidos utilizados en prendas de vestir.