Los SSD (solid state drive), son unidades de
almacenamiento masivo que cumplen la misma función que los discos duros que usan motores, platos giratorios y agujas
magnéticas que leen la superficie del
disco (ATA, SATA).
En lugar de los discos giratorios, estos dispositivos sólidos
utilizan memoria no volátil compuesta de transistores que por millares componen
circuitos integrados, estos circuitos
diseñados como flip flop dan
origen a las compuertas NAND que almacenan bit a bit la información. En realidad una “simple
memoria” de USB cumple esta función. La gran
diferencia debe radicar en la velocidad de trasmisión de datos. Quien ha
intentado copiar grandes cantidades datos en una memoria de tamaño grande USB
sabe de lo que hablo, las memorias USB transfieren los datos con bastante lentitud, entre menor sea la calidad
de la memoria más lento es el ratio de
transferencia.
Entonces estas unidades llamados discos duros sólidos deben
usar una velocidad de transferencia alta, similar a la velocidad de las
memorias RAM. En un futuro no lejano los discos duros sólidos remplazarán en su totalidad a los discos
duros tradicionales. Su gran ventaja es que carecen de partes mecánicas, en este momento sus precios
son más elevados y, dada la fiabilidad,
durabilidad y precio de los discos duros, por el momento prefiero los terabytes
de un tradicional y vibrante disco duro
con sus entrañas de discos, motores y potentes imanes.
Desensamblando un disco duro "tradicional", se encuentra uno o varios discos de un metal similar al aluminio, tan reflectante como un espejo que giran a gran velocidad (7,200 rpm), impulsados por un motor, una placa de circuitos electrónicos que se encarga de la interfaz y el control, agujas electromagnéticas, imanes potentes Imanes de tierras raras de
Neodimio-Hierro-Boro (NdFeB).
Nunca he abierto un disco duro sólido, pero puedo imaginar que igualmente nos encontraremos con una placa electrónica de control e interfaz, y bancos de memorias que determinan la capacidad de almacenamiento.