El invento de las Lenguas celtas
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Lenguas de Europa |
Lenguas de Europa
Este mapa muestra la distribución de las lenguas habladas en Europa y la familia o subfamilia lingüística a la que pertenece cada una de ellas.
Lenguas celtas, subfamilia perteneciente a la familia de lenguas indoeuropeas. Los celtas fueron los primeros pueblos que se instalaron en la Europa centro-meridional en torno al siglo V a.C. Desde el punto de vista geográfico e histórico esta subfamilia se divide en dos ramas, la continental, hoy desaparecida, y la insular. Ésta a su vez se clasifica en otros dos grupos: el britónico, que comprende el bretón, el córnico y el galés; el otro grupo llamado goélico o gaélico comprende el irlandés, el gaélico-escocés o 'erse' y el manés o manx, dialecto de la isla de Man. Hasta el siglo V las lenguas continentales celtas, entre las que se encontraba el galo, se hablaron a lo largo y a lo ancho de la Europa occidental, pero cedieron ante la influencia de los otros idiomas vecinos de gran vigencia, el inglés y el francés, en los que se puede rastrear alguna información. Únicamente han resistido los grupos britónico y gaélico, que perviven en las Islas Británicas, en la región de la Bretaña y en algunas comunidades norteamericanas del norte y del sur que tratan de conservar su idioma originario.
Lo característico de las lenguas celtas es la pérdida del fonema indoeuropeo /p/, lo que las distingue de las demás subfamilias indoeuropeas. Por tanto, una palabra latina, griega y sánscrita que contenga una p en posición inicial o media aparecerá sin ella en la subfamilia celta; por ejemplo la palabra latina porcus (que significa 'puerco', 'cerdo'), tiene su equivalente gaélico en orc. Un rasgo que distingue el gaélico del britónico consiste en que el primero conserva el elemento labiovelar del indoeuropeo /qu/, que más tarde se escribió como /c/, sin embargo el britónico lo convirtió en /p/. Así el irlandés cuig o coo-ig, (que significa 'cinco'), corresponde al galés pump.
Las reglas de pronunciación de las lenguas celtas son enormemente complejas; por lo general la escritura no se corresponde con la pronunciación y las consonantes iniciales varían según el fonema último de la palabra anterior. Por ejemplo, en irlandés 'sangre' es fuil, en tanto que 'nuestra sangre' es ar bhfuil; en galés 'padre' es tad, pero para decir 'mi padre' se convierte en fy nhad, y combinado con los posesivos de tercera persona, 'su padre (de él) y su padre (de ella)' se convierte en ei thad y y dad respectivamente.
Todas las lenguas celtas emplean el alfabeto romano. Poseen dos géneros, masculino y femenino, y por lo general el adjetivo va detrás del nombre. Como las demás indoeuropeas crean nombres derivados de los verbos en lugar de hacerlo de los participios de presente tal y como hace el inglés; las oraciones siempre tienen verbo y expresan la acción por medio de la pasiva impersonal.
En la actualidad se habla en la Bretaña francesa bajo la forma de varios dialectos; casi todos sus hablantes son además francófonos. Apareció entre los siglos IV y VI cuando los galeses y los córnicos emigraron a otras tierras para escapar de las invasiones de otros pueblos. Se distingue del galés y del córnico o la lengua de Cornualles en que posee nasalizaciones y sus préstamos son del francés. El periodo de mayor esplendor corresponde a la mitad del siglo XVII cuando se escribieron varias gramáticas y surgió un gran conjunto de obras de teatro, leyendas y baladas. Durante la década de 1950 se ha estudiado mucho. Diez años antes se estimaba en cerca de un millón el número de hablantes de esta lengua, aunque ahora se cree que sólo existen la mitad.
3 | | CÓRNICA O LENGUA DE CORNUALLES |
Desapareció en el siglo XVIII aunque existen esfuerzos recientes por reactivar su uso. Los únicos restos que existen son algunos nombres propios y unas cuantas palabras en el dialecto inglés que se habla en la región de Cornualles.
También llamado cámbrico y címbrico por sus propios hablantes, es la lengua de la región de Gales y una de las más conocidas dentro de la subfamilia celta. Además de hablarse en Gales, donde la mayoría de sus hablantes son también anglófonos, se emplea en algunas comunidades de los Estados Unidos y en Argentina, en la que en plena Patagonia se asentaron apenas 150 galeses en el año 1865. Algunas organizaciones como la Society for the Welsh Language han preservado este idioma para evitar su desaparición y mantienen toda una actividad para conseguir que tenga una consideración como lengua oficial junto al inglés. En la actualidad se usa en muchas escuelas de Gales y se emplea en la prensa y en algunas emisoras de radio.
Lo mismo que el bretón, esta lengua ha perdido las desinencias de caso, no así las de conjugación verbal, que son muy ricas. Como en todas las demás lenguas celtas la inflexión o la alternancia de las consonantes juegan un papel muy importante. Posee una escritura fonémica, con lo que desaparece la ambigüedad fonética; en muchas ocasiones un hablante galés sabrá, a partir de su escritura, cómo se pronuncia una palabra que no haya visto antes. La letra w puede representar tanto una vocal como una consonante, y sin embargo la letra y siempre representa dos fonemas vocálicos. La consonante f representa un fonema labiodental fricativo sonoro como la v del catalán; su equivalente sordo, el fonema /f/, se representa por el dígrafo ff; el fonema interdental fricativo sordo /q/ se representa por dd y el sonido /th/ por la misma grafía. Ha fracasado el intento de pronunciar la grafía ll, que representa un fonema lateral fricativo sordo. El galés tiende a la acentuación grave de las palabras polisílabas y posee una entonación característica.
Quienes estudian la historia de este idioma reconocen tres periodos: el antiguo (800-1100), el medio (1100-1500) y el moderno (a partir del 1500). El antiguo se rastrea en algunas palabras aisladas, unos cuantos nombres y un pequeño número de versos. A través de todos los periodos, el galés ha aceptado préstamos del latín, el anglosajón, el francés normando y muy especialmente del inglés, aunque existe un léxico amplio de origen celta. Se ha conseguido identificar cuarenta dialectos. El galés normativo posee dos variedades: la del norte y la del sur.
El irlandés, también llamado gaélico-irlandés, es el idioma más antiguo del grupo gaélico que forma parte de las lenguas celtas. Los testimonios escritos más antiguos que existen son las inscripciones Ogham, que son unos 370 monolitos con inscripciones y que se encuentran esparcidos en el suroeste de Irlanda y en Gales. Datan de los siglos V al VIII y las inscripciones contienen casi exclusivamente nombres propios. Puede estudiarse su historia en cuatro periodos: el antiguo (800-1000), el medio-antiguo (1000-1200), el medio (1200-1500) y el moderno (a partir del 1500). Era una lengua muy rica en flexión nominal y verbal, y de ello quedan tres casos en la declinación nominal, el nominativo y el genitivo así como el dativo, sólo para los nombres femeninos; únicamente en indicativo el verbo posee dos tiempos. En la República de Irlanda donde es lengua co-oficial se habla en la zona occidental y suroccidental, y en mayor grado en Irlanda del Norte, aunque Irlanda no fue gaélico-hablante hasta el siglo XVII. El número de personas que hablaban esta lengua en Irlanda pasó del 50% al 20% en el siglo XIX. Desde 1922 se empezó a enseñar en la escuela, y se desarrolló y normalizó una gramática.
En torno al siglo V los irlandeses invadieron Escocia y llevaron una variedad del gaélico que sustituyó a la antigua lengua britónica. Durante el siglo XV gracias al incremento de los préstamos procedentes del escandinavo y del inglés, el escocés se constituye en lengua diferente del irlandés y se gana su condición de idioma diferente de éste.
Los alfabetos irlandés y escocés son el mismo y consta de 18 letras. El escocés posee cuatro casos: nominativo, genitivo, dativo y vocativo. Lleva el acento en la sílaba inicial, lo mismo que el irlandés.
Posee dos dialectos, el septentrional y el meridional, perfectamente delimitados geográficamente por la línea que puede trazarse por encima de Firth of Lorne hasta la población llamada Ballaculish y continúa por la cadena de montes Grampianos. El dialecto meridional está más próximo al irlandés que el septentrional y también es más flexivo. La principal diferencia que existe entre ellas es el cambio del fonema /é/ que se convierte en eu en el dialecto del norte o septentrional, en tanto que se convierte en ia en el meridional o del sur. Así por ejemplo 'hierba' se pronuncia /feur/ en el norte y /fiar/ en el sur. Existen también unos miles de hablantes del escocés en Nueva Escocia.
Se trata de un dialecto del gaélico-escocés que se habla en la isla de Man con fuerte influencia escandinava. En él están escritas las disposiciones legales de la isla, que hasta el siglo XVIII no contaba con otra forma de expresión lingüística. Comenzó a perderse en el siglo XIX y en el XX prácticamente ha desaparecido. Los primeros documentos escritos proceden del siglo XVII y apenas si existe producción literaria en manés, excepción hecha de algunas baladas y cantares.