Empaquetado, tecnología para guardar,
proteger y preservar los productos durante su distribución, almacenaje y
manipulación, a la vez que sirve como identificación y promoción del producto e
información para su uso.
Alrededor del 60% de los
empaquetados se destinan a bebidas y alimentos, pero también son esenciales
para cosméticos, productos del hogar, productos eléctricos, medicinas,
artículos para la salud, productos químicos para el campo, semillas, piensos y
bienes industriales de todo tipo, como repuestos para motores o software
y hardware para ordenadores o computadoras.
El empaquetado debe mantener
las condiciones de su contenido. En el caso de los alimentos, ha de extraerse
el aire para evitar que su deterioro los haga no aptos para el consumo hasta la
fecha de caducidad marcada en el envase. Este último tiene que prevenir el
derrame de su contenido, en especial en el caso de productos químicos venenosos
o corrosivos. También debe identificar su contenido y composición con etiquetas
y dibujos explicativos, incluyendo instrucciones de uso y advertencias sobre su
peligrosidad cuando sea preciso. Esto último es esencial en el caso de fármacos
y productos químicos, ya sean de uso doméstico o industrial.
El empaquetado suele ser
parte de la planificación de un sistema global de distribución. Así, el tamaño
del envase exterior debe tener un diseño específico para optimizar el espacio
en los pallets y contenedores. Los envases también han de cumplir la función de
disuadir a ciertas personas, como los clientes que intenten probar el producto.
Para averiguar si el producto ha sido abierto antes se emplean lengüetas de
cierre, tiras alrededor de los tapones y ‘topes’ en la cubierta de las latas
que saltan al romperse el vacío.
En los envases de medicinas
y de productos químicos se pueden utilizar tapones y cerraduras diseñadas para
impedir que sean manipulados por los niños. También pueden diseñarse envases
especiales para las personas mayores o discapacitadas.
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MATERIALES DE EMPAQUETADO
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Los materiales básicos
de los envases son papel, cartón, plástico, aluminio, acero, vidrio, madera,
celulosa regenerada, tejidos y combinaciones como los laminados. Los tipos de
envase incluyen cajas de cartón, cajones, paquetes, bolsas, bandejas, ampollas,
envases forrados, botellas, jarras, latas, tubos, envases de aerosoles,
tambores, embalajes y contenedores pesados. Entre los métodos de apertura de
envases se incluyen tapones, cerraduras, corchos, anillas y precintos. Tanto
las etiquetas como los precintos y el mismo envase se emplean como soporte para
la identificación del contenido e información comercial.
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MÉTODOS DE EMPAQUETADO
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Los seres humanos siempre
protegieron los alimentos y la bebida en envases como pieles, hojas y
calabazas, y más tarde canastas, utensilios de loza y, ya en el año
1500 a.C., envases de vidrio. Se ha descubierto un envase etiquetado con
el nombre del fabricante, procedente de la antigua Roma, conteniendo un
ungüento.
El inicio de la industria
moderna del empaquetado está ligado a los métodos de preservación de alimentos.
Al principio se usaba la salazón y el ahumado, pero en 1795, consciente de que
“los ejércitos avanzan con el estómago”, Napoleón ofreció una recompensa a
quien inventara un método de conservación. Fue un pastelero, Nicholas Appert,
quien ganó el premio por inventar las botellas herméticas de cristal. Más tarde
utilizó envases de hojalata.
Esto fue el comienzo del
enlatado, que otros desarrollaron después (véase Envasado). En
Inglaterra, John Hall y Bryan Donkin fabricaron envases sumergiendo placas de
hierro en estaño para hacerlas inoxidables, y soldándolas para formar botes
conocidos como ‘latas’, muy pesadas, siendo necesario un martillo y un punzón
para abrirlas. En el último siglo las latas se han hecho más ligeras y se ha
inventado el abrelatas, y posteriormente se han desarrollado los sistemas de
apertura con anillas extraíbles o unidas al envase para bebidas enlatadas.
La refrigeración y la
cocina con microondas han tenido una influencia notable en los empaquetados. Se
han desarrollado envases de cartón con barnices que evitan que el producto se
pegue cuando se congela, así como envoltorios que resisten su introducción en
hornos convencionales y de microondas para satisfacer los hábitos alimenticios
modernos. Los plásticos han desempeñado un papel importante. Las películas de
plástico sirven de aislamiento del aire; los envases de plástico pueden adoptar
una infinidad de formas, y las fibras de plástico se pueden tejer de modo
especial para dar consistencia y seguridad a los pesados sacos para
fertilizantes.
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EMPAQUETADO Y MEDIO AMBIENTE
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Con la aparición de los
supermercados, el empaquetado se ha desarrollado para permitir el autoservicio
de los clientes. Una vez que ha cumplido su función de proteger su contenido,
de la fábrica al hogar, los envases se desechan como basura doméstica. Esta
basura supone el 4 o 5% del total de los desechos del mundo occidental. Ello
está provocando una concienciación considerable sobre el medio ambiente. La
Unión Europea y otros países han introducido legislaciones para tratar de
reducir el desecho de envases y promover los materiales reciclados. Los envases
usados pueden recogerse y reciclarse en nuevas botellas, papel, películas y
latas. En sistemas de circuito cerrado pueden lavarse y reutilizarse.
Dependiendo de la naturaleza de los materiales, los desechos se pueden
incinerar, aprovechándose el calor generado, y pueden servir de abono o para el
relleno de tierras. La mejor solución para el medio ambiente depende del tipo
de envases, sus contenidos y las características de la zona de su vertido. Por
ejemplo, transportar una botella retornable a una gran distancia, supondría un
consumo excesivo de combustible, en comparación con los materiales y energía
que se pueden ahorrar. En estos casos se utiliza el ‘análisis de ciclo vital’. Véase
Eliminación de residuos sólidos.
Las consideraciones medioambientales
son responsables de la tendencia a fabricar empaquetados lo más ligeros posible
sin reducir sus cualidades conservantes. El nuevo camino a seguir son los
envases rígidos para líquidos (por ejemplo, líquidos de limpieza) y algunos
sólidos (como los cereales), las botellas de paredes finas, las latas ligeras y
los envases de vidrio poco pesados.