Globalización




Marshall McLuhan
Mucho antes de que existiera Internet, el escritor canadiense Marshall McLuhan ya anunció las consecuencias que traerían las nuevas tecnologías. Su teoría "el medio es el mensaje" se ha convertido en un lema de la comunicación. Otra de sus visionarias interpretaciones consistió en advertir que se caminaba hacia la "aldea global", el mundo entero sería un pueblo enorme debido a las conexiones electrónicas, y esto podría llevar a una cultura y un pensamiento únicos.


Globalización, concepto que pretende describir la realidad inmediata como una sociedad planetaria, más allá de fronteras, barreras arancelarias (véase Aranceles), diferencias étnicas, credos religiosos, ideologías políticas y condiciones socio-económicas o culturales. Surge como consecuencia de la internacionalización cada vez más acentuada de los procesos económicos, los conflictos sociales y los fenómenos político-culturales.
En sus inicios, el concepto de globalización se ha venido utilizando para describir los cambios en las economías nacionales, cada vez más integradas en sistemas sociales abiertos e interdependientes, sujetas a los efectos de la libertad de los mercados, las fluctuaciones monetarias y los movimientos especulativos de capital. Los ámbitos de la realidad en los que mejor se refleja la globalización son la economía, la innovación tecnológica y el ocio.
La caída del Muro de Berlín y la desaparición del bloque comunista ha impuesto una acusada mundialización de nuevas ideologías, planteamientos políticos de 'tercera vía', apuestas por la superación de los antagonismos tradicionales, como 'izquierda-derecha', e incluso un claro deseo de internacionalización de la justicia.
En todos los países crece un movimiento en favor de la creación de un tribunal internacional, validado para juzgar los delitos contra los derechos humanos, como el genocidio, el terrorismo y la persecución política, religiosa, étnica o social.

HISTORIA DE LA GEOGRAFÍA




Cientos de personas han contribuido al desarrollo de la geografía y el fruto de su trabajo se ha ido acumulando durante varios milenios. Muchos viajeros, topógrafos, exploradores y observadores científicos realizaron su aportación a este cúmulo de información en constante crecimiento. Sin embargo, sólo a partir de finales del siglo XVIII fue posible recoger y consignar una información geográfica precisa y real. El moderno concepto de geografía no tuvo una aceptación general hasta mediados del siglo XIX.
4.1
Geógrafos antiguos
Mapa tolemaico de Geografía
La Geografía de Tolomeo, a pesar de sus graves incorrecciones, cartografió el mundo conocido en su época a través de un sistema basado en la longitud y la latitud, que influyó en los cartógrafos del renacimiento.

A los primeros geógrafos les interesaba explorar los territorios desconocidos y describir los rasgos que observaban en los diferentes lugares. Estos geógrafos de la antigüedad realizaron largos viajes y anotaban sus observaciones sobre las tierras desconocidas que recorrían. Uno de los primeros mapas conocidos se realizó en una tabla de arcilla en Babilonia, hacia el 2300 a.C. Hacia el año 1400 a.C. se recorrieron las costas del Mediterráneo y se representaron en mapas las tierras exploradas. Durante los siguientes mil años, los antiguos viajantes llegaron a las islas Británicas y exploraron la mayor parte de las costas africanas. Por otro lado, los antiguos griegos proporcionaron al mundo occidental sus primeros conocimientos importantes sobre la forma, tamaño y características generales de la Tierra.
En el siglo IV a.C., el filósofo y científico griego Aristóteles fue el primero en demostrar que la Tierra era redonda. Basaba su hipótesis en los siguientes argumentos: que toda la materia tiende a caer hacia un centro común; que la Tierra proyecta una sombra circular sobre la luna durante los eclipses de luna; y que si se viaja de Norte a Sur pueden verse nuevas constelaciones, mientras que las conocidas desaparecen. El geógrafo griego Eratóstenes fue el primero que calculó con cierta precisión la circunferencia de la Tierra.
Los viajes, conquistas y actividades colonizadoras de los griegos en la región mediterránea dieron lugar a una acumulación de información geográfica considerable y estimularon los tratados de geografía. El geógrafo e historiador griego Estrabón escribió una enciclopedia de 17 volúmenes, titulada Geografía, que fue una importante fuente de información para los jefes militares y los administradores públicos del Imperio romano.
En el siglo II d.C., el astrónomo griego Tolomeo recopiló la mayor parte del saber geográfico de los griegos y romanos que se conocía hasta esa época. También propuso nuevos métodos de realización de mapas, que incluían la proyección y la creación de un atlas. En su célebre Guía geográfica, Tolomeo dividió el círculo ecuatorial en 360º y construyó una red imaginaria de líneas norte-sur y este-oeste donde localizaba la posición relativa de las masas de tierra conocidas, tanto islas como continentes. A pesar de que utilizó mediciones menos precisas de la circunferencia terrestre que las que había empleado Eratóstenes, Tolomeo contribuyó a la ciencia geográfica con mapas y descripciones muy útiles del mundo conocido. Sus mapas indicaban con claridad los problemas que suponía el representar la Tierra de forma esférica en una superficie plana.
4.2
Geografía medieval
Mapa de Mercator
La proyección cartográfica de Mercator es una de las más conocidas; fue introducida por este cartógrafo flamenco en 1569, e ideada fundamentalmente para la navegación náutica. Conceptualmente, se trata de una proyección cilíndrica, si bien debe derivarse matemáticamente. Tiene la propiedad de que todos los rumbos aparecen como líneas rectas. Como contrapartida, cabe señalar que este tipo de proyección amplía en exceso las superficies de las zonas situadas en las latitudes altas, por lo que es de escasa utilidad para otros propósitos distintos a los de la navegación y para la representación de áreas alejadas del ecuador. Este mapa del Nuevo Mundo fue trazado por Gerardus Mercator en el siglo XVI.

En la edad media los europeos realizaron pocos viajes y exploraciones, a excepción de los vikingos de Escandinavia. Sin embargo, los árabes de Oriente Próximo interpretaron y comprobaron las obras de los antiguos geógrafos, griegos y romanos, y exploraron Asia suroccidental y África. En el siglo VII, los eruditos árabes tradujeron los tratados de los geógrafos griegos al árabe. Hubo que esperar a que estos textos árabes se tradujeran al latín para que el saber de los geógrafos griegos se difundiera por Europa. Entre las figuras más sobresalientes de la geografía árabe destacan al-Idrisi, conocido por sus detallados mapas, Ibn Batuta e Ibn Jaldún, que escribieron sobre sus largos viajes. Los mongoles y los chinos también contribuyeron a aumentar el conocimiento geográfico de Asia.
Ibn Batuta
En el momento de su muerte, Ibn Batuta era probablemente la persona que más había viajado a lo largo y ancho de la Tierra. Su periplo se inició con la peregrinación a La Meca y continuó con varios viajes por el Viejo Continente europeo, Asia y África; en los que visitó los lugares fundamentales de las grandes civilizaciones.

Los viajes del explorador italiano Marco Polo, en el siglo XIII, las cruzadas cristianas, en los siglos XII y XIII, y los viajes españoles y portugueses para explorar nuevas tierras durante los siglos XV y XVI, abrieron nuevos horizontes a los europeos y estimularon la aparición de obras y tratados geográficos. En el siglo XV, Enrique el Navegante de Portugal impulsó y apoyó las exploraciones de las costas africanas y se convirtió en uno de los principales promotores de estudios geográficos. Asimismo, los viajes y cartas náuticas de Giovanni Caboto, Juan Díaz de Solís, Vicente Yáñez Pinzón, Juan de la Cosa y Américo Vespucio fueron fundamentales en los avances geográficos de la época. Entre los relatos de viajes y descubrimientos más destacados que se publicaron en el siglo XVI se encuentran los de Giambattista Ramusio, en Venecia, los de Richard Hakluyt en Inglaterra y los de Theodore de Bry en la actual Bélgica. Los viajes y estudios que se realizaron en este periodo probaron, sin que hubiera duda alguna, que la Tierra es una esfera. Antes de esto, muchas personas, sobre todo en el mundo cristiano, creían que la Tierra era plana.
4.3
La geografía desde el siglo XVII hasta el siglo XX
En la historia del método geográfico cabe destacar la obra Geographia generalis (Geografía general, 1650) del geógrafo alemán Bernhardus Varenius (Bernardo Varenio). El interés de esta obra radica en la distinción que establece entre geografía general y geografía especial (o regional); la primera de ellas la concibe como una geografía esencialmente física y astronómica, mientras que la geografía regional se centra en el estudio y comparación de las diferentes regiones de la Tierra, sus límites y rasgos característicos. Su obra constituyó un dogma indiscutible durante más de un siglo.
Durante la primera mitad del siglo XVII destacó la obra del geógrafo inglés Nathaniel Carpenter, que recalcó las similitudes espaciales, entre las características físicas de las distintas superficies de la Tierra. Su enfoque se convirtió en un hito geográfico de gran importancia.
Otros muchos autores europeos contribuyeron a aumentar el conocimiento geográfico durante los dos siglos siguientes. En el siglo XVIII, el filósofo alemán Immanuel Kant desempeñó un papel decisivo al colocar a la geografía en el marco de las ciencias. Kant dividió el conocimiento adquirido a través de la observación en dos categorías: una comprende los fenómenos registrados de conformidad con la lógica, lo que da lugar a clasificaciones como órdenes, géneros y especies vegetales y animales, sin importar cuándo o dónde tienen lugar. La otra incluye los fenómenos que se perciben en términos de tiempo y espacio; la clasificación y descripción que tiene en cuenta el tiempo se considera historia, y la clasificaciòn y descripción que tiene en cuenta el espacio se considera geografía. Kant subdividió la geografía en seis ramas, una de las cuales, la geografía física, es esencial para las otras cinco. Las otras ramas señaladas por Kant fueron la geografía matemática, la moral, la política, la comercial y la tecnológica.
Alexander von Humboldt y Carl Ritter, ambos alemanes, realizaron grandes contribuciones a la teoría geográfica a principios del siglo XIX. Humboldt, que fue un gran viajero y un brillante observador del terreno, aplicó sus conocimientos sobre los procesos físicos a la clasificación sistemática y a la descripción comparativa de las características geográficas observadas en el terreno. Concibió métodos para medir los fenómenos que observaba en el marco natural desde una perspectiva histórica, interesándose por su evolución y cambios. Este hecho supuso una ruptura con el pensamiento dominante hasta ese momento, que consideraba la naturaleza como algo estático e inamovible. Humboldt realizó muchos estudios geográficos excelentes basados en sus viajes a América, que ayudaron a conocer la realidad geográfica de este continente. Es muy conocida su obra Viajes a las regiones equinocciales de América. Su obra Cosmos (1844), que describe la geografía física del Universo, se considera una de las mejores obras geográficas de todos los tiempos.
El punto de vista de Ritter difiere en parte del de Humboldt. Mientras que este último se centraba en el estudio sistemático de los rasgos físicos considerados de manera independiente, Ritter respaldaba un enfoque regional de la geografía; hizo hincapié en el estudio comparativo de áreas determinadas y en los rasgos que caracterizaban a cada una de ellas, pero prestando mucha menos atención a los aspectos físicos y poniendo el acento en los fenómenos sociales e históricos, con el fin de establecer relaciones entre el medio físico y el hombre. Su obra en 19 volúmenes, La geografía y su relación con la naturaleza y la historia de los hombres (1822-1859), es un análisis geográfico excelente de Asia y de algunas partes de África. Ritter fue un agudo observador del terreno, con una buena base en ciencias naturales e historia. Denominó a su trabajo geografía comparada, ya que su conocimiento procedía de la observación y comparación de un hecho concreto, a partir del cual llegaba a establecer leyes y principios. Ritter creía que sin análisis regionales sistemáticos no era posible realizar ningún estudio fiable.
Otro geógrafo alemán, Friedrich Ratzel, también realizó una importante aportación al conocimiento geográfico. Célebre por su obra Antropogeografía (1882-1891), intentó demostrar que las fuerzas naturales han determinado la distribución de las personas en la Tierra. Describió la geografía como ciencia de distribución y apoyó el estudio de áreas concretas, de las cuales afirmaba que podían proporcionar las bases para realizar generalizaciones sobre áreas más extensas o sobre el mundo en su totalidad. Los geógrafos alemanes Ferdinand von Richthofen y Alfred Hettner recogieron las ideas de Humboldt, Ritter y Ratzel; Geografía: su historia, su naturaleza, y sus métodos (1927), de Hettner, es una obra de gran valor sobre la historia de los métodos geográficos.
Entre los geógrafos franceses de finales del siglo XIX destaca Paul Vidal de la Blache, que se opuso a la idea de que el medio físico determina de un modo estricto las actividades humanas. Él defendió que el ser humano podía modificar su entorno físico. Favoreció los estudios regionales, dando importancia tanto a los procesos físicos como a los humanos en la distribución de los elementos de la Tierra.
En el siglo XIX, con el desarrollo del imperialismo europeo que permitió el conocimiento de nuevos territorios, surgieron y proliferaron muchas sociedades geográficas. Fueron muchos los que patrocinaron estudios geográficos, exploraciones y revistas geográficas. Las sociedades más antiguas de este tipo se fundaron en París, Berlín y Londres (Real Sociedad Geográfica), entre 1820 y 1830. En los Estados Unidos se fundó la Sociedad Geográfica Estadounidense en 1851 y la Sociedad Nacional Geográfica en 1888. Desde 1876 existe la Real Sociedad Geográfica de Madrid. Se iniciaron también las conferencias internacionales geográficas en 1871, en Amberes, Bélgica.
4.4
El siglo XX
Imagen SIG
Un Sistema de Información Geográfica (SIG) es un sistema informático que sintetiza, analiza y representa los diferentes tipos de datos geográficos de una forma comprensible. Esta imagen generada por SIG muestra las localizaciones de las industrias que emiten productos químicos tóxicos en el condado de Los Ángeles en Estados Unidos (representadas por puntos negros), combinadas a su vez con áreas de diferente código de color, que muestran la distribución de los diferentes grupos raciales. La imagen ilustra cómo un SIG puede combinar ambos datos y representar muchos tipos de información para una determinada área geográfica.

Durante la primera mitad del siglo XX, muchos geógrafos continuaron la tradición de los antiguos pioneros de la geografía. Realizaban estudios de pequeñas áreas por todo el mundo, a través de observaciones sobre el terreno, extendiendo las fronteras del conocimiento geográfico, pero manteniendo los métodos heredados del siglo XIX. Sin embargo, a comienzos de la década de 1950, los geógrafos comenzaron a utilizar cada vez más los métodos cuantitativos. El cambio en la metodología que tuvo lugar en las décadas de 1950 y 1960 fue tan rápido que se ha hablado de revolución cuantitativa. Los geógrafos ampliaron sus esfuerzos en la búsqueda de aplicaciones prácticas para los estudios geográficos.
Los métodos cuantitativos fueron especialmente útiles al aplicarlos a la teoría de la localización, una rama de la geografía que estudia los factores que influyen en la localización de elementos como ciudades o fábricas. El economista y terrateniente Heinrich von Thünen fue el iniciador de la teoría de la localización; el geógrafo alemán Walter Christaller hizo, por su parte, importantes aportaciones a esta teoría en la década de 1930, al analizar la localización de los centros urbanos, pero sus teorías no cobraron valor hasta veinte años después.
En la década de 1960, la geografía se dividió en diferentes escuelas de pensamiento. Surgieron, a menudo, desacuerdos entre los eruditos de las diferentes escuelas: por un lado, las que apoyaban los métodos cuantitativos y, por otro, las que defendían un enfoque descriptivo. Sin embargo, desde la década de 1970, los diferentes métodos se combinan y aplican a las nuevas áreas del estudio geográfico.
Las computadoras (ordenadores) se han convertido en un instrumento de gran utilidad en geografía. En la década de 1960, el gobierno canadiense construyó el primer Sistema de Información Geográfica (SIG), un sistema informático que graba, almacena y analiza la información geográfica. Estos sistemas informáticos pueden crear imágenes de un área en dos o tres dimensiones que se utilizan como modelos en los estudios geográficos. Se diseñan para procesar grandes cantidades de datos y ayudan a los científicos a realizar sus investigaciones de un modo mucho más rápido y con mayor precisión. El SIG tiene muchas aplicaciones en la administración y en los negocios. A comienzos de la década de 1990 estaban funcionando, aproximadamente, 100.000 sistemas de este tipo.

MÉTODOS GEOGRÁFICOS




MÉTODOS GEOGRÁFICOS

El objetivo principal de los geógrafos es describir y entender el medio físico y humano en la Tierra. Para conseguirlo deben recogerse numerosos datos, anotar los resultados de los estudios en forma de cartas, gráficos, textos y, sobre todo, en mapas y, finalmente, analizar dicha información. Los geógrafos utilizan una gran variedad de técnicas e instrumentos para alcanzar estos objetivos.
3.1
Recogida de datos
Teledetección
Los satélites estadounidenses Landsat giran en órbitas situadas a 900 km de la Tierra, y llevan detectores multiespectrales que registran la radiación electromagnética emitida desde el suelo. Esto permite observar características geológicas y naturales como roca desnuda, tierra o fango (gris), masas de agua (azul oscuro), bosques (caoba) y tierras de cultivo o praderas (rojo claro). Estas tres imágenes de los alrededores del volcán Saint Helens, en Estados Unidos, que entró en erupción en 1980, fueron tomadas el 15 de septiembre de 1973 (izquierda), el 22 de mayo de 1983 (centro) y el 31 de agosto de 1988 (derecha) . El volcán está en el centro de las imágenes.

Los geógrafos pueden recoger datos directamente sobre el terreno u obtenerlos de fuentes de segunda mano, como los censos, los estudios estadísticos, los mapas y las fotografías. Los avances realizados desde la II Guerra Mundial en fotografía área, junto con la utilización de películas especiales y técnicas para obtener imágenes tridimensionales, han hecho posible que los geógrafos puedan realizar estudios más detallados sobre la Tierra y sobre sus recursos a través de la interpretación de fotografías aéreas (o fotointerpretación). Los geógrafos también utilizan los datos obtenidos a partir de radares, satélites artificiales, batiscafos y otros aparatos que profundizan en la corteza terrestre para obtener información sobre sus características.
3.2
Realización de mapas
Mapa climático de Sudamérica
El clima de Sudamérica es cálido en general; la cordillera de los Andes es la única zona del subcontinente donde hay temperaturas frías constantes a causa de su altitud. Por lo general, el clima varía dependiendo de las regiones: abundantes precipitaciones alimentan las selvas ecuatoriales amazónicas, mientras que hay severas sequías en regiones áridas como el desierto de Atacama, en Chile.

El mapa es el principal instrumento del geógrafo y puede utilizarse para consignar un simple dato o los resultados de un complicado estudio geográfico. Además de proporcionar una gran profusión de información objetiva, el mapa permite realizar una comparación visual entre diferentes áreas, ya que puede diseñarse para indicar, por medio de símbolos, tramas y colores, no sólo la localización sino también las características de los elementos geográficos de un área.
Los geógrafos han creado una serie de signos convencionales o símbolos en los mapas que sirven para identificar elementos como casas, iglesias, presas, puentes y túneles, vías de ferrocarril, caminos, carreteras, minas, granjas o pastizales.
3.3
Análisis de la información geográfica
Reservas mundiales de petróleo
Casi el 60% de las reservas mundiales de petróleo se encuentran en Oriente Próximo. En esta región destaca Arabia Saudí, con casi el 40% de las reservas regionales.

Las técnicas que utilizan las matemáticas o la estadística para analizar los datos se conocen como métodos cuantitativos. La utilización de los métodos cuantitativos hace posible que los geógrafos puedan manejar una gran cantidad de datos y un gran número de variables de un modo objetivo. Generalmente, los geógrafos recogen los datos y elaboran una teoría para explicar lo que han observado. Después comprueban esta teoría utilizando los métodos cuantitativos. A veces, las teorías se expresan a modo de expresiones matemáticas a las que se las denomina modelos. Sin embargo, en geografía las teorías no tienen necesariamente una validez universal sino que explican una tendencia de algo que se ha observado y, a menudo, en un espacio concreto.

RAMAS DE LA GEOGRAFÍA




La geografía puede dividirse en dos ramas fundamentales: la geografía general, también llamada sistemática, y la geografía regional. La geografía general estudia los elementos humanos y físicos de la Tierra con un carácter individual. La geografía regional estudia las diversas áreas de la tierra y se centra, sobre todo, en las combinaciones únicas y particulares de rasgos humanos y físicos que caracterizan cada región y las diferencian unas de otras. Esta división se basa, por tanto, en el enfoque de los estudios aunque, en realidad, las dos ramas son interdependientes y se complementan, por lo que la mayoría de los geógrafos combinan ambas geografías.
2.1
Geografía general
La geografía general incluye la geografía física y la geografía humana. Estas dos clasificaciones se componen, a su vez, de diversos campos especializados que estudian los diferentes aspectos del medio.
2.1.1
Geografía física
Mapa meteorológico

La geografía física se centra en los siguientes campos: geomorfología, que utiliza la geología para estudiar la forma y estructura de la superficie terrestre; climatología, en la que se encuentra la meteorología, que se ocupa de las condiciones climáticas; biogeografía, que utiliza la biología y estudia la distribución de la vida animal y vegetal; geografía de los suelos, que estudia su distribución; hidrografía, que se ocupa de la distribución de los mares, lagos, ríos y arroyos en relación con su utilización; oceanografía, que estudia las olas, las mareas, las corrientes oceánicas y los fondos marinos, y la cartografía o realización de mapas a través de una representación gráfica y medición de la superficie terrestre.
2.1.2
Geografía humana
Esta rama abarca todos los aspectos de la vida social humana en relación con el medio físico, dando lugar a numerosas subramas como la geografía económica, la geografía de la población, la geografía social o la geografía urbana, entre muchas otras.
2.2
Geografía regional
La geografía regional estudia las diferencias y similitudes de las regiones de la Tierra. Esta rama de la geografía explica las diferencias entre los lugares mediante el estudio de la especial combinación de elementos que los distingue y caracteriza. Los geógrafos regionales pueden estudiar la evolución de un área de pequeñas dimensiones, como puede ser una ciudad. Este estudio se denomina microgeografía. También pueden centrarse en el estudio de grandes áreas denominadas macrodivisiones, como la región mediterránea o todo un continente. Los geógrafos regionales definen las macrodivisiones en función de sus características culturales.
Los geógrafos regionales pueden dividir las macrodivisiones en áreas de menor tamaño que comparten unas características específicas. Para diferenciar un área de otra tienen en cuenta factores como la lengua, el tipo de economía dominante, el terreno, o la combinación de varios elementos.

Geografía




Alegoría de la geografía
Este manuscrito miniado, perteneciente a una amplia colección denominada Tratado de las artes liberales, fue realizado en el siglo XV y en la actualidad se halla en la Biblioteca Nazionale Marciana de Venecia, Italia. En él se expresa, a través de la figura de una mujer sedente con un globo terráqueo en su mano, la característica básica de la geografía como saber (el Sol ilumina por detrás el conjunto) que explica los elementos que componen la superficie terrestre.

Geografía, ciencia que estudia la distribución y la disposición de los elementos en la superficie terrestre. La palabra geografía fue adoptada en el siglo II a.C. por el erudito griego Eratóstenes y significa literalmente 'descripción de la Tierra'. El estudio geográfico comprende tanto el medio físico como la relación de los seres humanos con ese medio físico, es decir, los rasgos propiamente geográficos como el clima, los suelos, las formas del relieve, el agua o las formaciones vegetales, junto con los elementos que estudia la geografía humana, como son las entidades de población, las diferentes culturas, las redes de comunicación y otras modificaciones realizadas por el hombre en el entorno físico. Se trata, pues, de una ciencia interdisciplinar que utiliza información propia de otras ciencias como la economía, la historia, la biología, la geología o las matemáticas, entre otras.

Folclore




Carnaval de Tlaxcala, México
Un grupo celebra la festividad del Carnaval en la ciudad de Tlaxcala, México. Además de los vestidos y disfraces, la danza es una de las costumbres más arraigadas en la historia de los tlaxcaltecas, pueblo aliado de Hernán Cortés en la conquista de México.

Folclore, término general que abarca creencias, costumbres y conocimientos de cualquier cultura transmitidos por vía oral, por observación o por imitación. Este conjunto de material se conserva y transmite de generación en generación con constantes cambios según la memoria, la necesidad inmediata o el propósito del transmisor. El término folclore fue acuñado en 1846 por el anticuario inglés William John Thoms para sustituir el concepto de antigüedades populares.
2
FOLCLORE Y CULTURA POPULAR
Los folcloristas actuales distinguen entre el folclore auténtico y otras manifestaciones culturales como las canciones populares o las historias o leyendas del pasado. Este tipo de material, considerado a menudo por los medios de comunicación como parte de la herencia folclórica, es definido por algunos folcloristas como conocimiento popular o cultura popular. Sin embargo la tradición folclórica y la popular se solapan, las formas populares utilizan de modo continuo formas genuinamente folclóricas para inspirarse y el conocimiento popular a veces llega a ser tan conocido que los grupos folclóricos lo adaptan a su tradición oral.
3
ORÍGENES Y TIPOS DE FOLCLORE
Los estudiosos consideran que el folclore no se limita a las comunidades rurales, sino que también aparece en las ciudades y que, en vez de extinguirse, continúa siendo parte activa del aprendizaje de todos los grupos, desde las unidades familiares a las nacionales, aunque con formas y funciones diferentes. El folclore como actividad recreativa y conjunto de afirmaciones y creencias no verificables sigue vivo. Los diferentes objetivos y procedimientos de investigación de antropólogos, sociólogos, psicólogos, lingüistas y escritores han modificado considerablemente la tendencia anterior a considerar la literatura y las costumbres folclóricas como algo extravagante y romántico o como algo inferior a la cultura tradicional. El folclore ha llegado a ser considerado como parte del proceso de aprendizaje humano y como fuente importante de información para la historia de la humanidad.
El material folclórico puede clasificarse en cinco grandes áreas: creencias, costumbres, relatos, canciones y refranes, y arte popular. Las creencias populares engloban todo tipo de ideas sobre los temas que por tradición han preocupado al hombre, desde la causa y curación de enfermedades hasta la especulación sobre la vida después de la muerte, así como supersticiones, magia, adivinación, brujería y apariciones fantasmales o de criaturas fantásticas y mitológicas. Las costumbres comprenden todo el material relativo a modos en festejos, juegos y danzas, aunque también se refieren a las relativas a cocina y vestimenta. Los relatos abarcan baladas y diferentes formas de cuentos tradicionales y música tradicional, basados a veces en personajes reales o acontecimientos históricos. Entre las canciones y refranes se encuentran nanas y rimas infantiles, trabalenguas y acertijos. El arte popular abarca cualquier manifestación artística creada por el pueblo de forma anónima y que expresa el carácter de su vida en comunidad.
4
PRIMEROS ESTUDIOS FOLCLÓRICOS
El estudio formal del folclore comenzó hace unos 300 años. Entre los primeros libros que trataron este tema se encuentran Traité des superstitions (Tratado de las supersticiones, 1679), obra del francés Jean Baptiste Thiers y Miscellanies (Misceláneas, 1696), del inglés John Aubrey sobre las creencias y costumbres populares relativas a augurios, sueños, premoniciones y fantasmas.
El primer libro importante sobre el folclore fue Antiquitates Vulgares (Antigüedades vulgares, 1725), obra del sacerdote británico Henry Bourne, donde resume las costumbres populares de las celebraciones religiosas. El libro Reliquias de la poesía antigua inglesa (3 volúmenes, 1765), editado por el poeta, anticuario y obispo inglés Thomas Percy, contiene una colección importante de baladas inglesas y escocesas. En 1777 el anticuario y sacerdote inglés John Brand publicó Observaciones sobre las costumbres populares de Gran Bretaña. El libro catalogaba y describía el origen de muchas costumbres del país y se convirtió en el libro de referencia del folclore británico.
En Alemania los pioneros en el estudio del folclore fueron el filósofo Johann Gottfried von Herder y los filólogos Jacob y Wilhelm Grimm. Herder publicó en 1778 una colección de canciones populares alemanas y los hermanos Grimm recopilaron los Cuentos populares alemanes (2 volúmenes, 1812-1815).
En España los estudios metódicos sobre el folclore español los inició en 1885 A. Machado y Álvarez, y en 1922 A. Guichot y Sierra publicó su libro Noticia histórica de folclore, sobre folclore en Europa, y en especial en España. En 1931 apareció Folclore y costumbres de España, de Navasmés y en 1947 el Manual del folclore de L. Hoyos Sáinz.
5
ESTUDIOS MODERNOS
Durante el siglo XIX y principios del XX, la recopilación y el análisis del folclore atrajo cada vez más la atención de los investigadores europeos. Numerosas revistas y sociedades se dedicaron a registrar y a conservar la herencia folclórica existente. En el siglo XIX la investigación del filólogo alemán Theodor Benfey estableció las bases del estudio comparativo en este campo. Sus teorías fueron adoptadas por investigadores como el clasicista y folclorista escocés Andrew Lang, autor de Costumbres y mitos (1884) y Mitos, literatura y religión (2 volúmenes, 1887), y el antropólogo británico James George Frazer, autor de La rama dorada (1890, ampliada a 13 volúmenes en 1915). Se trata de obras decisivas para el estudio antropológico del folclore.
Ya en 1905 estudiosos daneses utilizaron el gramófono de Edison para registrar canciones de Dinamarca, Groenlandia y las islas Feroe. Entre los principales folcloristas escandinavos se encontraba el finlandés Antti Aarne, que colaboró en el desarrollo de procedimientos para establecer los elementos, el lugar de origen y la fecha aproximada de los cuentos populares. En 1910 Aarne creó un importante sistema para realizar un índice sobre cuentos populares, que posteriormente fue traducido y ampliado por el folclorista estadounidense Stith Thompson en su obra Tipos de cuentos populares (1928).
6
SOCIEDADES FOLCLÓRICAS
En Europa y Estados Unidos estas sociedades se encargan de fomentar la recopilación (mediante grabación en cinta y fotografía) y la clasificación del material folclórico. Entre este tipo de sociedades de investigación (que han ayudado a convertir el estudio del folclore en una herramienta valiosa para la investigación antropológica, etnológica y psicológica, así como en un campo de investigación en sí mismo) se encuentran la English Folklore Society, creada en 1878; la Société Française des Traditions Populaires, que en 1886 comenzó a publicar en Francia la Revue des Traditions Populaires (Revista de tradiciones populares) y la American Folklore Society, fundada en 1888.
Otras organizaciones internacionales importantes son la Folklore Fellows, fundada en 1907 en Helsinki (Finlandia), que en sus Folklore Fellows Communications ha publicado unos 200 artículos con más de 40 índices, y la International Society for Folk-Narrative Research, fundada en 1959 en Turku (Finlandia). En España los estudios sobre folclore español se realizan en el Instituto del Folclore y Tradiciones Populares que depende del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y en el Museo del Pueblo español de Madrid. Dentro del folclore regional hay que destacar el trabajo del antropólogo Caro Baroja.
En América Latina el término folclore se empezó a utilizar en la década de 1870. Lo empleó el investigador Francisco García Icazbalceta en México, en un discurso titulado “Provincialismos mexicanos”, en 1885, pero también Eduardo de la Barra, en 1894 en Chile, donde proyectó fundar lo que llamó Folclore Chileno. En 1895 el intelectual Arístides Rojas, en Venezuela, publicó Contribuciones al folclore venezolano. El tema adquirió mayor relieve en 1906, cuando el especialista Nicolás León incluyó una lección sobre folclore en sus cursos de etnología impartidos en el Museo Nacional (hoy Museo Nacional de Antropología) en México. Fue en 1909, en Chile, cuando se creó la primera sociedad folclórica del país. En México, apareció una sociedad en 1914. El interés por el folclore ha pasado por distintas etapas y ha ido adquiriendo una importancia creciente con el paso de los años. Coincidiendo con la década de 1930 se produjo una multiplicidad de iniciativas y propuestas: en México, el folclorista Rubén Campos publicó varias obras, entre ellas El folclore y la música mexicana (1928) y El folclore literario de México (1929), a las que siguieron la importante El folclore en México (1933) de la estudiosa María Luisa de la Torre. La revista Ethnos dirigida por el sociólogo Pablo González Casanova ha sido una gran impulsora de los temas folclóricos y promocionó estudios e investigaciones.
En 1938 aparecieron nuevas sociedades folclóricas en Argentina, Colombia y México, y en años posteriores aparecieron el Instituto de Investigaciones Folclóricas (1943) en Chile, el Instituto Nacional de la Tradición Argentina (1943) en Buenos Aires (que en 1960 se transformó en Instituto Nacional de Antropología) y el Servicio de Investigaciones Folclóricas Nacionales (1947) en Venezuela.
A partir de 1960, el desarrollo del folclore, las investigaciones, los estudios y las instituciones, en todos los países de América Latina, ha sido muy positivo y está recogiendo los resultados de muchos años de trabajo y varias generaciones de investigadores y estudiosos.


Espacio geográfico




Teoría del lugar central
La teoría del lugar central fue desarrollada para explicar la distribución espacial de los asentamientos humanos, que están provistos de unos servicios que satisfacen las demandas de su área de mercado circundante. El orden de los asentamientos, que determina una clasificación jerárquica, depende del número y clase de esos servicios. Como se observa en el diagrama de la izquierda, a menudo presentan una jerarquía complicada, porque las áreas de mercado (señaladas con líneas sólidas y discontinuas) de los distintos asentamientos se solapan. Este modelo básico, ideado por Walter Christaller, fue redefinido por varios investigadores, especialmente por August Lösch, que tuvo en cuenta otros factores, como la topografía de un región. El modelo o patrón resultante de las teorías de Lösch, en el diagrama de la derecha, muestra un paisaje menos regular.
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Espacio geográfico, concepto utilizado por la ciencia geográfica para definir el espacio organizado por la sociedad. “En su sentido más amplio, el espacio geográfico es la epidermis del planeta Tierra”, según Jean Tricard. El espacio geográfico posee dos dimensiones fundamentales, la locacional y la ecológica. De allí se definen dos grandes sistemas que interactúan entre sí y que conforman el espacio geográfico. Se trata del sistema espacial por un lado y del sistema ecológico-ambiental por el otro.
El espacio geográfico es organizado por la sociedad, quién transmite sus valores, en consecuencia se puede afirmar que el espacio es un producto social.
Desde un punto de vista histórico, el espacio geográfico es acumulativo en tanto posee las huellas de las diferentes sociedades que lo organizaron en el proceso histórico. En muchas regiones y en antiguas ciudades se superponen los espacios organizados por las sociedades medievales, imperiales, barroca o industriales en sus distintas etapas; a todo ello hay que agregar que en la actualidad está tomando forma una nueva organización del espacio producto de la sociedad de la información o del conocimiento.
El espacio geográfico posee diferentes escalas para su análisis, desde lo global, el espacio mundo, hasta lo local, el espacio de las identidades.
Tres visiones del espacio geográfico son necesarias para interpretarlo; la biótica, la abiótica y la antrópica.
El espacio geográfico es el objeto de estudio de la geografía, pero para su explicación, interpretación y generalización se requiere de una visión transdiciplinaria o interdisciplinaria.
Cada momento, cargado de historia, produce sus formas de organización, es decir su propia “lógica espacial”, racional para cada época.
Aquellas porciones del espacio geográfico que se encuentran bajo un orden administrativo llevan el nombre de territorio, conformado por municipios, estados, provincias y naciones.
El análisis del espacio geográfico puede desarrollarse desde distintas perspectivas; desde la teoría de la localización; desde la temporal (geografía histórica); desde las tecnologías; desde los conjuntos espaciales; desde la configuración de las redes y los movimientos, o a partir de la dualidad entre espacios urbanos y espacios rurales.
En la actualidad, el análisis del espacio geográfico presenta ante la globalización de la sociedad una interesante dicotomía. Por un lado el espacio mundial, caracterizado por redes y flujos globales y por otro el espacio de los lugares, espacio de las regiones, de las ciudades y de las identidades. Así, el espacio geográfico se observa entre lo global y lo local. El espacio debe ser entendido como una instancia, un hecho social, así como historia y estructura; y hoy día, como un espacio total.
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EL LUGAR Y LA LOCALIZACIÓN
El lugar, el sitio, es en la geografía la primera unidad de análisis, como lo es el átomo en la física o la célula en la biología. Desde el análisis del lugar y la localización comienza a tejerse la organización del espacio. Richard Harshorne decía que “la geografía es la ciencia de los lugares”. Sin embargo, todas las ciencias del territorio han mostrado una permanente preocupación por dilucidar las cuestiones concernientes a la localización de las actividades en el espacio. El sitio, es decir, el lugar que ocupan los objetos en el territorio, es el comienzo del eslabón del análisis espacial. ¿Qué mueve a los órganos de decisión a elegir, para localizar una actividad, un determinado sitio en lugar de otro?. Las razones que llevan a decidir las localizaciones varían en el tiempo. Así, existe una lógica de localización en la sociedad industrial y otra en la postindustrial. Muchas teorías han tratado de encuadrar el tema. Un concepto central hoy es el de sostener que la localización no es un problema estático sino dinámico, y el mismo varía en el tiempo. En la actualidad aparecen nuevos factores para la localización, con una preeminencia de los factores cualitativos sobre los cuantitativos, una mayor flexibilidad movidos por factores tecnológicos. La dotación de los lugares mueve a la competitividad de los mismos en los cuales se ponderan atributos territoriales específicos.
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TIEMPO Y ESPACIO
Lo temporal y lo espacial son dos condiciones a las que no escapa el ser humano. Ambas adquieren gran relevancia en el análisis del espacio. Una dimensión es histórica y surge del análisis de geografías pretéritas, es decir de cortes históricos que permiten conocer los grados de organización espacial de la sociedad en dichos periodos. Peter Haggett sostiene que el tiempo incide de manera trascendente en la organización del espacio. El tiempo de observación, aquel lapso que se analiza para detectar tendencias.
Otra dimensión es el análisis de la relación espacio-tiempo en la vivencia diaria de la sociedad. Los avances técnicos desde comienzos de la Revolución Industrial produjeron crecientes modificaciones en la relación espacio-tiempo. La globalización se caracteriza por la instantaneidad del funcionamiento de la sociedad mundial. Los modernos sistemas de transporte y comunicación hacen posible estos fenómenos. Infraestructura e infoestructura han revolucionado actualmente las relaciones sociales espacio-tiempo y modifican profundamente los criterios de localización y organización espacial.
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ESPACIO Y TECNOLOGÍA
Entre el espacio, el ambiente y la sociedad se encuentra la tecnología. El hombre modifica el espacio mediante la técnica. Para Milton Santos, “el espacio debe considerarse como un conjunto de relaciones realizadas a través de las funciones y de las formas que se presentan como testimonio de una historia escrita por los procesos del pasado y del presente. El espacio es entonces un verdadero campo de fuerzas cuya aceleración es desigual”. En ello tiene un papel fundamental la tecnología. La transición de la sociedad industrial a la del conocimiento muestra la influencia de la tecnología en las nuevas formas de organización del espacio. El espacio es medio técnico y científico.” El creciente contenido en ciencia y técnica del espacio conlleva una serie de consecuencias. La primera de ellas, es una nueva concepción y composición orgánica del espacio”.
Desde el barco de vapor, el ferrocarril, la navegación, el automóvil, hasta la aviación (esto es, la energía en sus diferentes formas), el espacio muestra las nuevas formas de producir y de consumir. El moderno jet, los satélites, la fibra óptica, las modernas comunicaciones, las redes informáticas, el fax, el correo electrónico, los ferrocarriles de alta velocidad y la robótica, junto a las autopistas inteligentes muestran a comienzos del siglo XXI un espacio geográfico dominado y “achicado” como nunca, debido a las nuevas tecnologías.
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CONJUNTOS ESPACIALES
Este concepto ha sido acuñado por la denominada geografía locacional para identificar las diferentes formas que adquieren los sistemas espaciales.
Para Peter Haggett, los principales componentes son los nodos, las redes, las jerarquías, los flujos y las superficies. Para Milton Santos, los cambios que el territorio experimenta en sus formas de organización, terminan por invalidar los conceptos heredados del pasado y obligan a renovar las categorías de análisis. Las categorías contenidas en el espacio son las de lugar, comarca, área, región, territorio, hábitat y paisaje.
El espacio funciona como un dato del proceso social. Los conjuntos espaciales están compuestos de dos componentes en permanente interacción; la configuración territorial y la dinámica social. La primera atiende a la disposición de los elementos naturales y antrópicos sobre el territorio. La segunda está integrada por un conjunto de variables económicas, culturales y políticas que dan significado a unos valores específicos del medio técnico creado por el hombre, es decir a la configuración territorial. El sistema de ciudades, de transportes y de comunicaciones, así como los sistemas regionales forman el armazón socioeconómico del espacio y aseguran la integración de los diferentes conjuntos espaciales.
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REDES, MOVIMIENTOS Y FLUJOS EN EL ESPACIO
Temas relacionados con las interacciones y relaciones espaciales. Las redes son el soporte de los movimientos, estos dependen de la interacción entre los lugares y los flujos permiten medir los intercambios de bienes, personas e información.
Las redes permiten la concentración o la desconcentración; son históricamente incompletas; pueden ser locales o globales; crear orden o desorden socioespacial; definen el trabajo y el capital; son técnicas y sociales. Existen elementos fijos en el espacio y flujos entre ellos. Los flujos de información son los que hoy estructuran el territorio. Asimismo, existen redes visibles e invisibles; las carreteras, vías navegables, ferrocarriles y comunicaciones por cable son las visibles, en tanto que las satelitales y las redes informáticas son las invisibles.
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ESPACIOS URBANOS
Bajo la denominación de espacios urbanos se designa a aquéllos de mayor transformación, antropización y dinámica creados por la sociedad. Los espacios urbanos organizados han evolucionado desde las aldeas y las ciudades hasta las metrópolis, las megalópolis, las metápolis y las regiones urbanas.
Pueden observarse dos escalas o niveles de análisis, las ciudades en el espacio y las ciudades como espacio. En el primer caso se definen los sistemas urbanos con sus rangos o jerarquías. En el segundo caso aparecen las funciones, las estructura, la morfología y la arquitectura. Ambas interaccionan entre sí y están compelidas a un cambio drástico. Las jerarquías urbanas responden a nuevos intereses y los sistemas urbanos son desarticulados según los nuevos recortes verticales y horizontales en el espacio. Las funciones varían y el nuevo perfil económico modifica los patrones de empleo o de vivienda, alternando la forma y la estructura.
La globalización ha dado origen al sistema mundial de ciudades (ciudades globales), verdaderos nudos en la cadena de relaciones múltiples que dan estructura a la vida socioeconómica del planeta. Las grandes tendencias alteraron las relaciones de las ciudades. El impacto de las transformaciones genera la dualización del espacio urbano, gestándose espacios brillantes y opacos yuxtapuestos, creando exclusión social y problemas de gobernabilidad. Para algunos tratadistas, las grandes tendencias pueden hacer desaparecer los espacios urbanos como forma específica de relación entre sociedad y territorio. Otros creen que es necesario reconstruir las ciudades a partir de articular lo global y lo local. Los espacios urbanos o urbanización implica la articulación espacial continua o discontinua de población y actividades.
La ciudad en cambio, implica un sistema específico de relaciones sociales, de cultura y sobre todo de instituciones políticas de autogobierno, como sostienen Jordi Borja y Manuel Castells.
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ESPACIOS RURALES
Es una división del espacio geográfico que se realiza desde el punto de vista funcional. En este sentido se advierten características diferentes en las actividades, densidad de población y flujos, dando una distinta fisonomía al espacio.
Bajo la denominación espacio rural se hace mención al ámbito donde se desarrollan las actividades agrícolas y ganaderas, lo cual da lugar a fuertes relaciones vinculadas a características climáticas y edáficas que condicionan el hábitat, o forma de distribución de la población y ocupación del espacio.
El espacio rural puede definirse por sus formas y por sus estructuras, por sus actividades agropecuarias y no agropecuarias dentro del área, así como por la actividad forestal y de esparcimiento. A su vez, se encuentra caracterizado por un tipo de hábitat, ya sea que se encuentre agrupado o disperso, por el uso del suelo y a veces por ciertos géneros de vida.
Asimismo, esta subdivisión del espacio mantiene vigente su relación con el grado de desarrollo de la sociedad, estableciendo diferencias entre el espacio rural de los países industriales, donde el límite entre espacio rural y urbano cada día es más difuso, mientras que ocurre lo contrario en sociedades con escaso avance tecnológico.
Desde fechas recientes se habla de “espacios abiertos”, por contraste con los extensos espacios urbanos. En los espacios abiertos, se cuenta la producción agraria, ganadera, forestal, los ambientes de montaña, la biodiversidad de los ecosistemas y los espacios protegidos.
La problemática del deterioro ambiental y del hábitat, la producción de alimentos, las inmigraciones o abandono del campo y la necesidad de compatibilizar el turismo en sus nuevas formas con la preservación de los ecosistemas ha llevado a diseñar políticas de ordenación del espacio rural, en el marco, más amplio, de la ordenación del territorio.

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