Danza en el Renacimiento




Danza en el Renacimiento
Danza en la aldea
Aunque durante el renacimiento empezó a surgir el fenómeno de la profesionalización de la danza, los bailes folclóricos han perdurado en casi todas las sociedades. Este grabado del siglo XVI, Danza en la aldea de Daniel Hopfer, muestra a un grupo de aldeanos descansando de sus tareas en el campo.


Renacimiento (danza), danza desarrollada y ejecutada en Europa en el periodo histórico conocido como renacimiento. En la Italia de finales del siglo XV, un renovado interés por el arte, la arquitectura y la literatura de la Grecia y la Roma antiguas dio pie a un nuevo nacimiento (renacimiento) de la cultura italiana. Esto fue promovido por los poderosos príncipes de los estados del norte de Italia, que además de poseer una amplia cultura, buscaban rodearse de lo mejor, no sólo para resaltar la imagen y el esplendor de su corte, sino porque ellos mismos amaban y practicaban las artes. El príncipe del renacimiento debía ser un soldado valiente y un gobernante firme y justo, y además un gran artista, músico y bailarín. La destreza en el baile le daría gracia, elegancia, dignidad y prestancia.
Por lo tanto, la danza estaba influenciada por la atmósfera del renacimiento italiano. Los maestros de baile seguían la pauta marcada por los artistas al crear danzas en las que los elaborados esquemas espaciales eran su principal característica. Para conseguir esto, el número de bailarines era limitado, y desaparecieron las danzas en filas y círculos tan comunes en la edad media. Las danzas de la Italia del siglo XV eran básicamente dos: la bassa danza, una derivación de una danza cortesana medieval de pareja en compás de 6/8, para dos o tres bailarines, y el ballo, una danza con mezcla de ritmos y que algunas veces incorpora elementos de la mímica. Los cuatro ritmos básicos eran la bassa danza (6/8), el saltarello (3/4), la guadernaria (4/4) y la piva (2/4).
Los esquemas espaciales continuaron dominando la danza italiana durante todo el siglo XVI, como puede verse en los trabajos de Fabritio Caroso (Il ballarino, 1581 y Nobilitá di dame, 1600), quien creó elegantes balli y balletti en los cuales los bailarines describen complejos dibujos. También los encontramos en los del maestro de baile Caesare Negri (Gratie d'amore, 1602), quien trabajó en Milán y mostraba una clara influencia española en sus balli, como por ejemplo en su spagnoleta y en su canario. El vocabulario de pasos aumentó considerablemente en esta época.
Aunque las danzas italianas eran conocidas en Francia e Inglaterra durante la segunda mitad del siglo XVI, las danzas más populares en estos países continuaban siendo procesionales. La velada en la corte empezaba con la majestuosa pavana, una danza que era una demostración de las joyas y riquezas de cada uno de los bailarines. Frecuentemente, a esta danza le seguía la gallarda, una danza en la cual el hombre demostraba sus cualidades técnicas, no sólo a su pareja, sino también a los asistentes, mientras que la dama le imitaba con pasos más sencillos y suaves. Un buen bailarín de gallarda era capaz de improvisar sus propias variaciones, que podían incluir grandes saltos, batidos y giros.
En este tiempo no existía una diferencia real entre la danza social y la teatral. En muchas de las espectaculares mascaradas que tenían lugar en las cortes europeas, se creaban coreografías especiales donde se utilizaban los pasos y ritmos más comunes del salón de baile y donde los bailarines eran las damas y los caballeros de la corte.

El Posmodernismo danza




El Posmodernismo danza

Posmodernismo (danza), movimiento que surge como rechazo de las teorías y prácticas del modernismo. Originalmente es una clasificación cronológica asociada con la labor específica de un grupo vanguardista de coreógrafos, artistas visuales y músicos que presentaron sus trabajos en la iglesia Judson Memorial en el Greenwich Village de Nueva York entre 1962 y 1964.
El Judson Dance Theater surgió del trabajo realizado por el músico Robert Dunn para una clase de coreografía que impartió en el estudio de Merce Cunningham desde 1960 hasta 1962. Estos artistas revisaron la naturaleza de la danza, cuestionando todos los aspectos de la ejecución y representación del trabajo coreográfico. Desde su primera actuación en julio de 1962, el grupo reflejó las preocupaciones que estaban presentes en el mundo del arte. Fueron particularmente influyentes las teorías filosóficas del existencialismo, el budismo zen y la fenomenología. El interés por la presencia e independencia del momento en una actuación y la exploración de las propiedades intrínsecas del medio de la danza fueron los ingredientes esenciales en el debate. Se rechazaron los sistemas formales de codificar movimientos, así como la imagen corporal especializada que éstos requerían. Los trabajos del grupo se centraban en la danza como tema único, la pureza del movimiento, sin la abstracción y adulteración que crea la persona del ejecutante.
Ivonne Rainier fue un miembro destacado del Judson Dance Theater y autora en 1965 de uno de sus más famosos manifiestos, definido por la escritora Sally Banes como la 'estética del rechazo'. La intención de Rainier era desmitificar y objetivar la danza, descartando todo lo superfluo. Dio una expresión concreta de este minimalismo en su obra TrioA (1966). Otros miembros eminentes del Judson Dance Theater fueron Trisha Brown, Lucinda Childs, David Gordon, Deborah Hay y Steve Paxton.
El término posmodernismo (en danza) se aplica también, de una forma general, al trabajo de artistas en Europa y Estados Unidos influidos por las creaciones del grupo original.

La danza Modernismo




La danza Modernismo
Isadora Duncan
La bailarina estadounidense Isadora Duncan se rebeló contra la rigidez de la danza clásica y defendió unos movimientos más libres que expresaran las emociones íntimas. Atraída por los ideales estéticos griegos, solía bailar descalza y ataviada con vestidos sueltos inspirados en las túnicas de diosas griegas, como el que lleva en esta fotografía.

Modernismo (danza), estilo desarrollado por un grupo de bailarines que a finales del siglo XIX y a principios del XX rompieron con las tradiciones previas y forjaron nuevas técnicas, teorías y estética en la danza. El término modernismo se utiliza en todas las artes y cubre una gran diversidad de teorías y prácticas. La importancia del individualismo, la abstracción y la entrega al arte del momento eran sus características comunes. Los pioneros de la danza moderna tienen, en algunos casos, poco en común además del rechazo de las tradiciones existentes y del deseo de reexaminar los principios fundamentales de la danza como medio de comunicación. Los orígenes del movimiento fueron internacionales y surgieron simultáneamente en todo el mundo occidental.
Estadounidenses como Loie Fuller e Isadora Duncan influyeron mucho en Europa mientras que europeos como Rudolf von Laban y Mary Wigman marcaron a los estadounidenses. Fuller explotó la capacidad de las nuevas tecnologías, al bailar en una nube de seda iluminada por los nuevos sistemas eléctricos de la iluminación teatral. El propósito de Duncan era utilizar los ideales del antiguo arte griego para inspirar formas más naturales de danza. Sin embargo, mientras Fuller transformaba su cuerpo en una flor o una mariposa, Duncan utilizaba el cuerpo humano como un instrumento de expresión emocional.
El trabajo de Rudolf von Laban como teórico y maestro fue mucho más importante que como bailarín o coreógrafo. En Europa, su análisis del movimiento humano y su sistema de notación de la danza (labanotación o kinetografía) proporcionó una base teórica para el estudio de la danza y su enseñanza. Su trabajo con grandes grupos de bailarines aficionados que formaban coros llegaba más allá de los límites de la representación teatral convencional, llevando la danza al público en grandes escenarios y a menudo al aire libre.
Una de sus asistentes en la docencia durante la I Guerra Mundial, en Suiza, fue Mary Wigman, que se convertiría en una de las más famosas bailarinas del movimiento modernista. Ella consolidó la autonomía de la danza como una forma de arte, trabajando con el silencio y con apoyos mínimos. Creó una poderosa forma de expresión emocional que frecuentemente exploraba el lado oscuro de la naturaleza humana sujeta por las fuerzas universales.
La estadounidense Martha Graham quiso también expresar la emoción a través del cuerpo en movimiento y desarrolló un coherente sistema de entrenamiento técnico para conseguir sus metas coreográficas. Algunos rasgos característicos de la técnica de Graham fueron la utilización de la contracción muscular y de la relajación para producir energía motora, y el juego con el peso del propio cuerpo.

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