El marcapasos es un producto sanitario eléctrico empleado en medicina capaz de acelerar el ritmo cardíaco en caso de una ralentización (bradicardia). Después de largos años en la mejora de la técnica, los marcapasos han llegado a ser sistemas seguros y fiables, haciendo de la medicación crónica una práctica totalmente superficial. Un marcapasos moderno tiene una vida estimada de entre 5 y 12 años. Posteriormente puede cambiarse muy fácilmente gracias a la estandarización (IS-1-standard) de las conexiones de los electrodos.
Los nuevos marcapasos tienen además otras funciones:
- Sincronización, por un problema de comunicación, entre la aurícula y el ventrículo (bloqueo-AV).
- Modificación de la frecuencia de los latidos para adecuarse a actividad corporal del portador (marcapasos de frecuencia adaptativa)
- Ayuda a evitar problemas de ritmo de la aurícula mediante sobreestimulación (paso preventivo).
- Grabación o seguimiento de las perturbaciones del ritmo cardiaco.
- Mejora de la función de bombeo del corazón mediante una estimulación del ventrículo izquierdo o de ambos en caso de un mal funcionamiento del ventrículo izquierdo y falta de riego (terapia de resincronización cardiaca).
Las funciones del marcapasos también se encuentran en el desfibrilador implantable, para devolver al corazón su ritmo correcto después de una descarga.
Este dispositivo electrónico envía impulsos al corazón para que mantenga el ritmo normal. Su implantación se realiza mediante una pequeña incisión debajo de la clavícula.
¿En que consiste los marcapasos?
Un marcapasos artificial es un dispositivo electrónico diseñado para producir impulsos eléctricos con el objeto de estimular el corazón cuando falla la estimulación fisiológica o normal. Estos impulsos, una vez generados, necesitan de un cable conductor (o electrocatéter) que se interponga entre ellos para alcanzar su objetivo. De esta forma, un sistema de estimulación cardiaca consta de un generador de impulsos eléctricos (o marcapasos propiamente dicho) y de un cable.
Los marcapasos, en general, están indicados para trastornos del ritmo cardíaco con disminución anormal de la frecuencia cardiaca. Y hay dos causas principales de una caída anormal de la frecuencia cardiaca:
- La incapacidad del nódulo sinusal de producir el suficiente número de impulsos por minuto: también llamado “síndrome del seno enfermo o enfermedad del nódulo sinusal”. Cuando falla el nódulo disminuye su frecuencia de disparo y a veces se producen pausas largas en las que el corazón deja de latir por espacio de unos segundos. La implantación del marcapasos está indicada si aparecen síntomas como síncope (pérdidas de conocimiento), insuficiencia cardiaca o angina, siempre que estos síntomas sean secundarios a la bradicardia (disminución de la frecuencia cardiaca).
- El fallo de la conducción de los impulsos producidos por el nódulo al músculo del corazón: Si se producen trastornos del nódulo A-V (aurículo-ventricular) y del sistema de conducción distal, la indicación de implantar un marcapasos depende de la gravedad de dicho trastorno y de los síntomas del paciente. Si existe un bloqueo aurículo-ventricular completo está indicado el marcapasos; si es de segundo grado, sólo se pondrá si hay síntomas, y si es de primer grado, no se implanta. Existen otras circunstancias en las que está indicado su uso.
Estos dos trastornos suelen ser el resultado de procesos degenerativos o ateroscleróticos.
Tipos de marcapasos
Marcapasos temporales: el generador no está implantado en el paciente, y pueden ser:
- Transcutáneos (generalmente incluidos en algunos desfibriladores): los electrodos se colocan sobre la piel, uno en la parte anterior del tórax (electrodo negativo) y otro en la espalda (electrodo positivo).
- Intravenoso (endocavitario): los electrodos son colocados a través de una vena central hasta contactar con el endocardio.
Marcapasos permanentes: el generador se implanta subcutáneamente.
¿Cómo se implanta los marcapasos?
Se realiza una pequeña incisión debajo de la clavícula izquierda y se introduce el cable a través de una vena cercana hasta la aurícula derecha o el ventrículo derecho (dependiendo del tipo de trastorno que se esté tratando). Posteriormente cuando el cable esté en el lugar adecuado (para ello se utilizan rayos X), se conecta al marcapasos y éste queda alojado debajo de la piel. El procedimiento finaliza cosiendo la incisión.