El invento de la Fundación Miró





Fundación Miró
La Fundación Miró, ubicada en la montaña de Montjuïc (Barcelona), es sede de un centro de estudios de arte contemporáneo. Alberga una importante colección de arte moderno que contiene obras de su promotor, el pintor español Joan Miró, y de otros artistas del siglo XX. El edificio, proyectado por el arquitecto catalán Josep Lluís Sert, constituye un destacado ejemplo de la arquitectura contemporánea española.


Fundación Miró, institución artística española sita en Barcelona y fundada en 1971 por el propio artista catalán Joan Miró. Constituida como centro de arte contemporáneo, está regida por un patronato.
El edificio que alberga la Fundación fue construido a expensas del artista por el arquitecto Josep Lluís Sert, bajo la supervisión de Jaume Freixa y la dirección de Anglada, Gelabert y Ribas entre 1972 y 1975, fecha de su inauguración. En sus salas se expusieron las obras legadas a la ciudad de Barcelona en 1968 por el artista catalán, propiedad del Centro de Estudios de Arte Contemporáneo (CEAC) constituido dentro de la Fundación. La Fundación Miró se adhirió al Sistema Español de Museos por convenio suscrito entre el Ministerio de Cultura español y la propia Fundación en 1988, año en el que se ampliaron sus salas de exposición. Posee un archivo y una biblioteca especializados en artistas catalanes.

El invento de las fundaciones





Fundación, organización sin ánimo de lucro que gestiona fondos y programas para llevar a cabo actividades sociales, educativas, caritativas o religiosas. Aunque algunas instituciones gubernamentales se denominan fundaciones, en sentido estricto el término debe aplicarse tan sólo a organizaciones no gubernamentales (ONGs). Las actividades de las fundaciones las desempeña su propio personal y otras entidades complementarias que gestionan fondos cedidos por la fundación para realizar un proyecto concreto.
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HISTORIA
Instituto Smithsonian
El Instituto Smithsonian está integrado por 16 museos y galerías, el Zoológico Nacional y distintas instalaciones dedicadas a la investigación científica. Casi todos estos centros radican en el denominado National Mall, que se encuentra entre el edificio del Capitolio y el monumento a George Washington. El acceso a los museos de este complejo es libre.

Las donaciones filantrópicas existen desde la antigüedad. Platón legó a sus discípulos unos terrenos para que continuaran con su Academia; el rey egipcio Tolomeo I Sóter fundó la Biblioteca de Alejandría. Durante la edad media las órdenes religiosas realizaban donaciones para promover proyectos religiosos y el bienestar social. En 1701 el clérigo anglicano inglés Thomas Bray fundó la sociedad para la propagación de su doctrina religiosa en el extranjero. La herencia del minerólogo británico James Smithson fue utilizada por el gobierno estadounidense para crear el Instituto Smithsonian en 1846. El legado del inventor sueco Alfred Nobel ha servido, desde 1901, para premiar los progresos en los campos de la literatura, la química, la física, la fisiología o medicina, la paz y, desde 1969, la economía. En los últimos años las fundaciones y ONGs han adquirido gran importancia ya que muchas personas participan de sus actividades en áreas como la cultura, la ecología, los derechos humanos y la cooperación internacional entre otras. En España destacan la Fundación Juan March y la Fundación Ramón Areces, mientras que en Latinoamérica la Fundación Bunge y Born de Argentina y la Fundación Mier y Pesado de México figuran entre otras importantes organizaciones


El invento de la Cristología





Cristología, rama de la teología cristiana que trata de la persona de Cristo. Dado que la cristología busca comprender la obra salvadora de Cristo mediante la explicación de la persona de Jesús, en la teología cristiana tradicional precede, por lógica, a la soteriología, doctrina de la obra salvadora de Cristo. Sin embargo, en la historia de la Iglesia, la soteriología precedía a la cristología, ya que la creencia en el papel salvador de Jesús conducía a la búsqueda de quien era Él. La cristología no es la formulación de proposiciones reveladas sino que es la respuesta cristiana al fenómeno de Jesús.
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CRISTOLOGÍA EN EL NUEVO TESTAMENTO
En la opinión de la crítica bíblica moderna, Jesús no predicó de forma explícita que Él era Cristo (el esperado o Mesías); más bien, articuló una cristología a través de sus palabras y obras. El erudito alemán Günter Bornkamm defendía que Jesús presentó el ofrecimiento hecho por Dios de la salvación por medio de sus enseñanzas y acciones, suscitando así las esperanzas mesiánicas de sus seguidores y la rabia y el temor de su oponentes. Después de su muerte en la cruz, las esperanzas de los discípulos fueron justificadas por la Resurrección de Jesús, respondiendo a lo que ellos creían que Dios había manifestado en Jesús, y comprobando quién era Él.
Los primitivos cristianos explicitaron su cristología con títulos y patrones mitológicos tomados del entorno religioso del siglo I en Palestina, donde los conceptos hebreos y helenísticos de Dios, la historia y el destino seguían vigentes. Se considera muy importante en la cristología del Nuevo Testamento la penetrante conciencia escatológica de la época; muchos eruditos modernos creen que el mismo Jesús participaba de esta conciencia de vida hasta el fin de los tiempos.
Dentro del Nuevo Testamento, se pueden distinguir cuatro patrones primitivos del pensamiento cristológico. El más antiguo de ellos tiene dos focos: mirar en retrospectiva la vida terrenal de Jesús como la de un profeta escatológico y siervo de Dios, y mirar hacia adelante a la segunda venida de Cristo como el Mesías, Hijo del hombre (He. 3,13, 20-21). En una segunda formulación cristológica dividida en dos etapas, el Jesús terrenal también fue considerado como el profeta siervo de los últimos días, pero, a la vez, fue proclamado como Señor, Cristo e Hijo de Dios en su Resurrección y exaltación (He. 2, 22-24, 36).
En el tercer patrón, estos títulos posteriores a la Resurrección se aplicaron de modo retrospectivo a Jesús en su vida terrenal con el fin de articular la intrínseca conexión entre el ministerio terrenal de Jesús y su papel como salvador. Se desarrolló una “fórmula de entrega”, que concebía a Dios como sujeto, a su Hijo como objeto, así como un enunciado para alcanzar la salvación, como en Jn. 3,16, “tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna” (también Gál. 4,4). Al principio, el momento de la entrega se identificó con el bautismo de Jesús por Juan: “... se oyó entonces una voz desde los cielos, 'Tú eres mi Hijo amado; en ti me complazco'” (Mc. 1,11). Sin embargo, en las historias de la Natividad de los Evangelios según san Mateo y según san Lucas, el momento de la entrega se sitúa en la concepción o en el nacimiento de Jesús. Ésta no es todavía una cristología de la preexistencia y encarnación, ni de una divinidad metafísica; expresa sólo el papel que Jesús como hombre tenía en la historia de la salvación y la iniciativa de Dios en ese papel.
En el cuarto patrón, expresado en los himnos cristológicos de la Iglesia helenístico-judaica, Jesús era identificado con la sabiduría divina o logos. El judaísmo filosófico helenístico concibió el logos como el agente personificado del ser divino, de la creación, revelación y acción redentora. El Jesús terrenal era visto como la reencarnación de esta preexistente sabiduría o logos (Col. 1, 15-20; Heb. 1, 1-3, Jn. 1, 1-18). Los primitivos cristianos se apropiaron de esta especulación del judaísmo con el fin de subrayar que el Dios que ellos encontraron en Jesús no era un dios desconocido, sino que era el mismo Dios que ellos habían encontrado con anterioridad en la creación, en la experiencia religiosa humana y en la historia de la salvación de Israel. En los escritos de Juan la relación Padre-Hijo de Jesús con Dios se proyecta en la eternidad, y esta ecuación del Hijo con el logos encarnado da como resultado la utilización de Dios para el mundo preexistente (Jn. 1,1), el Hijo encarnado (ver Jn. 1,18) y el Cristo resucitado (Jn. 20,28). Pero Dios en este contexto es presentado con prudencia: el Hijo no es Dios en sí mismo. Más bien, a través del Hijo, Dios “sale de sí mismo”, comunicándose a sí mismo en el hecho de la creación, la revelación y la salvación. En consecuencia, los términos “Hijo de Dios” e “Hijo del hombre”, que eran, en su origen, fiel reflejo del papel de Jesús en la historia de la salvación, adquieren un significado metafísico y denotan su condición divina.
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CRISTOLOGÍA EN LA IGLESIA PRIMITIVA
A partir de san Ignacio de Antioquía, en el siglo II y a lo largo del Concilio de Calcedonia (451), los pensadores cristianos se debatieron ante los problemas lógicos presentados a la mentalidad griega por el pensamiento cristológico del Nuevo Testamento: si el Hijo es Dios, y aun así distinto del Padre, ¿cómo puede Dios ser llamado “único”? Si Jesús es divino, ¿cómo puede, de igual modo, ser humano? En el siglo II, los seguidores del docetismo mantenían que la humanidad de Jesús era apariencia más que realidad, ya que el pensamiento griego sostenía que la divinidad era incapaz de cambio o de sufrimiento. En contra de ellos, san Ignacio de Antioquía insistió en la realidad del cuerpo de Jesús. El resultado fue que se añadieron al Credo las palabras “nacido de la Virgen María” para salvaguardar la humanidad de Jesús.
Una segunda controversia debatía el concepto de la unidad de Dios. Preocupados por preservar esta unidad, los adeptos al monarquianismo modalístico afirmaban que el único Dios se había mostrado a Sí mismo en tres manifestaciones sucesivas: Padre, Hijo y Espíritu. No obstante, los monarquianos dinámicos (adopcionistas), consideraron a Jesús como un hombre sobre el cual había descendido el poder de Dios. En el siglo IV, el arrianismo afirmaba que el Hijo preexistente no era idéntico a Dios, sino que era la primera de las criaturas de Dios. Era homoiousios (en griego, 'de la misma sustancia') con Dios, un tipo de reproducción o semidiós. En el I Concilio de Nicea (325) se condenó el arrianismo y el Credo se difundió: el Hijo preexistente fue declarado como “Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado no creado, de una sola sustancia [en griego, homousios, 'de sustancia idéntica'] con el Padre”.
Las preguntas relacionadas con la naturaleza de la encarnación de Dios en Jesús también provocaron disputas. Los teólogos de Alejandría tendían a subrayar la divinidad de Jesús a expensas de su humanidad, y sus numerosos oponentes de la escuela de Antioquía subrayaban la humanidad de Jesús a costa de su divinidad. En el lado alejandrino, los apolinarios argumentaron que en el Jesús humano, el logos había reemplazado a su mente o espíritu. Este punto de vista se sumaba a una negación de toda la humanidad de Cristo. El apolinarismo fue condenado en el I Concilio de Constantinopla (381). De la escuela de Antioquía surgió la herejía del nestorianismo durante el siglo V. Los nestorianos mantenían que dos personas separadas estaban unidas en el Cristo encarnado y rechazaron el título alejandrino de Theotokos (portadora de Dios) para la Virgen María. Para Néstor, patriarca de Constantinopla, y sus seguidores, María había sido la madre del Jesús humano pero no del Hijo divino. En respuesta al desafío del nestorianismo, el Concilio de Éfeso (431) y el Concilio de Calcedonia (451), ratificaron el título de Theotokos. En Calcedonia la encarnación se definió como “dos naturalezas, una persona”, una fórmula que ha permanecido como dogma cristiano. No obstante, la misma definición calcedoniana generó más discordias; un sector extremista dentro de la escuela alejandrina argumentó que el Hijo encarnado tenía una sola pero divina naturaleza y desde este punto de vista, de nuevo, la idea de la humanidad de Jesús se puso en entredicho.
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MODERNA CRÍTICA DE CALCEDONIA
La cristología ortodoxa calcedoniana ha sido discutida en varios campos. Los teólogos modernos han señalado su dependencia de un entendimiento precrítico de los Evangelios. El pluralismo cristológico del Nuevo Testamento no está reconocido por la fórmula calcedoniana, apoyada tan sólo por el Evangelio según san Juan y la concepción del nacimiento virginal expresado en el Evangelio según san Mateo y en el Evangelio según san Lucas. Otra crítica, expresada por el teólogo y erudito alemán del Nuevo Testamento, Rudolf Bultmann, se basa en el hecho de que el concepto calcedoniano de Cristo se asienta en mitologías anticuadas (mesianismo judío y apocalipticismo y, quizás el gnosticismo) así como en la metafísica obsoleta, en la cual los términos “persona”, “naturaleza” y “sustancia” se entienden de forma muy diferente a como se comprenden hoy en día. La utilización de las definiciones calcedonianas cristológicas al interpretar la imagen de Jesús según el Evangelio ha tendido a restringir el acceso de los cristianos modernos a Jesús como hombre situado en su realidad histórica. Así, Bultmann ha defendido la “desmitologización” del Nuevo Testamento y ha reinterpretado los elementos mitológicos que subyacen en las primitivas fórmulas cristológicas con el fin de hacer significativa a las gentes actuales la proclamación o kerigma, así como la obra salvadora de Cristo. Algunos teólogos afirman que emplean modelos cristológicos alternativos para explicar las doctrinas de la preexistencia y la encarnación, prefiriendo la metáfora del Nuevo Testamento del Dios que “entrega” a su Hijo, antes que la posterior cristología, tan intelectualizada, del Concilio de Calcedonia. Algunos teólogos católicos contemporáneos, como Edward Schillebeeckx y Walter Kasper, han optado por iniciar su investigación cristológica desde el Jesús humano para continuar descubriendo y confesando la presencia salvadora de Dios en Él.

El invento de la Iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane





Iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane
La iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane (1634-1641), proyectada por Francesco Borromini, es uno de los edificios más representativos del barroco romano. La fachada, comenzada en 1665, se completó en 1667, después de la muerte de su autor.


Iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane, iglesia, convento y claustro construido en Roma por Francesco Borromini entre 1634 y 1641, llamada también San Carlino. La obra fue encargada por la orden española de los trinitarios descalzos de San Juan de Mata y financiada por el marqués de Castel Rodrigo (véase Barroco: arte y arquitectura).
El convento fue construido entre 1634 y 1637 usando la técnica del agrimalado para el ladrillo estucado y pintado. En la puerta aparece el frontón curvado que introdujera Giacomo della Porta en la fachada de la iglesia del Gesù de Roma, y que el propio Borromini había ya usado en el palacio Barberini y en las obras del Vaticano.
El claustro es de planta oblonga, y se divide en dos pisos: en el piso inferior, muy estrecho, las columnas pareadas sujetan arcos y entablamentos, con ritmos distintos; en el superior se encuentra la balaustrada y se usa la cubierta adintelada.
La iglesia fue realizada entre los años 1638 y 1641, a excepción de la fachada, que se concluyó en 1667. La planta, que tuvo que adaptarse a la reducida superficie de que se disponía, es un rombo equilátero sobre el que se generan otros espacios curvos laterales. Este tipo de planta centralizada compite en el barroco con la planta longitudinal, que marcó iglesias como la del Gesù.
La iglesia está cubierta con una cúpula oval que Borromini usó para crear una perspectiva ilusionista: los casetones que la cubren, que proceden de la tradición clásica griega y romana, decrecen de tamaño hasta el vértice, de tal manera que se tiene la sensación de una profundidad mayor. En esos casetones aparecen cruces griegas, emblema de la orden de los Trinitarios, que también los hacen más pequeños.
El templo se ilumina a través de tragaluces situados en el tambor de la cúpula, tamizados por cresterías formadas por hojas de acanto.
La fachada se realizó entre los años 1665 y 1667. La ondulación que presenta fue un motivo recurrente durante todo el barroco, especialmente en Roma: compuesta por tres calles con columnas de orden colosal adosadas al muro, presenta la central convexa y las dos laterales cóncavas. La escultura queda supeditada a la arquitectura: las figuras son confinadas en sus nichos, como la de san Carlos Borromeo que aparece sobre la puerta, flanqueado por otras dos estatuas. En 1667 Borromini se suicidó, dejando inacabada esta fachada, que pretendía rematar con un frontón que finalmente no se llevó a cabo.


El invento de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días





Templo mormón en Utah
Salt Lake City es el principal centro de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. El impresionante templo mormón se encuentra en la Temple Square de la ciudad. Fue acabado en 1893, después de 40 años de construcción. Sus seis torres se elevan hasta 67,1 metros.

Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, grupo religioso fundado en 1830 por Joseph Smith, a quien en casi todos los países de habla española se le conoce como José Smith. A sus miembros se los denomina normalmente mormones. En sus primeros tiempos estuvo integrada por un número relativamente pequeño de miembros, si bien posteriormente éstos se incrementaron de un modo considerable debido fundamentalmente a la efectiva actividad de proselitismo que desarrollaron y, además, a la alta tasa de natalidad que caracterizó a sus seguidores desde los inicios.
2
CARACTERÍSTICAS
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es un movimiento cristiano. Su doctrina original se basó en la creencia de que el cristianismo había sufrido un proceso progresivo de deterioro y corrupción, por lo que era necesario llevar a cabo la restauración del verdadero Evangelio. Sin embargo, esa restauración hacía necesaria una nueva revelación de Dios, que entregara las verdades del cristianismo en una forma pura y que restableciera la divina autoridad sacerdotal de los antiguos apóstoles. Como se había perdido esa autoridad, sólo podría recobrarse por medio de un impulso divino. Según esto, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es a la vez cristiana y reformada.
2.1
Doctrina

Joseph Smith
Joseph Smith fundó la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días tras experimentar una serie de visiones entre 1827 y 1830 que le llamaron a restaurar la verdadera iglesia cristiana. Según Smith, el ángel Moroni le reveló la existencia de unas placas de oro cuyas inscripciones tradujo en el Libro del mormón. El movimiento creció con rapidez, pero a causa de la oposición que despertó, sus miembros tuvieron que huir de Nueva York a Ohio e Illinois. Smith fue asesinado en 1844 por una muchedumbre recelosa de su poder económico y político y de la poligamia que practicaba.

Los mormones apoyan y practican la tolerancia religiosa. Sostienen que todas las religiones contienen elementos de verdad, por lo que es positivo que existan. Sin embargo, piensan que sólo la suya cuenta con una verdadera autoridad y con un total consentimiento divino, por lo que la consideran “la única verdadera Iglesia viviente sobre la faz de la Tierra”. En este derecho exclusivo sobre la verdad y en la autoridad que se atribuyen se encuentra la causa de que recorran el mundo entero predicando sus creencias.
La doctrina de los mormones se desarrolló a partir de cuatro libros básicos: la Biblia, el Libro del mormón, Doctrina y convenios (135 revelaciones y otros informes, editados casi todos por Joseph Smith durante la década de 1830 y los primeros años de la de 1840) y la Perla de gran valor (1842, una recopilación de trabajos más breves basados en ciertos documentos hallados en Egipto). Las verdades que se enuncian en dichos textos, sus Sagradas Escrituras, no pueden ser reinterpretadas ni aumentadas por sus líderes religiosos, aunque los textos de Doctrina y convenios sí pueden ser ampliados en el caso de recibir revelaciones adicionales de inspiración divina.
Algunas prácticas del movimiento mormón difieren del cristianismo tradicional: la creencia de que el alma humana existe antes de nacer; la definición de la Santísima Trinidad como tres seres individuales en las que Dios, el Padre, y Jesucristo son personas físicas unidas entre sí; y la creencia en que si los seres humanos vivieran plenamente los mandamientos de Dios, podrían alcanzar un nivel divino en futuras transubstanciaciones. Algunos estudiosos critican a los mormones por otorgar demasiada importancia a sus propios profetas. Ante ello, los mormones arguyen que los apóstoles de Cristo siempre han sido mal interpretados y perseguidos. Al igual que los anabaptistas y otros grupos restauracionistas, han sostenido que declaraciones tan básicas como el credo de Nicea (325) representan desviaciones de la pureza de las enseñanzas originales de Cristo. El movimiento mormón ha sido reacio a participar en entidades que engloban a distintas profesiones de fe cristianas, tales como el movimiento ecuménico o el Consejo Mundial de las Iglesias. Es de destacar, por otra parte, la loable labor mundial que llevan a cabo sus Servicios Sociales y Ayudas Humanitarias.
2.2
Estructura
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días sigue una estructura jerárquica. Los participantes de cada congregación individual (rama o barrios) son miembros seglares que rotan en los puestos. El obispo, que junto con dos consejeros preside por lo general una rama o barrio, ocupa dicho cargo entre uno y diez años. Cada rama cuenta con unos 200 puestos, por lo que es muy alta la participación activa de sus miembros. La mayoría de éstos tiene la oportunidad de impartir clases, pronunciar sermones, trabajar en servicios de ayuda social y participar en distintas actividades.
Su organización administrativa es de tipo vertical. En el nivel superior a la rama o barrio se encuentra el distrito administrativo, que engloba varios barrios, está presidido por tres miembros y cuenta con un consejo superior formado por doce personas. Varios consejos constituyen una región. Si se sigue la estructura jerárquica de la organización, aparecen las autoridades generales, dedicadas plenamente a este trabajo. Como todos los miembros elegidos para el puesto de responsables generales son laicos, no se les puede considerar como burócratas o clérigos profesionales. Por lo general, los programas y las políticas de acción de esta confesión están determinados por un organismo central. No obstante, en ocasiones se alienta a los responsables locales para que manifiesten sus opiniones y desarrollen personal y localmente los programas de la iglesia.
Entre las autoridades generales de la iglesia existe un grupo de tres hombres que preside el obispado y el Primer Quórum de los Setenta, con siete presidentes. Por encima de ellos existe un grupo que establece las políticas de acción: el Consejo de los Doce Apóstoles. En la cúspide de esta jerarquía está el presidente de la Iglesia, a quien con frecuencia se denomina “el profeta”. Este presidente y sus dos consejeros (que integran la primera presidencia) suelen reunirse con el Consejo de los Doce Apóstoles, aunque también lo hacen por separado. Los propios apóstoles eligen a los nuevos. Según ciertos principios de antigüedad, los apóstoles van ascendiendo en la jerarquía de forma gradual. Cuando fallece el presidente, es sucedido por el apóstol de mayor edad.
2.3
Culto y actividades
Universidad Brigham Young
Muchas de las instituciones culturales de Utah reflejan la importancia del movimiento mormón en este estado. La Universidad Brigham Young fue fundada en 1875 y recibió tal denominación en honor de su principal promotor, Brigham Young, segundo presidente de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (nombre oficial de la confesión mormona) y colonizador de Utah. En la imagen se puede contemplar una estatua dedicada a Young en uno de los edificios del campus universitario.

El culto mormón destaca por su sencillez. Está compuesto por himnos, oraciones, el sacramento de la Cena del Señor (celebrado con pan y agua) y sermones pronunciados por miembros laicos de la comunidad de la congregación. Entre los mormones hay organizaciones que ofrecen actividades adicionales y servicios para niños, adolescentes y mujeres. Aquellos miembros que hayan demostrado un nivel mínimo de obediencia a los mandamientos de Dios van al templo a hacer convenios por sí mismos o en representación de los antepasados. Los matrimonios entre mormones devotos son consagrados “en el tiempo y para toda la eternidad”.
Además de por su pujante sistema de misiones, los mormones son muy conocidos por sus programas de ayuda social. Su Palabra de Sabiduría es un código de salud que les enseña a no consumir té, café, alcohol y tabaco. La confesión también sustenta dos instituciones mundialmente conocidas y que radican en Estados Unidos: el Coro Mormón, en Salt Lake City, y la Universidad Brigham Young, en Provo, Utah.
3
HISTORIA
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días surgió, a comienzos del siglo XIX, en el marco del auge de revitalización religiosa que recibió el nombre de “segundo gran despertar”. De acuerdo con el relato de sus adeptos, alrededor de 1820, cuando Joseph Smith tenía 14 años y vivía con su familia cerca de Palmira (Nueva York), tuvo una visión de Dios Padre y de Jesucristo en la que le aseguraron la inexistencia en la Tierra de la verdadera Iglesia.
3.1
Fundación de la Iglesia
Durante la década de 1820, mientras Smith trabajaba como campesino, fue desarrollando sus ideas religiosas, inspiradas en revelaciones divinas. Según sus propios relatos, en 1827 se le reveló el lugar donde se hallaba un libro formado por placas de oro. El libro había estado enterrado en un monte cercano y él lo había hallado gracias a las indicaciones recibidas de un ángel, el ángel Moroni. En 1830 pudo averiguar el significado de dichos textos “gracias al don y poder de Dios” y publicar el Libro del mormón que, según él, constituía un registro de verdades religiosas de antiguos profetas de diferentes lugares. El 6 de abril de 1830 Smith fundó la comunidad que pronto sería conocida por el nombre de Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Tradicionalmente se dice que la organización de la iglesia se estableció en Fayette, Nueva York. Durante los primeros meses del siguiente año su sede central se trasladó a Kirtland (actual Kirtland Hills, Ohio). De forma simultánea, otro grupo mormón se estableció en los alrededores de Independence (Missouri), lugar al que, según Smith, regresaría Jesús.
3.2
Persecución
Los mormones no recibieron una buena acogida en esta zona y muy pronto fueron víctimas de amenazas y de violentas persecuciones. En 1839 tuvieron que abandonar Kirtland e Independence para instalarse en Commerce (ciudad situada a orillas del río Mississippi, en el estado de Illinois, a la que rebautizaron con el nombre de Nauvoo). La iglesia siguió atrayendo nuevos fieles, muchos de ellos procedentes de Inglaterra. Para asegurar su permanencia en este nuevo centro, Smith y sus seguidores lograron un permiso de la asamblea del estado de Illinois para formar una milicia local, la Legión Nauvoo, que pasó a convertirse en realidad en un verdadero ejército privado. La colonia de Nauvoo creció sin interrupción, alcanzando en 1845 una población cercana a los 12.000 individuos.
La hostilidad del resto de la sociedad hacia los mormones (en los que veía posibles competidores económicos) se vio intensificada por dos circunstancias: Smith había asumido un poder absoluto en la región, y comenzó a rumorearse que sus seguidores practicaban la poligamia. En un principio las autoridades mormonas negaron este último hecho, pero más tarde lo confirmaron. En 1844 Joseph Smith y su hermano Hyrum fueron encarcelados en Cartago (Illinois) bajo los cargos de conspiración y de traición. Al poco tiempo, a pesar de que el gobernador de Illinois les había prometido seguridad, el populacho incontrolado los asesinó.
Cuando sucedieron estos episodios, el hijo mayor de Smith, Joseph Smith III, tenía tan sólo 11 años de edad. El movimiento mormón, que no tenía asegurada la sucesión de su líder, sufrió una grave escisión. Esta situación cismática se saldó con la aparición de tres grupos, liderados por Lyman Wight, James J. Strang y William Bickerton. Posteriormente surgieron más de veinte pequeñas entidades mormonas disidentes. En 1860, cuando por fin Joseph Smith III decidió asumir la jefatura del mayor grupo escindido (que residía en el Medio Oeste), nació la Iglesia reorganizada de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Ésta rechazó la poligamia, así como algunas innovaciones doctrinales y teológicas formuladas en Nauvoo. La Iglesia reorganizada fue creciendo progresivamente, y a día de hoy cuenta con unos 250.000 miembros repartidos por todo el mundo. Tiene su sede en Independence, Missouri, y en 2001 cambió su denominación anterior por la de Comunidad de Cristo.
3.3
Traslado a Utah
Brigham Young
Tras la muerte de Joseph Smith, Brigham Young se erigió como segundo gran líder de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (cuyos miembros son más conocidos por el nombre de mormones). Fue él quien, en 1846, dirigió la marcha que un año después finalizó con la definitiva instalación en Salt Lake City (Utah, Estados Unidos) de los mormones. Allí, y bajo su dirección, éstos llevaron a cabo amplios proyectos de desarrollo en áreas como la agricultura, la irrigación, la construcción, el comercio y la educación.

Mientras tanto, el liderazgo de la gran mayoría de los mormones había sido ejercido por los Doce Apóstoles. En 1847, después de guiar a la comunidad en su éxodo desde Illinois hasta la Gran Cuenca, el líder de los Apóstoles, Brigham Young, fue propuesto y aprobado como presidente y profeta de la Iglesia. La zona en que se asentaron sería con el tiempo el estado de Utah, mientras que el enclave que escogieron como centro se convertiría en la ciudad de Salt Lake City. Con el tiempo se fundaron más de 300 nuevas sedes, que iban desde California a Colorado, y desde México a Canadá. No obstante, la mayoría de los mormones se concentraron en Utah y, en menor grado, en los estados vecinos. Pese a esta migración, los problemas de los mormones no concluyeron. Sus pretensiones de formar una economía comunitaria en torno a cooperativas fueron consideradas un peligro comercial. Por otro lado, el hecho de que los mormones orientaran el voto político de toda la comunidad hacia ciertos partidos despertó un fuerte descontento. Durante los siguientes 38 años se practicó la poligamia, que había sido reconocida abiertamente en 1852, aunque era defendida sólo por un grupo minoritario (entre el 10 y el 20%). A partir de una serie de informes que revelaban una actuación desleal por parte de los mormones, el gobierno federal envió un contingente de tropas a Utah en 1857, lo que ocasionó la denominada guerra de Utah (que a punto estuvo de convertirse en una verdadera catástrofe). Esta actuación gubernamental fue seguida de toda una serie de esfuerzos legislativos y judiciales tendente a modificar los hábitos de los mormones, a los que se conminó en repetidas ocasiones para que respetaran el modelo matrimonial monógamo. En 1890, finalmente, el entonces presidente de la Iglesia, Wilford Woodruff, publicó un manifiesto que ponía fin a la poligamia. Pese a que siguieron existiendo casos de relaciones polígamas y a que un pequeño grupo de mormones fundamentalistas hizo caso omiso de la amenaza de ser excomulgados y de ser castigados por el Estado si seguían practicando la poligamia, el movimiento mormón dio por terminado su apoyo a esta práctica y, poco a poco, se produjo un proceso de inserción en el sistema de vida del conjunto de la sociedad estadounidense.
3.4
Situación actual
En general se considera a los mormones como una confesión cristiana conservadora y con frecuencia se los identifica con actitudes protestantes fundamentalistas (véase Fundamentalismo). Sin embargo, las teologías de protestantes conservadores y de mormones difieren en cuestiones fundamentales tales como la naturaleza de Dios, el concepto de Iglesia y la definición de la salvación. Sí tienen mucho en común, en cambio, en sus posiciones respecto a temas sociales. Los mormones se oponen al ecumenismo y básicamente están en contra del aborto, del control de la natalidad y del sacerdocio femenino. Al igual que muchos protestantes, se consideran a sí mismos una organización opuesta al secularismo y al compromiso liberal. No obstante, y a pesar de que su tasa de natalidad es más alta que la media estadounidense, ha descendido de forma notable. Además, en la actualidad tienen permitido cierto control de la natalidad. Si bien están en contra del divorcio, en ciertos lugares existe una cierta práctica.
Durante muchos años, la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días tuvo fuertes restricciones doctrinales respecto a la ordenación de sacerdotes negros. Este tema tenía una importancia fundamental, ya que a todos los mormones varones, mayores de 12 años y que alcanzaran ciertos méritos, se les hacía partícipes de esta ordenación. Dicha política fue modificada en 1978, cuando la presidencia general estableció que, desde ese momento, la ordenación se realizaría “sin considerar la raza ni el color”. Por lo que se refiere a la participación de las mujeres, a pesar de que tienen muchas oportunidades para servir a nivel congregacional y se les incentiva para que puedan desarrollar sus cualidades y logren alcanzar una educación superior, no se les permite la ordenación sacerdotal ni formar parte de la jerarquía eclesiástica.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días cuenta en la actualidad aproximadamente con once millones de miembros, a quienes se conoce también con el nombre de mormones. Hacia 1990 había aproximadamente cinco millones de mormones en los Estados Unidos, y en el resto del mundo había otros tantos. Antes de la Segunda Guerra Mundial la cifra más elevada de conversiones se dio en Estados Unidos, Gran Bretaña y Escandinavia, pero en los últimos tiempos ha habido notable crecimiento en países tales como México, en donde había unos 850.000 mormones en el año 2000, la mayoría convertidos en el último cuarto del siglo. En Corea del Sur, por ejemplo, no había ningún miembro en 1950, pero en el año 2000 ya contaba la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días con 71.000 miembros. El fuerte programa misionero que lleva a cabo el movimiento mormón —unas 60.000 personas dedican sus esfuerzos a esta actividad en todo el mundo— hace que el número de sus miembros crezca considerablemente. Aunque los mormones constituyen una fusión poco usual de cristianismo bíblico, pragmatismo estadounidense, expectativas milenaristas, experimentación económica, política conservadora, fervor evangélico y una fuerte actividad internacional, esta confesión se ha convertido en un credo dinámico y con un crecimiento acelerado.

El invento de los Padres de la Iglesia





Orígenes
Orígenes fue uno de los escritores y teólogos más significativos de la Iglesia cristiana primitiva. En su obra cumbre, Hexapla, realizó un complejo trabajo de crítica textual de la Biblia. Para ello, dispuso en columnas paralelas las seis versiones que conocía de las Sagradas Escrituras: el texto hebreo, el texto hebreo transliterado al griego y cuatro traducciones griegas.


Tertuliano
Tertuliano fue el primer gran autor cristiano que escribió en lengua latina. Acuñó numerosos términos teológicos usados posteriormente con profusión y, pese a que abrazó el montanismo, la Iglesia católica incluye muchas de sus obras en el conjunto de la literatura patrística.


Padres de la Iglesia, nombre dado por la Iglesia católica a los teólogos y autores que establecieron la doctrina cristiana con anterioridad al siglo VIII. Los escritos de los padres (denominados, en su conjunto, literatura patrística), se fundamentan en los textos de la Biblia (especialmente del Evangelio), en los escritos de los padres Apostólicos, en las máximas eclesiásticas y en las decisiones de los concilios de la Iglesia. Facilitaron un conjunto doctrinal articulado de la enseñanza cristiana para que pudiera ser difundido por todos los rincones del Imperio romano.
Los primeros doctores de la Iglesia fueron, a su vez, cuatro padres de la Iglesia de Occidente (san Ambrosio, san Agustín de Hipona, el papa san Gregorio I y san Jerónimo) y cuatro padres de la Iglesia de Oriente (san Atanasio, san Basilio, san Juan Crisóstomo y san Gregorio Nacianceno). Los primeros padres orientales (Clemente de Alejandría, san Justino Mártir y Orígenes) estuvieron bajo la influencia de la filosofía griega. Sin embargo, los padres occidentales (principalmente Tertuliano, san Gregorio I y san Jerónimo), por lo general, evitaron la síntesis del pensamiento pagano con el cristiano.
La Iglesia estableció cuatro requisitos para otorgar el título de padre de la Iglesia a los primeros autores. Además de haber vivido durante el primer periodo de la historia de la Iglesia, tenían que haber llevado una vida santa, sus escritos debían estar libres de errores doctrinales y tenían que proponer una defensa o explicación destacada de la doctrina cristiana. Por último, sus escritos tendrían que haber sido aprobados por la Iglesia.


El invento de la Iglesia de San Pedro de la Nave





San Pedro de la Nave
El capitel de la imagen pertenece a la iglesia visigoda de San Pedro de la Nave, en la provincia de Zamora (España). Representa el relato bíblico que describe la milagrosa salvación del profeta Daniel arrojado al foso de los leones. Fechado hacia el 691, se trata de una de las piezas más valiosas que se conservan de la escultura de este periodo.


Iglesia de San Pedro de la Nave, templo visigodo situado en la provincia de Zamora (España), construido entre los años 680 y 711 (véase Arte visigodo). Presenta una planta de tipo basilical de tres naves, con ábside exento recto, pero puede considerarse también una planta de cruz griega, pues el crucero tiene dos habitaciones salientes en sus extremos. Existen, además, otras dos estancias que se sitúan detrás del crucero y que con toda seguridad son consecuencia de las diferentes fases constructivas por las que ha pasado esta iglesia. Sus medidas son: 21 m de longitud por 10,90 m en la parte más ancha de las naves y 16,80 m en la zona del transepto.
El edificio corresponde a la clásica estructura muraria visigoda: grandes sillares bien escuadrados y labrados en seco. Destaca el uso de arcos de herradura y de las pequeñas ventanas que permiten el paso de la luz.
La parte basilical (naves), con pilares aislados, tiene cubierta de madera, mientras que la parte cruciforme se cubre con bóvedas. La nave mayor queda encuadrada por seis columnas adosadas a poderosos machones. La decoración, más acentuada que en otros templos visigodos, muestra dos fases diferenciadas, que se corresponden con las dos etapas constructivas del edificio. Por un lado, destaca la decoración del eje longitudinal, caracterizada por la utilización de elementos de tipo geométrico, con cruces, ruedas solares y motivos vegetales, inscritos en círculos que se yuxtaponen. Los capiteles siguen el modelo romano de estilo corintio, ahora ya estilizado; los fustes son generalmente reutilizados y recortados. Todo este repertorio está relacionado con el que se usó para la iglesia de Quintanilla de las Viñas, y que corresponde a una época tardía de la escultura visigoda.
Por otro lado, se aprecian una serie de capiteles que se corresponden con la segunda fase de construcción: se trata de un conjunto de escenas bíblicas representadas en los capiteles de tipo prismático y en las basas de las columnas del crucero. En dos de ellos aparecen pavos reales afrontados picoteando del árbol de la vida; en otros dos, la representación de las historias de Daniel en la fosa de los leones, y en el último, el sacrificio de Isaac. En los laterales aparecen rostros humanos que representarían con toda seguridad a los cuatro evangelistas. Destacan también las imágenes de los apóstoles Tomás y Felipe, con un epígrafe inferior que indica sus nombres, y las de Pedro y Pablo, de cuerpo entero y con sus atributos.


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