Confederación iroquesa





El invento de la: 
Confederación iroquesa

Máscara iroquesa
La máscara es un elemento importante en los rituales y la cultura de muchos grupos indígenas de América. Esta máscara de falsa cara de los iroqueses, ha sido tallada en la madera de un árbol vivo; sin embargo, este pueblo también es conocido por las máscaras realizadas con mazorcas de maíz.


Confederación iroquesa, poderosa confederación de pueblos indígenas de la familia lingüística iroquesa, que pertenece a la región cultural de los Bosques Orientales, en Norteamérica (véase Indígenas americanos).
La confederación fue fundada en el siglo XVI en la zona central del actual estado de Nueva York (Estados Unidos). En sus orígenes estaba formada por cinco tribus —los indios mohawk, onondaga, cayuga, oneida y seneca— y era conocida como la confederación iroquesa de las Cinco Naciones o Liga de Cinco Naciones. Al parecer, fue el jefe onondaga Hiawatha el artífice de esta unión. Sin embargo, entre 1715 y 1722 se admitió formalmente en su seno a la tribu de los tuscarora, un pueblo iroqués oriundo de Carolina del Norte que había emigrado a Nueva York; por esta razón, la confederación pasó a denominarse de Seis Naciones o Liga de Seis Naciones. Los iroqueses dieron su nombre a la confederación al ser la tribu más representativa y poderosa; además, el iroqués fue el primer grupo indígena con el que se encontraron los colonos europeos y, más tarde, su lengua, cultura y costumbres fueron objeto de estudio por parte de destacados antropólogos, como el estadounidense Lewis Henry Morgan.
Los iroqueses poseían una economía agrícola basada principalmente en el maíz, además de cultivar calabaza, frijol y tabaco; más tarde desarrollaron cultivos frutícolas, como la manzana y el melocotón (durazno). Fabricaban objetos de cerámica fina, cestas de juncos y esteras de hojas de maíz, y utilizaban el wampum como instrumento de trueque.
Cada ciudad contaba con varias viviendas comunales, de forma rectangular y recubiertas de planchas de corteza de árbol, cuya disposición tenía un significado sociopolítico: en su interior vivían las familias de un determinado clan separadas por compartimentos semiprivados y la zona central se utilizaba como lugar de celebración de las reuniones de carácter social y político, en donde se reunía el consejo de la confederación. Estos consejos estaban constituidos de forma democrática; los delegados eran elegidos por miembros de los diferentes linajes y cada uno de ellos representaba a su tribu y al clan matrilineal al que pertenecía. El cargo de delegado estaba restringido a los jefes, que debían recibir la aprobación del consejo de su propia tribu y de la confederación. En el caso de que la conducta de un delegado se juzgara incorrecta, o si perdía la confianza de su pueblo, las mujeres del clan lo expulsaban oficialmente y elegían a otro para sustituirlo. La confederación carecía de un único jefe y las decisiones se adoptaban mediante el voto unánime de su consejo.
La complejidad y estabilidad de esta organización política, junto con el dominio del arte de la guerra y la rápida adquisición de armas de fuego, permitieron a los iroqueses alcanzar y mantener una posición de gran poder durante el periodo colonial. En el siglo XVII, época de su formación, los iroqueses desplazaron a otras confederaciones situadas al oeste de sus territorios, en especial a la de los hurón. En 1720 dominaban prácticamente a todos los pueblos asentados en una zona muy extensa que abarcaba desde el océano Atlántico hasta el río Mississippi, y desde el río San Lorenzo hasta el Tennessee.
En sus relaciones con los colonos europeos, los iroqueses formaron desde un principio un poder independiente. Durante el periodo colonial, mantuvieron el equilibrio de fuerzas entre franceses e ingleses, sobre todo en la zona próxima a la actual frontera canadiense. Los iroqueses compartieron los intereses ingleses salvo excepciones, principalmente de algunas facciones de las tribus de los mohawk y cayuga, que cayeron bajo la influencia de los misioneros jesuitas franceses. Asimismo se opusieron con fuerza a la ampliación de los asentamientos franceses al sur de Canadá y fueron los responsables de proteger a las colonias inglesas de la aproximación de los franceses por el oeste.
Al estallar la guerra de la Independencia estadounidense, el consejo de la confederación se declaró neutral, pero permitió que cada una de las seis tribus miembros tomara el partido que estimara oportuno. La mayoría de ellas apoyaron a los ingleses. Después de la guerra, los mohawk cruzaron a Canadá bajo el mando de su jefe, Joseph Brant; les siguieron los cayuga y ambas tribus se instalaron más tarde en dos reservas indias situadas al norte de los lagos Erie y Ontario. Los tuscarora se dispersaron, aunque algunos de ellos fueron acogidos por los mohawk; la mayoría de los oneida viven hoy en Green Bay, Wisconsin, y gran parte de los seneca habitan en el oeste del estado de Nueva York; los onondaga permanecen en su valle de las proximidades de la ciudad de Syracuse, Nueva York. Al margen de su importancia política, la confederación iroquesa no superó probablemente los 25.000 miembros. En 1990, un total de 49.030 personas se identificaban como iroqueses en Estados Unidos.


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