Mapa de flujos, también llamado dinámico, tipo de mapa
temático que representa aspectos que implican movimiento. Se utiliza para
reflejar movimientos lineales, como rutas migratorias, corrientes marinas,
exportaciones o intensidad del tránsito en carreteras y autopistas. Los mapas
de flujos comenzaron a utilizarse a finales del siglo XVIII, y hoy es habitual
verlos en atlas y otros documentos cartográficos.
Los mapas de flujos pueden ser cuantitativos o
cualitativos. Las direcciones de movimiento se expresan mediante líneas o
flechas de ancho variable, proporcionales a su importancia y esquematizadas de
acuerdo con el trazado. Mediante estas líneas se representa qué tipo de
movimiento es el que se da y qué cantidad de movimiento se está dando en el
caso de los mapas cuantitativos. A menudo se emplean flechas con sus puntas que
unen el origen y destino y señalan la dirección y el sentido del flujo.
Antes de realizar un mapa de flujos, y en función de
su tamaño, se debe establecer cuál será la anchura máxima aceptable de las
líneas o flechas, y la mínima que el ojo puede distinguir con claridad. En los
mapas cuantitativos, la información está jerarquizada y el grosor de la flecha
es proporcional al valor del asunto que se representa; cuanto más gruesa sea la
flecha, mayor es, por ejemplo, el volumen del comercio, de emigrantes, el
tráfico...; los anchos de las líneas suelen estar escalados proporcionalmente
al valor que representan; así, una línea que representa 50 unidades, debe ser
cinco veces más ancha que la que simboliza 10. En los mapas cualitativos el
sentido de la flecha nos indicará la dirección del flujo, las líneas
serán todas de un mismo grosor y no escaladas (todas representan una misma
cantidad).
El mapa y su leyenda deben ser claros. Las líneas de
flujo deben sobresalir entre los demás elementos del mapa, de manera que se
facilite su lectura, y hay que evitar que las líneas de menor grosor queden
ocultas (las más pequeñas irán encima de las más grandes, y nunca al revés). Puede
resultar muy útil etiquetar las flechas para favorecer la lectura del mapa. El
sentido del flujo, dado con la punta de la flecha, podrá mostrarse o no, según
el tipo de información que se desee ofrecer.
La organización de los datos en la leyenda puede ser
de tipo nominal, ordinal o de intervalo, y estar también en su forma absoluta o
relativa. Las leyendas pueden ser una línea reglada o tener forma de escalones,
y expresarse tanto con valores específicos como con valores de intervalo.
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