Cadáver exquisito
Tanto en las artes plásticas como en la poesía, los surrealistas experimentaron técnicas en las que el juego y el azar favorecían el surgimiento de la imagen mediante la libre asociación de elementos no premeditados. El cadáver exquisito, creación colectiva en la que un individuo participa sin conocer la frase o el dibujo que ha hecho otro, constituye, especialmente en los años 1927-1928, una de las innovaciones del grupo. Esta técnica, junto con otras creadas por las vanguardias del siglo XX, se ha utilizado con frecuencia entre los recursos de las nuevas tendencias de la enseñanza de la lengua y la literatura.
Paul Eluard
El poeta francés Paul Eluard, uno de los mejores poetas del movimiento surrealista en Francia.
Surrealismo (literatura) (superrealismo o suprarrealismo, para quienes prefieren una versión más precisa del francés sur-réalisme) lanzó su primer manifiesto en 1924, firmado por André Breton, Louis Aragon, Paul Eluard, Benjamin Péret, entre otros. Allí es definido como 'automatismo psíquico puro' que intenta expresar 'el funcionamiento real del pensamiento'. La importancia del mundo del inconsciente y el poder revelador y transformador de los sueños conectan al surrealismo con los principios del psicoanálisis. En una primera etapa, el movimiento buscó conciliar psicoanálisis y marxismo, y se propuso romper con todo convencionalismo mental y artístico. En España no llegó a constituir una escuela aunque muchos escritores, aun los que han negado su adscripción al movimiento, reflejan la influencia de la estética surrealista. Según Luis Cernuda, pueden considerarse surrealistas obras como Poeta en Nueva York (a la que habría que agregar obras teatrales como Así que pasen cinco años, El público y Comedia sin título) de Federico García Lorca; Sobre los ángeles de Rafael Alberti; y, sobre todo, Espadas como labios, Pasión de la tierra y La destrucción o el amor de Vicente Aleixandre. El surrealismo tuvo gran difusión en las islas Canarias, donde sobresalen Pedro García Cabrera (1906-1981), autor de Transparencias fugadas y Entre la guerra y tú, y Agustín Espinosa (1897-1939), quien, en Crimen (1934 fue el año de su publicación definitiva), transita géneros literarios diversos: novela, poema, relato breve, diario. En Cataluña, cabe mencionar a J.V. Foix y Juan Eduardo Cirlot. En los países hispanoamericanos también tuvo eco el movimiento surrealista: Pablo Neruda en Chile, quien pasó por Madrid en 1935 y lanzó su manifiesto 'Sobre una poesía sin pureza'; Olga Orozco y Enrique Molina en Argentina; César Vallejo en Perú, a pesar de su condena de Breton por el abandono del marxismo; en Cuba Alejo Carpentier, quien elogia la aparición del surrealismo como una victoria sobre el supuesto escepticismo de las nuevas generaciones; en México Octavio Paz, quien ha sabido incorporar en sus reflexiones sobre la imagen y la creación literaria los hallazgos del surrealismo. Tanto en España como en la mayor parte de los países hispanoamericanos, florecieron movimientos literarios que reflejaron o recrearon las vanguardias literarias de las primeras décadas del siglo XX. En mayo de 1968, en Francia, se recuperaron como consignas y guías para la acción muchas frases surrealistas, especialmente las que destacan el poder revolucionario del sueño. Julio Cortázar las ha recogido en Último Round: 'El sueño es realidad'; 'Sean realistas: pidan lo imposible'; '¡Abajo el realismo socialista! ¡Viva el surrealismo!; 'Hay que explorar sistemáticamente el azar'; 'Durmiendo se trabaja mejor: formen comités de sueños'.
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