Evolución del modelo atómico.
A medida
que los científicos fueron conociendo la estructura del átomo a través de
experimentos modificaron su modelo atómico para ajustarse a los datos experimentales. El genial físico
británico Joseph J. Thomson observó que
los átomos contienen cargas negativas y
positivas, mientras que su compatriota Ernest Rutherford descubrió que la carga positiva del átomo está
concentrada en el núcleo. El físico danes Niels Bohr propuso la hipótesis de
que los electrones solo describen órbitas en torno del núcleo a determinada distancia y su colega austriaco Erwin Schrödinger, descubrió, que de, hecho
los electrones se comportan más como ondas que como partículas.
Átomo de Thomson 1898
El genio y físico
británico Joseph J. Thomson dio a conocer en 1898 uno de los más exitosos modelos
atómicos. Describió el átomo como una esfera con carga positiva en la que
estaban "incrustadas" unas pocas partículas con carga negativa
llamadas electrones.
Átomo de Rutherford 1911
Los
experimentos realizados por el físico británico Ernest Rutherford le llevaron a
deducir que la carga positiva de un átomo y la mayoría de su masa están
concentradas en una pequeña región central llamada núcleo. En el modelo de
Rutherford, los electrones, cargados negativamente, giraban alrededor del
núcleo como los planetas en torno al Sol.
Átomo de Bohr
1913
El físico
danés Niels Bohr descubrió que los electrones de un átomo sólo pueden tener
determinados valores de energía. Propuso que la energía de un electrón estaba
relacionada con la distancia de su órbita al núcleo. Por tanto, los electrones
sólo giraban en torno al núcleo a determinadas distancias, en "órbitas
cuantizadas", que correspondían a las energías permitidas.
Átomo de Schrödinger
1926
En 1926, el
físico austriaco Erwin Schrödinger introdujo un cambio revolucionario en el
modelo atómico. Según el modelo propuesto, los electrones no giran en torno al
núcleo, sino que se comportan más bien como ondas que se desplazan alrededor
del núcleo a determinadas distancias y con determinadas energías. Este modelo resultó
ser el más exacto: los físicos ya no intentan determinar la trayectoria y
posición de un electrón en el átomo, sino que emplean ecuaciones que describen
la onda electrónica para hallar la región del espacio en la que resulta más
probable que se encuentre el electrón.
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