El invento del Servomecanismo
Servomecanismo, en ingeniería, dispositivo
o conjunto de ellos que permite la automatización del control de un mecanismo o
de una fuente de energía. Los servomecanismos pueden ser mecánicos, eléctricos,
hidráulicos y ópticos. Su característica principal es que se activa por la llamada
señal de error, que viene determinada por la diferencia entre la señal
establecida como salida para una determinada señal de entrada y la señal de
salida real. Esta señal de error se envía a la entrada para compensar ese
error, de forma que el mecanismo se autorregula. Esta técnica se llama
realimentación.
La dirección de los automóviles es un
ejemplo de servomecanismo. La orientación de las ruedas delanteras se controla
mediante el giro del volante. Cuando soltamos el volante, un servomecanismo, que
en este caso es un sistema hidráulico y mecánico, obliga a las ruedas a volver
a la posición normal. Otro ejemplo de servomecanismo es el control automático
que efectúa un termostato del calor generado por un radiador doméstico. Otros
ejemplos son los pilotos automáticos utilizados en barcos, aviones y naves
espaciales, en los que el movimiento del vehículo está regido por las
instrucciones de la brújula. En las naves espaciales no tripuladas los
servomecanismos se encargan de orientar las cámaras, las antenas de radio y los
paneles solares. En este caso la señal de entrada es la que proporcionan los
sensores, que captan la situación del Sol y las estrellas, y la señal de salida
es la que se aplica a unos pequeños motores a reacción que giran y orientan la
nave.
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