El invento del: Fauvismo
Puente de Londres
Puente de Londres
(1906, Museo de Arte Moderno, MOMA, Nueva York), de André Derain, presenta la
perspectiva distorsionada, pincelada libre y fuerte colorido característicos de
los pintores fauvistas.
Fauvismo,
movimiento pictórico francés de escasa duración (entre 1904 y 1908,
aproximadamente) que revolucionó el concepto del color en el arte
contemporáneo. Los fauvistas rechazaron la paleta de tonos naturalistas
empleada por los impresionistas en favor de los colores violentos, introducidos
por los postimpresionistas Paul Gauguin y Vincent van Gogh, para crear un mayor
énfasis expresivo. Alcanzaron una intensa fuerza poética gracias al fuerte
colorido y al dibujo de trazo muy marcado, desprovisto de dramatismo lumínico.
El
término fauves, literalmente ‘fieras’, fue una etiqueta peyorativa
aplicada, probablemente por el crítico Vauxcelles, con motivo de la primera
exposición, celebrada en la sala VII del Salón de Otoño de 1905, donde se
mostraba un torso italianizante entre estas pinturas de colores casi puros;
ante esta visión, parece ser que el crítico exclamó: “Donatello entre las
fieras”. Sus integrantes fueron André Derain, Maurice de Vlaminck, Raoul Dufy,
Georges Braque, Henri Manguin, Albert Marquet, Jean Puy, Emile Othon Friesz y
Henri Matisse, su principal exponente. El término fauves nunca fue
aceptado por los propios pintores y, de hecho, no describe de ningún modo su
intención subjetiva ni el lirismo de sus imágenes.
El
fauvismo, a diferencia de otros ismos, no reclamaba un programa estético ni
lanzó ningún manifiesto. Pretendían revisar cuestiones abiertas aún no
resueltas por los impresionistas, como la imposibilidad de imitar los efectos
de la luz solar y su representación a través del color. De este modo su
intención fue la de explorar el color como un medio expresivo independiente de
la recreación de la luz.
Técnicamente,
el uso fauvista del color derivó de los experimentos realizados por Matisse en
Saint-Tropez durante el verano de 1904, donde contactó con los pintores que
aplicaban pequeñas manchas de color puro para conseguir una imagen óptica más
científica que la de los impresionistas. Los cuadros neoimpresionistas de
Matisse, mientras siguió estrictamente estas reglas, ya mostraban un
pronunciado interés por el lirismo del color.
En
general, se suele hablar de dos etapas del movimiento fauvista: la primera,
entre 1905 y 1906, denominada fauvismo de la técnica mixta, que se
caracterizaba por la síntesis entre el divisionismo de Georges Seurat y la
arbitrariedad de las áreas cromáticas de Vincent van Gogh. La segunda es el
llamado fauvismo del color plano, desarrollada entre los años 1906 y 1907,
influida por Gauguin y donde ya se apreciaba una madurez cromática y formal.
En
el verano de 1905, Matisse y Derain pintaron juntos en Collioure con “una luz
dorada que elimina sombras”. Empezaron a usar los colores complementarios
puros, en pinceladas vigorosas y uniformes, sueltas y alargadas, obteniendo así
campos lumínicos más que representaciones objetivas de la luz. Con su colorido
estridente, estos cuadros evocan en el espectador el espíritu del Mediterráneo.
Cuando ambos conocieron las pinturas de los mares del Sur de Gauguin, se
confirmaron en sus teorías sobre la subjetividad del color y se consolidó el
movimiento fauvista.
Matisse
rompió definitivamente con la representación naturalista (óptica) del color: la
nariz de una mujer puede representarse con una mancha verde si con ello se
añade expresividad a la composición. “Yo no pinto mujeres, pinto cuadros”, dijo
textualmente este artista.
Cada
pintor fauvista experimentó con las premisas del estilo a su modo. Hacia 1908,
no obstante, todos habían abandonado su vinculación al grupo, aunque
mantuvieron en su obra la constante del colorido como elemento expresivo de la
pintura.
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