El sistema sonar emite pulsos de ultrasonido mediante un dispositivo transmisor sumergido; a través de un micrófono sensible, o hidrófono, capta los pulsos reflejados por posibles obstáculos o submarinos.
Los submarinos modernos dependen del sonar para la detección de barcos enemigos. Los sistemas más evolucionados utilizan un cable muy largo con varios hidrófonos conectados. Una vez en altamar, el submarino suelta el cable y lo lleva a rastras. También se utilizan aviones para desplegar otro tipo de sonar, que emplea un dispositivo denominado sonoboya, compuesto por un hidrófono montado sobre una boya flotante. Cuando se capta un ruido, como el de un motor de submarino, el detector activa una pequeña emisora de radio que transmite una señal que se recibe en los aviones antisubmarinos.
Como consecuencia de la tecnología sonar, o de ultrasonido, se han desarrollado la oceanografía acústica, el estudio de las características de los océanos utilizando diferentes medios acústicos, y la tomografía acústica, una técnica de representación de imágenes o teledetección mediante análisis informático para el estudio de los datos recopilados cuando las señales acústicas atraviesan un objeto. La tomografía acústica se utiliza en la investigación oceanográfica y médica, así como para el diagnóstico médico, por medio de ultrasonido.
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