El candado





Un candado es un dispositivo de seguridad que se utiliza como cerradura portátil cuando las puertas donde se ubica no permiten colocar una cerradura normal. El candado resulta más barato que una cerradura y es muy fácil de utilizar. Especialmente adecuado resulta cuando algunos cierres de puertas grandes metálicas se cierran con cadenas de acero. Para bloquear ese cierre, se pone el candado y, entrando su gancho por los eslabones de la cadena y cerrando el candado, queda bloqueada la puerta. Para desbloquear o abrir un candado se utiliza una llave normal de acero, aunque hay algunos que se abren mediante el juego de claves que se introducen en el sistema de cierre que permiten una alineación del cierre y por tanto su apertura. A veces estos candados permiten reprogramar la clave cada vez que se utilizan.
Servicios Integrales
Butterfly

Servicios Integrales



Los candados tienen una amplia variedad de aplicaciones cotidianas, principalmente en cierres que no se utilicen a menudo, para impedir el acceso de ladrones o intrusos a dependencias privadas que puedan realizar robos, sabotajes o actos vandálicos. Los más grandes y sofisticados se utilizan para el bloqueo de puertas metálicas que se cierran con cadenas.
A finales del siglo XVII Christopher Polhem fundó una fábrica en Stjünsund, y entre otros instrumentos inventó y fabricó un tipo de candado que fue conocido como el candado escandinavo “Polhem”. Harry Soref fundó la empresa Master Lock Company en 1921 y patentó un tipo de candado, mejorando el modelo escandinavo. En abril de 1924 vendió la patente de su candado. Soref creó un candado que era fuerte y barato utilizando un casco de capas de metal, parecido al material que se utilizaba para construir las puertas de una sucursal bancaria. En 1919 presentó este tipo de candado utilizando acero laminado. también se puede utilizar como juguete

El lápiz





El lápiz


planetamexico.com.mx
estamos en
PlanetaMexico.com.mx


Visita nuestra web
En documentos alemanes muy antiguos, aparece descrito un instrumento  de escribir  que consiste en una pieza de plomo metido en una varilla  de madera, en 1765, la familia Faber inició la fabricación  de lápices hechos  con grafito en Nuremberg  más tarde otros también se dedicaron a la fabricación de lápices  y su uso se generalizó rápidamente, a pesar de su uso masivo jamás lograron sustituir el uso de la pluma de ganso como instrumento de escritura tradicional y de mayor permanencia y colorido. Hoy en día existe una enorme variedad de lápices, para muy diversos usos. Desde lápices especiales para marcar metales, de colores, lápices de cejas, duros, suaves y muchos más. Una versión de su invención dice que fue inventado fue inventado por Josef Hardtmuth, un austríaco del que ahora se conmemora el 250 aniversario de su nacimiento, el 20 de febrero de 1752.

Hijo de un carpintero de Aspern an der Zaya, Baja Austria, Hardtmuth aprendió en Viena el oficio de albañil, llegó a ser arquitecto de los Príncipes de Liechtenstein y fundó posteriormente una fábrica de tejas y una manufactura de loza.

Descontento con la baja calidad de los utensilios de los que entonces se disponía para escribir, tuvo la ocurrencia de mezclar la arcilla con polvo de grafito, formar unas minas y cocerlas, para sumergirlas después en un baño de cera para que el grafito dejara rastro en el papel.

Añadiendo las cantidades adecuadas de arcilla a la mezcla, pudo determinar el grado de dureza del lápiz, y en 1792 fundó su propia empresa en Viena, cuya producción sigue existiendo hoy en día.

Desde antes de 1665 (algunas fuentes dicen desde 1600), un depósito enorme de grafito fue descubierto en Seathwaite Fell, cerca de Borrowdale, Cumbria, Inglaterra.[ Los locales descubrieron que era muy útil para marcar ovejas. Este depósito particular de grafito era extremadamente puro y sólido, y podría ser fácilmente aserrado en palillos. Éste era y sigue siendo el único depósito de gran escala de grafito encontrado en esta forma sólida  La química estaba en su infancia y la sustancia era probablemente una forma de plomo. Por lo tanto, fue llamado plumbago (en latín, plomo). El valor del grafito pronto pasó a ser enorme, principalmente porque podría ser utilizado para alinear los moldes para las bolas de cañón, y el control de las minas fue asumido y resguardado por la corona. El grafito tuvo que ser pasado de contrabando hacia el exterior para el uso en lápices. El grafito, al ser suave, requiere un tipo de casco o cubierta. Los palillos de grafito, al principio, se envolvían en cordeles o en el cuero de oveja para darle estabilidad. La fama de la utilidad de estos primeros lápices se extendió, atrayendo la atención de artistas por todo el “mundo conocido”. Aunque los depósitos de grafito hubieran sido encontrados en otras partes del mundo, no poseían la misma pureza y calidad que los hallados en Borrowdale, y tuvieron que ser machacados para eliminar impurezas y dejar sólo el polvo de grafito. Inglaterra continuó disfrutando de un monopolio en la producción de lápices hasta que se encontró un método de reconstituir el polvo del grafito. Los lápices cuadrados distitivos ingleses continúan haciéndose con palillos cortados de grafito natural desde 1860. Hoy, la ciudad de Keswick, cercana a la zona del hallazgo original del bloque de grafito, tiene un museo del lápiz.

La primera tentativa de fabricar los palillos del grafito pulverizado se llevó a cabo en Núremberg, Alemania, en 1662. Se utilizó una mezcla de grafito, sulfuro, y antimonio.

El lápiz en inglés es comúnmente llamado "pencil" o “lead” plomo, pero los lápices no contienen plomo en sus componentes. El grafito residual de un palillo de lápiz no es venenoso; el grafito es inofensivo si se consume. Fueron los italianos los primeros en idear la sujeción de madera. Una pareja de italianos, Simonio y Lyndiana Bernacotti, fueron los primeros que crearon diseños para el lápiz moderno de carpintería con el fin de marcar sus piezas de madera; sin embargo, su versión era chata, ovalada, un tipo de lápiz más compacto. Hicieron esto al principio ahuecando un palillo de madera de enebro. Poco después crearon una técnica mejorada: se tallaban dos mitades de madera, un palillo del grafito insertado, y luego las dos mitades eran pegadas; esencialmente el mismo método sigue vigente hoy día.

1846. La dinamita




El invento en 1846 de  La dinamita

En 1846, in químico italiano, Sobrero descubrió la nitroglicerina , un explosivo sumamente peligroso e inestable, por lo tanto difícil de manipular. Alfredo Nobel, hijo de Immanuel Nobel, el inventor de la madera laminada o “Plywood”, se interesó por darle uso a la nitroglicerina, e inventó la cápsula de mercurio fulminante, como detonante de la nitroglicerina, posteriormente  mezclo  la nitroglicerina con un mineral llamado tripoli, haciéndola más manejable, la mezcla resultante tenía menos fuerza explosiva que la nitroglicerina pura, pero era mucho más potente que la pólvora. Este producto fue bautizado por Nóbel con el nombre de  dinamita. Más tarde Nóbel  inventó la gelignita, una mezcla de nitroglicerina y nitrocelulosa, que era más poderosa y más fácil de usar que la dinamita.
Nóbel ganó una fortuna, y estableció una fundación para otorgar premios a aquellos que contribuyeran  de manera notable al desarrollo de la ciencia, la literatura y la preservación de la paz.
La palabra dinamita viene de la palabra griega δυναμις (dunamis, «potencia», «movimiento») y el sufijo, también griego, -ιτης (-itēs), que indica «inflamación», «irritación». Alfred Nobel lo llamó su «Polvo de Seguridad para Explotar».
La dinamita se solía fabricar mezclando nitroglicerina y tierra de diatomeas con un alto contenido de dióxido de silicio. Esta última actuaba como una especie de esponja, absorbiendo y estabilizando la nitroglicerina haciendo su uso como explosivo más seguro y práctico. Se solía vender en forma de tubos de cartón llenos con el compuesto, que medían entre 15 cm y 20 cm de largo por 2,54 cm de diámetro.
Por su alta estabilidad, la dinamita reemplazó rápidamente a la nitroglicerina en aplicaciones como las demoliciones y la minería, y como relleno explosivo en los proyectiles de artillería y cargas de demolición militares. La dinamita es además químicamente más inerte que la nitroglicerina pura, lo que hace posible su almacenamiento seguro, aunque sólo a medio plazo, ya que con el paso del tiempo y con una temperatura de más de 30°C la nitroglicerina se escurre del dióxido de silicio y "suda" nitroglicerina que se concentra en gotas muy sensibles al movimento, al calor y a la descomposición química en productos químicos más inestables. La dinamita es tan estable, que generalmente los cartuchos de dinamita nuevos y en buenas condiciones no explotan aunque se expongan al fuego, siendo necesario utilizar un detonador para hacerlas estallar.

Debido a la constante mejora en los explosivos y técnicas de demolición, así como los problemas que plantea su almacenamiento y la producción de nitroglicerina para su elaboración, la dinamita ha sido reemplazada comercialmente por otros explosivos como el trinitrotolueno (TNT)

La pólvora





En el siglo XVIII, Roger Bacón, filósofo  y científico inglés, inventó una mezcla de  varios ingredientes  químicos, que según el resultado de sus experimento explotaban  al contacto con el fuego, ese producto en polvo fue la pólvora, también se cree que mucho antes de que Bacón naciera los chinos la usaban para sus fuegos artificiales y que Marco Polo la dio a conocer en Europa, este tipo de pólvora no era tan explosiva.
La pólvora es una sustancia explosiva utilizada principalmente como propulsor de proyectiles en las armas de fuego, y como propulsor y con fines acústicos en los juegos pirotécnicos.

La primera pólvora descubierta es la denominada pólvora negra, que está compuesta de determinadas proporciones de carbono, azufre y nitrato de potasio. Tiene la siguiente proporción: 75% de nitrato de potasio, 15% de carbono y 10% de azufre. Actualmente se utiliza en pirotécnicos y como propelente de proyectiles en armas antiguas. Las modernas pólvoras están basadas en explosivos, como el TNT, que con diversos elementos reduce su velocidad de combustión a fin de lograr un efecto de propelente antes que un efecto explosivo puro.

Las ventajas de las pólvoras modernas son su bajo nivel de humo, bajo nivel de depósito de productos de combustión en el arma y su homogeneidad, lo que garantiza un resultado consistente, con lo que aumenta la precisión de los disparos.

Su fórmula es KNO3 + S + C.

La pólvora fue inventada por los chinos para hacer fuegos artificiales y armas, aproximadamente en el siglo IX de nuestra era, aunque no concibieron las armas de fuego como nosotros las conocemos. Los griegos y los árabes la introdujeron en Europa alrededor del 1200.

Es probable que la pólvora se introdujera en Europa procedente del Oriente Próximo. La primera referencia a su fabricación en Europa se encuentra en un documento de Roger Bacon, la Epistola de secretis operibus Artis et Naturae, et de nullitate Magiae (ca. 1250). En este texto leemos:

Accipiatur igitur de ossibus Adae, et de calce sub eodem pondere; et sint sex ad lapidem Tagi, et quinque ad lapidem unionis; et terantur simul cum aqua vitae, cujus proprium est dissolvere omnes res alias, ita quod in ea dissolvantur et assentur. Et iteretur multotiens contrition et assatio, donecin cerentur; hoc est ut uniantur partes, sicut in cera. Et signum incerationis est, quod medicina liquescit super ferrum valde ignitum; deinde ponatur in eadem aqua in loco calido et humido, aut supendatur in vapore aquarum valde calidarum; deinde dissolvantur, et congelentur ad solem. Dein accipies sal petrae, et argentums vivum convertes in plumbum, et iterum plumbum eo lavabis et mundificabis, ut sit proxima argento, et tunc operare ut prius. Item pondus totum sit 30. Sed tamen sal petrae LURU VOPO VIR CAN VTRIET sulphuris; et sic facies tonitruum et coruscationem, si sias artificium (Cap. XI)

Berthold Schwarz, un monje alemán, a comienzos del siglo XIV, puede haber sido el primero en emplear pólvora para impulsar un proyectil, aunque parece ser que por esa misma época los árabes ya la habían usado con ese mismo fin en la Península Ibérica, según se desprende de las crónicas del rey Alfonso XI de Castilla. El siguiente párrafo, transcrito y adaptado al castellano moderno, corresponde a la crónica del rey Alfonso XI sobre el sitio de Algeciras (1343), y es la primera referencia escrita del empleo de la pólvora con fines militares, si bien hay quien sostiene que esa misma sustancia ya había sido utilizada, también por los árabes, en la defensa de la ciudad de Niebla (Huelva) cuando fue sitiada por Alfonso X el Sabio, casi un siglo antes.

..tiraban [los árabes] muchas pellas [bolas] de hierro que las lanzaban con truenos, de los que los cristianos sentían un gran espanto, ya que cualquier miembro del hombre que fuese alcanzado, era cercenado como si lo cortasen con un cuchillo; y como quisiera que el hombre cayera herido moría después, pues no había cirugía alguna que lo pudiera curar, por un lado porque venían [las pellas] ardiendo como fuego, y por otro, porque los polvos con que las lanzaban eran de tal naturaleza que cualquier llaga que hicieran suponía la muerte del hombre.

Sean cuales fueren los datos precisos y las identidades de sus descubridores y primeros usuarios, lo cierto es que la pólvora se fabricaba en Inglaterra en 1334 y que en 1340 Alemania contaba con instalaciones para producirla.

El primer intento de emplear la pólvora para minar los muros de las fortificaciones se llevó a cabo durante el sitio de Pisa (Italia) en 1403. En la segunda mitad del siglo XVI, la fabricación de pólvora era un monopolio del Estado en la mayoría de los países.

Fue el único explosivo conocido hasta el descubrimiento del denominado oro fulminante, un poderoso explosivo utilizado por primera vez en 1628 durante las contiendas bélicas que se desarrollaron en el continente europeo.

Químicamente, el carbón y el azufre arden gracias al nitrato potásico, que es el comburente, pues suministra el oxígeno para la combustión. Se puede emplear nitrato sódico (nitro de Chile), pero es higroscópico (condensa sobre sí la humedad ambiente). También hay otra pólvora comúnmente usada, que en vez de nitrato potásico lleva clorato potásico (KClO3), cuyo uso se da en pirotecnia. El clorato de potasio no es muy higroscópico y funciona mejor que el nitrato de potasio, pero la combustión junto al carbón y al azufre se hace mucho más rápidamente, siendo casi explosiva; por ello se usa en pirotecnia. Las cantidades de cada componente son: 50% KClO3, 35% carbón y 15% azufre. El azufre ayuda en la combustión, porque cuando se quema, se produce dióxido y trióxido de azufre, SO2 y SO3, y al juntarse con moléculas de agua procedentes, no de la combustión, sino de la humedad, se producen ácido sulfúrico (H2SO4) y sulfuroso (H2SO3), que reaccionan violentamente con el clorato de potasio, haciendo que se descomponga muy rápidamente.

Aunque aun se pueda encontrar este tipo de pólvora para los fines descritos anteriormente, esta fue desplazada por la pólvora nitrocelulósica o sin humo en la ultima década del siglo XIX, substituyéndola totalmente por las notables ventajas que tenia sobre la otra.

La ventaja que influyó con mayor fuerza para cambiar de una pólvora a otra fue el nulo residuo que dejaban en el anima del cañón las nuevas pólvoras sin humo. Esto fue una gran ventaja, ya que se podían disparar cientos de disparos sin tener que limpiar el cañón.

Ventajas de la pólvora sin humo respecto de la negra  

  • No deja prácticamente residuos y los pocos que deja no son higroscópicos, por lo que no producen la rápida oxidación del anima del cañón.
  • Apenas sale humo por la boca del cañón al efectuar un disparo. Con lo que hace más difícil averiguar el lugar de procedencia de los disparos.
  • Es mucho más potente y por eso contribuyó a la reducción de calibres.
  • Es muy estable e insensible a los cambios de temperatura y golpes, mas fácil de fabricar, y almacenar con un nivel de peligro más bajo.
  • Su manejo no es tan peligroso y en caso de que se prendiera fuego, al ser más lenta su combustión apenas haría daños.


Por todo esto a finales del siglo XIX se hicieron innumerables ensayos con distintos tipos de propelentes hasta llegar a lo que conocemos hoy por pólvora sin humo y ya en la ultima década de ese siglo aparecieron los primeros cartuchos militares con este tipo de propelentes, el 8 Lebel, el 30-30 etc.

Sus medidas de seguridad son: mantenerla siempre húmeda con agua destilada para evitar que explote y tambien en envases de plástico sólido para evitar estatica.

El Cerillo





El químico sueco John Walker fue el primero en hacer el descubrimiento de que cuando un palito de madera cubierto con clorato de potasio y sulfuro de antimonio era raspado contra una piedra, se generaba un flama. Por primera vez, el hombre podía hacer fuego con rapidez, de manera limpia y segura. Otros químicos perfeccionaron la mezcla de Walker y en la década de 1850, un científico sueco dividió los componentes químicos entre el cerillo y la superficie donde éste se raspa, creando un cerillo mucho más seguro.

Un fósforo, también denominado cerilla o cerillo es un utensilio fungible, consistente en una varilla en uno de cuyos extremos (la cabeza de la cerilla) hay una gota de un compuesto que contiene fósforo, que se enciende si se frota contra una superficie adecuada como lija.

Generalmente los hay de dos tipos: integral y de seguridad. Integral es aquel que enciende por fricción en cualquier sitio; el de seguridad sólo enciende en su rascador. También se pueden clasificar por el tipo de material de que esté fabricado el vástago, ya sea madera, papel o papel con cera (estos últimos son los que merecen propiamente el nombre de cerilla).

El principio de encendido es el añadir energía para generar una reacción controlada de oxidación-reducción e inflamar un combustible.

Ya había un antecedente en Egipto en 3500 a. C., que eran palitos de madera de pino impregnados de azufre que se encendían al contacto con una chispa.

En 1669 Hennig Brandt, un alquimista de Hamburgo aisló el elemento fósforo. En 1680 a Robert Boyle se le ocurrió revestir de fósforo un pequeño pedazo de papel, y poner azufre a la punta de una astilla de madera, que al ser frotada contra el papel, se encendía.

El primer fósforo moderno autocombustible lo inventó en 1805 K. Chancel, ayudante del profesor Louis Jacques Thénard, de París. La cabeza del fósforo era una mezcla de clorato de potasio, azufre, azúcar y goma. Se encendía sumergiendo el extremo con esta mezcla en un recipiente con ácido sulfúrico. Nunca llegó a popularizarse por su alto coste y peligrosidad.

En el año 1817, un químico francés demostró ante sus colegas de la universidad las propiedades de su “cerilla etérea”, que consistía en una tira de papel tratada con un compuesto de fósforo, que ardía al ser expuesta al aire. El papel combustible se encerraba herméticamente en un tubo de cristal al vacío. Para encenderla, se rompía el cristal y, apresuradamente, se aprovechaba el fuego, puesto que la tira de papel sólo ardía unos instantes.

Un día del año 1826 John Walker se encontraba en su laboratorio intentando crear un nuevo explosivo. Al remover una mezcla de productos químicos con un palito, observó que en el extremo de éste se había secado una gota en forma de lágrima. Para eliminarla, la frotó contra el suelo del laboratorio, provocando que se encendiera. Así fue inventada la cerilla de fricción. Walker escribió luego que la gota en el extremo del palito contenía sulfuro de antimonio, clorato de potasio, goma y almidón. Las vendió bajo el nombre "congreves", en alusión al cohete congreve, pero el invento fue patentado por Samuel Jones, y comercializado con el nombre de "lucifers". Estos fósforos presentaban una serie de problemas: el olor era desagradable, la llama era inestable y la reacción inicial era sorprendentemente violenta, casi explosiva, en ocasiones lanzando chispas a considerable distancia.

En 1830, el químico francés Charles Sauria añadió fósforo blanco para quitar el mal olor. En cada caja de cerillas, que debía ser hermética, había suficiente fósforo blanco como para matar a una persona, y los obreros involucrados en su fabricación sufrieron necrosis de los huesos de la mandíbula (fosfonecrosis) y otras enfermedades óseas debidas a la inhalación de los vapores del fósforo blanco, lo que provocó una campaña para prohibir su fabricación.

En 1836, el estudiante de química húngaro János Irinyi sustituyó el clorato de potasio por dióxido de plomo. Las cerillas así fabricadas ardían uniformemente; se las llamó cerillas silentes. Irinyi vendió su descubrimiento a István Rómer, húngaro radicado en Viena, quien se hizo rico con la fabricación de estas nuevas cerillas.

Años después, debido a la toxicidad del fósforo blanco, se prohibió por ley el uso de éste en la fabricación de cerillas. Finlandia promulgó esta ley en 1872, Dinamarca en 1874, Suecia en 1879, Suiza en 1881 y Holanda en 1901. Gran Bretaña la llevó a cabo en 1910, Estados Unidos aplicó un impuesto especial en 1913, India y Japón lo prohibieron en 1919 y China en 1925.

Los fósforos de seguridad fueron un invento del sueco Gustaf Erik Pasch en 1844 y fueron mejorados por John Edvard Lundström una década después. La seguridad viene dada por la sustitución del fósforo blanco por fósforo rojo, y por la separación de los ingredientes: la cabeza de la cerilla se compone de sulfuro de antimonio y clorato de potasio, mientras que la superficie sobre la que se frota es de cristal molido y fósforo rojo. En el momento de frotar ambas, debido al calor de la fricción parte del fósforo rojo se convierte en fósforo blanco, éste se prende, y comienza la combustión de la cerilla.
Dos químicos franceses, Savene y Cahen, patentaron en 1898 una cerilla a base de sesquisulfuro de fósforo, en lugar de fósforo puro, y clorato de potasio. Ésta era capaz de encenderse frotándola contra cualquier superficie rugosa y no era explosiva ni tóxica. En 1899, Albright y Wilson desarrollaron un método seguro de fabricar cantidades industriales de sesquisulfuro de fósforo, y empezaron a venderlo a los grandes fabricantes.

La Pistola





Parece que la pólvora fue inventada en el siglo XI en China como una medicina, pero fueron las propiedades explosivas de ésta lo que despertó el interés de Europa. Llevó a la creación del cañón en el siglo XIII, lo cual transformó la guerra, superando con mucho el poder de las armas medievales. Uno de los más grandes pasos hacia el camino de la pistola moderna fue el cartucho de metal Smith and Wesson, disparado por primera vez en 1857.
Una pistola es un arma de fuego corta diseñada para usarse con una sola mano y que dispara balas a corto alcance (generalmente una distancia efectiva de 50 m). Creada para la defensa, se utiliza contra ataques ofensivos, porque el propósito original de la pistola es herir a un atacante para incapacitarlo.
Aunque las primeras pistolas se crearon en el siglo XVI como armas auxiliares de la caballería, en el siglo XV el término pistola se refería a los pequeños puñales y dagas que se llevaban escondidos entre la ropa. En la primera mitad del siglo XVI se refieren en lengua castellana las primeras pistolas como arcabuces pequeños. Ya en la segunda mitad de ese siglo se empleaba el término pistolete. Para primeros del XVII, el término pistola para referirse a las armas de fuego cortas empuñadas con una mano, ya estaba extendido.



La palabra proviene del francés pistol, y ésta del checo píšťala (flauta), por la forma de las armas antiguas de las guerras Husitas. Otra teoría se refiere a la ciudad italiana Pistoia, donde se manufacturaban las dagas.
Hasta el siglo XIX, la pistola emplea básicamente los mismos mecanismos de disparo que los mosquetes y fusiles antiguos: mecanismo de rueda en el XVI/XVII, de chispa en el XVIII y primera parte del XIX y de percusión al aparecer este tipo de mecanismo a principios del XIX.


Todas estas pistolas requerían la recarga de su munición manualmente después de cada disparo. La munición se introducía por la boca del cañón (arma de avancarga) y consistía en pólvora, proyectil y taco de papel (que servía de tapón para mantener comprimidos los dos anteriores dentro del cañón y se presionaba con un adminículo denominado baqueta). Este método de recarga era muy lento y, generalmente, los combatientes desenfundaban sus sables o espadas después de disparar, ya que las circunstancias no permitían recargar nuevamente la pistola.


La primera evolución de la pistola capaz de disparar varias veces antes de recargar munición fue el revólver, también llamado pistola rotativa. Se sabe de un modelo utilizado por el ejército británico en el siglo XIX, pero el revólver moderno lo patentó Samuel Colt en 1835. Este sistema aloja la munición en un barrilete ("tambor") desmontable que gira con el recorrido de vuelta del gatillo, colocando de esta manera una nueva recámara ("nicho") ante el percutor.

En la recámara del barrilete se introducía una porción de pólvora negra (generalmente DuPont), taco de papel, munición (plomo) y se retacaba con una palanca situada bajo el tubo cañón. Este procedimiento se realizaba con sumo cuidado para evitar que la presión inflamara la pólvora anticipadamente. Por la parte posterior de cada recámara del barrilete se colocaba un fulminante como primer detonante.
Debido a lo complejo y lento de esta operación, no era de extrañar que los soldados de caballería llevaran consigo una dotación de barriletes pre-cargados, los cuales eran desmontables.

La falta de especialización de la manufactura de las armas de la época y los bajos controles de calidad propiciaron una serie de accidentes en los que no era raro lesionarse seriamente las manos en el momento de cargar y accionar las pistolas.
Comúnmente, el revólver tiene seis recámaras, pero hay modelos que tienen entre cinco y nueve.
Cuando se extendió el uso de las ametralladoras Maxim, varios fabricantes de armas decidieron adaptar el mecanismo de disparo automático para crear pistolas semiautomáticas. El primer modelo exitoso fue la Bochardt, creada por el armero alemán Hugo Bochardt y aparecida en 1894. Era voluminosa, frágil, incómoda y difícil de maniobrar con una mano; se caracterizó por un ingenioso mecanismo de seguro parecido a la articulación de la rodilla, que era confiable. Utilizaba el potente calibre 7,63 mm. Se fabricaron pocos ejemplares del modelo.

En 1896 aparece el modelo C-96, creado por Paul Mauser. También utilizaba el calibre 7,63 mm. Fue el primer modelo semiautomático empleado en la segunda guerra de los Bóers en Sudáfrica y en las revoluciones rusa y china. El siguiente modelo exitoso, aparecido ese mismo año, fue el Luger Parabellum creado por Georg Luger, y adoptado por el ejército alemán como su pistola oficial durante la Primera Guerra Mundial. Se caracterizó por mejorar el mecanismo de seguro de la Bochardt y por ser el primer modelo en utilizar el calibre 9mm Parabellum (o 9 mm Luger en esa época), también creado por el fabricante. Su modelo sufrió varias modificaciones y estuvo en producción hasta en la Segunda Guerra Mundial, donde el ejército alemán tenía otra reglamentaria (p38), pero la necesidad de armas hizo continuar la producción de Luger.
El primer armero estadounidense en crear pistolas semiautomáticas fue John Browning, que comienza a desarrollar sus propias pistolas de acción simple y en 1900 empieza a colaborar con FN y la marca Colt, para la que diseñó en estos años varios de los cartuchos clásicos más conocidos para pistola: el .25 ACP (6,35x16 mm), el .32 ACP (7,65x17 mm) y el .380 ACP (9x17 mm o más popularmente el 9 corto) que empleó indistintamente para sus diseños en Europa y Estados Unidos.


Todos estos calibres ACP (Automatic Colt Pistol) fueron los más populares para pistola en Europa durante muchos años, aunque en Estados Unidos pronto se vieron eclipsados por el potente .45 ACP (11´43x23mm) del propio Browning.
La Colt M1911 fue el primer modelo con un excelente poder de parada, y también el primero en utilizar el calibre .45 ACP creado para ese modelo por su fabricante. Un arma legendaria en Estados Unidos. Ha sido empleada por el ejército estadounidense durante 74 años. Sólo sufrió algunas modificaciones en 1926 y se renombró Colt M1911A1.

La primera pistola de doble acción fue la Walther PP, diseñada en 1929 para uso policial y en varios calibres de baja potencia. El primer modelo de doble acción de uso militar fue la Walther P38, usada por primera vez por los alemanes en la Segunda Guerra Mundial; podía recargarse su munición y dejarse lista para disparar sin riesgo de disparo accidental.

La pistola Browning High Power, vendida por primera vez en 1935, es la primera en tener un cargador con dos hileras para almacenar más munición. Posee además mejores seguros contra disparos accidentales y otras mejoras. Todavía se sigue fabricando el modelo original y versiones de doble acción. Junto con el modelo M1911A1, han sido posiblemente las pistolas más copiadas e imitadas de la historia. Como anécdota, el arma fue empleada en la Segunda Guerra Mundial en los dos bandos: los alemanes la fabricaban en la Bélgica ocupada y los británicos en Canadá.

La Guillotina





Es una de las más grandes ironías que el inventor de la máquina más eficiente de ejecución haya sido un activista contra la pena de muerte. Fue el médico y penalista Joseph Ignace Guillotin quien propuso el aparato como una forma rápida y relativamente humana de ejecución, en comparación al desmembramiento y a la decapitación con un hacha. Y el invento “pegó”. Fue usada en Francia por última vez en 1977 y permaneció como uno de los métodos “legales” de ejecución hasta que Paris finalmente la abolió en 1981.

La guillotina fue la máquina utilizada para aplicar la pena capital por decapitación en varios países europeos como Francia, Bélgica, Suecia, la antigua República Federal de Alemania, la antigua República Democrática de Alemania, y algunos cantones Suizos. Su utilización se inició en Francia en 1789.
También se usa para denominar a sistemas que usan un mecanismo similar, como las ventanas de guillotina, de apertura vertical; una cuchilla para cortar papel por presión; o el sistema de regulación del caudal de aire al motor utilizado en competición y alternativo a la válvula de mariposa, habitual en los motores de calle.
La máquina empezó a ser llamada "guillotina", por el Dr Joseph Ignace Guillotin, aunque se debe aclarar que él no fue el inventor de dicho dispositivo. La guillotina tal como fue usada durante la revolución fue inventada por los herreros Schmidt y Clairin, y probada con unos carneritos por el doctor Louis. Como diputado en la Asamblea Constituyente Francesa en ese entonces, el Dr. Guillotin propuso el uso de la máquina para llevar a cabo las ejecuciones. De modo que, como fue él quien sugirió el uso del artefacto, la máquina empezó a ser nombrada por su apellido. También es falso el comentario sobre su muerte guillotinado, falleció en su residencia en 1814.
Esta máquina consiste en una cuchilla de acero con un lastre de plomo de unos 60 kg en su parte superior que baja a gran velocidad por unas guías hasta realizar un corte rápido que secciona la cabeza. Según ciertos informes algunas veces la cabeza, ya separada del cuerpo, podía seguir consciente durante 30 segundos.
La primera víctima de este atroz sistema fue Pelletier, en 1792 durante la Revolución francesa; la última fue Hamida Djandoubi, en 1977. Finalmente, la pena de muerte fue abolida en Francia en 1981, por François Mitterrand.
La guillotina tradicional consiste en un armazón de dos montantes verticales unidos en su parte superior por un travesaño denominado chapeau (sombrero), que sostiene en alto una cuchilla de acero con forma triangular con un lastre (mouton) de plomo de más de 60 kilogramos en su parte superior. En su parte inferior se dispone un cepo de dos medias lunas (fenêtre) de las cuales la superior es móvil. Justo detrás de la máquina hay una plancha de madera que actúa como báscula. Hasta el siglo XX, era común que la guillotina estuviera elevada sobre un cadalso y pintada de rojo. Una ejecución puede completarse en menos de un minuto; de hecho, la acción mecánica es tan rápida que la cabeza permanece consciente unos 30 segundos después de haber sido cercenada.

Para evitar al condenado sufrimientos inútiles, Guillotín propuso a la Asamblea (octubre de 1789) la adopción de la máquina, pero no fue escuchado. Insistió y, en abril de 1792, fue ensayada con cadáveres y animales. El secretario de la Academia de Cirugía, Doctor Antonio Luis, modificó la cuchilla horizontal por otra con forma oblicua, de mayor efectividad en el corte. La Asamblea Constituyente adoptó el uso de la guillotina a fin de que la pena de muerte fuera igual para todos, sin distinción de rangos ni clase social. El primer ajusticiado de esta forma fue un bandido llamado Pelletier, el 27 de mayo de 1792.
En un principio el corte de la hoja era horizontal, pero debido a los fallos en las pruebas realizadas con cadáveres y por recomendación del propio Luis XVI (el cual murio guillotinado en la revolucion), se inclinó para que cortase eficazmente. El reo es acostado sobre la báscula posterior y empujado al trangallo o cepo, donde su cuello queda aprisionado; el verdugo acciona un resorte y la cuchilla cae, separando la cabeza del tronco a la altura de la cuarta vértebra cervical, la cual es recogida en un saco de cuero (y no en un cesto, como tantas veces se ha visto en películas).
La última ejecución efectuada en Francia con este método tuvo lugar el 10 de septiembre de 1977; el ajusticiado se llamaba Hamida Djandoubi y era un inmigrante tunecino que había asesinado a su compañera.
La abolición progresiva de la pena de muerte en Europa, acabo con el uso de la guillotina. En Suecia, la guillotina dejó se ser utilizada en 1910, en Bélgica en 1918, en Alemania Federal en 1949, y en la antigua República democrática de Alemania en 1969. Luego de sucesivas movilizaciones por parte de organizaciones de derechos humanos, la pena de muerte fue abolida en Francia en 1981.
En 1996, el demócrata estadounidense Doug Teper, representante del Estado de Georgia, propuso sustituir la silla eléctrica por la guillotina a fin de evitar todo sufrimiento al condenado y de permitir la donación de órganos. La propuesta fue rechazada por considerar que la guillotina es un método salvaje porque es sangriento.

El Anzuelo





No es un instrumento complicado: Una pieza de metal doblado con una punta filosa, pero a lo largo de la mayor parte de la historia humana nos ha permitido disfrutar de los alimentos sin arriesgar la vida o alguna extremidad cazando animales salvajes, o matándonos en los campos de cultivo. Los primeros anzuelos, los cuales probablemente datan del año 30,000 a.C., fueron hechos con madera. Otros fueron confeccionados a partir de cuernos, conchas, espinas e, incluso, como en la Isla de Pascua, con los huesos de los pescadores muertos.

Un Anzuelo es un dispositivo para la captura de peces, y se engancha en el paladar, en la boca y muy raramente en el cuerpo del pez. Los anzuelos han sido utilizados durante siglos por los pescadores para capturar pescados frescos de agua salada. En 2005, el anzuelo fue elegido por la revista Forbes como una de las veinte principales herramientas en la historia del hombre.  Los anzuelos normalmente llevan algun tipo de señuelo o cebo, todo enlazado por el hilo que conecta al pez capturado con el pescador. Hay una enorme variedad de anzuelos en el mundo de la pesca. Los tamaños, diseños, formas y materiales son variables en función de la finalidad prevista del anzuelo. Anzuelos fabricados para una amplia gama de efectos de la pesca en general a las aplicaciones son muy limitadas y especializadas.

El anzuelo o un dispositivo similar ha sido probablemente utilizado por el hombre durante miles de años. Ejemplos de ello es que han encontrado anzuelos en palestina alrededor del año 7000 AC.El hombre ha creado los anzuelos de todo tipo de materiales que incluyen la madera, de animales  y huesos humanos, cuerno, conchas, piedra, bronce, hasta el hierro en la actualidad, son los materiales de hoy en día. En muchos casos, los ganchos se crearon a partir de múltiples materiales para aprovechar la fuerza y las características positivas de cada material. Los noruegos en la década de 1950 todavía utilizaban madera de enebro para crear anzuelos. Los ganchos de acero de calidad comenzó a hacer su aparición en Europa en los años 1600 y hacer los anzuelos se convirtió en una tarea para los profesionales.
Las partes de un anzuelo: La punta es la que penetra en la boca del pez; el ojo es el final del gancho que está conectado a la línea de pesca o el hilo; la curva y el cuello la parte del gancho que une el punto y el ojo; es la brecha la distancia entre la cuello y el punto. En muchos casos, los ganchos se describen mediante el uso de estas diferentes partes del anzuelo.



Los Anzuelos contemporaneos están fabricados con acero de alto carbono, acero aleado con Vanadio, o acero inoxidable, según la aplicación. La mayoría de anzuelos de calidad se cubren con algún tipo de corrosivo resistente, recubriendo la superficie.Resistencia a la corrosión se requiere no sólo cuando se utilizan anzuelos, especialmente en agua salada, pero mientras están almacenados.

El arpa





El arpa es un instrumento de cuerda pulsada compuesto por un marco resonante y una serie variable de cuerdas tensadas entre la sección inferior y la superior. Las cuerdas pueden ser pulsadas con los dedos o con una púa o plectro. Existen diversos tipos destacando en popularidad, además del arpa clásica, usada actualmente en las orquestas, el arpa celta y el arpa paraguaya.

El arpa medieval era diatónica, y el arpa moderna, por el contrario, nació con los primeros intentos de cromatismo que la evolución de la música occidental exigía. Los primeros intentos surgieron de los talleres de luthiers irlandeses en el siglo XVI, que proveyeron al arpa de una doble fila de cuerdas. En el siglo XVII se incorpora una tercera fila, la 1ª la 3ª fila eran diatónicas (29 cuerdas cada fila) mientras que la 2ª fila, con 20 cuerdas, estaba reservada para los semitonos.

A mediados del XVII unos constructores tiroleses inventaron el arpa de ganchos, con los cuales era posible estirar la cuerda y subirla un semitono. En esta época fueron muchos los mecanismos incorporados para subir el tono, pero todos accionados manualmente, por lo que debía hacerse antes de empezar la interpretación.

A finales del XVII, un luthier bávaro fabricó la primera arpa con pedales que, situado a ambos lados del soporte del instrumento, estaban unidos a los ganchos fijos de la consola mediante un sistema de transmisión. Eran 7 los pedales, correspondientes a los 7 grados de la escala musical, y para cuyo instrumento Mozart escribió su concierto para “flauta y arpa” en 1778. A raíz del descubrimiento se inspiraron numerosas ideas a cual más estrafalarias para ampliar las posibilidades del arpa (como fue la colocación de doble número de pedales y sordinas), pero el mayor éxito lo obtuvo S. Erard en 1811. Erard presentó el modelo llamado de “doble acción” que, con ligeras modificaciones posteriores, es la que se usa normalmente en la actualidad.

Los pedales se hallan unidos a unos listones de acero que se introducen en la columna, estos terminan en un mecanismo situado en la consola que, a su vez, está formada por varias capas de sicomoro y serbal. Dicho mecanismo, muy elaborado, lleva dos sistemas de horquillas, discos provistos de tornillos ajustables entre los cuales pasa la cuerda. Cuando un pedal –llamado de doble acción– se suelta (posición de reposo en la muesca superior), la cuerda pasa libre entre los tornillos (bemol); enganchado en la muesca intermedia, el pedal imprime a los discos una revolución parcial que produce el 1ª semitono (becuadro); enganchado en la muesca inferior, el pedal provoca la continuación del movimiento, lo cual da lugar al 2ª semitono (sostenido). Cada uno de los 7 pedales actúa sobre todas las octavas de una misma escala, pudiendo ser accionado dos veces, subiendo sucesivamente un semitono en todas las notas de la misma tonalidad.

Ahora el número de cuerdas se eleva a 47 y son de clases diferentes. Hay 26 en el registro medio que son de tripa de carnero, 10 ó 11 en el registro agudo que son de nylon, en tanto que las 12 restantes son de alpaca o cobre (entorchadas en acero) para el registro grave. La extensión es de 6 octavas y media (de C 1 (alterable mediante afinación manual) a G# 6): esta es la extensión más amplia después del órgano y el piano.

El arpa moderna de orquesta incluye más de 1400 piezas, y la presión que ejercen las cuerdas sobre el instrumento es alrededor de 2 toneladas y media. Su construcción supone un costo elevado, por lo que son pocos los luthiers que se aventuran a fabricarla. En este proceso se incluye la utilización de contrachapados de haya, arce o palisandro -de fácil curvado al vapor- para la caja de sonido que, a su vez, está reforzada en su interior por una moldura triangular a veces metálica.

Tanto las sencillas arpas medievales, pasando por las elegantes celtas y las muy estructuradas arpas de orquesta, invitan a su constructor a armarse de imaginación e ingenio para solventar las posibles dificultades que puedan cruzársele en el maravilloso sueño que es la construcción de un arpa. Los mecanismos opcionales como los sistemas de semitonos, clavijas y puentes, se encuentran en el mercado a disposición del comprador.

Este viaje litúrgico de la historia y arquitectura del arpa hace diminuto honor a la importancia que se merece, pero puede ayudar a quien hasta ahora desconocía muchos datos de este bello instrumento. Puede que su industrialización mengüe su calidad, pero hace más fácil que la gente pueda adquirirla por un precio cómodo y asequible (sobre todo en las arpas celtas).

Una variante de las arpas es la cromática que poseé el doble de cuerdas que una convencional (que son 47 para la de orquesta) y la arpa mágica o colonvina que poseé 17 cuerdas.

El Tambor





El Tambor

Es un verdadero misterio qué fue lo que orilló al primer hombre a golpear sobre un hueso con la intención de producir sonido, pero gracias a Dios que lo hizo. Es difícil imaginar el mundo sin música. Las primeras evidencias de música hecha por seres humanos datan de decenas de miles de años, y se piensa que el tambor fue el primer instrumento en ser construído, probablemente 12 mil años antes de Cristo. El primer instrumento afinable, el arpa, fue hallada en el actual Irak y data de 4,500 a.C.
Un tambor es un instrumento de percusión membranófono que consta de una caja de resonancia, generalmente de forma cilíndrica, y una (o dos) membranas, llamada parche, que cubre la abertura de la caja.
Generalmente, el tambor es golpeado, para producir el sonido, en el parche con la mano o con algún objeto, comúnmente baquetas; también se suele percutir la caja.
Este instrumento al que se da también el nombre de caja de guerra era llamado por los griegos tympanon o typanon y tympanum por los romanos.
Homero nada dice del tambor ni en la Ilíada ni en la Odisea. En las Bacantes de Eurípides Baco encarga a sus secuaces tomar los tambores de los cuales acostumbraban a servirse los frigios. Estos tambores, afirma, inventados por mí y por Rhea o la gran madre de los dioses, Cibeles. En otro pasaje dice que los Coribantes lo inventaron para él. Entre los griegos se creía que los frigios fueron los inventores del tambor al paso que los romanos pensaban que habían sido los sirios. Lo más probable parece que los griegos tomaran el uso de los tambores de los asiáticos y que de ellos pasaría a los romanos.
Se servían para los tambores de piel de buey pero más comunmente de la de asno, con cuyo motivo Fedro escribió la primera fábula del cuarto libro. El tambor consistía en un círculo de madera o de metal cubierto de una piel lo que daba la figura de una criba. Se tocaba el tambor algunas veces con baquetas o con el tirso pero lo más común era con la mano y del mismo modo como se toca el pandero, al cual se parecía muchísimo el tambor de los antiguos. Ponían en él para producir un sonido más estrepitoso unas planchas de metal y también campanillas y cascabeles. El tympanum pasó a ser el símbolo de la afeminación porque principalmente hacían uso de él los hombres consagrados a Cibeles. Así es que las tocadoras del tímpano fueron después enumeradas entre las mujeres de malas costumbres. Una de las cosas que San Justino deseaba desterrar de los banquetes eran las tocadoras de crótalo y del tambor.
El tambor de hojalata es una novela escrita por el premio Nobel alemán Günter Grass, publicada en 1959. Sus páginas relatan la vida de Oscar Matzerath, un niño que se vuelve adulto en la época de la Segunda Guerra Mundial (1939- 1945), en un lenguaje común con tintes macabros e infantiles. El libro narra los momentos decisivos en la vida de Oscar, que lo llevarán, a los 29 años de edad, a ser internado en un Sanatorio Psiquiátrico. El tambor de hojalata es un libro de gran belleza y calidad narrativa, de difícil lectura, es considerado el libro más importante de la carrera literaria de Grass. Algunos autores comparan la trascendencia y la importancia de Matzerath con Alonso Quijano, de Miguel de Cervantes.

Entradas populares

Me gusta

Seguidores