Morfología, nivel de descripción de la gramática que estudia la estructura y la forma de las palabra tanto en su flexión como en los procesos de formación de nuevas palabras.
A diferencia de la sintaxis, que toma las palabras como unidades para construir oraciones agrupándolas según su función en la estructura oracional, la morfología se interesa por la estructura interna de las palabras, e intenta descubrir las reglas que gobiernan la formación de palabras a partir de unidades menores. Las unidades básicas con que trabaja la morfología son los morfemas, las unidades lingüísticas más pequeñas con significado. Los morfemas son entidades abstractas que expresan rasgos básicos de tipo gramatical o semántico (véase Morfema; Lexema). Su realización como parte de una palabra se denomina morfo. Habitualmente, morfema y morfo se encuentran en una relación uno a uno; sin embargo, en algunas ocasiones un morfema puede realizarse con diferentes morfos, extremo que se conoce como alomorfía. Así, por ejemplo, -s, -es, -Ø son alomorfos del morfema de plural en español, como puede observarse en hombre/hombres, par/pares, crisis/crisis, respectivamente.
2 | RAMAS DE LA MORFOLOGÍA |
2.1 | Morfología flexiva |
La morfología flexiva estudia la variación de las formas de las palabras al combinarse un lexema con diferentes morfemas flexivos tales como el número, el tiempo, la persona, etcétera. Así, amo, amas, ama, por ejemplo, son formas flexivas del verbo amar, y a su vez esta palabra es la forma canónica que, por convención, las representa a todas. Las formas distintas de una forma canónica constituyen su paradigma. La morfología flexiva estudia la estructura semántica y la forma de los paradigmas.
2.2 | Morfología léxica |
La morfología léxica se ocupa de los recursos que poseen las lenguas para formar nuevas palabras a partir de las formas ya existentes. Habitualmente, los procesos de formación de palabras se dividen en derivación y composición.
2.2.1 | La derivación |
Se entiende por derivación el procedimiento de formación de palabras por medio de la adición de afijos o morfemas derivativos a una palabra primitiva. La palabra primitiva se considera la base de la derivación. Existen dos tipos de derivación: la apreciativa, en la que el término derivado tiene el mismo valor designativo que la base y la única diferencia entre ellos es de carácter apreciativo (perro/perrito) y la significativa, en la que base y derivación tienen denotaciones, es decir, se refieren a entidades, distintas (perro/perrera). La derivación apreciativa no constituye, sin embargo, un procedimiento de formación de palabras nuevas, si bien algunos apreciativos pueden especializarse en su significado convirtiéndose en palabras nuevas: caña/cañón, mesa/mesilla, bomba/bombilla, codo/codazo.
Los afijos utilizados por la derivación incluyen prefijos, infijos y sufijos. En español, la prefijación y la infijación no modifican nunca la categoría léxica de la base (unir/desunir; aviso/preaviso; estatal/paraestatal; picar/picotear), mientras que la sufijación significativa puede modificar esta (comparar/comparable/comparabilidad) aunque no siempre lo haga (toro/torero). La derivación apreciativa, debido a la identidad de designaciones de primitivo y derivado, no modifica nunca la categoría de la base (véase Afijos).
La derivación puede aplicarse a palabras previamente derivadas: culpa/culpar/culpable/culpabilizar/culpabilización.
Es motivo de debate entre los lingüistas la consideración de palabras como producir o inferir bien como palabras derivadas o bien como primitivas, tomadas directamente de otra lengua, en este caso del latín. Su consideración como derivados, siempre muy cuestionada, implica aceptar que formas no existentes en la lengua (*ducir, *ferir) pueden ser bases para la derivación. Asimismo, distinguir entre prefijos y lexemas no siempre es fácil, como lo prueban los siguientes ejemplos: subsecretario, endocardio, fotografía. Mientras que la primera se considera una palabra derivada, por incluir un prefijo (latino) productivo todavía en español, las dos últimas contienen sendos elementos compositivos griegos (endo-, `dentro’; foto-, `luz’) que sitúan estas palabras a mitad de camino entre la derivación y la composición.
2.2.2 | La composición |
Se entiende por composición el procedimiento de creación de nuevas palabras por medio de la concatenación de dos o más lexemas: limpia-cristales, roji-blanco, hoja-lata, barbi-lampiño, mala-sombra. Estos ejemplos dan cuenta de las combinaciones categoriales más productivas en español actual: verbo-nombre, adjetivo-adjetivo, nombre-nombre, nombre-adjetivo y adjetivo-nombre; lo cual no significa que no existan otras (mal-vivir, va-i-vén), especialmente en el lenguaje publicitario (abrefácil).
Junto a los compuestos morfológicos, existen en español múltiples sintagmas de significado unitario que son considerados por muchos autores también como compuestos: diente de león, ojo de buey, cabello de ángel, escalera de caracol, llave inglesa, montaña rusa. No todos estos sintagmas muestran el mismo grado de opacidad en su denotación. Así, mientras que una escalera de caracol es un tipo de escalera, un diente de león o un ojo de buey no son (en el significado en el que se quieren ver como compuestos) sino un tipo de planta y un tipo de ventana circular, respectivamente. Cuanta menor relación exista entre las denotaciones del primer sustantivo del sintagma y la del sintagma completo (es decir, cuanto mayor sea el grado de lexicalización del sintagma), mayor será el acuerdo entre lingüistas, en el sentido de considerar dicho sintagma un elemento léxico, enumerable en el diccionario, quizá con el carácter de compuesto.
2.2.3 | Otros procedimientos de formación de palabras |
Parasíntesis: Algunos autores consideran que la parasíntesis es una forma de derivación que incluye prefijación y sufijación a la vez (rojo/enrojecer; largo/alargar), si bien, en su sentido más estricto se trata de un procedimiento que combina derivación y composición (ropa y vieja/ropa-vej-ero).
Acronimia y siglas: Ambos procedimientos implican el uso de una o varias letras de las palabras que forman una unidad de significado para formar una nueva palabra (véase Abreviación).
Acortamiento: Consiste en formar palabras eliminando parte del material fónico de una palabra que se percibe como excesivamente larga: cine (cinematógrafo), foto (fotografía), zoo (parque zoológico). Su empleo es frecuente en el nivel coloquial: cole (colegio), bici (bicicleta).
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