El invento de la Literatura estadounidense en la PRIMERA MITAD DEL SIGLO XX




Con el siglo XX tuvo lugar la revolución de las comunicaciones —cine, radio y, posteriormente, televisión—, por lo que los libros supusieron una fuente secundaria de diversión e ilustración. La sociedad estadounidense se hizo más móvil y homogénea, y la estética regionalista, la moda dominante del siglo XIX, fue decayendo, excepto en varios escritores sureños. Al mismo tiempo, los escritores estadounidenses empezaron a ejercer una influencia importante en la literatura mundial. Las formas literarias de este periodo fueron extremadamente variadas, y los autores de teatro, poesía y narrativa llevaron a cabo nuevas técnicas experimentales radicales.
5.1
La narrativa de la década de 1920
F. Scott Fitzgerald
En sus novelas y relatos breves, el escritor estadounidense F. Scott Fitzgerald retrató el ambiente brillante y excesivo de la década de 1920, una época que él denominó "la era del jazz". Tanto él como su mujer, Zelda, participaron, como actores y como observadores, en la atmósfera social marcadamente hedonista del momento, que el novelista describió como traspasada por una oculta angustia y una gran banalidad espiritual.

La reacción contra el romanticismo del siglo XIX, que ya se hacía sentir con el cambio de siglo, recibió gran impulso debido a la dura experiencia de la I Guerra Mundial. Los horrores y la brutal realidad de la guerra tuvieron un impacto duradero en la imaginación estadounidense. Novelas como La paga de los soldados (1926) de William Faulkner, y Fiesta (1926) y Adiós a las armas (1929) de Ernest Hemingway, presentan la guerra como símbolo de la vida humana, salvaje e innoble. Los escritores prosiguieron esa vena realista que se ha mantenido desde entonces, reemplazando el sentimentalismo por nuevas visiones psicológicas.
"Susie Asado", de Gertrude Stein
En este texto, leído por una actriz, Gertrude Stein juega con la palabra sweet ('dulce') y el nombre de su amiga Susie: "Dulce dulce dulce dulce dulce té. / Susie Asado. / Dulce dulce dulce dulce dulce té. / Susie Asado. / Susie Asado que es una bandeja contada sin duda. / Una inclinación en el zapato significa soltar soltar los suyos. / Cuando la antigua luz gris limpia es amarilla, / es uno que vende".

La década que siguió a la I Guerra Mundial se ha denominado muchas veces como la “edad del jazz” o “los felices años veinte”. En la sociedad se produjeron rápidos cambios cuando los estadounidenses se rebelaron contra el puritanismo. Fue fundamental al respecto Sherwood Anderson, con su libro de relatos Winesburg, Ohio (1919), de penetrante visión psicológica. F. Scott Fitzgerald, desilusionado pero al mismo tiempo candoroso, dirigió su mirada satírica a las clases altas en novelas como A este lado del paraíso (1920) y El gran Gatsby (1925). La crítica considera que esta última novela constituye una visión perfecta sobre el sueño estadounidense de riqueza y poder. Sinclair Lewis, el primer escritor estadounidense que obtuvo el Premio Nobel de Literatura (1930), satirizó brillantemente la cultura del “hágase rico rápidamente” de la época en novelas como Calle mayor (1920). Thornton Wilder, autor de El puente de san Luis Rey (1927), tuvo una prolongada carrera durante la que escribió comentarios urbanos sobre la existencia humana, tanto en obras de teatro como en novelas.
Gertrude Stein, escritora estadounidense que residía en París, fue quien dio el nombre de “generación perdida” al grupo de jóvenes escritores estadounidenses sin raíces que vivieron en Europa después de la I Guerra Mundial. El grupo incluía a Anderson, Firzgerald y Wilder, pero el más famoso, y el que se iba a convertir en uno de los escritores estadounidenses más importantes del siglo, fue Hemingway. Además de sus novelas sobre la guerra, Hemingway, que obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1954, escribió durante esta década varios libros de relatos con personajes desilusionados y cínicos, supervivientes de la guerra que terminaría con todas las guerras, como se había dicho de la I Guerra Mundial. La propia Stein supuso una influencia importante para los escritores de esa generación, no sólo como amiga sino como estilista literaria, con su apego a la tradición y sus experimentos con el lenguaje, que se inició con tres relatos, Tres vidas (1908). Quien tuvo mayor influencia fue el novelista y poeta irlandés James Joyce. Su uso del monólogo interior, de símbolos y de una prosa conscientemente poética se reflejó en casi toda la narrativa importante posterior a la I Guerra Mundial, tanto en Estados Unidos como en Europa y América Latina.
5.2
El renacimiento de Harlem
Jean Toomer
El escritor estadounidense Jean Toomer fue un miembro influyente del renacimiento de Harlem durante las décadas de 1920 y 1930. Su innovadora novela Cane (1923) constituyó uno de los primeros signos de que había una nueva energía en las artes y la literatura afroamericanas.

Desde 1920 hasta 1930 se produjo un importante estallido de actividad creadora entre la población de color en todos los terrenos artísticos. El punto focal de esta actividad fue Harlem, en Nueva York; por eso muchas veces se conoce este periodo como el “renacimiento de Harlem”. Entre los escritores adscritos a este movimiento se encuentran Jean Toomer y Claude McKay, nacido en Jamaica, ambos autores de poemas y relatos. También el conocido poeta Countee Cullen y el igualmente famoso poeta y autor de relatos Langston Hughes, quien junto a Jesse B. Simple son creadores de auténticos símbolos de la vida de la población de color estadounidense en los guetos urbanos contemporáneos.

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