Novela bizantina, género narrativo de novela de aventuras, que se desarrolló ampliamente en España y otros países europeos durante los siglos XVI y XVII, cuya característica consiste en que recurren a lo fantástico e inverosímil, y que el lector reconoce como irreales.
Alcanzaron gran difusión y popularidad gracias al desarrollo de la imprenta, si bien, en cuanto género literario, todavía no gozaban del prestigio de la poesía y el teatro. Con todo, las relaciones que se establecieron entre esas formas narrativas y la tradición helénica clásica, continuada siglos después en Italia por Boccaccio y otros autores, hicieron que fueran estimadas como ‘poemas épicos en prosa’. Predominaban en ellos el viaje y la búsqueda, con episodios muy complejos entre los que no faltan naufragios, raptos, reconocimientos sorprendentes entre los personajes (anagnórisis), y otras enrevesadas peripecias argumentales.
La primera novela bizantina en español fue la Historia de los amores de Clareo y Florisea, y los trabajos de la sin ventura Isea, publicada en 1552, y de la que es autor Alonso Núñez de Reinoso. Es un relato que cuenta con todos los elementos definitorios del género: el enamoramiento, el voto de fidelidad, el parentesco aparente, los desplazamientos por mar, el cautiverio, los sueños premonitorios, las muertes simuladas, el regreso a la patria y las bodas como premio a la constancia. Según declara su propio autor, era una adaptación libre de Leucipa y Clitofonte del autor clásico griego Aquiles Tacio, que conoció a través de la versión de Ludovico Dolce en Amorosi ragionamenti. Pero Menéndez y Pelayo afirma que Núñez de Reinoso tuvo que conocer directamente la obra de Aquiles Tacio por la traducción italiana que realizó Aníbal Coccio y que se publicó en 1551, lo que se nota especialmente en la parte dedicada a las desdichas de Isea.
Selva de aventuras, de Jerónimo de Contreras, publicada en 1565, es otra de las novelas bizantinas más características.
A comienzos del siglo XVII aparece una de las novelas del género de mayor alcance, El peregrino en su patria (1604), de Lope de Vega. Incluye bastantes poemas y cuatro autos sacramentales.
Por su parte, de Miguel de Cervantes se publicó póstumamente su obra Los trabajos de Persiles y Sigismunda (1617), que, como todas las novelas bizantinas, desarrolla un asunto amoroso. Anteriormente ya había publicado, dentro de sus Novelas ejemplares (1613), algunos relatos que seguían pautas helenísticas, como La española inglesa y El amante liberal. Con todo, y a pesar de su ambición, la crítica considera que Persiles y Sigismunda es decepcionante.
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