Peñón de Gibraltar
Gibraltar pasa por ser uno de los mayores paraísos fiscales de Europa. En tan sólo seis kilómetros cuadrados, habitados por unas 30.000 personas, se concentran cerca de 70.000 empresas.
Paraíso fiscal, aunque no existe una definición académica exacta, un paraíso fiscal suele ser un país o territorio que atrae grandes masas de dinero porque el pago de impuestos de las rentas del exterior es muy bajo. Actualmente existen en el mundo 48 paraísos fiscales, según una lista elaborada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico a finales de 2001. Muchos de ellos corresponden al prototipo de archipiélago paradisíaco manejado comúnmente (Islas Caimán, Bahamas o Barbados), pero existen otros casos, como Gibraltar, Andorra o Mónaco, por citar algunos ejemplos.
Además de la baja tributación, la segunda característica de estos territorios es la opacidad: el secreto bancario. Existen leyes dirigidas a defender el anonimato de las personas o empresas titulares de las cuentas e impedir que los Estados extranjeros puedan obtener información sobre las inversiones realizadas en el país en cuestión.
Los paraísos fiscales pueden dividirse en tres: los que pretenden atraer grandes fortunas, como Mónaco, los que están interesados en empresas, como la isla de Jersey, o los mixtos, que intentan captar tanto sociedades como personas. Las islas Bahamas son un buen ejemplo de este último caso.
Los paraísos fiscales no son ilegales, a pesar de que en muchos casos se les relacione con el blanqueo de dinero o la fuga de capitales; se pueden obtener ventajas sin cometer ningún tipo de delito. Es el caso, por ejemplo, de las numerosas celebridades que deciden cambiar su residencia fiscal a uno de estos territorios para pagar menos impuestos. Aquí la cuestión no es si se viola o no la legalidad, sino las dudas éticas que surgen sobre el hecho de evitar pagar impuestos en el país de origen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario