Alambre, filamento o
barra fina de un metal flexible que tiene una sección uniforme. Los metales que
suelen utilizarse para hacer alambres son cobre, aluminio, acero, latón,
hierro, oro, plata y platino.
El diámetro de un
alambre de una sola hebra se determina por su calibre, que en los alambres
realizados con muchos hilos se determina por el diámetro de su conjunto. Hay
diversas clases de calibradores para medir los diversos tipos de alambres.
Los métodos más
modernos de fabricación de alambre consisten en estirar de una barra de metal
haciéndola pasar a través de agujeros con forma cónica cada vez más finos,
practicados en troqueles de carburo de volframio, hasta obtener el diámetro
requerido. Los troqueles utilizados para obtener cables muy finos se realizan
con diamantes bien sujetos a discos metálicos. Después de practicar varios
estiramientos al metal, el alambre se endurece y se vuelve frágil, por lo que
se le somete a un recocido (tratamiento controlado de calentamiento y
enfriamiento) para recuperar su flexibilidad.
Los alambres tienen
muchas aplicaciones, tanto tecnológicas como domésticas. Hasta el
descubrimiento de la fibra óptica las conexiones telefónicas se realizaban con
cables de cobre, buen conductor. Las líneas de alta tensión se fabrican con
cables de aluminio, que también es un buen conductor pero resulta más barato y
más ligero que el cobre.
Los resortes que
utilizan los tapiceros y las cuerdas de los instrumentos musicales se hacen con
alambres de acero. También son de acero los cables de suspensión de puentes y
vallas, que requieren alta resistencia longitudinal. Los alambres de platino se
utilizan para instrumentos científicos y mecanismos de precisión, como la
cuerda de los relojes. Los fusibles, dispositivos eléctricos de seguridad que
se funden e interrumpen la corriente cuando es excesiva se fabrican con
alambres de diverso grosor. También se utilizan alambres para hacer cuerdas,
redes, telas metálicas, o en joyería
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