Recocido, proceso de tratamiento
térmico por el que el vidrio y ciertos metales y aleaciones se hacen menos
quebradizos y más resistentes a la fractura. El recocido minimiza los defectos
internos en la estructura atómica del material y elimina posibles tensiones
internas provocadas en las etapas anteriores de su procesado.
Los metales ferrosos
y el vidrio se recuecen calentándolos a alta temperatura y enfriándolos
lentamente; en cambio, la mejor forma de recocer el cobre y la plata es
calentarlos y enfriarlos enseguida sumergiéndolos en agua. Cuando el volumen de
metal o vidrio es grande suele enfriarse dentro del horno de calentamiento; las
láminas suelen recocerse en un horno de proceso continuo. El material a recocer
se traslada sobre un tablero móvil a través de una cámara de gran longitud con
un gradiente (diferencia gradual) de temperaturas cuidadosamente fijado, desde
un valor inicial justo por debajo del punto de ablandado hasta la temperatura
ambiente en el extremo final. El tiempo de recocido, sobre todo en el caso del vidrio,
varía mucho según el espesor de cada pieza; el vidrio de ventana, por ejemplo,
requiere varias horas; el vidrio cilindrado necesita varios días, y los espejos
de vidrio para telescopios reflectores, varios meses. El recocido es necesario
como paso intermedio en procesos de manipulación de metales, como la
fabricación de alambre o el estampado en latón, para recuperar la ductilidad
que el metal a tratar pierde debido al endurecimiento producido durante la
operación de modelado, y para obtener los más bajos valores de resistencia a la
deformación.
También existen
diferentes tipos de tratamientos térmicos de recocido aplicados a los aceros.
El recocido de regeneración se utiliza para los aceros que presentan efectos de
fatiga debido al trabajo que realizan determinadas piezas en el conjunto de las
máquinas; este recocido tiene por objeto afinar el grano de las piezas de acero
sobrecalentado. El recocido contra acritud se aplica a los aceros que han sido
deformados en frío; mediante este tratamiento se recupera parte de las
propiedades iniciales. El recocido globular se aplica a los aceros para
facilitar su mecanizado. El recocido de estabilización tiene por objeto
eliminar las tensiones internas de las piezas forjadas o trabajadas en frío, y
el recocido de ablandamiento se emplea cuando hay que mecanizar piezas
templadas. Véase Temple.
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