El Aparato fonador




Aparato fonador, conjunto de órganos que intervienen en la producción de sonidos. También llamado aparato vocal o articulatorio. El objetivo fundamental de estos sonidos es la comunicación humana mediante el lenguaje hablado, pero existen otros animales que disponen también de órganos para producir sonidos, como las aves.
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COMPOSICIÓN
En los humanos, el aparato fonador está formado por la boca, la nariz, la faringe, la laringe, la tráquea, los pulmones y el diafragma. Los órganos que lo integran forman parte a su vez del aparato respiratorio y algunos del aparato digestivo.
La emisión de sonidos lingüísticos presenta tres fases: respiratoria, fonatoria o glotal y articulatoria, que tienen lugar en los pulmones, la laringe y el tracto vocal, respectivamente.
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FASE RESPIRATORIA
Para que se produzca un sonido, lo primero que se necesita es una fuente de energía que origine una vibración. En el caso del lenguaje humano, esta energía está producida por una corriente de aire que normalmente procede de los pulmones. Nunca se espira todo el aire que hay en los pulmones. En realidad, en conversaciones normales sólo se utiliza alrededor de un cuarto de la cantidad de aire contenida en los pulmones, aunque dicha cantidad puede aumentar cuando se sube el volumen del habla, como por ejemplo al gritar o hablar en público.
La mayoría de los sonidos del habla se producen mientras el aire sale de los pulmones; se trata en este caso de los sonidos llamados egresivos. Sin embargo, también es posible, aunque no frecuente, hablar mientras el aire está entrando en lugar de saliendo de los pulmones; en este caso los sonidos se llaman ingresivos. Este último tipo de sonidos se produce cuando alguien habla mientras ríe o llora, o cuando no puede respirar bien.
Al respirar sin hablar, el ciclo respiratorio se compone de dos fases que duran más o menos lo mismo: inspiración y espiración. Pero mientras se habla, el ciclo respiratorio cambia. La fase de inspiración se acorta y acelera mientras que la de espiración se enlentece extendiéndose en el tiempo entre cinco y diez segundos, una duración que puede alargarse incluso más.
En español y en otras muchas lenguas las vocales y las consonantes son sonidos egresivos pues se producen con aire pulmonar, pero existen otras lenguas cuyos hablantes emiten otro tipo de sonidos. Por ejemplo, en África se hablan lenguas que usan chasquidos de la lengua, como las lenguas khoisán de los bosquimanos. Otras emplean sonidos que empujan el aire desde la glotis, la abertura que queda entre las cuerdas vocales, dentro de la laringe. En este caso, si el sentido de la corriente de aire es de dentro afuera los sonidos se llaman implosivos; si el sentido es de fuera adentro, se da lugar a sonidos eyectivos. Algunas lenguas africanas, como el shona, y otras lenguas indias americanas utilizan consonantes implosivas. Las lenguas caucásicas, algunas lenguas africanas, como el hausa, y algunas lenguas indias americanas utilizan consonantes eyectivas, y también lo hacen algunas variedades del inglés.
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FASE FONATORIA
Para convertirse en sonido, el aire procedente de los pulmones debe provocar una vibración, siendo la laringe el primer lugar en que se produce. La laringe está formada por un conjunto de cartílagos y una serie de ligamentos y membranas que sostienen unas bandas de tejido muscular llamadas cuerdas vocales. La tensión, elasticidad, altura, anchura, longitud y grosor de las cuerdas vocales pueden variar dando lugar a diferentes efectos sonoros.
El efecto más importante de las cuerdas vocales es la producción de una vibración audible en los llamados sonidos sonoros, en contraste con los sonidos sordos, en cuya producción no vibran las cuerdas vocales. En español, todas las vocales y muchas consonantes (m, b, d,...) son sonoras.
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FASE ARTICULATORIA
Después de pasar por la laringe, la corriente de aire continúa por el llamado tracto vocal, formado por la faringe, la cavidad oral y, en ocasiones, también la cavidad nasal. A lo largo de este camino, esta corriente se ve modificada por una serie de órganos móviles, como la lengua, que interaccionan con otros órganos fijos, como los dientes, haciendo que la onda sonora se modifique, dando lugar a sonidos distintos. La producción de diferentes sonidos de habla por estos órganos se denomina articulación.
Además de verse modificada por los cambios de forma del tracto vocal, la onda sonora se amplifica y modula en las cavidades del tracto vocal que actúan como cajas de resonancia.
Entre los órganos que actúan en la articulación se distinguen dos tipos: órganos articulatorios activos, que se pueden mover, y órganos articulatorios pasivos. Los pasivos son el paladar duro, los dientes y los alveolos (prominencias que se encuentran entre los dientes superiores y el paladar). El paladar duro a su vez se subdivide en tres partes: anterior, media y posterior. Los activos son la faringe, el velo del paladar o paladar blando, la lengua y los labios.
La faringe es un tubo musculoso que conecta la laringe con las cavidades oral y nasal y que puede ensancharse o estrecharse. Algunas lenguas presentan sonidos que se producen por una fricción del aire en esta zona, por ejemplo el árabe.
El paladar blando o velo del paladar es la zona musculosa que se encuentra detrás del paladar duro y que acaba en la úvula o campanilla. Durante la respiración normal, el paladar blando tiene una posición baja, permitiendo que el aire fluya tanto por la boca como por la nariz. Durante el habla, el paladar blando puede adoptar tres posiciones diferentes:

• Alta: se cierra el canal de comunicación entre la cavidad nasal y la oral, de modo que el aire circula exclusivamente por la boca sin pasar por la nariz. En esta posición se producen sonidos orales, como son la mayoría de los sonidos del español.
• Media: parte del aire escapa por la boca y parte por la nariz de modo que se producen sonidos oronasales, como lo es la a en mamífero.
• Baja: esta posición se combina con el cierre de la cavidad oral de modo que todo el aire se libera por la nariz. Se producen en este caso los sonidos nasales, como las consonantes m, n y ñ en español.
Los labios también pueden adoptar distintas posiciones. Pueden estar abiertos, semiabiertos, como cuando se pronuncia la b en saber, o cerrados, para pronunciar la p.
De todos los órganos articulatorios activos, la lengua es la que tiene mayor capacidad para cambiar de forma y posición, y por tanto interviene en la articulación de muchos sonidos dando lugar a todas las vocales y a la mayoría de las consonantes.
Atendiendo a los órganos articulatorios que intervienen y al tipo de oclusión del aire que estos producen, los sonidos lingüísticos se clasifican según el lugar de articulación (labial, alveolar, etc.) y el modo de articulación (oclusivo, fricativo, etc.).


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